10.

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Advertencias: angst, drama, temas de género.

este capítulo es totalmente nuevo. lo agregué luego de pensarlo mucho, no afecta a la línea de tiempo ya conocida, así que no se preocupen!

Siempre de noche fue el momento para encontrarme,

Era el momento para encontrar la respuesta,

Para reunirme a mí misma.

Sólo quería florecer, pero,

No quería odiar a nadie, pero,

No puedo evitarlo, es ridículo, así que nunca lo hice.

~After the Blooming (Alone), GWSN~

Hoseok cumplió su promesa, disculpándose primero con Jin por lo que dijo, y los siguientes días adoptó esa actitud agradable y simpática que Yoonji conocía.

En el fondo, ella sabía que se le hacía demasiado difícil a su novio, pero agradecía el esfuerzo que estaba haciendo. Hoseok no era malo, en el fondo, sólo tenía ese importante conflicto interno. El chico no era alguien especialmente religioso, a pesar de que sus padres fueran los líderes de la congregación de la principal iglesia de la ciudad. Sin embargo, eso no quitaba que hubiera sido criado con ciertos valores imposibles de eliminar. Ella igual fue aleccionada con esos valores, lo que generó, en su momento, un terrible conflicto en su interior, al menos cuando era más pequeña.

Así que ella apreciaba todo lo que implicaba que Hoseok pusiera de su parte. Incluso, con el pasar de los días, se empezó a ver mucho más relajado e incluso lanzó algunas bromas con Jin, pero siempre manteniendo cierta distancia. Yoonji sabía que varias personas (por no decir todo el colegio), les estaba mirando por la cercanía con Jin, pues eran los primeros en acercársele luego de haberse declarado abiertamente gay. Sin embargo, trataba de no darle importancia.

Cuando quedaban unas semanas antes de navidad, Hoseok la invitó a comer con sus padres. Yoonji estuvo tentada de rechazarlo, porque ella no se llevaba demasiado bien con ellos, aunque sabía también que era importante para su novio. Él trataba de no mostrarlo demasiado, pero siempre pareció pelear demasiado por la aprobación de sus padres. El padre de Hoseok, Soowoo, era exigente y, a veces, hasta cruel con su propio hijo. Ella lo odiaba mucho por eso, porque desde que era pequeña que vio a Hoseok pasarla mal por las exigencias que le ponían.

Así que, a pesar de todo, no le iba a dejar solo en ese momento. Si Hoseok se lo pidió, casi suplicándoselo, era porque sus padres tuvieron que haberle exigido su presencia, y si ella faltaba, Soowoo de seguro acusaría a su hijo de ser alguien que no podía llevar las riendas de la relación. Esa simple idea sulfuraba a Yoonji hasta puntos inimaginables, pero no iba a descargarse con Hoseok.

Yoonji llevó una ropa de cambio a la casa de Hoseok, para no ir a la suya y que su mamá decidiera intervenir con su vestimenta. Si ella se enteraba, de seguro le haría usar un vestido para estar presentable ante el pastor Jung. Sin embargo, ella ya no podía soportar usar más vestidos por el resto del día. La falda ya era suficiente tortura para ella en ese instante.

Aunque no se cambió enseguida, pues aprovechando que ambos adultos no estaban, decidieron acurrucarse en la cama y mimarse un poco. No lo iba a confesar en voz alta, pero realmente le gustaba tener esos momentos con Hoseok. A pesar de que era un poco más meloso de lo normal, ella no ponía reparos con eso, porque le gustaba sentirse amada. Amado.

Cerró sus ojos un instante, abrazándolo con un poco más de fuerza. Escuchó las risas de Hoseok.

—Estás algo cariñosa —comentó Hoseok, mirando su celular—. ¿Pasa algo, bebé?

—No me llames bebé —reclamó Yoonji, a pesar de que tenía una sonrisa en su rostro.

—¿No? —Hoseok pareció pensarlo—. ¿Qué tal ‹‹mi amor››? ¿O ‹‹cariñito››?

—¡Yah, no seas pesado! —gritó Yoonji, enderezándose y dándole unos golpes en el pecho. Hoseok empezó a quejarse entre risas—. ¡Me caes mal, Hope!

