63: Mi felicidad

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15 de septiembre, 2022

Cerré el ordenador y estiré mi cuello hacia atrás. Estar sentada escribiendo por 3 horas seguidas era doloroso y entretenido. Me puse de pie para estirar mis piernas, brazos, tronar mi espalda y una vez liberada volví a sentarme a seguir escribiendo. Mis dedos se movían con agilidad y me detuve a pensar en una descripción adecuada para los gestos de la protagonista. Yo misma imité las expresiones. Troné mis dedos y volví al trabajo, solo alcance a escribir tres palabras. Todo se volvió oscuridad, me taparon los ojos.

Mi corazón se detuvo del miedo. Recordé que dejé la ventana abierta y el barrio de mi nuevo hogar no era tan seguro. Pensé rápido en lo que tenía para defenderme, un pesado libro que estaba en mi mochila y un lápiz puntiagudo. El lápiz serviría. Cautelosa tanteé por el escritorio el arma puntiaguda. No lo encontré, actúe de otra manera.

Hice mi mano puño y poom lo estampé contra el rostro de la persona. Sus manos liberaron mis ojos y pude mirar de quien se trataba.

—Joder, tienes la mano pesada.

Pablo me miraba con cara de dolor y una de sus manos sobaba su pómulo derecho.

—Lo siento, no sabía que eras tú —Me acerqué a él y revisé el golpe que le di, ni siquiera estaba rojo. Era un exagerado, creo que me dolió más a mí que a él—. No exageres ¿Qué haces aquí?

—Dijiste que debíamos de hablar y pensé en llevarte a cenar, pero no contestabas mis mensajes ni llamadas.

—Estaba escribiendo y apagué el móvil para no distraerme —expliqué, señalando mi laptop.

Me entró la curiosidad del cómo sabía que estaba acá, yo no sé lo dije, a la única que le avise fue a Carla.

—¿Carla te dio la dirección?

Asintió con la cabeza y murmuró —Estaba preocupado por ti.

No contestaba un mensaje, no contestaba una llamada y no sabían nada de mí por unas horas y se preocupaban ¿Tan mal estaba?

—Estoy bien.

—Eso veo —Miró la habitación y luego se fijó en lo que estaba escribiendo. Cerré el portátil para que no lo leyera. Era algo privado—. Val… —Se rascó la nuca y se puso la mochila para adelante, sacó un libro y me lo tendió—. Es para ti…

Lo acepté y lo miré fijo. Era obvio que quería ganar puntos conmigo.

—Gracias.

—¿Podemos hablar?

Hablar. Necesitábamos hablar con toda la verdad. La razón por la cual acepté y no me negué, justo cuando la inspiración llegó a mí para escribir.

—Hablemos.

—Vale…

—Empiezas tú —ordené y antes de que abriera la boca, le corté—. Y no me vengas con un lo siento, porque ya me lo dijiste miles de veces.

Pablo soltó aire y se sentó a orillas de la cama. Me senté a su lado y él me agarró de las manos. Me miró a los ojos.

—Mis intenciones no eran hacerte daño… solo quería protegerte…

—Ese es el problema Pablo, que me ocultas algo importante para protegerme y al final de cuentas termina explotando en mi cara y más duele que lo ocultaras —Apreté su mano y solté aire, miré un punto en mi habitación y volví a mirarlo a los ojos para continuar—. Me dejaste como una estúpida, le diste un arma a Cayetana para herirnos y lo hizo.

—Lo…

—No digas que lo sientes… —Golpeé su hombro. Miré el techo, retuve el aire y suspiré al bajar la mirada y verlo a los ojos—. Sé que cuando terminamos, perdimos la comunicación, sé que querías enfocarte en el fútbol y quizá tuviste otras razones… como experimentar, conocer a más chicas y lo entiendo, joder, tenías 17 y eres muy guapo, era obvio que tendrías y tienes a más chicas detrás de ti… Querías experimentar —Su silencio me dio la respuesta, mantuve la calma y me repetí que él y yo en ese momento no éramos nada—¿Lo disfrutaste?

—Val…

—¿Lo disfrutaste?

