59: No puedo enojarme contigo

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❝Antes❞
10 de septiembre, 2021

Mis dedos con agilidad se movían por encima de las teclas del ordenador. Ni siquiera me era necesario mirar el teclado. Mis dedos solo escribían, bailaban entre las letras.

Terminé de escribir un capítulo y cerré el ordenador al oír el sonido de la puerta siendo abierta.

—La cena ya está lista —informó mi mamá, entrando a mi habitación. Me miró de pies a cabeza—. No te has duchado.

—¿Qué hora es? —pregunté desentendida.

—Son las 8 de la noche.

Ocho de la noche. Joder.

Me senté a escribir como a las dos de la tarde y ya eran las ocho. Seis horas escribiendo. Que maravilla.

—Se me ha pasado el tiempo.

—Ya me he dado cuenta ¿Te irás a duchar? ¿O primero bajas a cenar?

—A ducharme. Tengo una cita con Pablo.

—El novio —canturreaba mi madre y se dejó caer dramáticamente a la cama—. Pensé que podíamos tener una noche de chicas, tú y yo.

—Quedé con Pablo.

—Pero le puedes cancelar —Hizo morritos y por un segundo me planteé en cancelarle a Pablo y pasar tiempo con mamá. Ver mamma mía, obligarla a comer una sopa con verduras para que así se le pasara el resfriado que pillo.

Pero mi lado enamorado pedía a gritos pasar tiempo con Pablo. Quedamos esta noche y no lo veía desde hace días.

Tener un novio futbolista era tener un novio que estaba casado con sus entrenamientos. Apenas si lo veía.

Si antes era un pequeño problema que nuestros tiempos coincidieran, fue mil veces peor desde que empezó con el primer equipo.

De igual forma nos apañamos para hablar por mensajes. Después de su debut y que él me cuidara en mi borrachera, lo vi solo una vez y no fue la mejor cita que digamos. Lloré por el abandono de papá y luego Pablo me animó, llevándome a una librería y comprando algodón de azúcar y churros con café.

Me animo.

Pablo arregló algo que él no rompió.

«Y lo seguía haciendo»

Superé lo de papá. O eso me decía para creerlo. Era estúpida, no lo conocía, él no me conocía ¿Por qué me dolía?

Un peluche rebotó en mi rostro.

—Valeria. Tierra llamando a Valeria.

Rodé los ojos y me puse de pie. Me enfoqué en mamá.

—No le cancelaré a Pablo. Lo extraño.

—¿Ni por la mujer que trajo a la vida? —dijo dramática y al ver que negué añadió—. Me cambias por una polla, Valeria.

—¡Mamá! —Sentí la calentura en mi rostro—. Mañana podemos ir a la playa —dije, también necesitaba un poco de tiempo con mi mami.

—Suena bien. Un poco de sol para esta piel muerta —mamá señaló su rostro y sí, estaba pálida.

Mamá y yo arreglamos nuestras diferencias, el mismo día que le grité que era su culpa el que papá se fuera. Seguía pensando que era su culpa. En ese tiempo era inmadura y no me daba cuenta de todo lo que sucedía en mis narices.

Lo importante es que volvimos a ser Mar y Val. Un hombre no nos separaría, solo la muerte.

—¿Tomaste tu medicamento?

—Después de la cena.

—Vale. No te olvides, así se te pasa el resfrío.

—Y el modo zombi —ironizó mi madre y se puso de pie. Me regaló una dulce sonrisa, beso mi frente y arrugó la nariz al separarse—. Apestas.

—No seas mentirosa.

—Apestas —repitió—. Será mejor que te bañes, si no quieres espantar a Gavito.

—No apesto.

Olfatee mi camiseta. Vale, no olía del todo bien. Olía a que había estado encerrada y sentada en las últimas 6 horas.

—Échate perfume —gritó mi madre al salir de mi habitación, cerró la puerta y al segundo la abrió, asomó su cabeza y dándome una mirada sería grito: —Y si follas usa condón.

La caja de condones que compré y la cual escondí en el último cajón de mi mesita de noche, decía que era una niña muy responsable.

Me fui a duchar, tiempo después ya me encontraba vestida y secando mi cabello. Mientras revisaba si tenía algún mensaje o llamada de Pablo. No me llamó y el último mensaje fue el mío.

Vestida y escondiendo algunos condones en mi bolso, bajé a la cena.

—¿Pablo nos acompañará? —preguntó mamá.

—Se ha retrasado.

Tomé asiento en mi lugar de siempre. Mamá y Benjamín se dieron una mirada que decía muchas cosas.

—Solo se ha retrasado —dije, restándole importancia.

