Capítulo 07

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ᴍɪᴋᴇ'ꜱ ʙᴀꜱᴇᴍᴇɴᴛ

Violet y El estaban metidas en el baño para quitarse algo de suciedad de la cara. Vi tenía un paño húmedo en su mano derecha y miró a El algo nerviosa. El estaba sentada en el váter, esperando pacientemente. En silencio, la rubia se acercó a ella y comenzó a limpiarle el rostro con suavidad. Agarró gentilmente la barbilla de El para poder mover su cabeza y limpiar mejor su rostro. El la miraba con intensidad. Vi intentaba ignorar a toda costa los enormes ojitos miel que la miraban con tanta intensidad.

Al finalizar El se levantó en silencio y caminó hasta el espejo para mirarse. Se tocó el poco pelo que tenía y arrugó un poco su rostro. El se sentía lo contrario a linda sin la peluca.

— No la necesitas —dijo Vi con una leve sonrisa.

— ¿Sigo siendo bonita? —pregunta El.

Apartó la mirada de su propio reflejo y miró a Vi, esperanzada con su respuesta.

— Pues claro —dijo Vi cálidamente— Sigues bonita. Muy bonita.

El se volvió a mirar al espejo, sonriendo muy mínimamente. Si Vi la encontraba bonita, es porque tenía razón. Ella nunca le mentiría. Violet, mientras tanto, parecía querer decir algo más. El se volvió hacia ella de nuevo, inclinando su cabeza a un lado con curiosidad.

— ¿El? —llama Vi.

— ¿Sí?

— Estoy muy feliz de habernos conocido —dijo tímidamente.

— Yo también —dijo El con una sonrisa.

El silencio cayó entre ambas. Se siguieron mirando en profundidad, hasta que El decidió dar un pequeño paso hacia adelante. Vi, sintiendo su corazón latirle en la garganta y una jaula de mariposas en su pecho, dio otro valiente paso hacia adelante. No sabía muy bien que iría a pasar, pero parecía querer averiguarlo. La mirada de Vi se desvió por un segundo hacia los labios de El, pero volvieron a sus ojos rápidamente, temiendo que El se apartase de ella con asco. 

— ¡Chicas! —exclama Dustin mientras irrumpía en el baño.

Las niñas dieron un salto hacia detrás y lo miraron. Vi tenía la cara ardiendo y un ceño fruncido de molestia.

— Es Lucas. Creo que tiene problemas.

— ¿Qué? —dijo Vi preocupada.

El y Vi salieron del baño junto a Dustin. Mike estaba de brazos cruzados, mirando a sus amigos llegar.

— ¿Recuerdas que te dije que nos dijo que iría a buscar el porta? —pregunta Dustin, agarrando el Supercom.

— Sí.

— ¿Y si lo encontró? —dijo Dustin.

— ¿Él solo? —dijo Vi alterada.

La voz de Lucas se esuchó desde el Supercom y Mike lo agarró rápidamente para poder escucharlo mejor. Sin embargo, no se le escuchaba tan bien como al grupo le gustaría.

— ¿Qué está diciendo? —pregunta Mike.

— No lo sé, está fuera de alcance —contesta Dustin.

— ¡...hijo de puta! —gritó Lucas.

— Lucas, si puedes oírnos, ve más despacio. No te entendemos —dijo Mike.

¡Sí, recibido! —exclama Lucas, claramente cansado y estresado— ¿Y ustedes? ¡Ya saben sobre Eleven! ¡Salgan de ahí! ¡Saben de Eleven! —gritó— ¡Los malos van para allá! ¡Todos! ¿Me oyen? ¡Los malos van para allá!

— "Los palos". ¿Eso les dice algo? —pregunta Dustin confuso— ¿Un nombre en clave o un código?

¡Los malos van para allá! —vuelve a gritar Lucas con más claridad.

— "Los malos." —dijo Mike. Su rostro se puso pálido— ¡Los malos! —repite en voz alta. Se giró y comenzó a subir las escaleras corriendo— Quédense aquí —les dijo a las niñas.