—¡No me digas eso, me rompes el corazón! —se rió Hoseok, tratando de tranquilizarla a pesar de seguir recibiendo golpes.

Estuvieron en eso varios minutos, con Yoonji maldiciéndolo y el chico estallando en nuevas carcajadas al notar el rubor en el rostro de su novia. Llegó un momento en el que se puso a llorar de la risa, gritándole que se detuviera, y Yoonji agarró la almohada para asfixiarlo.

Por fin, después de una eternidad, Hoseok logró quitársela de encima y agarrarla de las muñecas, deteniéndola. Yoonji comenzó a quejarse, pero Hoseok tiró de ella y le dio un beso en la boca, sonriendo cuando su novia aceptó el beso con una sonrisita.

—No seas gruñona —le dijo Hoseok una vez se alejó, dándole un beso más corto—, ¿cómo puedes serlo conmigo, cuando yo te quiero tanto?

—Mmm... —le dio un nuevo beso, sonriendo con relajo—. ¿Sólo me quieres? Pensé que, a estas alturas, me amabas.

—Mira que exigente eres —replicó Hoseok, y ahora volvió a besarla, pero con profundidad y atrayéndola a su regazo.

Yoonji se sobresaltó ante la acción, tratando de relajar sus repentinos tensos músculos. Hoseok sólo le estaba dando un beso, nada más, no tenía motivo para reaccionar de esa forma. Ellos se conocían desde pequeños y llevaban saliendo ya más de un año. Hoseok actuaba como cualquier otro novio haría.

Soltó un gemido débil cuando el chico comenzó a besarle el cuello, sintiendo un escalofrío en el instante en que la mano de Hoseok la agarró de una pierna. El toque no era directo, considerando que llevaba esas gruesas pantis negras que combinaban con el uniforme, pero se sintió como si estuviera a fuego vivo.

No era agradable. Pero no lo detuvo.

La boca de Hoseok volvió a la suya, silenciándola, y Yoonji se forzó a seguir con el beso a pesar de sentir como la mano empezó a subir, levantándole la falda. Los dedos del chico parecieron bailar sobre su muslo.

—Hobi... —habló, cuando ya no lo aguantó más—, no es...

Pudo escuchar su suspiro, y la culpa pareció inundarla. No podía evitarla, porque sabía con exactitud lo que debía estar pensando: otra vez lo mismo. Otra vez ella lo detenía antes de pasar a mayores.

—Sí, vale —aceptó el chico, echándose sobre la cama de espaldas. Ella seguía en su regazó, pero ya no le estaba tocando—, mis padres pueden llegar en cualquier momento.

La chica también se tiró sobre la cama, dándole un abrazo superficial y ligero.

—Lo siento —se disculpó.

Hoseok no la miró, pero llevó su mano hacia el cabello de Yoonji, y pudo sentir como sus dedos se deslizaron por entre sus pelos. Hoseok tuvo siempre esa manía.

—Será en otro momento —le dijo, tratando de sonreír.

Yoonji asintió, y decidió que era momento de irse a cambiar de ropa.

Una vez estuvo en el baño, se permitió llorar en silencio, derramando lágrimas mientras trataba de no ahogarse en esa culpa odiosa que sentía. Los últimos días habían sido un sube y baja de emociones, y estaba comenzando a hundirse en ese agujero que cavó durante tantos años. A pesar de haber tomado la decisión de contarle a Jimin, de haberse atrevido a cortar su cabello, se seguía sintiendo como un patético ser que no hacía nada en la vida. Se seguía sintiendo como un error. Como una basura. Como alguien que debería estar muerto.

Por mucho que lo intentara, por mucho que tratara de luchar contra eso, era como si retrocediera diez pasos cuando daba uno. No podía entenderlo, ¿por qué las cosas eran así de difíciles? ¿Por qué debía seguir ocultándose a Hoseok? Cada vez que pasaban esas cosas, las palabras estaban en la punta de su lengua, atrapadas en su garganta. Un solo empujón e iban a salir. Pero al final, siempre las volvía a empujar al fondo, enterrándolas en el agujero que hizo.

Se obligó a limpiarse el rostro antes de cambiarse. Esta vez se decidió por un jean azul marino y una blusa de manga larga, que cubría sus brazos. Era importante cubrirlos lo más posible.