Iba retrasado 30 minutos. No era la gran cosa.

—Para una primera vez que se retrase —murmuró mamá—. No es la gran cosa…

Me dio esa sonrisa cómplice.

No era la gran cosa. Él siempre llegaba puntual, una primera vez retrasado no era ningún problema.

2 horas después yacía en mi cama, con un pijama ya puesto y comprobando mi móvil.

Sonreí por cada comentario positivo hacia Gavi y ponía en su sitio a todo hater. Me puse a leer los comentarios de él en tiktok. Descubrí una nueva obsesión. Ver los edits que hacen de Gavi. Son una adicción.

Que guapo"

"¿Saben si tiene novia?".

"Tan guapo y soltero ❤️‍🔥"

"Será que revisa dm. Le  mandé algunos mensajitos 😏❤️‍🔥"

"No tiene novia. ¿Será que hay oportunidad?"

"Que bendición"

"Soy gavisexual"

"No me gusta el fútbol. Pero, por él me vuelvo fifas 🥰"

"Es futbolista. ¿Será que me quiere hacer un gol? 😏😏😏"

"¿Montar un Ferrari? No, quiero montarlo a él 🫠"

—Puta —farfullé al leer ese comentario y había un montón de ese estilo.

Mi novio se volvió famoso y muchas tías iban detrás de él.

«No las juzgo» No las juzgaba, él era perfecto. Cualquiera se enamora de esos ojos, esa sonrisa y esos lunares.

Curiosa entré a wattpad y en el buscador escribí:

"Gavi"

Una hora después ya me encontraba enviciada leyendo una historia de mi novio con T/N.

La rayis me hizo recordar a mi época de niña de 12 años en las que escribía fanfics de Harry Styles. Estuve tan entretenida leyendo que me perdí, me daban una historia y a mí me perdían.

Escuché ruidos extraños. Miré hacia la ventana y vi como Pablo cruzaba por ahí como si de la puerta tratase.

3 horas después y volvió a aparecer.

—Al fin te acuerdas que tienes una novia —dije en tono sarcástico.

—Perdón, me retrasé. Fue un día muy ocupado y luego varias fotos y… —Las palabras le salían como un vómito verbal, se excusaba hablando rápido.

—Está bien —murmuré saliendo de mi cama, para abrazarlo—. Te extrañé.

Llenó mi rostro de besos.

—Y yo a ti. Te lo compensaré, lo prometo.

—Me invitas un café y te perdono.

—Todo lo que quieras, Val.

Sonreí de oreja a oreja y bajé mi mirada a sus labios. Moría por un beso y él se dio cuenta, no pasó ni un segundo y su boca ya estaba conquistando la mía.

Mi espalda tocó el colchón.

Pablo se metió entre mis piernas y no dejó de besarme, mientras sus dedos bajaban el short de mi pijama.

—Espera… —Corté el beso, ladeé mi rostro y sus labios aprovecharon para succionar la piel de mi cuello—. Pablo, me dejas esperando 3 horas y lo primero que quieres hacer es follar —Golpeé su hombro con mi puño.

Dejó de besarme creando un "ploc" al soltar mi piel.

—Perdona —Se sentó apoyando su espalda en la cabecera.

—Perdonado —Acomodé su cabello y sonreí al verlo con más detenimiento—Te has cortado el pelo —Mis dedos acariciaron su nuca y fui subiendo a tocarle el pelo, tenía un degradado a ambos lados y en el centro se mantenía largo, con sus ondas peinadas hacia arriba—. Me gusta. Muy guapo.

Le alimenté el ego.

Me dio esa mirada coqueta que causaba terremotos en mi mundo. Dejó un beso en mi frente y se mordió su rosado labio inferior.

—¿Qué has hecho hoy? —preguntó sentándose en mi cama.

—No mucho, fui a clases de italiano, almorcé con mis amigas y luego me quedé escribiendo. No es muy novedoso y a ti ¿cómo te ha tratado la vida de famoso?

—Me han pedido fotos y autógrafos —Sus ojos se achinaron al sonreír—. No tenía ni idea de qué hacer, pero hice un garabato.

—Un garabato que vale miles de euros —señalé—. Por cierto, ¿te has visto en tiktok? —pregunté—. Eres tendencia. Hasta tienes historias en wattpad, has vuelto locas a las tías.

Sonrió arrogante.

—¿Has leído las historias?

—Algunas, son entretenidas… —Doble mis piernas y me arrime para tener una vista de su rostro—. Eres todo un fuck boy —reí por lo que dije y entre risas añadí—. No eres para nada un fuck boy, si eras tan dulce. Un osito cariñosito —Apreté sus mejillas.

