46: Mamma mia

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20 de julio, 2021

Las llamadas, junto a fotos de sus viajes y las escasas visitas de cuando era niña, venían a mi mente como recuerdos de una estrella fugaz.

-Pero mira que grande estas -Sus brazos me hicieron girar.

-Es lo que traen consigo 16 años, casi 17 -habló mamá, llegando a mi lado al mismo tiempo que papá me dejaba en el piso-. Hola, Christopher.

-Rosón -Papá le dio una sonrisa de galán de telenovela, miré a mamá y supe que detrás de esa máscara de seriedad, ocultaba algo.

Fijo se miraron, una guerra sin fin que fue terminada por su vínculo en común. Yo.

-Me alegra que estés aquí -Volví a abrazarlo -¿Te quedarás a cenar? -pregunté emocionada.

-Solo si no incómodo a tu mamá.

-No me incomodas, en lo absoluto.

Sus brazos cruzados la delataban.

Mis ojos viajaron a los de papá y luego a mamá. Se sentía la tensión entre esos ojos marrones y esos orbes color cielo.

-Entremos a casa -murmuró mamá.

Me agarró del brazo y tiró de mí. Fui más rápida y agarré a papá del brazo, llevándolo conmigo. Al doblar, mis ojos dieron con los de Pablo, me había olvidado de él.

Con la cabeza le hice un gesto para que me siguiera. Pablo y yo teníamos esa conexión de entendernos sin decir ninguna palabra, leía sus gestos, él leía los míos, leía su mirada y él descifraba la mía.

Al entrar en casa solté a mis padres y fui a por Pablo. Él era alguien importante en mi vida y papá debía de saber de él.

-Pa... -Tuve su atención-. Él es Pablo, pero todos le dicen Gavi -Menos yo que era la privilegiada-. Recuerda bien su nombre, porque es uno de los mejores jugadores de fútbol de todo el mundo, y también es mi novio.

Sonreí orgullosa de tener como novio a Pablo, ante tres miradas importantes para mí, mamá me miraba con recelo, Pablo me miraba con confusión, sin entender ni un pepino de lo que había dicho, pues hablaba en la lengua natal de mi padre, y este, me miraba confuso y a la vez con una sonrisa que no entendí.

-¿Novio? -Miró a mamá y le preguntó -¿Tiene edad para novio?

-Tiene la suficiente edad para tener sexo y muchos novios -Mamá le sonrió con falsedad.

Las mejillas se me tiñeron de rojo.

-¡Mamá!

-¿Qué? Él lo preguntó -Se defendió.

-No preguntó eso -la regañé.

Mamá rodó los ojos y como si fuera una niña obligada a comer dulces, dijo-Sí, Christopher, Valeria tiene 16, casi 17, ya puede tener novio -Mamá volteó a mirarme y sonrió con la boca cerrada-¿Mucho mejor? -Asentí-. Bueno entonces yo... -Miró a todos lados y luego señaló hacia las escaleras -, me iré a ver algo importante...

Y sin decir nada más, huyo.

Seguí con la mirada a mamá, salió corriendo hacia el segundo piso.

Miré a papá y luego a Pablo. Sonreí sin saber qué hacer o decir. Apunté hacia las escaleras con ayuda de mis dedos.

-Iré a verla -informé, retrocediendo de espaldas. Ladeé mi rostro para mirar a Pablo y le dije en español-. Quédate con él -pedí-. Habla con él, porfis -Escuché un audible "vale" por parte de Pablo. Sonreí contenta y me puse de puntitas para dejar un costo beso en su mejilla, agarré las bolsas de libros que él llevaba por mí y salí corriendo por donde se fue mamá.

Al estar en mitad de escaleras recordé que el inglés no era la principal fortaleza de mi novio, es por eso que grité para qué me escuchará: -¡Usa el traductor, bonito!

Corrí y fui a la habitación de mamá, no la encontré. Di media vuelta y fui a mi habitación, ahí la encontré. Recorría un camino desde mi armario hasta mi cama. La seguí con la mirada y vi que sacaba ropa y la llevaba a la cama, donde estaba mi valija.

-¿Qué haces?

-Nos vamos.

-¿Qué? -Me acerqué a ella y deje las bolsas en el piso-¿A dónde?

Doblo mi ropa y la iba acomodando en mi valija-No lo sé, a ¿Madrid?-Se preguntó así misma y luego ella misma se respondió-. Sí, a Madrid, a la casa de los abuelos.

-Pero... ¿Por qué?

-Porque Christopher está aquí, eso quiere decir que sus padres también están aquí o vendrán pronto y su mamá, tu abuela -Me señaló-. Es una bruja y si viene, y te ve, te va a querer llevar contigo a gringolandia y tú como tienes un corazoncito de pollo, no le podrás decir que no y luego me miraras con tu cara del gato con botas y me dirás "Ma, solo será una semana, me iré y volveré para la escuela", pero conozco a esa bruja y una vez te tenga allá, te inventara excusas, te enredara y te convencerá de quedarte con ella.

-Toma -Estiré mi mano hacia ella-. El premio a la más dramática.

Mamá fingió aceptarlo, haciendo una reverencia y agradeciendo-Gracias.

Continuó haciéndome las maletas, metía ropa y ropa sin doblar.

-No me iré a ninguna parte, mi vida está en Barcelona y me gusta.

-¿No te irás?

-No... mis amigas están en Barcelona, Pablo está en Barcelona y tú estás en Barcelona, y aunque suene tentador ir a otro país, no me iría, no sin ti.

Aunque mamá sí tenía razón. Si la abuela me lo pedía, yo iría por una semana. Por una semana. Solo una semana.

Mamá siguió con la maleta. Se lo impedí al cerrarla.

-Déjala.

Mamá resopló y se sentó en mi cama, se tapó el rostro con ambas manos y habló apenas audible.

-¿Y qué hace él acá?

-¿Vino de visita?

-La última vez que vino, tenías... -Contó con los dedos de sus manos- 7, repito ¿Qué hace acá? ¿Cómo sabía de esta casa?

-Pues... -Jugué con mis manos nerviosas. Yo sabía la respuesta-. Recuerdas cuando empecé con la manía de escribir cartas a todos mis amigos y familiares...

-Ya se te quitó esa manía, Val...

-Lo sé, nadie me contestaba... solo tú, los abuelos y Carla...

-Entonces no digas que nadie te contestaba.

-Es que yo quería que me contestara el niño que me gustaba -murmuré-. Y no nos desviemos del tema, el punto es que, cuando nos mudamos a esta casa, yo le escribí una carta a papá y se lo conté, también le dije que era bienvenido en cualquier momento...

-¿Hiciste que?

-Tenía 11 años, además nunca vino, hasta hoy -dije-. Pensé que la carta nunca le llego, ya veo que me confundí -Bajé la mirada-¿Estás molesta?

-Claro que no, chiquitita.

-¿Entonces papá se puede quedar?

Mamá volteó a taparse la cara con las dos manos.

-No lo sé...

-Pero tenemos una habitación de invitados, se puede quedar...

-Val...

-Porfa...

-No lo sé... es ash, no te puedo decir que no, pero dios, no me lo pidas.

-¿Por qué?

-Recuerda que estoy casada.

-No te estoy pidiendo que me des un hermanito -aclaré.

Aunque no me importaría. Siempre le pedí un hermanito o hermanita o un perro.

-Puede que le incomode a Benjamín que Christopher esté acá y se quede en la casa.

-¿Por qué?

-A ver, Val... Te lo explico ¿vale?

-Te escucho.

-¿Cómo te sentirías si llega la exnovia de Gavi y se quede con él en su casa?

-Pablo no tiene exnovia, recuerda, yo soy su As. La primera.

Que bendición.

-Pero... ash... a ver ponte en el lugar de Gavi, ¿Qué pasaría si Manú viniera y se quedara a vivir en la casa? ¿Cómo se sentiría Gavi?

-Eso no pasará porque tú no permitirías que Manú se quede.

-Por dios, niña -dijo frustrada-. Imagina que sí ¿Cómo se sentiría Gavi?

-Celoso.

-Exacto. Es eso.

-Pero Pablo tiene 16, es un saco de celos andante. Benjamín ya es... ¿Maduro?

-Los hombres nunca dejan de ser celosos. Recuérdalo, nunca lo olvides, aunque sea el mejor novio del mundo y te tenga toda la confianza del mundo, siempre existirán los celos, aunque sean lo más mínimo.

-Vale, lo pillo...

-Gloria a dios.

-Pero al menos que se quede para la cena...