No era lo suficientemente femenino como para hacerla sentir mal, e incluso se forzó a aplicarse brillo labial, para que su rostro se viera más... mujer. Estaba segura de que si llegaba a maquillarse los ojos, tal vez, el corte pasaría a ser un look más moderno, pero no se veía capaz de eso. Nunca aprendió a aplicarse ese tipo de sombras, y no lo aprendería ahora. El brillo labial tendría que ser suficiente ahora.

Hoseok la estaba esperando, cambiado también con una sudadera sobria, a pesar de que su novio siempre era ocupar colores más vivos. Sin embargo, sabía que era mejor no llamar la atención de ninguna forma, pues ambos tenían claro que el cabello de Yoonji sería el centro de conversación de esa noche.

—¡Por dios, Yoonji, ¿qué te hiciste en el cabello?!

No le sorprendió escuchar el grito de la madre de Hoseok, Hyojae, cuando bajaron a recibirlos. Detrás, el padre de Hoseok, un hombre alto y delgado, la miró con el ceño ligeramente fruncido.

—Tuve un accidente —dijo, tratando de suavizar su voz para que no saliera agresiva—, mi hermano me ha pegado chicle en la cabeza y no quedó más que cortarlo.

—¡Lo siento, querida, pero está horrible! —siguió vociferando la mujer.

Yoonji se forzó a reírse, a pesar de que todo su cuerpo estaba tenso por las palabras escuchadas. ¿Esto era en serio?

Hoseok lo consideró necesario para intervenir.

—Mamá, no exageres —le dijo, y adoptó un tono bromista—, pienso que Yoonji se ve especialmente bonita, a pesar de todo —y le agarró la mano, dándole un apretón con fuerza.

—Bueno, para fortuna de todos —habló Soowoo, sonriendo con amabilidad—, el cabello siempre crece, ¿no es así? Puede que ahora te lo dejes crecer largo, como corresponde a una mujer.

Lo que era un poco irónico, considerando que la madre de Hoseok tenía un corte de cabello corto. Pero ella ya era una mujer mayor, no como Yoonji.

Hyojae se fue a la cocina, cargando las bolsas de compras para la cena de esa noche, y Hoseok la llevó al comedor, para fingir conversarle de algo y distraerla de toda esa situación. Sin embargo, poco se libró, pues Soowoo pronto llegó y empezó a consultarle cómo le estaba yendo en el colegio.

—¿Piensas seguir estudiando más adelante? —preguntó el padre de Hoseok.

Yoonji se forzó a verse relajada y cómoda en toda esa situación. Para su propia fortuna, su novio estaba a su lado, sin soltarle la mano.

—Todavía no lo tengo claro —comentó ella, sabiendo que no podía mencionar de ninguna forma esa loca idea de dedicarse a la composición. Ni siquiera Hoseok lo sabía.

—Bueno, no es como que tengas que preocuparte demasiado —respondió Soowoo—, Hoseok entrará a estudiar Medicina, así que no creo que te sea necesario trabajar más adelante. Tu futuro marido va a suplir todas tus necesidades y podrás dedicarte a ser la ama de casas que te corresponde ser.

Mierda, era demasiada información que estaba recibiendo, toda arrojada de golpe. Incluso Hoseok se veía algo desconcertado ante las palabras de su padre.

—Papá... —comenzó a decir Hoseok.

—¿Qué? ¿Dije algo que no debía? —enarcó una ceja, pero sus ojos se veían duros—. ¿Acaso no le has dicho de los planes que tienes?

‹‹Los planes que tú tienes››, pensaron ambos.

—No he tenido tiempo, es que...

—Hoseok, ¿puedes dejar esa cobardía, por favor? —le interrumpió Soowoo, antes de volver su mirada a Yoonji. A pesar de que trató de verse afable, ella sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal—. ¿No es obvio que se van a casar?

A pesar de que era algo que pensó durante mucho tiempo, esa idea la mantenía para sí, no la comentaría con Hoseok, porque todavía eran jóvenes. Ahora, que la estuviera recibiendo de esa forma, la descolocó por completo. Esa parte rebelde suya quiso pegar el grito al cielo, aunque sabía que no sería lo mejor. Pondría en aprietos a Hoseok, que se veía bastante incómodo en ese instante.