Pablo frunció el rostro, fingiendo molestia. Sus manos sujetaron mi cintura y en un parpadeo ya me encontraba a horcajadas sobre él.

—Deberías escribir sobre mí… —murmuró a escasos centímetros de mi boca.

—¿Sobre ti?

Me dio una dulce sonrisa y me besó, suave y lento. Un beso corto.

—Sobre nosotros.

—¿Por qué lo haría? —Cerré los ojos a la espera de un beso.

—Porque sería nuestra historia…

—No escribiría sobre ti, ni de nosotros —aclaré, negando su propuesta.

Mis palabras decían tantas mentiras. No escribiría sobre él, cuando en realidad tenía varios escritos a mano que expresaban todo lo que sentía hacia su persona. Tampoco escribiría sobre nuestra historia de amor, cuando fácilmente podría tener ya un libro con nuestra cursi historia.

Pero, no tenía un final.

Tampoco deseaba un final.

Deseaba seguir escribiendo nuestra historia por mucho más tiempo.

—¿Por qué?

—Porque sería escribir un final —Mi frente chocó con la suya y mi dedo trazó un corazón en su mejilla—No quiero un final.

Y sí tenemos un final, quiero que sea de esos en los que terminan con… "Y vivieron felices por siempre".

—Un para siempre.

—Un para siempre —afirmé—. Lo prometes.

—Lo prometo.

Selló su promesa con un beso. Sonreí y terminé el beso, junté mi frente con la suya, acariciando su mejilla.

—¿Mañana entrenarás?

—Sí —Volví a mi lugar de antes y le presté atención—. Se vienen los partidos de Champions.

—¿Champions? ¿Son importantes?

—Lo son. Quiero ganar una y con el Barça —Tanta sinceridad y emoción en su voz, se escuchaba tan decidido. Él lo lograría.

—Lo lograrás —dije confiada—. Y si pierdes, lo vuelves a intentar ¿vale?

—Vale.

Chocamos los puños.

—¿Irás a verme? —preguntó.

—¿Cuándo es?

—El 14.

—El 14 inicio el instituto, pero si juegas en el camp nou, de seguro si me dan permiso.

—Jugamos en casa, Val.

—Es un hecho que iré. Veré todos tus partidos, lo prometo.

Yo si cumplí mi promesa.

—¿Vemos una película?

—Yo la elijo.

Fui por mi portátil y busqué la película que tiktok recomendó. No la encontré en ninguna de las plataformas de streaming. La busqué en una de esas páginas ilegales y la encontré. Debí pensarlo dos veces antes de ponerle play.

Apoyé mi cabeza en el pecho de Pablo y miré la pantalla del ordenador, el cual estaba en los muslos de mi novio.

La película inició con el intro que siempre presentaban las películas. De un momento a otro, la escena cambió y mis ojos se abrieron como dos lunas llenas al ver lo que mostraba la pantalla. La habitación se llenó de gemidos, gritos de placer se escucharon fuertemente.

—Joder, pero mira que grande —Mis ojos estaban fijos en cierta parte masculina que mostraba la pantalla.

—¡Valeria! —Una de las manos de Pablo tapo mis ojos.

Dejé de ver la escena pornográfica, para ver negro. De un momento a otro los gemidos cesaron. Su mano dejó de taparme el campo de visión y vi mi ordenador ya cerrado.

Miré a Pablo y ambos nos reímos.

En mi vida había buscado pornografía, solo leía libros mostrando su amor.

—Será una indirecta del destino —Pablo sonrió ladeado y las mejillas me ardieron al imaginarlo.

—Eres un guarro.

—Te lo estás imaginando, guarra.

—¡No!

Bueno sí.

—Tus mejillas te delatan.

—¡No!

—Eres una guarra.

—¿Yo? Tú eres el que me está mirando como si estuviera desnuda.

—Se te han marcado los pezones —La punta de su dedo índice se aplastó en la fina tela que cubría mi pezón.

Acarició sin dejar de mirarme.

Mordí mi labio y apreté mis piernas.

—Joder —farfullé y añadí en una pregunta: —¿Quieres ver una película?

Parpadee continuamente, lamí mis labios y con una voz inocente, aunque no era nada inocente, murmuré:

—Para que no nos escuchen.

Pablo sonrió pícaro. Mordí mi labio y lo empujé con mi mano. A pasos rápidos o prácticamente corriendo, fui a la puerta y le coloqué seguro.

Agarré el ordenador y le di play a una película cualquiera en Netflix. Le alcé el volumen, lo suficiente para que no sospecharan.

Aunque la habitación de mamá estaba alejada a la mía, de seguro se le ocurriría venir a verme para consolarme de que me dejaron "plantada".

