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—¡Lisa! —el llamado de la castaña hizo que la mencionada se tensara un poco. Le dio una mirada rápida y luego se apegó más al brazo de Jisoo—. ¡Lisa! Necesitamos hablar.

La azabache, quien venía en silencio junto a su amiga, no pudo evitar entrar en pánico cuando observó el rostro adverso.

—¡Dios! ¡¿Jennie, quién te hizo eso?! —de manera inconsciente se acercó a Jennie, la pelinegra de inmediato se separó de Jisoo y se quedó estática en su lugar.

—Nada, no es nada —se limitó a decir, intentando acercarse a Lisa.

—Ya no mientas. ¿Peleaste con alguien? —le reprochó, deteniéndola al sujetar su muñeca—. Pensé que ya habías dejado esas cosas, Kim.

—Ese es mi maldito problema —alzó la voz, mirando fijamente a la mayor—. Gracias por preocuparte, pero en serio necesito conversar con Lisa.

—¿Lisa? —repitió—. Hey, ¿sabes lo que le pasa? No ha querido decirme nada y vino muy mala la siguiente clase.

—Justamente por eso... —ladeó levemente su cabeza, intentando mirar a la tailandesa—. ¡Maldita sea, se fue! —maldijo exasperada.

—Espera, tienes que calmarte que gritando no lograrás nada —le explicó serenamente—. Además debes decirme qué es todo esto. ¿Lisa está así por qué discutieron? ¿Es grave?

Jennie aspiró y exhaló el aire con profundidad, intentando no llamar la atención de los demás.

—¿Siempre soy yo el problema, verdad?

—¿Qué? Yo no dije eso, Jennie-ah —la soltó de inmediato, intentado analizar los gestos del rostro contrario.

—Siempre termino por arruinar las cosas —sonrió con desánimo—. Jisoo, la historia es algo larga. Pero ahora no puedo contártela, primero necesito hablar con Lisa.

—Pero como tú has visto, te está evitando.

—Lo sé, joder, lo sé —susurró, cogiendo los mechones de su cabello en ambas manos—. Pero no puedo dejar las cosas así, ella debe escucharme al menos.

—Veré si puedo hablar con Lisa —suspiró—. Durante toda la mañana ha estado muy rara y no me a dicho el porqué.

—No, Soo. Puede sentirse incómoda —frunció el labio.

—Es mi amiga también, así que es normal que me preocupe por ambas y que les hostigue con tal de saber si puedo ayudar en algo.

—Jisoo.

—Ok, ok... Solo le hablaré al respecto, sino quiere explicarme no la obligaré. ¿Feliz?

—No estoy nada feliz, pero creo que puedo aceptar eso —se encogió de hombros.

—Está bien, hasta luego —la mayor hizo el ademán de irse, pero esta vez fue Jennie quien la detuvo.

—No, espera, yo también iré.

—¿Ah? —la miró confundida—. No, Jennie. Acabas de decir que no quieres que Lisa se sienta incómoda, espera al menos hasta mañana. No insistas por favor, creo que lo de hoy fue más que suficiente para ambas.

Jennie hizo un pequeño mohín de disgusto y suspiró fuertemente.

—Supongo que tienes razón, pero tú tampoco la agobies si se cierra a hablar sobre el tema. ¿De acuerdo?

—Totalmente de acuerdo —le sonrió brevemente, posando su mano en el hombro derecho de su amiga—. Ánimo, Jennie-ah, sé que lo sea que haya pasado entre ustedes, va a solucionarse pronto.

—Ojalá así sea —frunció los labios.

—Confía en mis palabras —canturreó para luego separarse—. ¡Nos vemos mañana! ¡Trata de descansar! —gritó a la lejanía, moviendo su mano en muestra de despedida.

Cuando Jennie estuvo sola, simplemente metió las manos en los bolsillos de su pantalón y contempló el amplio y celeste cielo. Deseando en lo más profundo de su corazón que todo se solucione pronto. No quería estar lejos de su preciosa pelinegra, el solo pensarlo empezaba a aturdirla.

Se le era tan irónico y tan amargo todo lo que había sucedido en tan solo un día. Entendiendo y recordando como todo lo que logró y vivió con Lisa en dos meses, se esfumó tan rápido en menos de una hora.

¿Era así de complicada?

Kim analizaba la pregunta, pero si incluso el camino parecía peligroso, ella jamás duraría pasar por ahí si al otro lado podía abrazar suavemente a Lisa.

—¿Jichu? ¿Qué haces aquí?

—Wow, que bonita forma de recibirme —contestó con sarcasmo pero sin borrar su dulce sonrisa.

—Yo, uh... lo siento, no quise decir eso.

—No te preocupes, Lis. Pero de todas formas necesitaba venir y hablar contigo.

Los ojitos de la extranjera se abrieron en sorpresa, pero luego asintió algo dudosa.

—Está bien.

Lisa se apegó al marco de la puerta, dejando espacio suficiente para que la mayor lograra ingresar a su habitación. Cerró la puerta detrás de sí y ambas se sentaron cómodamente en la cama.

—Lisa-ah, sabes que nuestra amistad ha sido reciente y no gozamos de un largo tiempo juntas, pero aun así sabes también que puedes contar conmigo para lo que puedas y quieras. 

La pelinegra bajó la mirada hacia sus manos, temiendo saber el rumbo de la conversación.

—Después de que le entregaste el libro a Jennie, te noté diferente. Y creo que cualquiera pudo haberse dado cuenta con tan solo una simple mirada.

—Jisoo...