Sonrió con educación.

—Claro que sí —dijo, queriendo salvar a su novio—, Hoseok me ha comentado algo, pero no nos hemos dado el tiempo para hablarlo.

Su novio le dio un apretón suave en señal de gracias, y ella se lo devolvió. A pesar de todo, le amaba y no quería que la pasara mal por culpa de su padre. Era lo que menos deseaba.

—Aun así —continuó ella—, lo estamos pensando todavía. Me gustaría seguir estudiando algo, así que los planes de boda serían luego de que ambos terminemos nuestra carrera.

Soowoo asintió con la cabeza, un poco más satisfecho, pero no del todo. Yoonji pensaba que nunca se vería completamente satisfecho con lo que hiciera Hoseok.

Pronto, estuvieron sentados en la mesa. Jiwoo no estaba presente, pues se hallaba en Daegu, estudiando en la universidad.

—¿Jimin sigue soltero? —preguntó la madre de Hoseok.

—Sí —contestó Yoongi, aunque no pudo evitar pensar en Jungkook—, él está muy cómodo estudiando.

—¿Y qué era lo que estaba estudiando? —agregó Soowoo.

—Psicología —y se preparó para el siguiente golpe.

—Qué desperdicio de chico —comentó el hombre—, pudo haberse dedicado a otra cosa, como Derecho o Medicina. La psicología no es más que una tontería.

Yoonji miró de reojo a Hoseok, que lucía bastante deprimido en ese momento. Ella sabía bien lo mucho que deseaba estudiar Danza, Hoseok siempre parecía muy entusiasmado cuando se trataba del baile. Pero también sabía que sus padres jamás tolerarían que su hijo se dedicara a eso, porque era algo de ‹‹maricones››.

—Jimin es feliz con eso —replicó ella—, y si él es feliz, no importa nada más.

No sólo era una respuesta al padre de Hoseok, sino también al mismo Hoseok. Era una respuesta a ella.

—Bueno, si es feliz queriendo morir de hambre, pues allá él —contestó Soowoo, con esa sonrisita irónica que tanto detestaba.

Yoonji se quedó callada, porque sabía que, si abría la boca, iba a explotar. No quería traerle más problemas a Hoseok, que seguía viéndose bajoneado.

Al final, el resto de la cena transcurrió con aburridas conversaciones, ambos tratando de evitar los puntos sensibles. Cuando dieron las nueve de la noche, Hoseok dijo que la iría a dejar a casa, para que ambos pudieran respirar un poco de aire.

—No fue tan mal —fue lo primero que dijo Hoseok, una vez se alejaron una cuadra.

—Sí —concedió Yoonji—, pudo ser cien veces peor.

Hoseok tiró de ella, dándole un abrazo, pues aprovechó que no había mucha gente en las calles. Yoonji se dejó abrazar.

—Gracias por ayudarme —le susurró Hoseok, poniendo una expresión de cachorrito—. No había querido mencionártelo porque... Ya sabes, todavía somos jóvenes, ¿por qué hablar de matrimonio ahora?

—¿Oh? —Yoonji se puso de puntitas para darle un beso—. ¿Así que no quieres casarte conmigo?

Hoseok enrojeció con fuerza.

—¡Claro que quiero! —se defendió—. Sólo de imaginártelo, tú llevando un precioso vestido de novias, podría morirme, es algo que...

Yoonji ocultó su cabeza en el hombro de Hoseok para que no viera la mueca en su rostro. De pronto, ya no sentía mucho humor y sólo quería ir a la cama, donde podría acurrucarse e imaginar otro mundo donde las cosas fueran distintas. Donde la gente como él tuviera un lugar.

¿Existiría alguna vez un mundo como ese?

Lo dudaba.

—... y después, en la fiesta de bodas, con todos mirándonos...

—Hobi —le interrumpió Yoonji.

—¿Sí, bebé?

—Te amo.

Hoseok soltó una risa suave, besándole la coronilla de la cabeza y dándole un suave apretón.

—Yo también te amo —le aseguró él.

Ojalá hubiera un mundo donde pudiera tener un lugar, sin miedo al que dirán. Ojalá...

¡gracias por leer!

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