Miré a Pablo y empecé a quitarme la ropa. Mi mirada se fijó en sus ojos, ninguno de los dos lo apartó y él también empezó a desnudarse.

Y siguieron los detalles mayores de 18 que tanto leía en libros y ya los estaba empezado a vivir.
































💌💌💌























14 de septiembre, 2021

Las clases iniciaron, era mi último año. Las cosas cambiarían, todo sería asombroso.

Las cosas sí cambiaron, pero no fueron asombrosas.

—Eres tan guapa, Valeria. Tú y yo, hoy en la noche ¿Qué piensas?

Ser popular en la escuela traía que varios tíos me invitaran a salir. El tío que tenía enfrente era el quinto que pedía una cita y les daba la misma sonrisa de disculpa.

—Pirate, tiene novio —Carla le dio una despectiva mirada.

—Lo siento.

—Cuando estés soltera —Como todo un galán dejó un beso en mi mejilla—. Me llamas. 

Se tomó el atrevimiento de dejar un papel en el bolsillo de mi chaqueta y ni de mencionar de que me quiso besar. Me hubiese besado, si yo no me hacía para atrás.

Me guiñó un ojo y se fue alejando.

—Nos vemos Migue.

Carla me codeó.

—Se llama Manuel —se aguantó las risas y continuamos caminando por el pasillo.

Primer día y todo el mundo me saludaba y preguntaba acerca de mis vacaciones.

—Sabes… —Carla se llevó mi atención—. En este momento desearía que Gavi fuera un tío normal, asistiera al bachiller con nosotras. Así viera a todos los pretendientes que tiene su novia, estaría cabreado.

—Ni lo digas, se metería en problemas.

—Bebas —Ester y Pau llegaron—¿A cuántas fiestas las han invitado?

—Son suficientes para decir que ya tenemos la semana llena.

Le di toda la razón a Carla.

—Flipo.

Me apoyé en el casillero al igual que Ester, Carla y Pau cerraron el círculo.

—¿Qué nos pondremos hoy? —Pau miró a Ester, esperando su respuesta.

—Digo que vayamos de compras —Ester nos enseñó su tarjeta dorada—. Papi me dijo que podía comprarme lo que quisiera.

—Podemos ir después de clases, vamos por helados y luego nos alistamos a casa de Val, Martina es grandiosa eligiendo outfits —habló Carla.

Baje la mirada y jugué con mis dedos.

—No puedo —murmuré.

—¿Qué? —Las tres pronunciaron al unísono.

—No podré ir a la fiesta, Pablo tiene partido.

—Tú misma lo dijiste —Ester me apuntó con su mano—. Pablo tiene partido, no tú.

—Le iré a apoyar.

—Tendrá varios partidos, y tú tienes 17, es el último año de instituto y debes de vivir lo máximo. Crear recuerdos.

—Habrá más fiestas.

—Está es la primera fiesta. Emborrachate y liate con un tío chulísimo —Paso uno de sus brazos por mis hombros—. Muchos te tienen en la mira Val, liátelos.

—Tengo novio.

—¿Y?

—No le pondré los cuernos.

—Es mejor que se los pongas tú a que él te los ponga primero.

—¿Qué dices?

—Se ha vuelto famoso, muchas tías van detrás de él. Te pondrá los cuernos, porque habrá tías mejores.

—¿Crees eso?

—Es hombre.

—Pablo es diferente.

—Aja y porque no dice que tiene novia. ¿Por qué no te reposteo en insta el día de su debut?

—Porque no le van mucho las redes.

—O porque quiere hacerse el soltero para ganar más interés por las tías. Date cuenta Val.

Muchas dudas se adueñaron de mi cabeza.

—¿Y que se supone que haga?

—Ir a la fiesta —canturrearon Ester y Pau—. Y follar con un universitario —añadió Ester.

Me perdí en mis pensamientos.

¿Y si Ester tenía razón?

—Deja de pensar en ello —Carla me sacó de la tormenta en mi mente, ni siquiera me di cuenta que Ester y Pau ya se habían ido—. Tú y Gavi son esa pareja que se conocen desde jóvenes, se casaran y tendrán hijos. No crees en lo que te dice Ester, ella tiene una mala imagen de los hombres porque se folla a puro fuckboy y Gavi es muy "you look beautiful tonight" tu tranquila, yo nerviosa.

Me agarró de la mano y empezamos a andar a la siguiente clase. Las primeras clases eran de presentaciones, de igual forma iba. A la hora del almuerzo, me tomé unos minutos en ir a pegar un folleto sobre el equipo de voley en el tablero.