-Nooooo -Alargó la "o" de una manera dramática-. Benjamín estará para la cena.

-¿Y qué quieres que pase? ¿Qué Benjamín no se entere de que papá está en Barcelona?

-Sí.

-Es mi papá y vino a pasar tiempo conmigo, es obvio que va a pasar por la casa, aunque no se quede a vivir, pasará a recogerme o dejarme... no se lo puedes ocultar y será peor si se entera días después, es mejor que se entere hoy.

-Dios, mi niña de 16 años me está regañando.

-Es lo mejor mamá. No puedes tapar la luna con tu pulgar.

-Pero... por un lado Benjamín y por el otro Christopher... -Dramática se dejó caer en la cama-. Es como si volviera a tener 17...

Me acosté a su lado. Y entendí que mamá podía tener sus sentimientos confundidos, se enamoró de papá en su escapada; y por otro lado estaba Benjamín, mamá me contó que ya lo conocía desde la escuela. Había historia. Y yo no estaba enterada, solo fui el fruto de uno de sus amores.

-Mamá ¿Te puedo preguntar algo?

-Dime...

-Puede ser algo incómodo...

-Solo dispara, chiquitita.

Jugué con mis dedos y disparé, haciendo una pistola con mis dedos y fingiendo jalar el gatillo.

-¿Aún sientes algo por papá?

Mamá se ahogó con su saliva. Tosió y se puso roja, mientras negaba.

-No. No. No. No. No. No. Obvio que no.

Tantos no.

-Vale.

Mamá resopló y ladeo su rostro para verme.

-Confieso que... Dios, es Christopher, fue un bonito amor que tuve en mi adolescencia, vale fue ese primer amor que nunca se olvida y es cierta parte importante y más importante porque gracias a él tengo a mi mayor tesoro -Pellizcó la punta de mi nariz.

-¿Fue tu primer amor?

-Sí.

Bajé la mirada.

Pablo también era mi primer amor.

Mamá no se quedó con su primer amor.

¿Y si yo tampoco me quedaba con Pablo?
Aún teníamos 16, casi 17. Había tanto por recorrer y en el mundo había tantos chicos y chicas que podían ser nuestra persona.

Y si tal vez en unos años, Pablo y yo nos volviéramos a encontrar, con una vida ya hecha y nos miramos y nos dijéramos: "tú fuiste mi primer amor".

Pero no el amor de mi vida.

«Me reúso»

«Lo niego»

«No lo acepto»

Llámenme loca, pero yo no me veía con nadie más que no sea Pablo.

Tal vez sea el amor de mi vida.
Tal vez no.

-¿En qué piensas, Val?

-En nada -mentí-. Solo soy una dramática.

-Eres mi hija, el drama corre por tus venas...

Toda la verdad.

-¿Bajamos? Pablo está a solas con él y ha de estar nervioso con cara de asustado e intentando hablar inglés -De tan solo imaginármelo me daba risa.

-Joder, déjame procesarlo.

-Esto me recuerda a cuando Donna vio a Harry, Sam y Bill luego de años sin verlos -me burlé.

-Qué fácil sería ponerme a cantar.

Mamá escuchó lo que dijo e inmediatamente sonrió, se puso de pie cogió una de mis sábanas y se la puso alrededor de su cuello como si fuera una boa de plumas. Hizo puño su mano y fingió que se trataba de un micrófono, empezó a cantar.

I've been cheated by you since I don't know when
So I made up my mind, it must come to an end
Look at me now, will I ever learn?
I don't know how, but I suddenly lose control
There's a fire within my soul

Y como yo era su hija, se me hizo imposible no seguirla. Canté junto a ella.

Just one look and I can hear a bell ring
One more look and I forget everything, oh

Mamma mia, here I go again
My my, how can I resist you?
Mamma mia, does it show again?
My my, just how much I've missed you

Yes, I've been broken-hearted
Blue since the day we parted
Why, why did I ever let you go?
Mamma mia, now I really know
My my, I could never let you go


Al terminar nuestro canto, bajamos las escaleras corriendo y riendo. Nuestras risas llamaron la atención de Pablo y también de papá, orbes celestes y marrones nos miraron con una sonrisa.

-¿De qué hablaban? -pregunté al llegar a ellos, primero se le pregunté a papá en inglés y luego a Pablo en español.

-Fútbol americano.

-Fútbol.

«¿Están mintiendo?»

-Bueno, al menos sabemos que hablaron de un deporte -vaciló mamá -¿Te quedarás a cenar, Gavi? -Le preguntó mamá a Pablo.

Él me miró y entendió lo que le dije con la mirada.

-No... cenaré con mis padres.

-Vale, para la próxima -Mamá miró a Gavi y luego a mí, ella lo había notado, mamá miró a papá y le hizo una seña-. Y tú sígueme, debemos de hablar.

-Sí, capitana.

Pablo y yo nos quedamos a solas. Me acerqué a él y pase mis brazos por su cuello, deje un costo beso en sus labios.

-Perdón por prácticamente echarte - murmuré-. Sé que pasaríamos la noche juntos viendo películas y también follando...

Sus mejillas se tiñeron de rojo.

-Solo eran películas, Val...

Dejé otro costo beso en sus labios -Mentiroso, yo te vi los condones en la mochila, pero no te avergüences -Quite mis brazos de su cuello y metí una de mis manos en mi pequeño bolso -, que yo también llevo conmigo condones y también tengo en mi mesita de noche y en el baño -Le guiñé.

-¿Querías tener sexo?

-Pues sí, es que pasar la noche contigo es muy tentador -Besé su mejilla-, pero... papá ha venido y en verdad quiero pasar tiempo con él, además Benjamín ha de estar por venir y esta casa se va a volver la casa de la incomodidad y miradas llenas de tensión, te ahorro eso...

-Vale, te entiendo -Besó mi frente y añadió-. Cualquier cosa no dudes en llamarme, Val...

-Vale -Besé su mentón -. Me llamas cuando llegues -Me fui acercando a su boca-. A y Pablo, mañana tenemos una cita para follar...

¿Dónde quedó la timidez?

Con Pablo la timidez moría.

-¿Vas a la Masía?

Asentí y pícara, le susurré al oído.

-Llevo los condones.
















































💌💌💌
























25 de julio, 2021

Incómodo, intenso y divertido, eran tres palabras que utilizaría para describir los últimos 5 días de mi vida.

Las cosas eran incómodas en casa, cuando se trataba de ver a mamá, papá y Benjamín. Me daba ansiedad no saber la historia completa detrás de ellos. Cada cena era como si al frente de mí hubiese un rico y grande libro donde el trope era un triángulo amoroso. Necesitaba leer ese libro, pero mamá lo tenía bien amarrado a ella.

Lo intenso fue con Pablo y los intensos polvos que nos dábamos cada día. Vale, habíamos despertado esa chispa de la sexualidad, que se estaba convirtiendo en un incendio y yo me quemaba en él.

Y lo divertido, lo divertido ha sido el tiempo que papá y yo nos hemos dado para conocernos, descubrí que mi adicción por la fórmula uno vino de él y ni hablar de que papá estaba casado con los libros, al igual que yo. Su valija tenía más libros que ropa.

-¿Iremos directo al partido o por algo de comer primero? -preguntó mi padre al entrar al coche de mamá, ella se lo había dejado.

-Ninguna de las dos, primero pasamos por mis amigas, ellas nos acompañarán al partido y luego allí compramos perritos calientes y café ¿Te apetece?

-Lo que tú quieras princesa.

-¿Estás seguro de que puedes manejar? -pregunté al sentarme en el asiento de copiloto.

-Sé manejar, no te preocupes.

-Vale -Me puse el cinturón de seguridad y papá puso en marcha el coche, fuimos a recoger a Carla y luego a Ester.

Pau tenía un compromiso con sus padres y no podía venir con nosotras. Aun así, las tres íbamos hablando, por nuestro chat grupal.

La rubia, la pelinegra, la pelirroja y la castaña🧸

Carla 💝:

Que chulo que está tu papá
🤤

Ester💋:

Carlita tiene razón
Esta para comerselo enterito

Carla 💝:

Y le has visto
Los ojos 😍

Ester💋:

Val deberías volver a nacer
Para que saques esos ojazos

Carla 💝:

🙄 no le hagas caso
Tienes unos ojos bonitos 😊

Btw te importa si me
vuelvo tu madrastra?

Me:
😳😳😳

Ester💋:

Carla va en busca del sugar
No te juzgo

Pau✨️:

Que sugar??