—Sí —murmuró para nada orgulloso.

Quise ser fuerte y tragarme las lágrimas. No fui tan fuerte, era débil.

Sus manos sujetaron mi rostro y sus pulgares limpiaron mis lágrimas. Intenté deshacerme de su agarré para que no me viera llorar, fue en vano.

—Me duele más el hecho de que todas las noches te espere, espere tu abrazo solo uno. Te necesitaba Pablo. Te esperé.

Sus ojos se cristalizaron al verme llorar. No leía mentes y estaba segura de que miles de arrepentimientos pasaban por su cabeza.

Me sentía decepcionada y con una presión en el pecho. No tenía ni idea de lo que haría, no quería perder a Pablo, sabía que él me quería, que yo era su Val, pero por otro lado, sentía esa decepción y aún no quitaba esa espina. Sabía desde hace meses que se acostó con otras, lo dejaba en el limbo, era como un fantasma que seguía cada uno de nuestros pasos, un fantasma que atormentaba.

—Si vas a terminar conmigo, no lo hagas. Por favor. No termines conmigo, por favor.

—Sería lo más sensato.

—Por favor, no. Valeria, por favor —rogó.

Junto su frente con la mía y me suplicó con la mirada.

—Sería lo más sensato, pero —Limpié la lágrima que se resbaló por su mejilla—. Yo no puedo vivir sin ti.

Me hacía feliz. Necesitaba ser feliz y Pablo era mi principal fuente de felicidad.

Ambos nos abrazamos, aferrándonos al amor que nos teníamos. El cuento de hadas aún seguía en pie.

Dejé de abrazarlo y le miré a los ojos.

—Te acostaste con otras tías —murmuré—¿Me dirás quienes fueron?

—¿Lo quieres saber? —Asentí—Eran chicas mayores, la mayoría eran influencers…

—¿Las he visto?

—Sí… van a las mismas fiestas que nosotros…

—Va-vale… —Bajé la mirada—¿Son más guapas?

—Son guapas, pero ninguna me hace sentir todo lo que tú me haces sentir —Su dedo en mi quijada me obligó a alzar la cabeza—. Tú eres mi todo.

Me envolvió en un abrazo, estuvimos abrazados, como si dependiéramos de ello.

—No me dijiste que te mudarías.

—Fueron planes de último minuto.

Los padres de Carla ya ni me querían cerca de su hija. A ella le di la excusa de "Margarita y Dany me extrañan" si le decía la verdad, se enojaría con sus papás. Era mejor evitar problemas.

—La habitación es bonita.

—Era de mamá —susurré y Pablo se enfocó más y más en mí—. De una manera, me hace sentir cerca a ella.

—Está contigo Val, siempre lo estará —Besó mi coronilla.

Nos mantuvimos abrazados, sintiendo nuestro calor, el mismo que evaporó las lágrimas y hacía olvidar que aquellos fantasmas estaban detrás.

—¿Estamos bien? —preguntó en un susurro a unos centímetros de mi oído.

Me separé de sus brazos para mirarlo a los ojos y negué. Pablo se preocupó y noté alivio en su mirada al escuchar lo que dije: —Aún faltan aclarar algo.

—¿Qué-Qué?

—El beso con Raúl…

Pablo soltó mis manos y se tapó los oídos —Soy sordo, no escucho, soy sordo.

—No seas inmaduro —Intenté apartar sus manos de sus orejas—. Pablo, por favor —Siguió diciendo que era sordo—. Es importante.

—No quiero escuchar como te enrollaste con ese imbécil.

—No me enrollé con él —confesé y Pablo liberó sus oídos—. Solo lo besé, le llevé como pareja y la pasamos bien. Estaba borracha…

—¿Te obligó a algo? —preguntó y aprecié como tensó la mandíbula.

Lo agarré de la mano para tranquilizarlo.

—Claro que no, fue todo lo contrario. Fue un caballero, le besé porque pensaba que eras tú y él me apartó porque sabía que no estaba en mis cinco sentidos. Además que le interesa otra chica.

—¿Quién? —preguntó chismoso.