La mencionada tomó las manos de Lisa, haciendo que ambas conectaran sus miradas de manera cálida y amical. La azabache le sonrió dulcemente, incitándola a confiar en ella.

—Si sientes que es lo correcto puedes contármelo, y si no, yo sabré entenderte —aclaró con paciencia—. Lo único que quiero es verte feliz y tranquila, Lis.

La pelinegra soltó un profundo suspiro, tratando de acomodar las palabras que iba a decir.

—¿Tuvo algo que ver con Jennie? —agregó estratégicamente Jisoo.

—Jichu, tú ya puedes darte una idea de lo que siento por ella. ¿Verdad? —empezó con cierta duda. ¿Sería bueno expresarse acerca de sus sentimientos con alguien más? Lisa nunca creyó que haría algo como eso, siempre se mantenía reservada y la idea de comenzar una relación jamás cruzó por su cabeza.

La vida no siempre se mueve a base de reglas, algunas veces las cosas más especiales surgen de manera inesperada. Solo es cuestión de atreverse a vivir.

—De lo que ambas sienten la una por la otra —corrigió Kim, sonriendo al notar un leve sonrojo en las mejillas de la pelinegra.

—No sé si así sea.

—¿Por qué lo dudas?

—¿No era Jennie la chica de la que todos tachaban de mala y rompe corazones? ¿Aquella egoísta que no pensaba tener alguna relación?

—Lis...

—Responde, Jisoo.

—Bueno, yo no puedo decir algo sobre-

—¿Y por qué no? Tú la conoces más tiempo que yo, tú puedes decirme si lo que dije es cierto o no. Yo sé que no vas a mentirme, al menos tú no —habló dolida.

—No se trata de lo que yo o los demás te digan, Lisa —respondió con firmeza—. Se trata de lo que la misma Jennie Kim te cuente.

—¿Pero y si me miente?

—Tienes que intentarlo... Jennie me dijo y aseguró que iba a ser sincera contigo, me dijo que cambiaría por ti si así fuera necesario.

—¿Qué? ¿Cuándo...? —preguntó algo confundida.

—Lis, ella empezó a ser distinta desde que te conoció, desde la primera vez que te vio aquí en la universidad.

—Pero...

—¿Comprendes? Eso tampoco lo sabías porque quizás eras muy despistada como para darte cuenta de todo lo que Jennie hacía cuando tú estabas cerca.

—¿Eso significa algo? ¿Y si solo jugaba?

—Hey no, deja las inseguridades.

—La vi besándose con HyeSun —soltó sin más, aquellas palabras encerradas en su garganta la asfixiaban. Sus ojos se llenaron inevitablemente de lágrimas. Dolía volver a recordar aquella imagen.

Jisoo guardó silencio, pensando en lo siguiente que diría antes de que la situación se volviera incómoda.

—¿Y qué hiciste exactamente?

—Solo me fui tan rápido como pude —carraspeó suavemente—. No esperaba escucharla, Jisoo, justo ahora me siento confundida.

—¿Pasó algo más?

—No sé cómo, pero a los segundos Jennie me llamó yendo detrás de mí.

—¿Le pediste alguna explicación?

—No quería decirle nada, pero en ese momento una pequeña molestia se instaló en mi pecho, alcé la voz y terminé por decirlo —limpió la primera y gruesa lágrima que bajó por su mejilla. Odiaba ser alguien sensible y, por eso mismo no quería involucrarse con alguien más.

—¿Se negó?

—Sí, dijo que fue ella quien la besó —sorbió por su naricita—. La llamó y HyeSun dijo algo totalmente distinto. Jichu yo no pensé bien en ese momento, s-solo vino a mi todo lo que alguna vez escuché y me fui sin más. Es difícil. ¿Y si solo mintió? Yo misma pude verla y ella lo evadió llamando a HyeSun.

—¿Y vas a confiar en la palabra de esa chica antes que Jennie? —alzó una ceja, analizando la situación.

—No sé —musitó suavemente.

Jisoo resopló.

—Muchas personas hablaron mal de Jennie, algunos por odio y otros por envidia. Tú sabes que desde un comienzo algunas chicas empezaron a criticarte a ti también y todo era por la misma razón... Están cegados por la envidia de ver que al fin Jennie Kim ha podido ser distinta por alguien más —miró fijamente a la pelinegra y luego esbozó una pequeña sonrisa—. Lis, créeme cuando te digo que en todo este corto tiempo Jennie se ha mostrado de una manera que incluso yo jamás creí que vería. Algo entre ustedes se ha creado y no puedes negarlo. ¿No crees que la gente odiosa por ahí no ha querido arruinarlo?

Lisa no dijo nada más, las palabras de Jisoo también lograron colarse en su confundida mente.

—Solo termina de hablar con ella. Tampoco la está pasando bien sabiendo que todo se ha complicado de cierta manera.

—No sé si aquello sea lo correcto.

—Lo correcto será aquello que tú más anheles —agregó—. Así que tarde o temprano pasará, estoy segura —le sonrió dulcemente—. No pienso presionarte, después de todo será tu decisión.

—Por ahora solo quiero descansar —mintió.

Jisoo asintió comprensiva, hablaron un par de minutos más y la azabache terminó por irse del apartamento. Dejando a Lisa muy pensativa.

"Ella empezó a ser distinta desde que te conoció, desde la primera vez que te vio aquí en la universidad".

La pelinegra era totalmente nueva en todo este enredo de emociones. A veces sentía que perdía mucho tiempo pensando de más en las cosas y, otras en cambio, la hacían frenar justamente por miedo a salir lastimada de alguna manera.

No, simplemente no sabía qué hacer.

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