Esperen ya leí

Manden fotoo

Carla💝:

One moment

Ester 💋:

Quítale el flash

🤦🏻‍♀️demasiado tarde

Me:

Qué vergüenza


Carla💝:

Lo siento 😞
Quede expuesta
😔🔫

Pero

📷Carla ha mandado una foto📷

A que esta churrisimo

Pau✨️:
🤤🤤🤤

No tendrás otro hermano, val?

O un primo de nuestra edad

Ester 💋:

Yo no tengo problema con la edad
Está en el punto perfecto
Ni tan viejo, ni tan niñato 😏

A esa edad buscan la inocencia 😏

Carla💝:

De las tres yo soy la inocente
Ya gane 😇

Ester 💋:

Puedo fingir inocencia 😏

Carla💝:

Deberías volver a nacer💋
MENSAJE ELIMINADO

Me:

Recuerden que están hablando
De mi papá
Es raro esto 😫


Carla💝:

Pido perdón

Pero ya de última
No me importa si
Vivo la experiencia de all too well con él

Me:

Carla!!!!!

Has silenciado los mensajes

Les di una mala mirada por el espejo retrovisor.

Y entré al chat de Pablo.

Me:

ya estamos de camino a verte

Me dedicas un gol? 🥺

Niño bonito gruñón 😇😡:

Eso no se pregunta val.

Te dedicaré todos 😉

Me:

Eres el mejor 😘

Te mando un beso

Y no olvides atarte los cordones
















Al llegar, guíe a papá y a las chicas hasta nuestros lugares. Estábamos demasiado cerca, ventajas de tener a un novio en el equipo.

-Iré a ver a Pablo, vuelvo enseguida -avisé y rezaba que Carla, ni Ester dijeran algo inapropiado.

Vi al equipo salir a calentar, les saludé y les deseé suerte. Mis ojos buscaron a Pablo, pero no lo encontré. Le pregunté a uno de sus compañeros y me dijo que aún seguía en los vestidores.

A hurtadillas me metí.

Pablo estaba de espaldas y no se había dado cuenta de mi presencia.

Para cargosearlo grité:

-¡BOOOO!

Vi como dio un pequeño salto del susto, al notar que era yo, fingió que nada había pasado. Me reí, bien fuerte.

-Eres tan miedoso -Me burlé y seguí riéndome.

-Hostias, Val -Terminó de ponerse la camiseta.

-Miedoso.

-Tú hubieses gritado peor -replicó.

-Razón no te falta, pero debiste verte -reí.

-¿Has venido a burlarte? -preguntó con un mohín.

-No, vine a darte un besito de la suerte, pero si quieres, ya me puedo ir -señalé hacia la puerta.

-No, acepto tu besito -dijo con una voz mimada que me dio ternura.

Caminé hacia él, me puse de puntitas y planté un costo beso en sus labios.

-¿Y qué pasa con tus besos de pasión?

-¿Quieres un beso con pasión?

Pablo miró a ambos lados y me dio una mirada coqueta y sonrisa ladeada.

-Estamos solos.

Ya sabía como terminaban esos besos, aun así, le besé. Y sí, llegamos a otras cosas.

Con las mejillas rojas y las piernas como gelatina, llegué a mi asiento. Me llevé la sorpresa de que papá no estaba, solo Carla y Ester.

-¿Y papá?

-Se fue a comprar chuches y perritos calientes -contestó Carla mirando hacia el campo. Estaba concentrada mirando a los jugadores que no noto mi aspecto.

Todo lo contrario a Ester, que me recorrió de pies a cabeza.

-Veo que Gavi ya metió gol antes de que el partido iniciará.

Las mejillas me ardieron.

-¿Qué dices?

-Que te lo has follado, tía.

-Shhh que te escucharan.

-¿Es un secreto? -Pues... -. Porque déjame decirte que Gavi ha salido unos largos minutos después al campo, despeinado, con marcas de labial -Miré hacia el campo y aunque no podía apreciar a la perfección su cuello a causa de la miopía y que él estaba a unos metros, le hice unas señas, él logró verme. Al principio no entendió y luego capto. Pasó sus manos por su cuello de una manera "discreta"-A y Val, tienes un chupetón -añadió Ester apuntando con su uña puntiaguda, mi cuello.

Avergonzada, traté de taparlo con mi pelo. Sentí las manos de Ester y ella me acomodó el pelo hacia un lado, cubriendo la marca del delito.

-¿De qué me perdí? -Papá llegó y nos miró a las tres, Carla dejó de ver a los jugadores para ver a mi padre.

Ester fue quien le contestó.

-Gavi ya salió.

Discretamente me guiñó un ojo y en sus labios dibujó un "te cubro las espaldas" sin pronunciar ningún sonido.

El partido inició. Pablo o Gavi como todo el mundo le conocía, daba todo de él. Me gustaba mucho eso de él, que nunca se rendía y siempre luchaba por conseguir el balón. Su agresividad en el campo, las presiones, las ganas que le metía eran las principales razones por las que destacaba.

Grité y aplaudí cuando Gavi dio un pase para el primer gol. Sonreí al verlo celebrar y la sonrisa más se me agrandó al ver como marcaba el segundo gol y me lo dedicaba, mirándome y guiñándome.

Pablo creaba mariposas en mi estómago.

Al finalizar el partido fui a felicitarlo y como ya era de costumbre, me regalaba su camiseta.

Ya tenía muchas. Tenía pensado hacer un museo cuando se vuelva famoso. Todos los equipos lo querrán fichar, pero él está muy casado con el Barça.

Mientras Pablo se iba a cambiar y a duchar, me encontré con Aurora, la hermana de mi novio y Belén la mamá de Pablo.

«La cuñada y la suegra»

-Hola, Valeria -Aurora fue la primera en saludarme y dejar dos besos en mis mejillas, copie su acción y la saludé.

-Hola, señora Páez -Con una sonrisa amable, dejé dos besos en sus mejillas.

-Val, cariño, te dije que podías llamarme Belén.

-Está bien señora... Está bien, Belén.

-Eres tan linda.

-¿Y has venido sola? -preguntó Aurora.

-No, he venido con unas amigas y mi pa... -No terminé de hablar al escuchar la voz de papá y su brazo rodeándome por los hombros.

-Aquí estás pequeña.

-Aurora, Belén, él es mi papá, Christopher -Lo presente-, papá, ellas son, Belén, la mamá de Pablo y Aurora, su hermana.

Las presentaciones me causaban algo de nervios y más porque se trataba de la familia de Pablo. Era muy importante para mí.

-Un gusto -Papá sabía algo de español, pero su acento daba risa.

Carla y Ester llegaron a donde nos encontrábamos, la rubia iba con una bolsa de chuches y la pelinegra la regañaba. Era momento de más presentaciones.

-Aurora, Belén, ellas son mis mejores amigas, Carla y Ester, Carla, Ester, ellas son Aurora, la hermana de Pablo y Belén, la mamá de Pablo.

Las cuatro se saludaron con un beso en la mejilla, Carla con una sonrisa encantadora y Ester siempre con esos aires de elegancia que portaba. Por un segundo vi una mueca en el rostro de Aurora y escuché un desagradable y apenas audible: -Ah tú eres Ester.

Me quedé con ganas de preguntar ¿Cómo sabía ella el nombre de Ester? ¿Se conocían? Me quedé con las dudas y luego se me olvidó, ya que recibí una llamada de mamá.

-Vuelvo enseguida -avisé y me separé del grupo.

-¿Ya vienen? ¿O se quedan? -preguntó demasiado rápido mi madre.

-Hola a ti también, Ma.

-Hola, chiquitita, pero dime ¿Van a venir o no?

-Pues, Papá irá, yo no cenaré con ustedes, Pablo y yo cenaremos juntos con su familia, lo hemos planeado. Recuerdas te avisé...

-¡¿Qué?! -Separé el teléfono de mi oreja para no quedarme sorda con su grito-, ¡Valeria Martina De las Margaritas Rosón Blair! -Se le escuchaba furiosa y luego desesperada-No puedes dejarme sola, no con Benjamín y Christopher, a solas, nooo ¿Qué quieres la tercera guerra mundial?

-No es para tanto...

-¿Qué no es para tanto?

Era tan dramática.

-No...

-Es para tanto, si las cenas contigo ya son incómodas, imagínate conmigo a solas, ellos se controlan por ti... debes de venir, por favor, por favor, por favor, por favor...

-Pero... ¿Quieres que le cancele a Pablo? Su familia está en Barcelona, es importante para él...

-Pero yo soy tu mamá...

-Pero...