Le dije el nombre en el oído y Pablo abrió la boca en una "O".

—¿De verdad? —Asentí—. Esto lo debe de saber… —Estaba preparado para sacar su móvil, le di un fuerte manotazo en el brazo.

—Joder, no seas chismoso.

—Pero…

—Es mejor no meternos, además Raúl es un buen chico y hará linda pareja con mi amiga…

—Pero… Pe ...—Cerró la boca al ver la mirada de "Cállate" que le lancé—. Él también es un buen chico —agregó en un tono de voz bajo.

—Sé que es un buen chico y un buen amigo —recalque la última palabra—. También sé que es un mujeriego, la fama que se tiene y no me vengas a decir "no es verdad, Val" porque yo también le conozco y sé lo que hace…

—Pero…

—Cállate y mejor abrázame…

—Qué demandante —Me atrajó hacia su cuerpo y nos dejamos caer a la cama. Sentí cosquillas en mi mejilla y ladeé mi cabeza para verle a la cara. Sus labios estaban curvados en una sonrisa de costado—¿Cómo es eso que besas a otros pensando que soy yo?

—Estaba borracha.

—¿Borracha de amor por mí?

—Puede —murmuré, dejando un costo beso en sus labios y me acurruque en su pecho.

—¿Estamos bien?

Alcé la mirada.

—Yo ya no tengo nada más que contar —«Mentirosa»—¿Tú tienes algo más que contar?

—No tengo más que decir.

Me puse encima de él y dejé un largo beso en su boca. Él me siguió con ganas.

—Estamos bien.

Acarició mi mejilla y dejé de besarlo para volver a abrazarlo.

«Todo estará bien»
«Todo estará bien»
«Todo estará bien»

Cerré los ojos y me iba quedando dormida entre tanta calidez y amor. Parpadeé al notar como Pablo se movió. Con una voz adormilada, le pregunté.

—¿Sucede algo?

—Sí…

Me preocupé y enderecé para volver a la charla.

—Dijiste que ya no había nada más que contar —murmuré.

—No es sobre nosotros… es sobre tu papá…

Me tensé al oír lo que dijo.

—Christopher se puede ir a la mierda.

No me interesaba saber nada de él.

—Me ha llamado, quiere hablar contigo.

—Yo no.

—Y si lo intentas…

—No quiero hablar de ello, así que cambias de conversación o te vas.

Pablo se dio por vencido, volvió a abrazarme y al estar entre sus brazos, me preguntó:

—¿Qué estabas escribiendo?

—Corrigiendo más capítulos —mentí.

Estaba escribiendo otra novela que empecé. Quisiera contárselo, pero, no sabía si se lo tomaría bien o mal. Por el momento solo escribía esa historia para mí, no le veía la necesidad de contárselo, porque sabría que me diría que se la dejara leer y a mí me daría vergüenza. Mejor me la dejaba para mí.

—¿Me dejas leerlos?

—Claro.

Fui al pequeño escritorio de madera y agarre mi laptop. Rápidamente cambié el documento y se lo enseñé para que lo leyera.

Así pasamos la noche, él leyendo mi novela y yo escribiendo en mi diario. La cama era chiquita, solo para una persona, por lo que al quedarnos dormidos fue estar muy abrazaditos.

Nos despertó el sonido de una ¿Alarma? O más bien una llamada… no, era el sonido de un FaceTime. Los brazos de Pablo me tenían sujetada y quizá recordé que estaba en mi antigua y grande cama, que giré para deshacer el agarre de Pablo, lo único que conseguí fue caerme de la cama llevándome consigo a Pablo.

—Joder.

El culo y la espalda me dolieron, me apoyé con las manos para no golpearme la parte trasera de la cabeza. El peso de Pablo me aplastó y él me miraba adormilado.

Me miró, captó la situación y sentí su bulto en mi abdomen.

—Perdón.

Su erección mañanera.

—Vuelve a dormir —susurré.

Se puso de pie y me ayudó a levantarme. Fui por mi móvil, seguía sonando y se trataba de Carla. Contesté.

