Dr. Kim SeokJin.

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Daba vueltas por su apartamento...su mente iba a mil, su corazón aún más deprisa...nada tenía sentido y él, ahora, estaba metido hasta el fondo.

¿Qué podía hacer?, nada de lo que le habían dicho en su trabajo podía ser cierto, ¡NO!, él lo conocía bien, jamás creería esas cosas...y sin embargo, había pruebas irrefutable.

Entonces, algo vino a su mente, en su desesperación inicial no había recaído en ese nombre, sin embargo ahora, cuando su cerebro comenzaba a buscar una solución, llegó como un azote. Levantando la cabeza, buscó el USB que le habían entregado, corrió a su ordenador y comenzó a buscar: ahí estaba.

Sonrió un poco, algo de luz en toda esa mierda. ¡Sí!, él jamás le fallaría, a pesar del tiempo sin verse...lo que los unía era inquebrantable.














- ¿H-hola? 

- ¡Yoongi, por fin atiendes! 

- ¿Quién es? 

- ¡¿Cómo que quien soy?! No estoy para tus juegos Min... 

Esa voz... La conocía de algún lugar pero no recordaba de donde... en eso un recuerdo vino a su mente. ¿Será que era él?

- ¿Jinnie? 

- ¡Por fin! 

- Lo siento...He tenido unos días malos... -. Más bien unos meses, pero eso no hacía falta decirlo.

- Yoongi escúchame, no te llame para hacer sociales. Realmente te necesito aquí -. Algo hizo click en el cuando escuchó unos sollozos a través del teléfono, su expresión se endureció.

- Cuéntamelo .

- L- Lo siento. No puedo por aquí. Necesito verte... ¿P-podrías...? -. Kim SeokJin estaba a punto de quebrarse y Yoongi lo sabía.

Realmente dudó de aceptar la propuesta, pero aquí ya no le quedaba nada que lo atara y su alfa rugía en necesidad de volver a la acción. Se lo debía, a ambos.

- Estaré allí al final de la semana, solo...déjame acomodar unas cosas aquí y pediré el traslado 

- D-de acuerdo Yoon... te lo agradezco .







Cerró sus ojos dejando escapar un aire contenido que no sabía desde cuando lo llevaba reteniendo. Todo su cuerpo dolía, pero sólo saber que podía contar con Yoongi, era algo que al menos lo aliviaba. 
Hacía mucho tiempo que no se veían, aún así, siempre supo de su amigo, no le gustaba llamarlo ex, como sabía que Yoongi estaría al tanto de los pasos del forense.
Supo lo de su mujer y por respeto a quienes eran y la historia que habían tenido y no ponerlo en peligro, no fue con él, sin embargo, le escribió la carta más extensa y sentida que había redactado jamás. Esperaba que le hubiera llegado al corazón cada palabra allí plasmada al alfa gruñón.

Leyó una vez más mientras fumaba un cigarro, vicio que se suponía que había dejado hacía más de 10 años, pero que se daba el lujo de hacerlo en momentos específicos, y leyó el resto de la lista....

_Min Yoongi, Jung Hoseok, Park Jimin, Kim Taehyung y Jeon Jungkook... Veamos quienes son ustedes_ leyó en voz alta para sí mismo y abrió la base policial, sólo para agentes.






Kim SeokJin, era forense de su brigada, la número 42. Aunque en un un inicio había estudiado en la academia para ser tan sólo un policía, su amor por la medicina tiró de él, así decidió unir sus dos pasiones. Sus jefe en la comisaría supieron ver el gran potencial de Jin y supieron que sería un desperdicio dejarlo entre cuatro paredes de un laboratorio y papeleo. SeokJin era un agente más en las misiones a pie de calle, siendo tan valioso como el que más, su ingenio, valor y rápido actuar, ayudaron a resolver casos antes de que llegaran si quiera a las oficinas.