—Este año ganaremos, te lo prometo, Val —dijo Carla—. Seré tu mejor jugadora.

—Y mi cocapitana —señalé.

—Maravilloso dúo.

Este último año de instituto, sería mi año. El mejor de todos.

Ganaré el campeonato de voley, me inscribiré en clubes, participaré en un concurso de escritura, me graduaré con excelentes calificaciones y al finalizar tendré ese esperado viaje con mamá.

«De todo ello, solo logré graduarme y con bajas calificaciones»

Caminamos hasta el comedor y en todo el recorrido fuimos repartiendo folletos sobre el equipo de voley. Teníamos que buscar nuevas jugadoras, algunas se graduaron el semestre pasado y otras abandonaron el equipo, también estaban Ester y Pau que solo calentaban la banca y ayudaban con las donaciones.

—Al fin llegan —dijo Ester, apenas nos sentamos en la mesa de siempre.

Mis amigas estaban ahí y también algunos chicos del equipo de fútbol.

—Repartimos los folletos del equipo —mencionó Carla.

—Aburrido —Ester hizo una mueca.

—Es importante —Intenté no sonar grosera.

—Lo importante es que los chicos nos han invitado a ver su entrenamiento —Ester parecía emocionada.

Desesperada por la atención de los chicos.

Me sentí fuera de lugar, cuando empezaron a hablar sobre lo "duro" de sus abdominales.

—¿Quieres tocar? —Miré a Thiago, su sonrisa egocéntrica reflejaba lo que era.

—¿Qué?

—¿Qué quieres tocar?

—¿Qué quiero tocar? —Thiago miró su abdomen y lo entendí.

—No, gracias.

Mi celular vibró y rápido lo saqué del bolsillo de mi chaqueta. Pensé que se trataba de Pablo, no era él. Era Ester, me mandaba mensajes cuando literalmente estaba al frente mío.

Ester👑:

"GRACIAS"

¿en serio? 🙄

Me hice la desentendida y guardé el móvil.

—Iré por mi almuerzo.

Me puse de pie, pero el brazo de Thiago regresó a mi lugar.

—No te preocupes, yo iré por él.

—No es necesario…

Mis palabras quedaron en el aire, él se fue por aquel almuerzo junto a su amigo.

—Tía, lo tienes en la palma de tu mano. Aprovéchalo.

—Ya desearía yo que Thiago se pillara de mí —suspiró Pau y dándole la razón a Ester, añadió—. Aprovéchalo, Val.

—Chicas, las amo, pero —Carla les dedico una media sonrisa—. Val tiene novio y es Gavi, nos agrada. Está aprobado.

Ester rodó los ojos.

Empezó una discusión sobre terminar o seguir con Gavi. Carla era la que apoyaba mi relación y las otras dos daban miles de argumentos sobre terminar con Gavi, antes de que él lo hiciera conmigo.

Pero, Pablo no terminaría conmigo. Él me quería. Y si no me oficializaba en Internet era porque quería tener una vida privada, no porque quería ser el soltero codiciado de toda Barcelona ¿verdad?

Además, era mi relación. Ester no me iba a decir si debía o no terminar con Gavi.

Yo estaba feliz. Era mi vida.





































💌💌💌



















Ignoré los miles de mensajes que me dejaba en el chat grupal con mis amigas. Colgué mi bolso en mi hombro y salí de mi habitación, no sin antes tomarme una foto con el jersey de Pablo.

Porque sí, iría a su partido.

—Mamá, ¿Ya estás lista? —Entre a su habitación sin tocar la puerta—Ma…

Guardé silencio al verla dormida en la cama. Me debatí si despertarla o no. Habíamos quedado juntas en ir al camp nou y ver el partido, pero, ella se quedó dormida. Quizá estaba cansada. A pasos lentos y sin hacer ruido, me acerqué a ella. Deje un beso en su frente y la tapé con una cobija.

—Regreso pronto —susurré.

Dany me llevó al camp nou y le regalé el boleto de mamá. Tomamos asiento, no tenía idea en qué lugar estábamos, pero, la cancha se veía muy bien.

—Iré a ver a Pablo —avisé y fui hacia el túnel.

El pase preferencias que llevaba en el cuello, me dejó entrar a donde estaban todos los del equipo técnico. No conocía del todo el lugar, por lo que me perdí.

—¿Estás perdida?

—¿Ah?

Miré a la chica. Alta, castaña y llevaba la camiseta del Barça.

—Soy Sira.

—Valeria.

—Adivino, uno de los chicos te invito…

—Valeria —Escuché la voz de Pablo, alcé la mirada y lo vi. 

—¿Gavi te invito? —Sira preguntó con curiosidad.