—¡Buenos días! —exclamó alegre, sus verdes ojos se abrieron más al notar a Pablo acostado en mi cama. Estaba sin camiseta —.  Veo que son muy buenos días para ustedes dos.

—Buenos días para ti también.

—No son tan buenos días como la de ustedes dos, pero ya me las apaño —Alzó su pulgar y acercó el móvil a su rostro—. A lo que venía, te extraño —Hizo morritos—¿Cuándo dejarás a Gavi y vendrás conmigo?

—Nunca —Pablo fue el que habló.

Carla rodó los ojos.

—En fin, como tu manager he encontrado la manera de hacer resaltar tu novela, ya sabes todo eso de la publicidad, así llamaremos la atención de algunas editoriales…

—¿Manager?

—Me tomé la libertad de asumir el puesto —Sonrió de oreja a oreja—. Almorzamos juntas y te platico de ello ¿va?

—Va.

Colgué la llamada y me acosté junto a Pablo. Estaba con los ojos cerrados y de igual manera me abrazó, ocultando su rostro en mis pechos. Me reí por su expresión de inocencia, pero otra parte de su cuerpo estaba levantado y no era para nada inocente.

—Debes de irte.

—Déjame dormir.

—Tienes entrenamiento —Empecé a sacudirlo hasta que nos volvimos a caer de la cama, pero esta vez yo encima de él.

—Muy buenas mañanas —murmuró pícaro al ver la posición en la que estábamos.

Le dediqué una mueca y me puse de pie. Si seguía en esa posición y empezábamos con jueguitos, terminaríamos con ganas de más y no era el lugar adecuado.

—Vamos. Te llevo a tu casa.

Se puso la camiseta y cautelosa salí de la habitación. Antes de que Pablo saliera, lo bloqueé con mi mano y le susurré: —Espera aquí, iré al baño.

Fui a hacer pis y también aproveché para lavarme los dientes y peinarme. Al estar presentable, regresé por Pablo. 

—No hagas ruido — murmuré y lo agarré de la mano.

Deseaba que Margarita y Dany siguieran dormidos. La suerte no estaba a mi favor, ellos estaban despiertos, sentados en la sala, viendo las noticias.

—Buenos días.

—Buenos días… yo… Pablo vino de cargoso a invitarme a desayunar, pero ya se va…

—Se puede quedar a desayunar —dijo amable Margarita.

Miré a Pablo a la espera de su respuesta y el como niño pequeño dijo:

—Tengo tiempo para un colacao.






































💌💌💌


























18 de septiembre, 2022

Revisaba en redes acerca de más noticias sobre los premios a los que Pablo estaba nominado.

—Joder, Val —Se quejó Carla—. Deja el móvil.

Guarde el móvil y preste atención a Carla. Las dos estábamos boca abajo en la cama de mi nueva habitación.

Ambas comiendo churros con chocolate, la razón por la cual me pica hasta el alma.

—Taylor sacará un nuevo álbum y sé que habrá gira. Y tú y yo debemos de ir.

—Conseguir entradas será como los juegos del hambre.

—Nada que los contactos de papi no resuelvan.

Me contuve las ganas de rodar los ojos.

—Ir a un concierto de Taylor es lo que necesito para morir en paz —Hundí un churro en más chocolate y antes de que me lo metiera en la boca, Carla me lo quitó.

—No juegues con eso.

—No es literal —dije con esa sonrisa burlona, la cual desapareció al ver la seriedad en su cara—. No es literal.

Carla se quedó en silencio, se comió el churro y cambió de conversación.

—¿Emocionada por tu novela?

—Un poco.

—¿Un poco?

—Muchísimo. Joder, que me imagino que muchas la amarán, se sentirán identificadas y me llegarán esos mensajes y comentarios que me alegran la existencia.

En el almuerzo que tuve con Carla hace unos días, decidimos que lo mejor era publicar la historia en wattpad, para ganar lectores. La publiqué ese mismo día o bueno, solo la sinopsis. Ya publicaba en wattpad, tenía en curso mi fanfic de Charles Leclerc y algunas lectoras de esa historia le han dado oportunidad a mi novela original. Eso me emocionó, tener fieles lectores.