-Nada de peros ¿O yo te he puesto un "pero" todas estas tardes que te has ido a La Masía para jugar a los recién casados con tu noviecito?

Las mejillas me ardieron ¿Cómo lo supo?

Me quedé en silencio.

-O vienes o estás castigada y nada de sexo en una semana -amenazó

-Pero mamá...

-Dos semanas...

-Mamá

-Tres semanas.

-Ma...

-Un mes...

-Ya no sigas... tú ganas, iré...

-Eres una cochina...

-No es... igual te iba a desobedecer

-Aja, no lo harías, tú si tienes conciencia.

-Vale, le cancelaré a Pablo ¿Finjo que me duele el estómago por comer bastante algodón de azúcar? ¿O qué? Sabes que soy una pésima mentirosa.

-No mientas, si quieres invita a Pablo, así no habrá mucha tensión en la cena, ya sé, mejor también invita a su familia, así no habrá un campo de batalla en la mesa...

-¿Y si la hay? No quiero pasar vergüenza, además sería la primera...

Mamá me interrumpió -No pasarás vergüenza, Christopher y Benjamín se controlarán, ellos no arruinarían una noche importante de su princesa...

-Pero...

-Oh Val val, se está perdiendo la señal -Empezó a hacer una bulla extraña-. Te espero, puntual.

Colgó la llamada.

Guardé el teléfono en mi bolso y fui hacia donde minutos antes estaba. Pablo aún no salía de los vestidores.

-Aurora, Belén... ¿No les molesta si cenamos en mi casa? Les prometo que la comida será muy rica y la pasarán de maravilla.

-Por mí no hay problema -dijo Aurora-. Y creo que por mamá tampoco ¿verdad, ma?

-No, claro que no, Val. Le avisaré a mi esposo -Belén se fue a donde se encontraba el papá de Gavi, quien estaba hablando con el entrenador de su hijo.

-¿Esto es obra de tu mamá? -preguntó papá en mi oído, para que solo yo escuchara.

-No preguntes.

Por el rabillo de mi ojo vi a mi novio, se estaba acercando. Fui rápida y me acerqué, dejando a Aurora hablando con Carla y a Ester haciéndole ojitos a un chico que nunca había visto.

-¿Vas por algo? -preguntó Pablo y luego sonrió ladeo y coqueto para decirme -¿Quieres ir a los vestidores, no hay nadie?

¿Acaso él estaba insinuando para ir a tener sexo?

-¡Pablo!

Era tentador, pero no.

-No, no, quiero, no, además mira -señalé mi cuello-. Me has dejado un chupetón.

Sonrió orgulloso.

-Así saben que eres mía.

Me tapé el rostro con ambas manos, intentando controlar mi sonrojo.

-Vale, eso me excita, pero, nooo. Además que no soy tuya, eso es muy libros tóxicos, pero no negaré que me gusta que me digas eso.

¿Dónde quedó el chico que se sonrojaba al tomarme la mano?

-Vale, me encanta verte nerviosa. Ah y Val...

-¿Qué?

-Yo sí soy tuyo.

Sonreí como una boba.

-Yo también soy tuya -dije sin pensar-. Me corrijo, mi corazón es tuyo.

Me jaló para escondernos en uno de los pasillos que llevaba a los vestidores. Sus labios capturaron los míos y me arrincono contra la pared.

Nos comimos a besos y las ganas de hacer otras cosas se apoderaron de mí. Me contuve y lo tuve que empujar para poder decirle sobre la cena.

-Pablo... hice una estupidez...

Me miró asustado.

-¿Qué hiciste?

-Pues... -Jugué con mis dedos-... Pues...

-¿Qué Val? Me preocupas, Val...

-Es que es una estupidez y sé que debí consultarlo antes contigo, pero mamá de una u otra manera me amenazo y no pude decirle que no porque me gusta tener sexo contigo, así que no pude decirle que no ... -hablé de paporreta y no iba al punto.

-¿Qué pasó?

-Invite a tu familia a cenar con la mía. Y sí, soy una tonta. No debí hacerlo sin consultártelo, porque es una decisión de los dos, pero lo hice y lo siento. Pero, lo puedo arreglar. Si te incomoda lo cancelo y finjo que me duele la barriga.

No quería arruinar las cosas con Pablo y eso de estar tomando la decisión de tener una cena con las dos familias era un gran paso.

-No me importa, Val -Sus manos ahuecaron mis mejillas-. Además creo yo que ya es momento de que las dos familias se conozcan formalmente. Tú y yo somos algo muy en serio.

Besó mi mejilla y mi corazón volvía a caer de amor por él.

-¿De verdad?

-Sí.

-¿No te incomoda? ¿No te molesta?

-No.

-Vale, eres el mejor -Me colgué de su cuello y besé su mentón.

-Entonces será una cena muy importante -Besó mi frente.

-Lo será.

Nos dimos pequeños besos, hasta que nos separamos por la tos de alguien.

-Los están buscando -habló Ester, volteé a verla y ella nos dio una sonrisa incómoda antes de irse por donde vino.

-Es hora de ir.

Fuimos al estacionamiento. Tuve que ir con papá, Carla y Ester en el coche, dirigiéndonos a casa, mientras la familia de Pablo iba en su coche siguiéndonos.

Al llegar a casa. Fui la primera en bajar, corrí hacia la casa a ver si todo estaba en orden, no me hubiese preocupado de eso hace unos días. Pero, últimamente mamá estaba tan despistada que se dejaba todo tirado. Corrí al salón y empecé a agarrar, sus chaquetas, revistas y bolsos, lo más rápido que pude subí por las escaleras y deje todo en su habitación. Al bajar fui a la entrada y me encontré con mi madre y Benjamín dándoles la bienvenida a la familia de Pablo.

-¿Así que al fin conozco a la familia del futuro esposo de mi Val Val?

Mamá nunca dejaba de avergonzarme.

-Mamá -dije en tono de regaño.

-Es un gusto, al fin conocer a la mamá de Val -Belén dejó dos besos en las mejillas de mi mamá-. Ha criado a la chica más dulce del mundo, perfecta para ser la futura esposa de mi Pablito.

Mordí el interior de mi mejilla para no reírme de la cara avergonzada de mi novio.

-Oh por dios -Mamá me miró y con una sonrisa de oreja a oreja me dijo-. Ya podemos ir planeando la boda.

¿Boda? No me molestaría en un futuro. Estaba segura de que él era el amor de mi vida.

Se me fue imposible no imaginarme en unos años, vestida de blanco, caminando al altar siendo llevada por mamá. Mis ojos fijos en Pablo, teniendo unas inmensas ganas de llorar, pero, sin soltar ni una lágrima para arruinar el maquillaje. Pablo no dejaba de mirarme, lucía tan guapo con su traje y una sonrisa que no se desvaneció al dibujar en sus labios un "te amo".

La fantasía se perdió en mi mente al volver a la realidad. No estaba en mi boda, estaba en la entrada de mi casa, junto a mi familia y a la familia de mi novio.

Sonreí tímida.

Pasamos a la sala de estar. Tenía que hablar con todos, meterme en la conversación de adultos y jóvenes. Aurora hablaba con Carla y Pablo, los adultos hablaban sobre anécdotas vergonzosas, y Ester estaba chateando con alguien por mensajes, se le veía tan concentrada.

No me importaba que mis amigas estuvieran en la cena, en fin y acabo siempre las consideré mi familia.

Estaba tan nerviosa que disculpándome tuve que ir a la cocina a ver lo que estaba preparando Margarita.

-¿Qué te pasa mi niña?

Margarita era como mi segunda abuela, siempre ha estado para mí.

-Nerviosa, siento que algo malo va a pasar y la familia de Pablo ya no me va a querer.

-No creo que eso pase.

-¿Y si pasa?

-No pasará nada, anda yo me encargaré de que la cena esté perfecta.

-Con tu rica comida.

-Con mi rica comida y ahora iré a poner la mesa y tú ve a la sala de estar.

-Te ayudaré a poner la mesa y no acepto un no ¿Vale?

-Vale, ven ayúdame.

Ayudé a Margarita a poner la mesa, la ordené poniendo platos y cubiertos. Regresé a la cocina y me encontré con mi padre apoyado en el mesón.

A veces se me hacía extraño que él estuviera en la casa.

-Hola...

-Hola... Valeria -Se me hacía raro escuchar mi nombre de su voz.

-¿Si?

-¿Lo tuyo con Gavi va en serio?

¿Por qué lo preguntaba?

-Muy en serio.

