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Capítulo cuatro:
Novios y el período.
─Déjame ayudarte─ dije mientras me acercaba a Gilbert.
─No es necesario─ dijo él levantando su vista hacia mi.
─Pero quiero hacerlo─ sonreí a la vez que le quitaba el hacha─. Sólo una.
─Está bien.
Levanté el hacha y miré el pedazo de tronco que tenía frente a mis ojos. Con fuerza, le di un hachazo pero se quedó clavada en la madera. Intenté sacarla pero no podía.
─Para ser la primera vez, lo hiciste bien─ rió─. A ver, intentemos los dos.
Se colocó detrás de mi y puso sus manos sobre las mías. No sé que me había pasado en ese momento, se me pusieron los pelos de punta al sentir su tacto y juraría que parecía un tomate con dos patas.
─A las tres intentaremos sacar el hacha con todas nuestras fuerzas─ asentí─. Uno... Dos...
─¡Tres!─ grité.
•••
─Pauline─ escuché a Diana─. Pauline.
─Estoy aquí─ hablé mientras me acercaba a ella. Noté que traía los libros de Anne─. ¿Que pasa?
─Bueno, yo y Ruby...
─Ruby y yo─ corregí─. ¿Si?
─Ajam. Planeamos en ir a llevarle los libros de Anne a su casa...
─En realidad lo planeó ella─ murmuró Ruby.
─...Y recordé que tu también eres su amiga, así que, ¿vendrías con nosotras?─ finalizó, ignorando las palabras de la rubia.
─Pues...─ miré hacia todos lados en busca de Gilbert, pero él se había ido─. Déjenme ir por mi hermana y vamos.
Una vez que fui por Ellie, nos encaminamos por el bosque hacia la casa de los Cuthbert. Al llegar, un chico castaño con acento francés nos saludó. Diana, Ellie y yo saludamos, mientras Ruby solo lo miró. Tocamos la puerta y en unos segundos Marilla nos abrió.
─Buenas tardes, Señorita Cuthbert─ saludamos Diana y yo.
─Buenas tardes, niñas─ saludó ella.
─Le presentó a Ruby Gillis─ señaló Diana a la rubia.
─Hola.
─Hola. Y, ¿qué las trae por aquí?─ preguntó Marilla.
─Pensamos que a Anne le gustaría tener sus libros y sus cosas─ hablé mientras se los entregaba.
─Mucho gusto en conocerla. Vámonos─ habló Ruby rápidamente. La miré mal.
─Nos preocupamos por ella─ dijo Diana─. ¿No es cierto?
─Es verdad─ asentí.
─Diana y Pauline en especial─ se apresuró a decir la rubia.
¿Puedo pegarle?
─¿Le pasó algo malo?─ preguntó la Señora Cuthbert.
─Anne está sufriendo, ¿no? Si, lo se. Anne es demasiado sensible para este mundo... O al menos eso me dijo ella una vez─ dijo Diana.
─¿De verdad ya no volverá a la escuela?─ pregunté un poco triste.
─Si no vuelve, ¿nos sentamos juntas, Diana?─ preguntó Ruby sonriente.
Me acerqué y le di un codazo mientras la miraba mal.
─¿Desde cuándo no la ven?─ preguntó Marilla.
Oh, parece que ella no sabía nada. Creo que habíamos puesto a Anne en problemas.
─Tiene muchos días─ habló Diana─. Nunca imaginé que ya no volvería.
─Yo tampoco─ dijo la mujer.
─¿Podemos saludarla?─ pregunté.
─Anne está... Haciendo un encargo, por el momento, pero voy a decirle que vinieron─ asentimos.
─Por favor, Señorita Cuthbert, dígale a Anne que la extrañamos mucho─ pidió Diana.
─Te aseguro de que se lo diré─ afirmó Marilla.
Tomé la mano de Ellie y junto a las chicas, empezamos a caminar.
Un dolor, el mismo que había tenido en la mañana, se hizo presente. Se situaba en mi vientre bajo, y era impresionante.
─¿Te sientes bien, Pauline?─ preguntó Diana preocupada. Asentí─. Entonces camina recta o tu espalda se encorvará, lo dice mi madre.
No podía, la única forma de aliviar era mantenerme encorvada.
─Es que no puedo─ murmuré.
─¿Por qué?─ preguntó.
─No lo sé.
─Ya sé. Siempre te sientas mal en clase, ahora serás así por el resto de tu vida─ dijo Ruby. Su cara se iluminó y sonrió─. Entonces Gilbert no te va a querer.
─¿Qué?─ luego, pareció que una vela se encendió en mi cabeza, dándome una idea─. Claro que lo hará. Gilbert dijo que me ama y siempre me amará, aunque me convierta en la chica más fea... Además, es mi novio.
─¡No es verdad!─ chilló Ruby mientras su cara se encendía del enojo─. ¡Mientes!
─¿Por qué lo haría?─ reí.
Salió corriendo. Miré a Diana, que estaba sorprendida.
─¿Es en serio? ¿son novios?─ se llevó ambas manos a la cara─. ¿Hicieron un bebé? ¡Pero no pueden antes de casarse!
─¿Que? ¡No!─ exclamé mientras fruncia en ceño─. Es todo mentira, solo es mi amigo.
Junto a mi hermana nos miramos antes de soltar una carcajada.
•••
Desperté incómoda. Aún era noche. Sentía que estaba acostada sobre algo líquido y asqueroso. Levanté la sabana y noté sangre. No era una gran mancha, pero me asustaba.
─¡Mamá! ¡Papá!─ grité alarmada. Me estaba desangrando─. ¡MAMÁ! ¡PAPÁ!
Escuché fuertes pisadas y luego la puerta se abrió bruscamente, dejando ver a mis padres alarmados.
─Me muero─ exclamé mientras una lágrima caía por mi ojo derecho─. Diganle a Ellie que la quiero, a Anne que le dejo mis libros... Y a Gilbert que fue lindo mientras duró.
─¿De qué hablas, Pauline?─ preguntó mi madre preocupada.
─Lo siento por todas esas veces que los hice enojar... Siempre los voy a querer─ sollocé.
─Pauline, ¿qué te pasa?─ preguntó papá.
─Me estoy desangrando─ levanté la sábana que me cubría.
Ambos empezaron a reír. No entendía, ¡me muero y se ríen! ¿dónde está la gracia en esto?
─Walter, ¿quieres salir? Esto es momento de chicas─ mi padre asintió y se fue. Mamá se acercó a mi─. No te estas muriendo, hija. Es parte de crecer y ser mujer.
─¿Qué?
─Te estas desarrollando, querida. Vas a tenerlo por años.
─¿Años?─ exclamé mientras estaba a punto de estallar─. ¿Cómo voy a sobrevivir con esto?
─Es una vez al mes, Pauline. No vas a morirte.
─Me voy a manchar y...
─Para eso existen los paños. Te daré siete, cada vez que los vayas a cambiar te pones otro, luego llegas a casa y le pasas agua caliente para después lavarlo con agua fría.
─Bien─ murmuré─. Si tu puedes con esto, yo también voy a poder. No hay nada de qué preocuparse.
─Así es. Ahora deberás darte un baño, cambiaré tus sábanas─ asentí─. Luego hablaremos del cambio de humor.
Asentí levantándome con cuidado de no manchar más las sábanas.
cuenta la leyenda que hay un 60% de probabilidades de que leas este capítulo estando en tus días 🧚🏻♀️
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