Las chicas asintieron. Violet se puso los zapatos y preparó la mochila de Mike con algunos snacks y un pequeño kit médico, en caso de que les pasase algo. Le ató los zapatos a El y en cuanto Mike les dijo que tenían que irse, se fueron al momento. Violet le pasó su mochila a Mike y agarró a El y Dustin de la muñeca para arrastrarlos fuera de la casa. Agarraron sus respectivas bicicletas. El corría junto a Vi.

— Sube —dijo Vi, subiéndose a su bicicleta al igual que Mike y Dustin.

El se subió detrás. El grupo miraron a un algo al escuchar las puertas de varias furgonetas cerrarse. Unos hombres se estaban acercando a ellos. En medio de ellos había un hombre cansoso y bien vestido. Eleven lo miró sin expresión en su rostro. El hombre miró a Violet y a El respectivamente, aunque parecía algo sorprendido de ver a Violet.

— ¡Vámonos! ¡Vámonos! ¡Ahora! —grita Dustin.

Comenzaron a pedalear como locos. El se aferró a la cintura de Violet con firmeza. Los hombres malos corrieron a sus furgonetas y arrancaron al momento.

— Dios mío. Dios mío. Dios mío —decía Dustin.

¡Dustin! Dustin, ¿me recibes? 

— Sí, Lucas, nos persiguen —contestó Dustin.

Vi y Mike se giraron un momento para mirar si estaban detrás de ellos. Y, efectivamente. Estaban pisándoles los talones.

¿Dónde están?

— En Cornwallis.

¡Nos vemos en Elm and Cherry!

— ¡Recibido! —gritó— ¡A Elm and Cherry! —dijo Dustin a sus amigos.

Tras un rato de intenso pedaleo, pudieron llegar al sitio acordado con Lucas. El muchacho se detuvo y no podía parar de jadear del cansancio, puesto que llevaba unos largos minutos pedaleando. Se detuvo al lado de Mike.

— ¡Lucas! — exclama Mike

— ¿Dónde están? —pregunta Lucas entre jadeos.

— No lo sé —tartamudeó Mike.

 — Creo que los perdimos —dijo Dustin.

El chirrido de varias ruedas tras ellos les indicaron lo contrario. Los muchachos se giraron para verificar y en efecto. Eran los malos aún persiguiéndolos. Continuaron con los rápidos y desesperados pedaleos para escapar. Mike no paraba de decirles que se diesen prisa mientras que Dustin gritaba del pánico. En la bajada, se encontraron con que una furgoneta venía de frente a por ellos.

— ¡Mierda, mierda, mierda! —exclamó Dustin. 

Violet miró de reojo a El, dándole a entender que era hora de actuar y rápido. El se aferró más firme a su amiga y frunció el ceño mientras se centraba en la furgoneta. Unos segundos más tarde, el vehículo salió despedido por los aires, pasando justo por encima de las cabezas del grupo de niños. Lo miraron anonadados hasta que cayó boca arriba frente a las otras furgonetas, cortándoles el paso. Siguieron su camino en silencio. Violet sonrió levemente, orgullosa de El.

Tras un rato pedaleando como locos, llegaron hasta el desguace. Vi se bajó de la bicicleta y ayudó a El a bajarse, puesto que estaba agotada. La dejó delicadamente en el suelo y se sentó junto a ella preocupada. Lucas, Dustin y Mike llegaron segundos después.

— ¡Santo... Santo cielo! —exclama Dustin mientras dejaba caer su bicicleta al suelo— ¿V-vieron lo que hicieron con la furgoneta? 

— No, Dustin, nos lo perdimos —dijo Mike sarcástico.

— ¿Quién fue de ustedes? —pregunta. Vi señaló a El, que tenía sangre en su nariz— ¡Qué locura! ¡Ha sido...! —volvió a decir Dustin tartamudeando.

— Asombroso —dijo Lucas— Ha sido asombroso.

Lucas se arrodilló delante de las chicas, con un rostro de arrepentimiento.

— Todo lo que dije sobre ustedes siendo traidoras y demás... —dijo, mirándola a ambas respectivamente— Estaba equivocado. Lo siento —dijo sincero, poniendo una mano sobre el hombro de Eleven.

El lo miró por unos instantes y luego miró a Vi. Ella sonrió suavemente y asintió. La pequeña volvió a mirar a Lucas.

— Los amigos... —dijo suave— Los amigos no mienten. Yo también lo siento.