—Por cierto, como tu manager, te ordenó que actualices un capítulo en el fic de Charles.

—Me falta editarlo. De seguro lo tendré para mañana.

Nos quedamos charlando un poco sobre el capítulo y entre esos temas salió de lo que hablamos hace unos días en el almuerzo.

—¿Pensaste en volver abrir tus redes?

Su plan de marketing consistía en promocionarme por redes, ya sean insta o tiktok. Promocionar mis historias desde videos, post y promocionar mi imagen como escritora al dejarme conocer. Había visto que varias escritoras hacían lo mismo y ganaban una bonita comunidad.

—No lo sé ¿Sabes cuántas solicitudes me llegan al día?

—Me hago una imagen. Flipo con ello.

—Y si hago pública mi cuenta de Insta y tiktok, empezaran con su "¿Eres novia de Gavi?" "Gavi es mucho para ti"

—Sabes que tarde o temprano tendrás que hacerlo.

—Que sea tarde.

—Val, te gustaba hacer tiktoks y postear fotos randoms en Insta —Carla me dio esa mirada que gritaba "Viene un consejo" —Te aconsejo que…—Lo sabía—... si aún Gavi y tú no quieren confirmar su relación, y lo veo como una estupidez, la verdad. Ya todos saben que andan. Continuó con mi consejo como amiga y como manager, archiva las fotos y toda aquella publicación en la que salga Gavi y listo.

—¿Y crees que así me dejaran en paz?

—No, la verdad es que hablaran más.

—Eso no ayuda —Me enderecé y me senté adecuadamente en la cama. Deje de estar de cabeza y mi cabello ya parecía el de una bruja.

—Lo sé —Carla también se sentó, sus rubios cabellos quedaron como si hubiese pasado un globo por su cabeza —. Es jodido.

—Muy —en un murmuro añadí.

—Val… tarde o temprano se sabrá. Me corrijo ya todo el mundo lo sabe, solo falta que Gavi y tú lo oficialicen.

—No quiero que hablen de mí.

—Déjame decirte que ya lo hacen.

—Eso no ayuda.

—Mi labor como mejor amiga es hacer que entres en razón —Asintió frunciendo los labios —. Haré una lista de contra y a favor ¿vale?

—No seas cruel.

Minutos después, Carla terminó la lista.

—En contra, hablarán mierda y cariño, siempre lo hacen —Tenía razón, siempre hablarían —A favor, promocionar tus historias por redes, llamaremos la atención de una editorial y boom primer libro en físico. Además creo que si te dejas conocer, el fandom de Gavi te amara, Val. No puedes ocultarte siempre y también toma en cuenta que te casaras con él, no debes de permitir que hablen mal de ti, cuando eres una grandiosa persona.

—Pero…

—No hay peros, necesitas brillar y el mundo debe de conocer lo que escribes.

Besó mi frente y acomodó mi cabello, yo hice lo mismo con ella. Hablamos de muchas cosas, le mostré los nuevos libros que Pablo me ha venido trayendo en los últimos días y también la carta que me ha dado. Nos seguíamos enviando cartas cada vez que no nos veíamos, contándonos lo que nos pasó en el día. Carla me habló sobre chicos y me confirmó todo lo que yo sospechaba.

Agradecí que Pablo y yo ya habíamos pasado la fase de tontear. Fue una bonita fase, a decir verdad, me gustaría regresar a ella, tontear, robarnos besos, conocernos y sonrojarse con el cruce de miradas. Pero, a la vez esa etapa me causaba sobre pensar todo, recuerdo que me sentía mal cuando Pablo no daba el siguiente paso de preguntarme ser su novia.

Recibí un mensaje y se trataba del rey de Roma.

—¿Es champiñón? —Moví mi cabeza afirmando—¿Te ha pedido una noche de pasión? —Carla movió frenéticamente la pelvis, la cama sonó.

—No, me dice…

Leí los mensajes.



Follaamigo ❤️‍🔥😏:

Podemos vernos?

Tengo libre 🥰

¿Vamos por helados?

