[33] Señor

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Maratón 2/3

¿Qué carajos estaba diciendo SooBin?

YeonJun estaba confundido, perdido en el espacio tiempo en ese momento.

—SooBin-ssi, quiero descansar un poco antes de que me expliques todo —le dijo mirando como el alfa destruía el micrófono y lo arrojaba por la ventana— Y... Y-y... —SooBin volteó y miró al omega al borde del llanto- Q-quiero a mi cachorro... ¡Llama a Tae y dile que lo traiga! —el alfa lo abrazó y besó su coronilla.

No podía olvidar que YeonJun estaba en celo y tenía algún problema con sus hormonas, debía dejar sus planes y pensamientos para después.

—No podemos, cariño —le dijo abrazándolo y besando sus mejillas con amor— Cuando acabe tu celo lo traerán.

YeonJun asintió y se dejó mimar por el alfa, casi que ronroneando por toda la atención que tenía, ya no sentía esa irritante excitación en todo su cuerpo solamente quería ser mimado.

Y SooBin, como buen alfa le besó las mejillas, la frente y la nariz, abrazándolo e impregnándolo con su aroma, en medio de todo eso YeonJun soltó una risita.

—Le dijiste a EunHae que era tu omega —recordó, sonriendo.

—Eso eres, mi omega —afirmó.

—¿Y tú? —preguntó cerrando los ojos para descansar un rato, tres orgasmos para su cuerpo no era algo de todo los días.

SooBin ladeó su cabeza y sonrió en grande inflando su pecho en orgullo.

—Soy tu alfa —y con eso, los dos se acomodaron en el cómodo sillón para dormir enredados. Había sido un día muy largo, estaban agotados.

Choi EunHae estaba jalando sus cabellos mientras caminaba de un lado a otro, sintiendo su cabeza doler no tan solo por su cabello siendo jalado si no por lo que se estaba esforzando por maquinar otro plan.

No esperaba que su hermano encontrara el micrófono en el reloj que le regaló, era minúsculo lo había adquirido apenas e hizo un gran gasto en él, se sintió tan frustrado con esa llamada. ¿Qué podía hacer?

—El bebé —le dijo a la nada misma, estaba en la oficina de la mansión Choi, se supone que la servidumbre y sus padres debían estar dormidos, más grande fue su sorpresa cuando su padre entró al lugar decorando su vieja cara con un ceño fruncido.

—¿De qué bebé hablas? —preguntó. El Choi mayor no estaba enterado de todas las artimañas que había hecho su hijo apenas tomó el puesto de presidente, incluso pensaba que SooBin se había ido de casa para poder mejorar su conocimiento en el mundo de los negocios, el señor Choi tenía un cuento de hadas pintado en su mente, confiaba en sus hijos y EunHae siempre le traía un buen reporte de la semana así que no debía preocuparse, ¿o si?

EunHae se tensó considerablemente, no podía decirle nada a su padre sobre el primogénito de SooBin o si no, de inmediato el puesto de jefe sería del menor.

—E-el bebé... Si.. —empezó a balbucear, ¿alguien de quien EunHae temiera? De su padre, el hombre era estricto, justo y no le temblaba la mano en ningún momento.

—¿Hablas del bebé de YeonJun? —preguntó deslizándose por el lugar amplio admirando de nuevo las decoraciones que había hecho su esposa con tanto amor.

EunHae asintió con los labios apretados.

—¿Has hablado con SooBin? —preguntó. El mayor se estaba dando cuenta de que algo pasaba con su hijo mayor, su olor y su actitud se lo indicaba.

—No, él no ha llamado más y estoy tan ocupado con la empresa que no he podido llamarlo —informó apagando su teléfono en su escritorio.

El hombre mayor sabía que algo estaba pasando, desde hace tiempo lo sentía y no tardaría mucho en averiguarlo.

SooBin despertó en medio de la madrugada debido a un ruido arriba. Seguían en el sillón, YeonJun estaba aún sobre él soltando pequeños ronquidos, más que dormido.

Así que para SooBin fue difícil apartar al omega para poder averiguar sobre el ruido de arriba.

Subió las escaleras atento a cualquier movimiento, en cuanto llegó miró la luz de la habitación contigua a la de su cachorro encendida.

No sabía a quien pertenecía, así que tocó un par de veces.

—Hola —saludó ChaerYeong algo tímida al abrir la puerta, se veía algo desanimada— L-lo siento si te desperté apenas vengo llegando del trabajo y... Y venía a buscar algunas cosas para quedarme en casa de mi mamá —SooBin notó que mientras la omega hablaba sus ojos se volvían acuosos.

—¿Pasó algo en tu trabajo? —preguntó preocupado, no conocía mucho a la omega pero de todas formas esas lágrimas le preocupan.