— Yo también —dijo Mike de pronto. 

Los tres que estaban en el suelo alzaron la mirada y miraron a Mike, que tenía una cara seria y el brazo estirado. Lucas se levantó del suelo y caminó hasta Mike, ocultando una sonrisa. Se agarraron de las manos para sellar la disculpa de manera oficial. 

[...]

— Esta es la calle Randolph. Justo aquí —dijo Lucas, trazando una línea recta en la tierra mientras que los demás miraban con atención— La valla empieza aquí y rodea todo esto. Y justo aquí está el laboratorio. El portal debe estar ahí. Debe estarlo —dijo mientras colocaba una lata oxidada en medio de los palos.

— ¿De quién es el laboratorio? —pregunta Dustin.

— El Departamento de Energía —contesta Lucas.

— ¿Departamento de Energía? ¿Qué significa? —vuelve a preguntar.

— Significa que es del gobierno. Es militar —dijo Mike.

— ¿Por qué dice "Energía"? —dijo Dustin más confuso.

— Confía en mí, ¿vale? —insiste Mike— Es militar. Mi padre me lo dijo.

— Mike tiene razón. Hay soldados en la puerta —apoya Lucas.

— ¿Qué hacen? ¿Bombillas o algo? —pregunta Dustin de nuevo.

— Si es militar y es super secreto, tienen que fabricar armas —dijo Violet esta vez— Para luchar contra los rusos y los comunistas. 

— Armas —dijo Lucas, mirando a Violet y a El.

Dustin jadeó al darse cuenta a lo que Lucas se refería. — Oh, Dios, esto es malo.

— Muy malo. Ese lugar es como una fortaleza —dijo Lucas.

— ¿Y qué hacemos? 

— No lo sé, pero no podemos ir a casa —dijo Mike— Ahora somos fugitivos.

— ¿C-chicos? —dijo Dustin, mirando al cielo— ¿Escuchan eso?

Los demás miraron hacia donde estaba mirando Dustin. Un helicóptero venía justo en su misma dirección. Supusieron que los estaban buscando así que rápidamente pusieron las bicicletas debajo del viejo y derruido bus y se metieron dentro de este. Se agacharon y se pegaron en las paredes para que el helicóptero pasara de largo. 

Vi y El se agarraron de las manos con fuerza de manera inconsciente. Estuvieron así un rato hasta que el helicóptero siguió de largo. Vi parecía más nerviosa que los demás. Tenía los ojos cerrados con fuerza. Con pensar en lo que aquellas personas les podrían hacer si los encontraba era más que suficiente para dejarla muerta de miedo. Siguió aferrando a mano de El con fuerza y ella la miró preocupada.

— Vi —susurra El con la misma suavidad de siempre.

La chica abrió los ojos y la miró. Su pecho subía y bajaba veloz. 

— Vamos a estar bien —dijo El.

Los chicos parecían muy ocupados en esconderse y mirar fijamente al helicóptero por las ventanas como para darse cuenta de la interacción de las chicas.

— Lo sé, lo sé —dijo Vi rápidamente, aunque no parecía muy convencida.

El tomó la mano de Vi con su otra mano. El apretó la mano de Vi con las dos manos para asegurarle que todo iba a salir bien. Vi la miró, con el corazón latiéndole fuerte en el pecho por el miedo, pero empezando a sentirse segura de nuevo cerca de El. Poco a poco empezó a sentirse mejor. Vi se sonrojó ligeramente. No sabía si era por vergüenza o por algo más.

— Te lo prometo —dijo El mirándola cálidamente.

Su momento fue interrumpido por culpa de la voz de Nancy sonando a través del la radio que estaba dentro de la mochila de Wheeler. Los chicos y chicas se miraron entre ellos conmocionados.

Mike, ¿estás ahí? ¿Mike? —dijo Nancy.

— ¿Oyen eso? —pregunta Dustin.

Mike se levantó del suelo y sacó la radio de su mochila apresuradamente, para después volver a sentarse en el suelo junto a sus amigos. Los demás se pusieron al rededor de él.

¿Mike? ¿Estás ahí? —dijo Nancy de nuevo— Contesta. Mike, necesitamos que contestes.

— ¿Esa es tu hermana? —pregunta Lucas, dudoso.