Me:

Libre?

Pensé que descansarías luego de entrenar.

Follaamigo‍🔥😏:

Cancelaron el entrenamiento

Me:

Vale. Vamos por helados.
¿Voy a tu casa? ¿O vienes?


FollaFollaamigo😏:

Y si vamos a esta heladería nueva?

📍Follaamigo ❤️‍🔥😏 te ha enviado esta ubicación

Me:

Escribiendo


Dejé de escribir y miré a Carla. Le enseñé los mensajes.

—Se van a comer helados y no me llevan —Hizo morritos.

—Enfocate, Carla ¿No te parece raro?

—Van a comer helados —Se encogió de hombros—Es normal.

—Es el plan más normal. Es la ubicación, en el centro de la ciudad…

—¿Qué tiene?

—Siempre salimos a las afueras o comemos en su casa, no en una heladería donde todo el mundo lo reconocerá…

—Quizá quiere confirmar su relación.

—¿Crees?

—Te ha invitado a un lugar público.

—Joder…

Me planteé el no ir.

—Hombre, anda y oficializa tu relación con champiñón —Se paró y fue por su bolso, empezó a maquillarme casual y luego sacó algo de ropa.

Lo pensé y en todo el camino hacia la heladería, di muchas vueltas, hice tiempo. Pero, llegué. Entré a la heladería y mi mirada viajó por todo el lugar, en busca de Pablo. Me era muy sencillo encontrarlo, pero él no estaba en ese local. Estaba alguien más.

Caminé hecha furia hacia la mesa.

—¿Esto es una especie de trampa? —pregunté enojada, no tome asiento—¿Crees que convenciendo a mi novio de que te ayude para esto, quiero verte? —Miré a Christopher con desprecio—Me largo y dile a Pablo que se vaya a la mierda.

¿Cómo se atrevía a engañarme de esa manera? Él sabía el gran hueco que era papá, le dije millones de veces que no quería hablar con él ¿Cómo se atrevió a ello?

—Gavi no tiene nada que ver, le he cogido el móvil —dijo como si fuera lo más normal del mundo—Quiero hablar contigo.

—Yo, no.

—Por favor. Solo un minuto, Valeria. Un minuto y si decides que ya no me quieres ver, te dejaré en paz.

Largarme a pasos rápidos era mi primera opción, pero, por una extraña razón, me quedé quieta, esperando a que dijera algo.

—Un minuto y me largo.

Tomé asiento enfrente de él y me crucé de brazos. Lo miré a los ojos.

—No he sido un gran padre. Fui un inmaduro desde que conocí a tu mama, sigo siendo un inmaduro, no te mereces ninguna excusa para que me perdones por todos esos años ausentes. El año pasado cuando regresé, vine por ustedes dos, no sabía que martina estaba casada. Quise recuperarlas, a ambas y luego Martina me dijo que estaba enferma. No sabía qué hacer, no podía quedarme ir a ver cómo se iba, ver como ese para siempre que nos prometimos no existía. Tuve miedo, Valeria y fui un cobarde. Todos estos meses, no he podido dejar de pensar en ella, pero, luego vi una foto tuya y entendí que ese para siempre aún seguía existiendo. Tú eres ese para siempre, eres algo mío y de ella. Quiero recuperar el tiempo, Val. Quiero ser alguien en tu vida.

Mis ojos se llenaron de lágrimas. No derrame ninguna. Me confirmó bastantes cosas.

—Todos estos meses estuve sola, no tuve dinero, no tuve familia, no tenía a donde ir. Nunca me había sentido así, tan sola…

—Dejame compensarlo, podemos iniciar una vida en Nueva York, hay buenas universidades en las cuales puedes estudiar, a tus abuelos les gustaría conocerte. Podemos iniciar una familia…

—No —Sonreí agria —¿En serio vienes a pedirme que me vaya contigo cuando tú fuiste el primero en abandonarme desde que nací? Joder, ni siquiera venías a mi cumpleaños, llamabas de vez en cuando y ahora vienes y te presentas acá a decirme que quieres compensarlo —escupí las palabras—. Vete a la mierda y no vuelvas a usar a Pablo como cebo.