—Sí…

Pablo camino hacia nosotras.

—Bueno, supongo que te veré por aquí. Iré a mi lugar. Un gusto, Valeria.

—Un gusto.

Me sonrió en forma de despedida y se fue.

Pablo llegó a mi altura y quise saludarlo con un beso, pero él movió su rostro. Supuse que no quería que sus compañeros le molestaran, por lo que no le tome importancia.

—Vine a desearte suerte.

—No la necesito, Val.

—Engreído —apreté su mejilla.

—Val…

Me detuve al escuchar como fríamente pronunció mi nombre. No era para tanto. Yo era la pesada que no lo dejaba en paz ni en los vestidores.

—Perdona —me disculpé—. Me iré a mi lugar…

Doble sobre mi eje y di un paso. Su mano me sujetó y me detuvo. Giré hacia él.

—No quise sonar frío.

Y por alguna extraña razón las palabras de Ester vinieron a mi mente. Y sin pensarlo, hablé:

—No te preocupes —De mi bolso saqué mi móvil y para tomarlo a prueba, añadí: —Nos tomamos una foto.

—Claro.

Me acerqué a él y besé su mejilla. Tome varias fotos, donde claramente se reflejaban nuestra relación.

—¿Quieres que te etiquete?

—¿La vas a subir? —preguntó.

—¿Te importa?

Por favor. Por favor. Por favor.

Escuche que murmuró algo que no logre entender. Chasqueo bajando la mirada y pensando en qué decir.

—Puedes no subirlo —pidió.

—¿Por qué?

Se demoró segundos en darme una excusa.

—No quiero que hablen.

"¿De qué hablarán?" Iba a preguntar.

Recibí un beso en la frente de su parte.

—Tengo que salir.

—Vale.

Se alejó y yo regresé por donde vine, preguntándome si en verdad Pablo no quería que hablaran de nosotros o solo quería ser el futbolista soltero. 

—Te dije que nos volveríamos a ver —habló la chica que me encontré hace unos minutos en el túnel.

—¿Sira? ¿Verdad?

—Y tú Valeria.

Tome asiento en mi lugar, a mi lado tenía a Dany y al otro se encontraba Sira.

—¿Eres novia de Gavi? —preguntó.

Una pregunta con una sencilla respuesta. Pero, yo me hice un mundo en responder.

—Algo así… —contesté.

¿Seguía siendo su novia?

Lo seguía siendo.

Pero porque sentía que esto iba a acabar.

¿Por qué sentía que se aproximaba un final?

«No era el final. Solo era uno de los nudos de la historia»
























💌💌💌

























Perdimos 3 - 0 contra el Bayern y desde las gradas pude notar la cara de frustración de Pablo. Estaba apoyada en el coche, en el estacionamiento subterráneo esperando por él.

Sira ya se había ido, uno de los jugadores era su novio. Intercambiamos números y nos seguimos por insta.

Belén y Aurora no habían podido venir, tenían asuntos importantes en su pueblo. Solo vi al padre de mi novio, tenían el mismo nombre y se parecían físicamente. Estuve charlando con él por unos minutos, hasta que me dejó y se disculpó conmigo, para ir a hablar con alguien importante del club.

Me incorporé al ver a Pablo y a pasos rápidos caminé hacia él. Le iba a dar unas palabras de aliento y que en el próximo partido ganarían puntos. No dije nada y no porque no quise, sino porque él me lo impidió.

—No empieces, Val —dijo seco—. No tengo ganas de hacer algo, nos vemos otro día.

Ni siquiera me dejó un beso, ni en la mejilla, ni en la frente. Solo me rodeó y avanzó hacia donde su padre se encontraba.

Le seguí con la mirada.

Me sentí como una estúpida.

Y como excusa me decía a mi misma que solo estaba cansado y frustrado por el partido. Subí al coche de mi familia y Dany puso en marcha el vehículo, al salir del camp nou, me preguntó:

—¿La llevo a casa?

—Sí…

Cambie de opinión cuando entré en redes y vi las historias de mis amigas. Estaban en esa fiesta. Creo que debí de ir a esa fiesta, de igual forma, a Gavi no le hubiese importado.

—Me llevas a esta dirección —Le enseñé el móvil a Dany—Por favor.

—¿Tu madre te ha dado permiso?

—Me ha dado permiso hasta las 3 de la madrugada, de igual forma no llegaré tarde. Mañana hay insti.

Dany asintió y condujo hacia el antro.

Tenía ganas de llorar al recordar lo borde que fue Pablo y el hecho de que no quería hacer público nuestro noviazgo. No entendía el porqué, muchos futbolistas tenían novias.