Esto es una emergencia, Mike —volvió a decir Nancy— ¿Me recibes? Mike, ¿me recibes? —dijo un poco más frustrada.

— Esto es muy extraño —dijo Dustin.

Lucas fue a agarrar la radio de las manos de Mike, pero este se apartó rápidamente.

— No contestes —dijo Mike.

— Dijo que es una emergencia —debate Lucas.

— ¿Y si es una trampa? —dijo Mike de nuevo.

— ¡Es tu hermana! —dijo Violet esta vez, confusa— ¿Por qué nos tendería una trampa?

— ¿Y si los malos la secuestraron? —discute Mike mientras miraba a Lucas y a Violet— ¿Y si la están obligando a decir eso?

— No digas tonterías, Michael —dijo Vi empezando a irritarse— ¡Contesta!

Necesito que contestes —dijo Nancy.

— Es como Lando Calrissian —dijo Dustin— No contestes.

— ¿Quién es ese? —pregunta Vi frunciendo el ceño

— Star Wars —dijo Lucas.

Necesitamos saber que estás ahí, Mike —dijo Nancy. Su voz parecía más desesperada.

— Escucha, chico, soy el jefe —dijo Hopper esta vez— Si estás ahí, contesta. Sabemos que están en problemas y sabemos sobre la chica. Sabemos sobre lo que Vi puede hacer.

— ¿Por qué está con el jefe? —pregunta Lucas confuso.

— ¿Cómo sabe de...? —dijo Dustin, señalando a las chicas

Vi frunció el ceño más todavía al no entender a lo que se refería. No podía ser que le hayan descubierto. Era completamente imposible. Le quitó la radio de las manos a Mike y lo miró profundamente, queriendo contestar.

— Podemos protegerlos, podemos ayudarlos, pero para eso tienen que contestar —insistió Hopper— ¿Están ahí? ¿Me reciben? Cambio.

— Tenemos que contestar —dijo Violet.

— Vi, no. Puede ser una trampa.

— No es ninguna trampa —dijo Vi— Le confiaría mi vida a Hopper si es necesario. Tenemos que contestar.

— ¡No! —exclama Mike, abalanzándose sobre su amiga para quitarle el Supercom.

Vi bufó y se apartó de él. Cuando Mike trató de volver a quitarle el aparato, Vi extendió su pierna y empujó, cuidando de no hacerle daño.

— Aquí Violet —dijo— Te recibo, Hop. Estamos todos aquí.

Luego de eso no recibieron nada más del jefe ni de Nancy. Lo único que hicieron fue quedarse sentados en el suelo y en los asientos del bus para esperar. Estaban en completo silencio. Dustin fue el único que se había quedado de pie, caminando de un lado al otro de manera nerviosa. Sin darse cuenta, estaba poniendo de los nervios a los demás. Mike le llamó la atención, harto.

— Ya pasó demasiado tiempo —dijo Dustin— ¿Sabes qué? Quizás tienes razón. ¡Quizás todo esto es una trampa y los malos están viniendo a por nosotros ahora mismo! —exclamó sin dejar de caminar de un lado al otro.

— ¡No es una trampa! —exclama Vi, pasándose las manos a la cara— ¿Por qué nos tendería una trampa el jefe?

— Nancy, puede —dijo Lucas. Mike lo miró ofendido mientras alzaba los brazos— pero, ¿el jefe? Imposible.

— ¿Y cómo puedes estar tan segura? —dijo Dustin caminando hacia ella, ignorando lo que dijo Lucas.

— ¡Porque sí! —dice, molesta— ¡Es de fiar!

— ¡Lando Calrissian! —debate Dustin. 

Vi estaba exasperada.

— ¡No sé quién es ese! —exclama, lanzando los brazos al aire— ¡Deja de nombrarlo!

Antes de que Dustin pudiera decir algo, escucharon varios coches llegar al desguace. El grupo se miró entre ellos con los ojos bien abiertos y se apresuraron a ver quienes eran, esperando ver a Hopper en su coche de policía. Sin embargo, vieron que eran coches negros. 

— Mierda —exclama Dustin.

— Agáchense —dijo Violet agarrando los brazos de Mike y Lucas para apartarlos de los cristales — Vamos.

