Teniente Jung Hoseok.

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Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti —se escuchaba a lo lejos, como unas personas cantaban a todo pulmón y a una sola voz —. Feliz cumpleaños número 7 querido Hoseokkie, feliz cumpleaños a ti.

Un fuerte ruido se hizo presente, sabía que era y nunca lo olvidaría. Aún podía ver como las personas a su alrededor caían víctimas de un disparo en cualquier parte de sus ya inertes cuerpos.

¡AHHH!

De repente el escenario de su propio sueño había cambiado, y por algún motivo ahora era un niño de 5 años y se encontraba en un parque con una sonrisa, jugando con sus ya muertos padres y hermano mayor.

¡Corre Hoseokkie! —gritaba su adorado hermano mayor, perdiendo la sonrisa que antes tenía en cuestión de segundos debido a un miedo que le azotó en el momento de ver a alguien cerca de él —, ¡Te alcanzará!

Su sueño cambio de escenario muchas veces, mostrando el largo camino que había recorrido desde la muerte de sus padres y hermano mayor, la graduación de la escuela, bachillerato, la Academia de policía y luego el día en el que obtuvo su puesto como teniente en jefe de la unidad de víctimas especiales, en Seúl.

🐯

¡AHHHH! —gritó, despertando finalmente de su pesadilla . Un nuevo día.

Por la ventana de su pequeño departamento, asomaban pequeños y débiles rayos de sol, su corazón estaba latiendo como un loco y sentía una enorme presión en su garganta, como si de alguien le estuviera ahorcando, comenzó a tocar su cuello y a toser violentamente.

"Debes respirar, Hoseok, debes hacerlo"

Se dijo, tratando de convencerse de que todo estaba bien y que nada malo le pasaría, colocó su mano derecha en su pecho y comenzó a inhalar y a exhalar, ralentizando lentamente su respiración y los alocados latidos de su atribulado corazón.

Cuando estuvo un poco calmado, lentamente se levantó de su cama y se dirigió al pequeño lavado de su baño, lavo muy bien su rostro y se observó en el pequeño espejo.

—Es un nuevo día, Hoseok.

Se dirigió a la pequeña cocina y de la mesa del comedor, donde había una canasta con muchas frutas, tomó una manzana, la llevo a su boca y mordió. El pequeño ataque de pánico que había sufrido nomas levantarse, le había dejado sin hambre, pero debía comer algo al menos para no llevar el estómago vacío y desmayar en el camino. Su madre siempre le decía que si no tenía hambre, al menos comiera alguna fruta y siempre trataba de cumplir con las pocas enseñanzas que sus padres pudieron darle antes de morir.

Se dirigió a su pequeño armario y sacó su ropa, la colocó en la cómoda cama y enseguida fue a bañarse. Debía estar decente para su trabajo. Cuando volvió para vestirse, unos brazos le envolvieron en un fuerte y cariñoso abrazo desde la cama

—¿Te vas? —dijo la tierna personita con una voz muy linda que encogió el corazón de Hoseok.

—Aún es muy temprano, vuelve a dormir, cariño —dijo, despidiéndose con un tierno beso en la frente a la hermosa criatura frente a él.

—Regresa pronto, papi.

La vida le había enseñado a las buenas y a las malas lo efímera que podía ser a tan corta edad, le había dado y quitado, pero sobretodo le había enseñado a no rendirse. A pesar de ser un Omega tiene un camino muy largo por recorrer en ella, así que no se dejaría vencer tan fácilmente. Con eso en mente llegó a su lugar de trabajo.

—Ahí viene de nuevo ese Omega inservible —decían los alfas en los pasillos por donde Hoseok iba pasando.

—¿Por qué tiene un alto rango? Los Omegas deberían quedarse a hacer los quehaceres del hogar y a cuidar de los niños —dijo un alfa que era solamente un policía común y corriente.

—Debió acostarse con muchos alfas de alto nivel, para estar en el puesto en el que se encuentra —decía otro mientras veía como el Omega caminaba en los pasillos con la frente en alto.

—Teniente Jung —un pequeño alfa le hablo de manera muy respetuosa —. Hay una llamada urgente para usted.

—Pasala a mi línea, por favor —se dirigió con el mismo respeto que había recibido. Rápidamente llegó a su oficina y tomó asiento en la cómoda silla giratoria de su escritorio, tomó el teléfono entre sus manos y contestó —. ¿Quién habla? — su voz seria e inexpresiva, poniendo nervioso al que estaba del otro lado de la línea.

¿Esa es la manera de hablar a sus jefes, Omega? —la voz ronca de mando de un alfa se escuchó a través de la línea, haciendo que automáticamente Hoseok agachara la cabeza en sumisión —. Hay una misión importante, de la cual necesitamos su ayuda.

Cap 2 by: Marlein_98




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