-Okay -Bajo la mirada y la volvió a subir al decir-, ¿Entonces ya es algo tarde para ser un papá celoso que impida que el estúpido novio se lleve a su princesa?

«Sí, es demasiado tarde». Fue lo que pensé.

-No es demasiado tarde -Mentí y era verdad que él no me conocía, si no se hubiese dado cuenta de mi pequeña manía de no mirar a los ojos cuando mentía-. Pero no le hagas la vida cuadritos a Pablo, es un buen chico y me quiere, solo asustalo indirectamente y me reiré de su cara.

-Vale.

Nos dirigimos a la sala de estar y a mitad del camino, escuché como el timbre sonó. Fui a abrir y como si la vida me odiara, al abrir la puerta vi a la persona que menos me imaginaba ver.

-¿Qué haces aquí? -pregunté al ver a Manú.

No negaré en decir que no se veía apuesto. Era muy apuesto, pero Pablo era mil veces mejor.

-Vine a dejar estos documentos, papá los envía -informó -¿Puedo pasar?-Manú sin esperar mi respuesta, me hizo a un lado y entró a la casa-¿Dónde está Martina? ¿En el despacho?

-No, ¿Pero qué haces? -dije al ver que Manu tenía las intenciones de ir a la segunda planta y quizá lo hubiese dejado que subiera e hiciera lo que tenía que hacer para que así se fuera rápido.

No pensaba con claridad.

-Tenemos invitados, por favor te puedes ir -pedí.

Manú giró a verme.

-¿Invitados? ¿Qué clase de invitados?

-Invitados.

Retrocedí un paso al ver que se acercaba a mí. Bajé la mirada.

-Podrías irte. En verdad te lo pido, por favor. Si quieres yo le entrego los documentos a mamá y listo, te ahorro el trabajo.

-No, yo quiero dárselos personalmente y así de paso veo a esos invitados.

Empezó a andar y esta vez hacia la sala de estar. Él conocía muy bien el camino, conocía muy bien esta casa, de niños venía a jugar, se quedaba a dormir, fue tan cercano y luego cambió.

Lo agarré del brazo y tiré de él.

-Espera, por favor no vayas. Yo le dejaré los documentos a mamá.

Manú se detuvo y volteó a verme -¿Por qué no quieres que vaya?

-Porque está Pablo, mi novio y también está su familia.

-Lo pillo -Se acercó a mí e hizo una mueca de tristeza-. Tú y yo nunca tuvimos una cena entre nuestras familias.

-Recuerdo todo lo contrario -Nuestros padres eran amigos y trabajan juntos, era obvio que siempre había cenas.

-Más bien una cena donde se supiera que tú y yo andábamos.

Estaba tan cerca, yo retrocedía, él me seguía. Hubiésemos seguido, si no hubiese sido por la falsa tos de mamá. Gracias a Dios fue ella.

-Manú -Fingió cortesía-¿Qué haces acá?

Se separó de mí y fue a saludar a mi mamá.

-Vine a dejarte esto, Martina. Te lo manda mi padre.

-Genial... -Por la cara de mamá supe que no sabía cómo decirle que se fuera.

-¿Podemos hablar?

-¿Hablar? -Manu asintió y mamá no se negó-Claro.

-En privado.

Sin mí.

¿Qué es lo que le quiere decir?

-Claro, vamos a mi despacho.

Los vi irse, me quedé un par de minutos parada, hasta que rápido fui al despacho, estaba la puerta cerrada. Pegué mi oreja para escuchar de lo que hablaban. No se escuchaba nada.

Me pegué más.

-Val ¿Qué haces?

Me sobresalté al oír a Pablo. Volteé a verlo y todas mis alarmas se encendieron.

-Nada... eh...

-Estás mintiendo.

-No.

-Te conozco. Sé cuando mientes.

-Solo estaba...

No terminé de hablar al escuchar como la puerta del despacho se abría y salían mi madre junto a Manú.
-Miren, si es la happy parejita -La falsedad de Manu me agria el estómago.

No volteé a ver a Pablo, no quería verle la cara de molestia.

-¿Ya te vas?

-No, de hecho Martina me ha invitado a quedarme -Manú sonrió de oreja a oreja -, ¿verdad suegrita?

-Cállate, tonto -Mamá le dio una falsa sonrisa y luego una mirada de disculpas a mí.

Tenía que ser una broma.

Regresé a ver a Pablo y se notaba a leguas lo incómodo que estaba.

-No te molesta, Val ¿verdad?

-No...

-¿Y a ti Pablito? -Manú le dio un apretón en el hombro a Pablo. Mi novio le dio una mirada penetrante y lo apartó de un empujón.

-No me toques, imbécil.

-Pero qué humor -vaciló Manú.

Pablo no dijo nada, se notaba que le había molestado ver a mi ex y aunque trataba de disimularlo, el como apretaba la mandíbula lo delataba.

Manú le retaba la mirada y sabía que Pablo era un fósforo andante, tanto en la cancha de fútbol como en la vida cotidiana. Quizá se quiso contener en no darle un empujón. Dio media vuelta y en largos pasos se fue.

-Creo que no soporto -dijo Manú y me agarró de la mano para guiarla en su corazón-. Con un hombre celoso, Val. Te digo que ahí no es.

-Cállate.

Miré a mamá.

-¿En serio le has invitado?

Su mirada de disculpas lo decía todo.

-Chiquitita yo...

Le dejé con la palabra en la boca. Di media vuelta y fui corriendo para alcanzar a Pablo.

Salí de la casa y lo encontré apoyado contra la pared.

-Pablo no es lo que parece... Lo juro...

Apretaba la mandíbula y le dejé un beso en el mentón. Le volví a besar.

-Por favor, Pablo... -Le di varios besos en su mentón-. No te molestes. Yo no sabía.

Iba a dejar otro beso en su mentón, pero el giro su rostro y nuestros labios rozaron.

-No puedo molestarme contigo si me besas de esa forma -susurró.

Enrede mis brazos en su cuello, sintiendo sus músculos relajarse.

-No quiero que la noche se arruine. Podemos ir a otro lugar a cenar, solo nosotros dos, con tu familia.

-¿Y tus padres?

-Mamá se volvió insoportable, no entiendo por qué invitó a ese imbécil. Me obliga a esta cena y la quiere arruinar con más tensión en el ambiente. Vámonos de aquí, Pablo. Me voy contigo a cualquier lugar.

-Val, no quiero que te pelees con tu mamá por mi culpa.

-No es tu culpa, es la de ella. Nos vamos a otro lugar ¿Vale?

Di un paso para entrar a la casa y recoger mis cosas. Pablo me lo impidió.

-No, Val. Ya estamos aquí y no voy a dejar que ese hijo de puta arruiné la cena.

-Pero no quiero que te sientas incómodo.

-No negaré que me incomoda que él esté aquí y más porque te mira como si te desnudara con los ojos y me dan ganas de darle unas hostias.

-No te metas en una pelea, Pablo.

-No lo haré, pero si él te hace algo yo...

-Yo sé defenderme sólita.

-Y yo te doy una ayuda -Besó la punta de mi nariz-. Por lo mínimo que te haga sentir incómoda, tú me lo dices y yo...

-No quiero que te vayas a los Golpes.

-Pero...

-Promételo...

-Pero...

-Promételo o dejaré de ir a verte a La Masía y ya no veremos películas por una semana.

-Pero, Val...

-Prometelo.

-Lo prometo.

Deje un pico en sus labios.

-Ahora vamos, que ya nos deben de estar esperando.

-Está bien...

Caminamos hacia la puerta y antes de abrirla, alguien más la abrió. Era Carla.

-¿A dónde vas?

-Mis padres me han venido a buscar -respondió-. Le he dicho a Ester que venga conmigo, pero ella me ha dicho que se quedara a dormir contigo.

-Sí, sus padres no están y ella se quedará conmigo por estos días.

-Ah vale -Carla se despidió de nosotros dejando dos besos en nuestras mejillas-. Los dejo y nada de hacerme tía.

La vi irse y entramos a casa. Al cerrar la puerta, Pablo me preguntó:

-¿Ester se quedará contigo?

-Sí.

-Pensé que te irías a dormir conmigo.

-¿A follar?

-Sí, pero también a dormir abrazaditos.

-Es muy tentador, pero ya quede con mi amiga -señalé-. Pero, si quieres, puedes quedarte y hacemos una pijamada los tres. Rutinas fáciles, pintarnos las uñas...

-¿Con Ester?

-Sí.

-No, gracias.

-Pero será divertido...

Iba a seguir insistiendo. Pero, me interrumpieron.

