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—Desnúdate y ponte sobre tus rodillas en la cama— gruñó SeokJin contra la boca de Rebel mientras se besaban y lamían los labios desesperadamente.

SeokJin se tragó el gemido de aprobación del peli gris, antes de que este retrocediera para obedecer. Cuando NamJoon le dio la espalda, lo detuvo con una firme nalgada en su trasero.

—No puedo esperar a tener este apretado culo—

—Yo también, bebé. No tienes ni idea—

El castaño dio un paso atrás y se quitó la camisa por encima de la cabeza, manteniendo los ojos en el moreno mientras él se quitaba la ropa.

No se acostumbraba a lo perfecto que lucía. Es decir, era una estrella porno, así que por supuesto que estaba completamente dotado. Pero, perfecta polla aparte, su cuerpo era todo lo que SeokJin se imaginaría si le pidieran que describiera a su hombre ideal. NamJoon estaba en forma, sus músculos no eran exagerados, su piel moreno era toda una obra de arte adornada con pequeños lunares por todos lados, sus muslos eran increíblemente fuertes. Jin adoraba la sensación de su propio cuerpo desnudo rozando contra el del peli gris, y necesitaba sentirlo otra vez en ese preciso instante.

No prestó atención a dónde cayó su ropa cuando se deshizo de ella. Y Rebel parecía sentirse de la misma manera cuando lanzó sus pantalones al piso y mandó a volar su ropa interior por encima de su hombro.

El moreno no perdió el tiempo y se puso de rodillas sobre la cama, apoyando las manos contra el colchón y arqueando la espalda.

SeokJin envolvió su mano alrededor de su polla y le dio unos cuantos tirones perezosos, recogiendo el pre-semen que goteaba con su pulgar. Se relamió los labios mientras se colocaba detrás de NamJoon, incapaz de apartar la vista de su redondo y poderoso trasero. Sabía exactamente cómo se veía cuando era follado. Pero, no sabía cómo se sentía su interior, y no podía esperar para averiguarlo.

Separó las nalgas del peli gris con una mano y levantó su resbaladizo pulgar hacia su apretado pliegue. NamJoon abrió las piernas un poco más y se inclinó hacia adelante.

El agujero de Rebel se relajó fácilmente bajo los pequeños círculos que hacía con el pulgar. La pequeña cantidad de pre-semen que el castaño usó se secó rápidamente, así que escupió en la grieta de su trasero y esparció su saliva con los dedos. NamJoon gimió ante su toque.

—Dios, eres jodidamente sucio; me encanta— gruñó, mientras SeokJin usaba la nueva humedad para trabajar dos dedos dentro.

—Sé que sí—

El de piel pálida se inclinó y pasó su lengua por la columna vertebral de Rebel mientras lo preparaba con sus dedos. Las manos de NamJoon agarraron en puños las sábanas, y su aliento salió entrecortado.

—Eres muy sexy— el castaño le mordisqueó la nuca y el contrario gimió. —¿Estás listo para mí? —

—Joder, sí—

El menor sacó sus dedos y buscó en su bolsa para agarrar unos condones y lubricante. La saliva podía ser suficiente para follar con los dedos, pero no iba a tratar de entrar en él sin lubricante. Se colocó el preservativo y luego tomó una generosa cantidad del lubricante en su mano y lo esparció sobre su miembro. Distribuyó lo que quedaba alrededor del agujero de NamJoon y limpió su mano en el borde de la sábana.

Rebel gimió mientras se alineaba y presionaba lentamente hacia adentro. Había poca resistencia mientras el peli gris se relajaba expertamente para tomarlo. Sus suaves músculos internos le recibieron calientes y apretados alrededor de su polla.

Los dedos de SeokJin se apoderaron de sus caderas, lo suficientemente fuerte como para dejar moretones. El pensamiento de esa piel moreno marcada envió un escalofrío a su espina dorsal y directo a su entrepierna mientras se imaginaba a miles de espectadores viendo un vídeo de Rebel y notando manchas moradas en forma de dedos en su cintura y muslos, preguntándose de dónde las había sacado. Jin podía imaginarse a sí mismo viendo el vídeo y tratando de no correrse demasiado rápido, recordando ese momento, embistiendo a NamJoon por detrás mientras gemía y le suplicaba que se lo diera más fuerte.

SeokJin se inclinó sobre el moreno y le chupó el cuello, desesperado por dejar marcas por todas partes mientras sus caderas se movían hacia adelante y se arrastraban una y otra vez.

—Jin, ungh, joder— divagó combinaciones aleatorias de palabras y súplicas mientras se encontraba con cada uno de sus empujes. —Más fuerte, más fuerte, por favor—

El castaño envolvió su mano alrededor de la garganta del moreno por detrás, sin obstruir sus vías respiratorias, pero lo suficientemente fuerte como para sentir la vibración de cada palabra y el jadeo que escapaba de los labios del chico. Y luego lo folló más fuerte, hasta que se derrumbó sobre la cama. Lo siguió, cayendo encima de él, pero haciendo todo lo posible para no perderse nada.

—Tan bien, NamJoon, te sientes tan bien— no se dio cuenta de su error hasta que las palabras salieron de sus labios, pero no parecía que le diera a Rebel ninguna pausa mientras gritaba, frotándose contra la cama a la vez que SeokJin golpeaba ese esponjoso lugar de placer dentro de él.

El trasero de NamJoon se apretó tan fuerte alrededor de él que su visión se nubló por un segundo mientras perdía el aliento. SeokJin se agarró a sus firmes y cinceladas nalgas por apoyo y empujó profundamente, corriéndose con un ronco gemido. Cuando sus piernas temblaron demasiado como para sostenerse más tiempo, se derrumbó encima del moreno, que parecía tan agotado como él.

—Puta mierda, eres un maldito dios— murmuró el peli gris en un tono cansado y saciado.

Orgullo se hinchó en el pecho del castaño, junto con otra emoción que no podía nombrar. Se alejó de NamJoon para poder acostarse a su lado sin aplastarlo.

—Bueno, mira las herramientas con las que tuve que trabajar— señaló, dándole a su trasero una sonora nalgada, mientras los dos sonreían.

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