Los muchachos se pusieron detrás de los asientos y se volvieron a pegar a las paredes del viejo vehículo, esperando a no ser vistos.

— Lando —dice como por cuarta vez el chico.

— ¿Nos vieron? —pregunta Lucas con nervios.

— Ustedes dos, cállense —dice Mike al lado de ellos con voz autoritaria.

Vi se quedó cerca de El. Tenía su mano sostenida entre la suya para buscar algo de calma en la tensa situación. Parecía funcionar algo.

De los coches se bajaron tres hombres trajeados. Uno de los hombres se acercaba cada vez más hacia el escondite de los niños. Ese hombre dejó de caminar. Vi podía sentir que estaba a escasos centímetros de ella al otro lado de la pared. La rubia sabía que ese hombre había visto las bicicletas escondidas bajo el bus. Los chicos sintieron más terror cuando abrió la puerta oxidada. 

Vi, entre nervios y pánico, se preparó para lo inminente. Nunca había matado o herido a alguien con sus poderes, pero supuso que siempre tendría que haber una primera vez para todo.

Antes de que el hombre malo pudiese poner un pie dentro del escondite, fue molido a golpes. Otro de los hombres que fue a socorrerlo tuvo el mismo destino. Los chicos se levantaron sorprendidos para ver que era lo que estaba pasando. El verdadero alivio se lo llevaron cuando vieron el rostro de Hopper asomarse por la puerta. Violet sonrió ampliamente, feliz de verle después de tanto tiempo.

— Bien. Vamos —dijo Jim. Los chicos no reaccionaron— ¡Vamos! —dijo alzando un poco la voz.

Violet fue la primera en levantarse. No para salir de allí, sino para abrazar a Jim con fuerza. Sus pequeños brazos no podían rodear a Hopper, pero era más que suficiente. El hombre se quedó paralizado por un momento sin saber bien que hacer. Llevaba tiempo sin poder ejercer de padre, así que había perdido la práctica.

Los chicos se quedaron mirando por un momento antes de recoger sus cosas y salir de ahí.

Hopper dejó un suave suspiro y rodeó con uno de sus brazos a la niña. Él también había estado preocupado por ella durante esos días que no la había visto. Vi siguió abrazada a él, apoyando su cabeza en su pecho y sonriendo. Sintió un cálido sentimiento que nunca había sentido en su corazón. Se sintió a salvo en los brazos de un adulto que no era su madre. 

[...]

— Vale, en este ejemplo, somo el acróbata —explicó Mike— Will, Barbara y ese monstruo, son esta pulga. Y esto es el Upside Down, donde Will está escondido —dijo— Mr. Clarke dijo que solo se llega con una fisura espaciotemporal.

— Un portal —dijo Dustin.

— Que rastreamos al Laboratorio Hawkins —continuó Lucas.

— Con brújulas —finalizó Dustin.

Joyce, Jonathan y Nancy parecían confusos. Violet entendía perfectamente por qué estaban confusos. A ella también le había costado entenderlo al principio. Trató de decirles lo mismo pero de manera más sencilla.

— El portal tiene un potente campo electromagnético y eso puede cambiar la dirección de las brújulas —explicó Vi pacientemente.

— ¿Está bajo tierra? —pregunta Hopper.

— Sí —contesta El.

El y Hopper se miraron por un momento.

— ¿Cerca de un gran tanque de agua? 

— Sí —dijo El, asintiendo.

— ¿Cómo sabes eso? —pregunta Violet mientras miraba a Jim.

— Lo ha visto... —murmuró Mike.

— ¿Hay alguna manera de que...? —dijo Joyce titubeando— ¿Podrían hablar con Will en este mundo?

— El Upside Down —dijo El.

— Upside Down, sí... —repitió la mujer en un susurro, mirando a El.

El asintió, mientras que Violet bajó la cabeza y negó, sintiéndose como una completa inútil. Ella deseaba poder saber hacer eso, igual que El, pero no.

— ¿Y mi amiga Barbara? ¿Podrías encontrarla? —pregunta Nancy.