-Aquí están chicos, los estamos esperando -Papá nos hizo un ademán para que lo siguiéramos al comedor o más bien era la arena de los juegos del hambre.

Ignoré las miradas de disculpas de mamá. Ella se llevaría mi desprecio por estas horas. No creía que había sido capaz de dejar que Manú se quedará.

Tomé asiento, Pablo se sentó a mi lado. Le agarré la mano por debajo de la mesa. Esa perfección que sentía fue arruinada al notar como Manú se sentaba a mi lado.

Me removí en mi asiento y busqué con la mirada a Ester. Ella me ayudaría.

-Creo que tendremos una linda cena -dijo la de ojos azules con una sonrisa de oreja a oreja. Ester no captó mis muecas y lo único que me dio fue una encogida de hombros, antes de sentarse al frente de Pablo.

La cena transcurría más de lo normal, a excepción que cada vez que mamá pedía que le pasara la ensalada, yo le decía a Benjamín que se la pasara ¿Se notaba que estaba enojada?

La rareza fue cuando Benjamín empezó a hacerle conversación a Pablo. Nunca habían pasado de la segunda oración y en esa oportunidad estaban hablando de lo más normal, sobre fútbol.

Capté lo que quería hacer. Algo que papá no podía hacer, hablarle con fluidez a mi novio y tener una plática.

En toda cena siempre había una parte donde se contaban anécdotas. Pablo fue el perjudicado, él se avergonzaba mientras yo me moría de ternura al imaginarme un pequeño Pablito.

-Los cuatro habíamos sido invitados a una boda, el niño -El papá de Pablo lo señaló-. Todo lindo con su chaquetita, su peinado, pero, insistía en llevar el balón. Lo llevó y terminó en un charco lleno de lodo, tuvimos que llevarlo a casa, volverlo a arreglar y él seguía diciendo "pero, papá llevaré el balón".

Choque mi rodilla con la de Pablo, él volteó a mirarme y sin que se escuchara ni un sonido, Pronuncié "Adicto al fútbol".

Acomodé mi cabello y giré un poco, mis ojos se toparon con mi espejo de unos 17 años en el futuro, mi madre. Traté de ignorarla, pero sus señas extrañas me hicieron formular un "¿Qué?".

Señalaba el cuello.

No le entendí y le hubiese seguido sin entender, si no fuera por Manu, él se me acercó y en el oído me susurró.

-Habla del chupetón que tienes en el cuello, santa Valeria.

La cara me ardió de la vergüenza. Disimuladamente hice para al frente mi pelo para ocultar la rojiza marca. Creí que nadie se daría cuenta, pero, si lo hicieron y solo fingieron no haber notado la marca para no volver incómoda la cena.

De todas formas, la cena se volvió incómoda. Y no fue precisamente por el chupetón que tenía en el cuello.

Todo empezó cuando mamá contaba una de mis travesuras.

Le di un trago a mi copa de vino y me negué a lo que decía mi mamá.

-No fue tan grave a decir verdad.

-Estuviste en detención y me llamaron para ir a verte, yo pensé que habías hecho algo demasiado grave para tal llamada que me hicieron, pero no, la niña había sido encontrada leyendo un libro de romance en plena clase de matemáticas.

-No es para tanto... en mi defensa la historia estaba más entretenida que calculo.

Pablo chocó su rodilla con la mía, le miré y descifré lo que sus labios me dijeron sin que ningún sonido se escuchara.

"De seguro era un libro con escenas +18"

Golpeé mi rodilla con la suya y miré mi plato de comida. El sonrojo me era muy difícil de controlar.

-Valeria, siempre ha sido muy aficionada a la lectura. Desde muy chiquita se terminaba libros en un día -comentó Benjamín.

-Eso lo saqué de papá ¿verdad papá? -Volteé a ver a mi progenitor.

-Sí...

Papá iba a decir algo más. Benjamín lo interrumpió.

-Recuerdo cuando conocí a Val, tenía 10 años, muy chiquita para su edad y se la pasaba leyendo o jugando a las princesas con sus amigas. Quería ir a una firma de un autor que le gustaba, Tina no podía ir y prometí llevar a Val. Estuvimos desde muy temprano, logró que le firmaran el libro y luego estuvimos paseando por las librerías. La niña era tan inquieta cuando se trataba de libros, que en un parpadeo ya no estaba por ningún lado, estuve como dos horas buscándola y ella estaba de puesto en puesto buscando el libro que tanto quería.

Recuerdo ese día, un recuerdo vago. Que se convirtió en un secreto.

-Yo no sabía eso -objetó mamá.

-Te hubieses molestado.

Y quizá se hubiese replanteado la idea de casarse con el hombre que perdió a su hija por dos horas.

Se quedó en una anécdota que estaba olvidando.

-Es algo que contar, las anécdotas de Val ¿verdad Tina? -Los oscuros ojos de Benjamín pasaron a mamá y en un parpadeo miró a Papá y le dijo-Es una pena que no puedas contarlas tú ¿Verdad Christopher?

Papá entendía algo de español, no lo hablaba a la perfección, pero, por su cara supe que había entendido el tono y lo que dijo Benjamín.

-Sí -Papá lo pronunció tan lento y se tomó unos segundos de silencio que alimentaron la incomodidad en el ambiente-Es por eso que me gustaría que Val pasará el resto de sus vacaciones en New York conmigo...

-¿Qué? -exclamó mamá.

Me removí en mi asiento. No sabía qué decir y esa conversación pasó segundo plano al sentir una mano en mi muslo.

Miré a Pablo, él tenía una cara de asustado y aquel tacto no era cálido, era todo lo contrario.

No era Pablo, conocía la calidez de su tacto en mi piel, las cosquillas que causaba. No era él.

Miré de reojo a Manú, actuaba tan normal, pero, tenía esa sonrisa ladeada. Su mano en mi muslo, me acariciaba y no sabía cómo apartarlo sin hacer un escándalo.

Le empujé con mi pie. Su mano seguía en mi muslo. Agarré mi copa y di un sorbo.

A lo lejos escuchaba la conversación de mis padres y Benjamín, discutiendo indirectamente sobre lo que menciono papá.

Me removí incómoda, la mano de Manú seguía en mi muslo. Empezó a subir y una mezcla de asco e impotencia se apoderó de mí.

-Esa no es tu decisión -Escuché a papá-. Es decisión de Valeria, mi hija-recalcó.

-No la considerabas tu hija cuando nunca llegabas a sus cumpleaños, o cuando aprendió en bici o cuando ganó su torneo de Voleibol...

Me levanté de la mesa y salí corriendo en una acción de detener al imbécil de Manú y la guerra a mi alrededor.

Escuché como mamá preocupada me llamaba. Corrí hasta llegar a mi habitación y cerré la puerta. Me tiré en mi cama, escuché como la puerta se abrió.

-¿Chiquitita qué sucede?

-Nada.

-¿Es por lo que dijo Christopher? No te irás a ninguna parte, él no tiene ningún derecho...

-No es por eso...

Se me había formado un nudo en la garganta.

-Entonces que...

-¿Por qué dejaste que Manú se quedara? -lloriqueé.

-¿Qué? ¿Val, qué pasa?

-¿Por qué le dejaste?

-No quería dejarlo solo, sus padres no están en la ciudad y prácticamente me dio esa mirada de adolescente perdido y no supe decirle que no...

Me abracé a mi misma. Era obvio que Manú lo había fingido, era un manipulador. Lo conocía, sus ojos de pena para convencer a las personas. Lo había hecho conmigo y nunca le dije que no.

Limpié una lágrima rebelde. Manú seguía siendo una espina, seguí teniendo un poder en mí. Odiaba eso.

-Val, ¿Dime que sucede?

Mire a mamá y abrí la boca, la cerré al oír tres golpes a la puerta y la voz de Pablo al llamarme.

-Valeria, Val ¿Puedo pasar?

Fui a la puerta y puse el pestillo.

-¿Val? ¿Estás bien?

-Sí, no te preocupes, Pablo. Estoy bien -Mi voz sal6 en un susurró-. Puedes... puedes disculparme con tu familia, no era mi intención arruinar la cena...

-Val...

No lo dejé terminar...

-Lo siento. Me siento algo mal... te puedes ir...

-Val...

-Pablo, por favor.

Escuché como toco leve la puerta y susurró un "vale" sus pasos se escucharon a lo lejos.

-¿Me puedes decir que es lo que te pasa, chiquitita?

Me quedé callada y bajé la mirada pensando en qué decir. No fue suficiente decirle algo. Mamá lo entendió al leer mi rostro.