Era la primera vez que me trataba así, me dije a mi misma que regresaría a ser el mismo Pablo de antes, que solo era la frustración de haber perdido.

Al llegar a la fiesta, en una de las casas de uno de mis compañeros, vi todos los vehículos lujosos mal estacionados. Me despedí de Dany y le dije que no era necesario que me esperara despierto que fácilmente podía pedir un Uber.

No me fue muy difícil encontrar a mis amigas. No iban borrachas gracias a dios.

Tome un chupito y baile, quitándome a Pablo de la cabeza. Claro que no era tan fácil.

Me lo encontraba en muchas canciones.

Aunque sé que no debo, ey
Pensar en ti, bebé, pero cuando bebo
Me viene tu nombre, tu cara
Tu risa y tu pelo, ey

No era tan fan de Bad Bunny, pero cuando su música sonaba era un hecho que la bailaba hasta abajo y cantaba como si el mundo dependiera de ello. 

Guiñe un ojo a la cámara del móvil de Ester. Grababa contenido para su insta. Yo también lo hacía, salvo que no publicaba o no mucho.

—Joder, esto está rico —Bebí de la copa de Carla, era una bebida azul que sabía a ¿caramelo?—¿Qué es? —pregunté.

—No tengo idea —se encogió de hombros y río.

Carla me quito la copa y se terminó el contenido.

Fue lo último que bebimos. Mañana había clase y si llegamos con resaca, nos mandarían a dirección y eso significaba problemas.

La siguiente hora me la pase bailando, divirtiéndome con mis amigas. También estuvimos grabando algunos tiktoks e historias.

Me senté en uno de los sofás y alguien que no conocía se tomó el atrevimiento de subir mis piernas en sus muslos. Miré a quien hizo eso, iba a unas clases conmigo.

—Tengo novio —avisé, bajando mis piernas y apartándome de él.

—Pero no está aquí. Aprovecha.

—Hay algo que se llama respeto, por si no lo sabías, gilipollas —farfullé poniendo de pie y alejándose a pasos rápidos.

Mi móvil sonó y maldije al pensar que supere la hora de queda y que mamá me estaba llamando. Aún era la una y media de la madrugada y mamá no era la que me llamaba, era Pablo.

No dude en contestar.

—¿Estás despierta? —Apenas si escuche su pregunta. La fuerte música le dio mi respuesta—¿Estás en una fiesta? ¿Mañana no tienes instituto?

—Me levantaré temprano, pesado.

Volvió a hablar y no logré escucharlo por el bullicio. Caminé hasta salir al patio trasero, seguí caminando y me detuve en uno de los arbustos.

—¿Valeria?

—Ya logro escucharte —murmuré.

—No me avisaste nada de qué irías a una fiesta.

—No sabía que debía darte explicaciones.

—No es... no te estoy reclamando. Te llamaba para decirte que Martina me llamó, porque pensaba que estabas conmigo y no estás conmigo. Me preocupé.

—¿Qué le dijiste?

—Que estabas durmiendo y que irías a primera hora.

—Gracias por cubrirme.

—No bebas mucho, Val ¿Quieres que pase por ti? ¿O te quedarás a dormir?

—No tengo ni puta idea sobre de quién es la casa, no me quedaré a dormir. Tomaré un Uber e iré a casa.

—Le dije a tu mamá que irías a primera hora, si vas ahora sabrá que le mentí.

—Supongo que me quedaré hasta que el sol salga —Me encogí de hombros, aunque él no pudiera verme.

—¿Y si vienes a verme? 

—¿Quieres que vaya?

No lo estaba viendo, pero me imaginaba su sonrisa.

—Joder, Val, eso no se pregunta —Sonreí torpemente—. Así te compenso por lo capullo que fui hace unas horas.

—Vale. Iré. Tomaré un Uber.

—Te espero.



















💌💌💌

















Faltaban veinte minutos para las tres de la madrugada y ya me encontraba en la habitación de Pablo. En su cama. Completamente desnuda, con él entre mis piernas, entrando y saliendo de mi interior sin pudor alguno. Su mano derecha tapaba mi boca y yo hacía lo mismo con él, silenciando nuestros gemidos.

—Joder.

Nuestras respiraciones eran agitadas. Ambos llegamos al orgasmo.

—¿Te lo he compensado? —preguntó al echarse a mi lado.

Me dejó muerta de placer. Me hice la digna.

—Tendrás que esmerarte más.

Recogí su camiseta del suelo y me la pasé por la cabeza.

—Dame 15 minutos —Besó mi mejilla—. Y me esforzaré más.

Mordí mi labio inferior. Si ya me había dejado muerta y con un dolorcito entre las piernas, no me imaginaba el segundo round.