El mantuvo su mirada en Nancy y asintió lentamente de nuevo. Los chicos dejaron la radio frente a El y ella cerró sus ojos. Vi se quedó a su lado y los demás se pusieron al rededor de la mesa mientras miraban a El con atención. Joyce estaba de los nervios con Jonathan agarrándole el hombro para darle algo de consuelo en eso difíciles momentos. Las luces parpadearon por unos segundos y se detuvieron a la vez que El abría los ojos, que estaban llenos de decepción. 

— Lo siento —dijo El en voz baja, mirando a Joyce.

— ¿Q-qué? —dijo Joyce, temiendo lo peor por un momento— ¿Qué pasa? Dime que pasó —balbuceó.

El suspiró, tratando de no derrumbarse frente a todas aquellas personas.

— No puedo encontrarlos —dijo con un hilo de voz. 

Nancy y Joyce parecían desoladas. Vi miró con lástima a El y le agarró de las manos para levantarla y llevársela del salón. No quería que siguiera mirando los rostros de ansiedad de todos. No quería que sintiese que fuese insuficiente. La guio hasta el baño de los Byers y cerró la puerta tras ellas.

— El. Estás haciendo todo lo que puedes —dijo Vi con calma, sosteniendo su hombro— No es culpa tuya.

Los lágrimas cayeron de los ojos de El mientras miraba a su amiga. Luego se miró en el espejo, sin parar de sentirse inservible. Vi abrió el grifo, se mojó las manos y se las pasó a El por el rostro para refrescarla un poco. La pequeña cerró los ojos ante el tacto frío siguió llorando en silencio.

— No pasa nada —dijo Vi de nuevo, retirando las pequeñas lágrimas de sus mejillas— Estás haciéndolo genial —sonrió.

Vi cerró el grifo y El suspiró suavemente, sintiéndose un poco mejor. Luego, se quedó mirando la bañera fijamente a través del espejo.

— ¿Qué pasa? —pregunta Vi. 

El se dio la vuelta para seguir mirando la bañera. Luego miró a Vi.

— Bañera —dijo El— Puedo encontrarlos en... la bañera.

[...]

— ¿No me piensas decir porque estos hombres raros y trajeados tienen pensado venir a por mí? —pregunta Vi, persiguiendo a Hopper.

El hombre estaba junto a Jonathan para ir a por la sal que estaba guardada en uno de los cobertizos del colegio. Jonathan miraba a Jim y a la niña, algo confuso por lo que estaba pasando y sin entender que tipo de relación tenían ambos.

— Violet —dijo Jim a modo de advertencia sin parar de caminar.

Violet casi tenía que correr para poder alcanzarlos.

— Tengo derecho a saberlo —dijo Vi, empezando a molestarse— ¿Cómo lo descubrieron ustedes? ¿Cómo? 

— Basta —dijo Jim de nuevo.

— Es que, no entiendo. Lo escondí de todos. Incluso de mi madre. Los únicos que lo sabían son Lucas, Dustin, Mike y El. Y sé que ellos no dijeron nada —dijo rápidamente. Se puso delante de Hopper para detenerle el paso— ¿Cómo lo descubrieron? ¿Quién se los dijo? —pregunta— ¡Dímelo!

Jim se agachó y agarró los hombros de la niña.

— Violet, te prometo que te lo contaré todo una vez que terminemos con esto —dijo Jim— ¿Entendido? Te lo diré todo. Todo. Ahora mismo, tienes que saber que estás en peligro. Grave peligro —dijo— Necesito que confíes en mí. ¿Confías en mí?

La rubia no parecía muy satisfecha con la respuesta, pero tampoco quería seguir insistiendo tanto. Asintió lentamente y Hopper le soltó mientras se ponía de pie de nuevo. Jonathan puso una pequeña mueca mientras miraba a la niña. Sintió lástima por ella. Había perdido a su madre hacía unos pocos días y ahora estaba envuelta en todo esto. No tuvo oportunidad de descansar ni de procesar lo que había pasado. Era tan solo una niña.

Tanto Jonathan como Violet ayudaron a Hopper a cargar las grandes bolsas de sal que casi eran de su tamaño. No obstante, no se quejó en alto y ayudó de todas formas. Las llevaron hasta el gimnasio, dónde estaban Lucas, Dustin y Mike llenando la piscina con agua tibia. Hopper y Jonathan pusieron aproximadamente 700 kilos de sal, tal y como Dustin había dicho. 