-Lo voy a matar.

Dio media vuelta y en menos de un parpadeo salió por la puerta cerrándola de un tirón. La palabra "furiosa" se le quedaba muy corta.

La seguí, pero, solo llegué a la puerta. Me detuve al escuchar como dos voces masculinas me llamaban. Otra vez le puse pestillo a la puerta.

-¿Valeria, podemos hablar?

-Princesita ¿podemos hablar?

-Yo llegué primero.

Se escuchó como forcejearon. Mantuve mi boca cerrada y no supe qué hacer, salvo salir por la ventana. El tejado ayudó un poco, de igual forma terminé cayendo en el arbusto. Ahogué un grito y me puse de pie.

Sobé mi rodilla y a pasos lentos me apoyé en la pared.

Lo único que me faltaba era presenciar una pelea de niñitos entre Benjamín y Papá.

Estuve unos minutos en calma, procesando todo lo que arruinó la cena.

La incomodidad entre mis padres.

El imbécil de Manú.

No debí de invitar a la familia de Pablo, no cuando mis padres vivían un drama adolescente.

-Valeria.

Me sobresalté al oír a Manú. Volteé y le vi acercarse a mí.

-No he dejado de pensar en ti.

-Vete.

-Valeria, perdóname -Llegó hasta donde me encontraba-. No era mi intención...

-¿Qué no era tu intención? ¿Sobrepasarte conmigo? ¿Ser un imbécil? -Lo empujé-. Te recuerdo que tú y yo no somos nada, no tienes el porqué tocarme, no sin mi permiso.

-Perdóname.

-Vete -Apunte hacia la salida-. Vete. Lo digo en serio o voy a gritar.

-Vale, vale, me iré -Alzó sus manos en forma de inocencia-. Pero antes...

Manú se movió tan rápido que no me dio tiempo de apartarme, sus labios se pegaron con los míos. Una presión, hasta que lo empujé.

-¡¿Qué haces?! Tengo novio, idiota -Mi mano se hizo puño y golpeé su pecho.

-¿Ese niñato? Ambos sabemos que sigues queriendo estar conmigo -hablaba tan en serio, que cualquiera que lo escuchara pensaría que era verdad.

-No, no es verdad -Lo apunté con mi dedo-. Además tú tienes novia, esa chica con la que salías...

Sonrió como un patán.

-Corté con ella. Por ti.

«¿Pero este que se ha fumado

-Deja al niño con el que estás saliendo y regresemos a lo de antes. Prometo hablar con tus padres, prometo que seré el mejor novio -Sus manos buscaron las mías y en sus ojos notaba tanta sinceridad.

O decía la verdad o era un buen actor.

Mi cabeza se movía de izquierda a derecha. Negaba una y otra vez.

-Claro que no, yo quiero a Pablo. Estoy con él, no lo dejaría por nada en el mundo.

-¿Pero y yo? Yo también te quiero a ti, y no es que te quiera Val, yo te amo.

Me quedé muda por lo que dijo. En todos los meses que estuvimos juntos, nunca me dijo que me quería y decírmelo esa noche y añadir el "te amo" me dejó saber que todo lo que decía era un acto de mentira. Él no podría amarme. Claro que no.

-Él no te dice que te ama ¿o si?

Me quería hacer dudar. No lo lograba.

-Quiero a Pablo y él me quiere a mí.

-Pero no te ama. Yo sí.

-No lo haces. No me amas. Por dios Manú, solo me ves como un maldito juego. Tienes un enorme ego, que te daña que ya no esté detrás de ti. Es por eso que me dices todas esas mentiras, para volver detrás de ti y ser una estúpida que se deja controlar a tu antojo. Te daña que esté con otro chico que es mil veces mejor que tú.

-No es mejor que yo -Apretó el mentón.

-Lo es para mí. Es el mejor hombre que he conocido, es un caballero, me trata como si fuera la única chica en su mundo, me respeta, se preocupa por mí, me hace feliz y me quiere. Es mucho mejor novio de lo que tú fuiste.

-Puedo cambiar. Puedo hacerlo por ti.

-No lo harás. Siempre me lo decías y nunca cambiaste.

-Lo haré. Lo prometo Valeria. Solo regresa conmigo -rogó-. Por favor. Cambiaré, lo haré por ti. Sigue siendo la chica que confiaba en mí.

Quería darme pena. Meses atrás lograba convencerme y yo como una tonta creía que cambiaría por mí.

-No.

-Por favor.

Me acorraló contra la pared.

-Cambiaré, Valeria. Lo haré por ti, solo deja a ese estúpido niño.

Lo miré fijo y abrí mi boca para decir un gran "No" mis manos estaban preparadas para empujarlo. Mi empujón nunca llegó, pero, alguien más lo empujó por mí.

-¡Déjala en paz, hijo de puta!

-Debes de dejar de meterte en lo que no es tuyo -Manú le devolvió el empujón.

-Ella no es tuya, gilipollas.

Pablo lo volvió a empujar y antes de que los golpes subieran de nivel, tiré de la mano de Pablo.

-Vámonos, anda, déjalo, Pablo -pedí, su rostro se relajó un poco al verme.

Junté mi mano con la suya y logré que Pablo dejara a Manú. Ambos dimos media vuelta para entrar a la casa, solo dimos dos pasos cuando la voz de Manú se volvió a escuchar.

-Sí váyanse. Sabemos que fui yo el primero que la follo, metí primero mi polla en su virgen vagina ¿cómo es que me decías Val "sí Manú, más, más"?

No pude detener a Pablo por lo siguiente que hizo. Todo pasó en cámara lenta ante mis ojos. Pablo dándose media vuelta y estampando su puño en la quijada de Manú, él no se quedó atrás y le devolvió el golpe.

Me quedé en shock por unos segundos. Hasta vi la escena que estaba enfrente de mis narices. Grité en busca de ayuda y a los segundos llegó mamá con un sartén en la mano. Los siguientes que vinieron fueron Benjamín y Papá, luego Aurora y Ester.

Papá fue el que agarró a Pablo, Benjamín fue el que sostuvo a Manú, ambos fueron separados y seguían forcejeando para tirarse a golpes otra vez.


































💌💌💌









































26 de julio, 2021
3 de la madrugada

La cena fue un caos. Toda la noche fue un caos.

Me encerré en mi habitación y tomé una larga ducha luego de que Benjamín se llevara a rastras a Manú.

Pablo se fue molesto sin decir ninguna palabra. Aurora, su hermana, fue la que se lo llevó a rastras de la casa. Tuvo suerte de que sus padres lo estuvieran esperando en el coche, aunque por como era su aspecto, de seguro se dieron cuenta de la pelea en la que se habían metido.

Fue la peor noche de mi vida.

El reloj marcaba las tres de la madrugada, no podía conciliar el sueño. Estaba sola en mi habitación, Ester me dejó tirada por irse con uno de sus ligues. Es lo que me dijo.

Escuché tres golpes en mi ventana, encendí la luz de la lámpara y vi que se trataba de Pablo.

Me bajé de la cama y corrí a abrirle la ventana. Pablo con facilidad entró a mi habitación.

-¿Qué haces aquí?

-Vine a verte.

-¿Estás molesto?

-No.

-¿Estás molesta?

Me crucé de brazos.

-No debiste irte a los golpes, lo prometiste.

-Se lo merecía, es un gilipollas. Te estaba queriendo besar.

-Y yo lo iba a apartar.

-Y yo lo hice por ti, además, no dejaré que te falte el respeto, Val. No te lo mereces, ninguna chica se merece que le digan lo que él te dijo.

Tenía razón.

-Lo hizo para joderte y tú eres un fósforo andante -Miré su rostro, la poca luz de la lámpara me dejaba ver el moretón que tenía en su pómulo derecho-. Como te ha dejado.

-Yo lo dejé peor.

Reprimí una risa al escuchar lo que dijo, fue la manera santurrona que me causó gracia.

-Eres un bruto -Mis dedos tocaron su pómulo derecho, sobe con suavidad-. No lo vuelvas a hacer.

-No prometo nada.

-Al menos promete que tratarás de contenerte -Pablo hizo una mueca-. Escucha. Manú es el hijo de un buen amigo de mamá, seguirá en mi círculo social, desde niños siempre hemos coincidido en reuniones, eventos, cenas, viajes y eso no quiere decir que voy a estar detrás de él, tampoco quiere decir que cuando tú y yo coincidamos con él, te le vayas a tirar a los golpes. Es mejor ignorarlo.

-Pero...