Sin duda alguna me iba a levantar tarde para las clases.

Pero él me daba esa mirada y yo, "adiós bragas".

—Aquí te espero —Apoyé mi cabeza en su hombro y cerré los ojos.

El sexo me dejaba agotada. Aunque esa chispita me hizo saber que no dormiría.

—¿Val?

—Dime.

—¿Cómo te fue en tu último primer día de insti?

—Bien.

—Solo ¿bien?

—No pasó nada interesante. Salvo que estoy invitada a varias fiestas —Y también que varios tíos me dieron sus números.

¿Será que les guste?

De igual forma no me interesaban. Mis ojos solo son de Pablo.

Y de Charles Leclerc, obvio.

—¿E iras?

—Supongo que sí. Son fiestas de último año, un último año. Son especiales.

—Pero son en día de semana.

—Nada que el café no pueda solucionar.

Bendito sea el café.

—Vale. Cualquier cosa yo te cubro, pero eso sí, no aceptes bebidas de extraños.

—Ya, papá —ironicé.

—Lo digo en serio, Val.

—Leí los suficientes libros para saber que no debo de aceptar bebidas de extraños, ni comer brownies, ni aspirar nada de polvos mágicos. No te preocupes —Besé su mejilla—. Por cierto, también estás invitado.

—Me gustaría ir, pero tengo entrenamientos. Son importantes.

—Lo entiendo. No te pierdes de mucho de igual forma.

—Lo único que pierdo es pasar tiempo contigo.

—A mí me tendrás Pablo, tú llamas y yo vengo —Me subí a horcajadas sobre él y a centímetros de su rostro, susurré—. Y traeré condones.

Sus manos acariciaron mi cintura.

—Compensaré todo este tiempo ¿Vale? Estaré ocupadísimo con partidos, saldré de Barcelona, otras veces se jugará en el Camp nou y otras no, tendré muchos entrenamientos y quizá ya no tengamos citas como parejas normales, pero prometo que te lo compensaré. Cuando tenga días libres, serán todos para ti.

—¿Todos?

—Todos. Lo prometo.

Nos besamos como siempre lo hacíamos.

—Sí es así, aceptó seguir siendo tu novia. Pero eso sí Pablo, no seas un cretino porque me haces querer llorar —Le di una colleja—. Y si soy muy pesada en irte a ver, me lo dices y ya no voy.

—Perdona. Estaba… joder —Inclino su cabeza hacia atrás—. Frustrado, cabreado, por perder y sé que no es excusa, así que tienes todo el derecho de enojarte.

—No puedo enojarme contigo —Le miré a los ojos—. No si me miras con esos ojazos.

Acaricié la punta de su nariz y tuve todas las intenciones de besarlo, pero le dejé con las ganas y me bajé de su regazo. Me acosté al otro lado de la cama.

Lo escuché bufar. Ladeo su cuerpo para verme a los ojos.

—Tengo algo para ti.

—¿Qué es? —pregunté emocionada.

Pablo se puso de pie y me dio la espalda, caminó hacia su escritorio.

Mis ojos se plantaron en su culo y joder.

Mordí mi labio inferior.

Pablo agarró algo de su escritorio, dio media vuelta y me miró. Me dio esa sonrisa coqueta y una mirada que gritaba:

"Eres una guarra"

Se dio cuenta de lo que estaba mirando.

Avergonzada agarré la sábana y me tapé de pies a cabeza.

Sentí como el colchón se hundió a mi lado, al segundo me destapó.

—Para ti.

Me entregó un libro.

Él me conocía tan bien.

—Este no lo tengo —Apoyé mi espalda en la cabecera. 

—Lo sé, no lo vi en tu librero y lo pedí para ti —Señaló el libro con su mano—. Le pedí a la señorita el libro más guarro y me dio ese.

—¡Pablo!

—Okay, no pedí eso. Le dije, a mi novia le gusta leer romance con escenas guarras y cursis, y me entregó ese. Disfrútalo, Val —Me guiñó y como si mi peso fuera de pluma, me sujetó de las caderas y me puso sobre su abdomen.

Me beso. Con todo y lengua.

Un beso ardiente que continuó en mi cuello hasta detenerse en mi oído, donde de una manera ronca y sexy, susurró: —Y si quieres recrear una de las escenas guarras, tú solo me llamas —susurró ronco en mi oído.

Muchos hombres regalaban flores, las flores se marchitan. Pablo me regalaba libros y ellos duraban para toda la vida.




















































































Xoxo.


Hablemos del cap ¿Qué les pareció?

¡Muchísimas gracias por leer!

Ig: ancovi12
Tiktok: ancovi12

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