Más tarde, El llegó al gimnasio. Se quitó los calcetines y se puso las gafas con cinta aislante que Joyce había hecho. Vi y Joyce la ayudaron a meterse en la piscina. Unos segundos de silencio pasaron hasta que las luces del gimnasio se apagaron de repente. El grupo miró a su alrededor, sorprendidos.

— ¿Barb? ¿Barbara? —dijo El con la respiración agitada.

Nancy parecía nerviosa al escuchar el nombre de su amiga. Escuchó con atención a El.

La niña comenzó a Jadear y las luces volvieron a parpadear.

— ¿Qué pasa? —pregunta Nancy.

— No lo sé —dijo Vi.

— ¿Barb está bien? ¿Está bien? —pregunta Nancy más ansiosa.

— Muerta. Muerta —dijo El con la voz temblorosa y en bajo. Mientras tanto, en su mente estaba chillando aquellas palabras.

La joven Wheleer comenzó a llorar en silencio. Se llevó una de sus manos a la boca sin creer lo que estaba escuchando.

— El, tranquila —susurró Violet— Tranquila.

— Estamos aquí —dijo Joyce esta vez, con la misma voz reconfortante de Vi— Tranquila.

— Muerta. ¡Muerta! —exclamó El en voz alta.

El parecía incómoda y no paraba de moverse mientras gimoteaba. Estaba aferrada tanto a Joyce como a Vi. Hopper tenía una mano en el hombro de Vi para darle un poco de consuelo en esta situación tan estresante.

— Está bien, estamos aquí —dijo Joyce— Estamos aquí, cariño. No tengas miedo. Estoy justo aquí. Violet está aquí también. Te tenemos —dijo, acariciando su cabeza— Estamos aquí. 

El parecía calmarse poco a poco y a dejar de moverse tanto. Vi sintió a El aflojar un poco su fuerte agarre de su mano y su respiración calmarse lentamente. 

— Estás a salvo, El —dijo Vi— Tranquila.

— Castillo Byers —susurró El tras unos segundos de silencio.

Violet no supo bien que significaba eso, pero por la cara de Jonathan y Joyce, era algo significativo para Will. Todos estaban expectantes a que El dijera algo. Joyce estaba que se subía por las paredes de la ansiedad que tenía.

— ¿Will? —dijo El de nuevo.

Joyce jadeó, sintiendo que su corazón latía en su garganta.

— Dile... Dile que ya voy —dijo Joyce apresurada— Mamá está yendo.

— Tu madre... —tartamudeó El, agarrando la mano de Will— ...está viniendo a por ti.

— R... rápido —murmuró Will débilmente— Rápido.

Todos miraron hacia la radio de donde provino la vocecita de Will. 

— Vale. Escucha, dile que... dile que se quede donde está —dijo Joyce de nuevo— Ya vamos. Ya vamos, ¿vale? Ya vamos, cariño —su voz comenzó a temblar.

— Solo... aguanta un poco más —le dijo El a Will— Will. Will.

Eleven volvió a gimotear del miedo y a hiperventilar. Violet miró a Joyce preocupada. La radio parecía comenzar a distorsionarse, a la vez que El se sentaba aun dentro del agua. Se quitó las gafas que oscurecían su visión y las tiró a un lado entre jadeos. Todos se habían sobresaltado un poco. Joyce la envolvió entre sus brazos rápidamente y Violet tenía una de sus manos agarrando firmemente su hombro.

— Vale, vale —susurró Joyce, abrazándola— Te tengo. Está bien. Te tengo —acarició su corto cabello— Te tengo.

Violet no podía decir nada. Se le había formado un extraño nudo en la garganta que le dolía infiernos. Quizás era por ver a El tan aterrada o por la imagen de Joyce abrazándole y hablándole con tanto cariño. 

———

hey!! siento mucho haberme tardado tanto. la verdad es que me he dado cuenta de que ya no siento la misma afinidad con Eleven que antes (antes, hace como 5 años SAJDKAS), así que decidí no quemarme mucho la cabeza y tomarme mi tiempo para no cansarme o hartarme.

espero que lo disfruten <3 el siguiente cap es el último de la temporada 1 por fin

(Editado: 07/08/2022)

15/10/2017

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