-Es mejor ignorarlo -repetí-. Escúchame, te lo explico -Toda su atención era mía-. En esta vida, hay dos clases de personas, los que son como los libros y otras que son como una mala adaptación de libros. Tú y yo pertenecemos al conjunto de libros, y las personas como Manú son la mala adaptación, esas que son mejor ignorar.

-¿Me has soltado una metáfora?

-Creo que sí, pero ese no es el punto. Promételo, lo ignorarás.

-Prometo que trataré de ignorarlo, pero si él te vuelve a...

Le callé la boca uniendo mis labios con los suyos. Me siguió el beso y enredó sus manos en mi cintura. Me pegó contra su cuerpo. Sus manos me alzaron, mis pies dejaron de tocar el piso y se enredaron en sus caderas.

Sonreí entre el beso. Su lengua acariciaba la mía, tenía un ligero sabor a colacao.

Mi espalda tocó el colchón, Pablo mantuvo su peso sobre su codo y continuó besándome. Entre esos besos, sus manos bajaban el short de mi pijama y mis manos bajaban sus vaqueros.

-Nos pueden escuchar -jadeo Pablo entre mi boca.

-Lo hacemos en silencio -capture su labio inferior, mordí leve -. Tú me tapas la boca y yo te la tapo a ti ¿vale?

-Vale.

Nuestras bocas volvieron a llamarse. Nuestros gemidos eran capturados por nosotros, una de mis manos tapaba su boca y su mano tapaba la mía. De vez en cuando o la mayoría de veces, quitábamos nuestras manos para comernos a besos y susurrarnos cosas guarras y varios te quiero.

Esa noche, entre besos, embestidas salvajes y sus manos recorriendo mi piel, me di cuenta de que Pablo era el único chico que causaba tanto en mí, el único que podía susurrarme cosas guarras al oído sin que suene asqueroso, el único que podía tocar mi piel más allá de la ropa sin incomodarme. El único chico que me hacía sentir única y querida.

También el único chico que me había llevado al orgasmo.

Mi pecho subía y bajaba, mi cuerpo estaba bañado en una capa de sudor. Mi corazón latía demasiado fuerte y las piernas me temblaban. Tenía una vista de la espalda de Pablo, lo vi ponerse de pie para quitarse el condón, lo hizo nudo y lo lanzó al basurero. La prueba del delito terminó cayendo en el piso.

Me reí.

-Qué pésima puntería tienes -me burlé.

Pablo fue a recoger el condón y lo tiró a la basura. Volvió a la cama, no sin antes recoger su bóxer y ponérselo. Se acostó a mi lado y besó mi mejilla.

-¿Te quedarás a dormir?

-Si tú quieres.

-Claro que quiero.

Me acurruqué a su cuerpo y cerré los ojos. Me sentía tan segura con él.

Era mi persona correcta. Tenía tanta suerte de haberme enamorado de él y que el amor sea mutuo.

Ambos construimos una bonita relación, aún nos faltaba mucho por avanzar, pero, íbamos por buen camino.

Recordé lo de la cena. Y todo lo de Manú, no quería mentirle a Pablo sobre lo que pasó, tampoco es que yo hubiera hecho nada malo, pero, las cosas se podían malinterpretar. Era mejor decir la verdad.

Abrí los ojos y le llamé.

-¿Pablo?

-Si ¿algodón de azúcar?

-Mmm quiero decirte algo...

-¿Qué pasó? ¿Es grave?

-Depende a como te lo tomes...

-Val, me estás asustando...

Me senté en la cama y apoyé mi espalda en la cabecera, Pablo copió mi acción. Cubrí mi pecho, vistiéndome con la camiseta de mi novio que agarré al estirar mi brazo.

-Antes que nada, te lo diré porque no quiero que haya secretos entre los dos, las mentiras siempre arruinan las relaciones y no quiero que lo nuestro se arruine, es por eso que te lo diré -Agarré su mano-. Antes de que llegarás y empujaras a Manú, él... él me dijo que quería volver conmigo, que cambiaría...

-¿Tú quieres volver con él? -Su voz se escuchó tan lejana y me dio una mirada de tristeza.

-No, no. Claro que no, Pablo.

-Porque si es un sí, déjame decirte que no te voy a dejar ir tan fácil.

-Te he dicho que no, Pablo.

-¿No quieres volver con él?

-Nunca en mi vida.

-Eso me alivia. No quiero que me dejes, Val...

-No te dejaría bobo, no por Manú, es un gilipollas y tú, tú eres mi Pablo, mi chico salido de un libro -Besé su mentón y le abracé. Se me vino a la mente fastidiarlo, me encantaba fastidiarlo-. Por el único que te dejaría, sería por Charles Leclerc.

Dejó de abrazarme.

-Oye -Me dio una mala mirada.

Me aguanté la risa.

-Sí Charles Leclerc me pide una noche de pasión yo le digo "toda tuya".

-¡Val!

Frunció el ceño y no pude evitar reírme escandalosa.

-No miento, sería muy tentador, pero, no pasará, tiene novia o amante, no me importaría ser la amante de Charles.

-Valeria -pronunció mi nombre y se cruzó de brazos.

-Es broma -Me reí al ver su cara y me recordó a un personaje de un dibujo animado- ¿Sabes? Das vibes de ese osito cariñosito que siempre paraba gruñón -reí.

-No es gracioso.

Me continué riendo y haciéndole cosquillas en el acto a Pablo, hasta que recordé que aún me faltaba contarle algo importante.

Mi risa cesó.

-¿Pablo?

-¿Val?

-Aún falta algo por contarte -Bajé la mirada para armarme de valor, alcé la mirada y viéndole a los ojos, hablé-. Manú me besó.

El cambio en la cara de Pablo fue muy notorio. Su mandíbula se tensó y la sonrisa se desvaneció.

-Lo voy a matar.

Le jalé del brazo.

-Ni se te ocurra irte a buscarlo, Pablo Martín Páez Gavira.

-Te besó. Val. Te besó.

-Y yo le aparté. Lo empujé, lo juro.

-Y te creo, Val. Te creo -Sus manos ahuecaron mi rostro-. Pero ese imbécil, lo hace para lastimarte.

-Recuerda. Recuerda, los libros y las adaptaciones. Hay que ignorarlo, encontrará otra chica y me dejará en paz.

-Pero...

Le callé con un beso.

-Nada de peros, te lo dije porque no quiero secretos entre los dos -Aunque había omitido cierta parte de la cena, le había dicho la mayoría-. Además -Me puse a horcajadas sobre él y empecé a repartir besos por su mentón y cuello-. Recuerda que tú eres mi novio, que yo me enamore de ti, estoy perdidamente enamorada de ti, gruñón. Y eres el único chico del que estoy enamorada -Sus manos se metieron por debajo de mi camiseta -. Y el único que me ha hecho llegar al orgasmo -añadí, escondiéndome bajó las sábanas.

Él me sacó del escondite y me besó, nuestras lenguas jugaron y el calor volvió a presentarse entre los dos.

-Val... -Pablo habló entre el beso... -Tengo que decirte algo...

-¿Qué? -Mis dedos jugaron con el elástico de su bóxer.

-Es importante.

Deje de besarlo y me separé de su rostro para verle a la cara.

-¿Qué pasó? -pregunté preocupada.

-No es nada grave -Me alivio al decir esas cuatro palabras-. Es sobre..., escucha, no serás la primera en saberlo, porque primero se lo dijeron a mi papá y luego me lo dijo él a mí y yo se lo conté a mamá y a Aurora, y te lo iba a contar hoy en la cena, pero no se dio la oportunidad... así que...

-¿Qué? -Se quedó en silencio-. Pablo dímelo.

-Jugaré los partidos de pretemporada con el equipo de primera división.

Pegué un gritó de felicidad. Me tapé la boca con ambas manos y seguí chillando por lo que me acababa de decir.

-Es grandioso, Pablo -Besé su mejilla-. Te lo mereces tanto, serás el mejor, estoy demasiado segura que lograrás todos tus sueños. Serás el mejor. Eres el mejor. Serás una estrella.

Y sí, lo fue.













































































<333

Este capítulo tiene 11076 palabras. Espero no se les haya hecho pesado 🥲

Díganme que les pareció. Les leo 😁

Recuerden más 600 votos y 250
comentarios, y subo el tercer cap 🥰

¿Qué opinan del papá de Valeria?

Maratón 2/2

Pregunta ¿Hasta el momento cual es la escena que les ha enamorado más y cual es la escena que les ha hecho llorar?

Ig: ancovi12
Tiktok: ancovi12

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