—No quiero saber qué clase de travesura ilegal estaba sucediendo, solo quiero saber qué quieres por tu cumpleaños.

—¿Disculpa?

Ana parpadeó fuerte, frotándose los ojos con ímpetu. Siempre tenía delirios durante los primeros momentos después de despertarse, pero esto era demasiado. No recordaba haber invitado a Pietro a su cama, y a pesar de eso allí estaba con ella, y aún dormía, roncando ligeramente. Anastazya no tenía el corazón para despertarlo. De alguna manera, durante el sueño, habían intercambiado roles, haciendo que Ana fuera la cuchara grande. Él tenía la cabeza sobre su estómago, los brazos envolviendo su torso y las piernas colgando sobre las suyas. El corazón de Ana palpitaba con fuerza en su pecho.

—¿Tu cumpleaños? Fue hace un mes, pero Natasha quiere saber si todavía quieres ir a ese viaje con ella.

Cuando Ana tenía dieciséis, Nat le prometió llevarla a Londres por una semana en cuanto cumpliera los dieciocho. Solo porque allí podría comprar y tomar su propio alcohol legalmente. Y Natasha estaba bien al tanto de la extraña obsesión de Ana con el alcohol.

—¡Claro que sí! —exclamó, con una gran sonrisa. Se incorporó, haciendo una mueca cuando la cabeza de Pietro rodó de su estómago y se golpeó con el marco de la cama con un fuerte «tunk» que le hizo gruñir de dolor. Clint rodó los ojos antes de mirarla con ellos entrecerrados.

—¿Están juntos? —Articuló en silencio hacia Ana. Ella miró a Pietro con una sonrisa antes de menear la cabeza. Clint sonrió e hizo lo mismo, riendo para sí—. Es bueno verte actuar como una adolescente por una vez. A veces pienso que te privaron de tu infancia, ver cosas así me hace contentarme por estar equivocado.

«¿Lo quieres? —demandó la Gema Mente, con incredulidad—. ¿Acaso no has visto a Thor de Asgard?»

Ana rodó los ojos y bufó. «Me gusta, creo.»

«¿Qué quieres decir con "creo"? O te gusta o no.»

«Tengo esta política donde solo busco afecto cuando es seguramente recíproco.»

«¡Por Odín, niña! Con razón es que nunca te has enamorado antes. Lo tratas como si fuera un acuerdo de negocios.»

Ana suspiró, recostándose otra vez junto a Pietro, apartando de su rostro mechones ondulados de cabello mientras él la observaba con una sonrisa jugando en sus labios.

«Además, no sé por qué dudarías de su afecto hacia ti. El chico Maximoff te respira como aire.»

«Solo quiero estar cerca de él. Nunca irme. No lo entiendo. Él me hace sentir tan... No sé cuál es la palabra.»

«¿Querida?»

«Sí. Sí, esa es.»

---

¡Hola! Disculpen la tardanza de más, me hicieron unas extracciones dentales y no me había sentido bien para actualizar nada.

¿Qué les pareció el capítulo? No se preocupen por lo corto, subiré otro en un día o dos ❤ ¡Espero que les esté gustando la historia!