Me puse de pie y me rasqué el brazo. Él me agarró, me aparté de un tirón.

—No me toques.

—Su pedido, señor —Una jovencita trajo dos copas de helado. Dos copas grandes de helado de chocolate.

Sí, de chocolate.

—Te pedí helado, al menos quédate a comerlo.

La sangre me hirvió al ver el helado. Era de chocolate ¡De chocolate!

—Desearía que tú te hubieses muerto y no mamá.

Salí corriendo de la heladería. Y con los ojos llenos de lágrimas, me subí a la vespa y me largué. Llegué a casa, a casa de Pablo.

No sabía si tocar y esperar a que me abrieran. Pablo me dio una llave y aunque no quería parecer una entrometida, usé la llave. Así no me verían llorar. Entré a la casa y a hurtadillas fui a la habitación de mi novio. No toque la puerta, entré vi a mi Pablo de espaldas y corrí hacia él para darle un abrazo. Él notó que era yo y me apretó, sentí el calor irradiar de su cuerpo y no pude evitar llorar.

Mis lágrimas humedecieron su camiseta. Pablo no preguntó el porqué lloraba, lo agradecí. Necesitaba un fuerte abrazo y desahogarme.

Expulse todas mis lágrimas. Me sentí un poco liberada, no del todo. Me senté en el borde de la cama, Pablo me siguió y me miró como si quisiera leer mis pensamientos, saber el problema y cuidarme en una caja de cristal.

Antes de que se preocupara más, hablé.

—Hablé con Christopher… —Empecé y el nudo de la garganta creció—. Me confirmó que el año pasado solo vino por mamá y yo fui su excusa —Una lágrima se deslizó por mi mejilla, la limpie y hueca dije—. Soy una estúpida. 

Pablo me agarró de la mano, sosteniéndome.

—No eres estúpida.

—Estoy llorando por un hombre que no es nadie en mi vida.

Y aun así, dolía.

Pablo volvió a abrazarme. Era ese tipo de abrazo que necesitaba. Volví a llorar y a sentirme fatal, el vacío incrementó.

Tuve otro ataque. Supe controlarlo y Pablo estuvo conmigo.

Me daba algo de vergüenza de que me viera en ese estado, pero, él me entendía y me daba seguridad.

Apoyé mi mejilla en su hombro y vi toda su habitación.

Pablo era muy desordenado, su habitación siempre estaba como si un huracán pasará por las cuatro paredes. Y esa vez estaba peor, mil veces peor.

Pablo debió de ver mi cara de espanto, él me contestó mi duda.

—Se me perdió el móvil y lo estaba buscando.

Su móvil.

Lo saqué de mi bolso y se lo di.

—Christopher lo agarró, lo uso para que hablara con él —le conté.

Pablo bajó la mirada y volvió a mirarme a los segundos —Lo vi en la mañana, no te lo tomes como que quería meterme en tu vida, quería ayudar y él me llamó, quedamos, solo le dije que te encontrabas bien, no pensé que me cogería el móvil.

—Tonto —susurré acariciando su mano y me rasqué.

No debí de comer churros con chocolate. Me picaba el cuerpo, era soportable, pero molestaba.

—Este tonto sacara su licencia de conducir —mencionó con las intenciones de cambiar el tema, para que dejara de pensar en ese hombre.

—Qué miedo

Sus cejas se fruncieron —Oye. Tenme fe.

—Fe deberá ser el que te va a enseñar.

—Pedri lo hará.

—Pobre de él.

Me miró como un crío enojado. Apreté mis labios para no reír, la risa se me escapó. Pablo hundió la yema de su dedo índice en mi mejilla, sonrió.

—Te hice reír.

—Tú eres mi felicidad.






















































Xoxo. Quiero darle un abrazó a Val.

Lo lindo que Pablo y ella se apoyan.

Ay los papis siguen ocultándose cosas, pero bueno. Ya se arreglaran y entenderán. Leo   us teorías 😁

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Ya nos acercamos al final. Aten puntos.

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Tiktok: ancovi12

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