Jin era un joven de 27 años, que a primera impresión podía parecer dramático, entusiasta y algo narcisista, cuando lo conocías bien, te dabas cuenta que lo era y más. Aún así, era un ser que se hacía querer fácilmente.

Omega y en pareja con un ser prácticamente invisible y misterioso a la vista de todos.
Su infancia como su juventud fue difícil, ser hijo de quien era le había traído muchos problemas y traumas. Pero era un luchador.

Quizás por eso se había hecho policía, para remendar todo lo que sus padres habían ocasionado.

SeokJin era hijo ni más ni menos que de un capo mafia y su flamante esposa, que muy lejos estaba de ser una mujer florero, ya que podía ser tan o más sanguinaria que su esposo, él lo sabía muy bien.

Creció entre asesinatos, tráfico de lo todo lo que se pudiera pagar, drogas y alcohol, todo lo que un niño no debería ver jamás, todo lo que un niño no debía aprender.

Pero siempre fue un pequeño sensible, justo, dulce y muy inteligente, desde su más tierna infancia era capaz de ver que todo lo que le rodeaba estaba mal y debía huir de ahí.

A los 15 conoció a un chico bastante particular, todo lo contrario a él,  callado, algo osco, sombrío. Sin embargo, la atracción fue inmediata. Jin conoció el amor. Ellos se amaron como todo un primer amor adolescente puede amar. Como si no hubiera un mañana, como si lo fueran todo y nada más existiera a su alrededor. Primer beso, primeras caricias, presentarse, primer celo, primera vez. Sí, se quisieron y aprendieron juntos.

Él le ayudó a escapar de ese tórrido mundo que lo ahogaba cada segundo de su vida, él le enseñó que había vida más allá de todo eso, él guardaba su mayor secreto: su verdadero nombre.

Comenzó desde cero siendo ahora, Kim SeokJin, terminó sus estudios y entró en la academia policial, graduándose con grandes honores. Decidió ir a la universidad y se convirtió en un forense de renombre dentro del cuerpo, a pesar de su corta edad.

Realmente quiso mucho a, quien él consideraba, su salvador, su héroe, pero la vida sigue, la gente crece, la gente cambia. Y aunque se querrán siempre, el amor de pareja, acabó. Cada uno siguió su camino, pero Min Yoongi sabía que siempre podría contar con él.

Él no lo sabía, pero todo lo ocurrido tendría un porqué: Conocer al amor de su vida.

Kim Namjoon se convirtió en su todo, jamás creyó que se podía amar con tanta intensidad, jamás supo que con sólo una mirada, una vida podía cambiar todo....ese alfa había conseguido derribar barreras invisibles que el omega había construido alrededor de su corazón, Nam sabía que su novio podía hacer con él lo que quisiera, era su sumiso y su dueño a la vez, el oxígeno de sus pulmones, los latidos de su corazón, por quien vivía cada día, y lo mejor, que sabía que era totalmente recíproco.

Pero aún así, hasta para NamJoon, Jin guardó su secreto; se sentía culpable, claro que sí, incluso, puso excusas tontas para esconder su relación a la vista de todos, pero había un porqué muy importante: protegerlo.

Jin sabía que la sombra de su pasado estaba ahí, rondándole, y con ello, sus padres, su gente, su familia...por nada del mundo quería que supieran de Nam y ponerlo en peligro, el omega sabía que nada de lo que ellos vivían como policías, podía asemejarse a enfrentarse a Los Choi...su verdadera familia...

Todo era perfecto en su actual vida, tenía una gran trabajo, tenía amigos que lo quería, una casa soñada y al mejor alfa que nadie podía pedir. Demasiado. Su marca, esa de la que todos hablaban y nadie sabía de su dueño gracias a los maravillosos supresores, picaba, ardía, quemaba.










Fue una llamada, una reunión con su jefe y un nuevo caso, que todo su mundo se vino abajo...

Jin era solicitado para formar un Squad especial, su nueva misión:



Encontrar al traidor Kim NamJoon y capturarlo.




Cap 3 by: KissArmyW

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