—Me despidieron —agachó la mirada y empezó a sollozar bajito. A ChaerYoung le gustaba demasiado su trabajo y a pesar de que podía encontrar otro sin problemas de sentía mal por como les dieron la noticia.

"Ya no nos sirven, tomen sus cosas y larguense" Ese fue el mánager.

Mientras que el grupo de cinco chicos se despidió con gentileza y cariño de cada uno.

—Oh... Lo siento mucho —dijo. Lo más indicado en ese momento era una abrazo pero debido a su torso desnudo solo palmeó el hombro de la chica en consuelo.

ChaerYeong a los segundos secó sus lágrimas y miró al alfa castaño con una sonrisa.

—¿Algo más? —preguntó.

—Oh, ahora que recuerdo... No sé si sabes de algún doctor especialista en omegas —dijo haciendo su cara de confusión, no sabía si eso existía pero fue lo que se le ocurrió.

—¿Especialista en omegas? —preguntó apoyándose en el marco de la puerta— ¿Le pasa algo a Yeon-ye?

—Creo que tiene un problema de hormonas —dijo— No creo que sea normal que un omega en su etapa de celo tengan esos cambios de humor. YeonJun se enoja, se ríe y llora en menos de una hora —explicó.

ChaerYeong hizo su boca en una "O"

—¿No estará embarazado? Los cambios de humor que pasamos cuando estaba en cinta fueron horribles —SooBin negó múltiples veces.

—N-nosotros no...—negó dándole a entender a la omega que rió por el sonrojo del alfa.

—Bien, el mismo pediatra que atendió a Sunoo hace un mes conoce sobre el organismo y funcionamiento de un omega. Se llama Jung HoSeok, Yeon-ye sabe la dirección —y luego de agradecer y despedirse, SooBin se dio la vuelta para bajar las escaleras pero se llevó el susto de su vida cuando miró la figura de YeonJun al pié de las mismas.

—M-me abandonaste —dijo descruzando sus brazos para empezar a soltar pequeñas lágrimas. SooBin bajó las escaleras rápidamente y acunó las mejillas de su omega para decirle que solo había ido a averiguar sobre algún ruido.

Y también aprovechó para pedirle que durmieran en la cama del omega.

—¡No! Hay que seguir durmiendo aquí —le dijo halándolo hacia el sillón, debido a la oscuridad no vieron a ChaerYeong asomada en el primer escalón.

La omega soltó una pequeña risita mirando como SooBin obedecía a todo lo que decía YeonJun. Hacían una buena pareja.

YeonJun despertó sintiendo un punzante dolor en su vientre, por eso frunció el ceño, y lo hizo aún más cuando no captó a SooBin por todo el lugar.

—¡SooBin! —gritó levantándose del sillón, restregó su ojo y soltó un bostezo.

—¡Aquí! —le contestó el alfa en la habitación de Sunoo. Extrañado, caminó hasta allá y miró a SooBin sentado en el suelo seleccionando las pequeñas bermudas y las camisas de tirantes. TaeHyun le había llamado hace una hora diciendo que en su casa hacia demasiado calor y todo lo que empacó SooBin fueron prendas largas y gruesas así que en unos minutos estaría BeomGyu allí para buscar las prendas.

¿Por qué TaeHyun le dijo Beomie a su mejor amigo? No sabe y en ese momento no le interesaba.

YeonJun como pudo tomó asiento en el hueco de sus piernas, frente a frente, el omega le sonrió y besó castamente sus labios antes de recostar su cabeza en su hombro. El ambiente era tranquilo, YeonJun soltaba el potente aroma de celo mientras que SooBin lo disfrutaba, al igual que disfrutaba de seleccionar ropa para su cachorro.

—SooBin-ssi... Lo siento por desconfiar de ti con lo de la transmisión —empezó a hablar el omega— Yo te dije que tengo miedo, y fue inevitable para mi no recordar lo de hace un año, m-me sentí muy inseguro, SooBin. Entonces... —y se calló para sorber su nariz, el alfa suspiró meciéndose de lado a lado mientras calmaba al omega del llanto que mojaba su playera.

Le susurró que estaba bien, le dijo palabras llenas de amor y besó sus mejillas y labios como si fueran el mejor postre que existía. Justo cuando YeonJun dejó de llorar tocaron el timbre.

SooBin de verdad lo intentó, más su cerebro aún estaba algo lento y ni hablar de su cuerpo, así que no pudo sostener a YeonJun cuando este ya estaba abajo, abriendo la puerta.
—¿Y mi cachorro? ¿Dónde está? —preguntó al omega pelinegro frente a él, su aroma estaba mezclado con el de TaeHyun— ¿Qué hicieron TaeHyun y tú? —se acercó más al omega haciéndolo retroceder y tragar grueso.

—N-nada... N-nada, señor —¿Por qué BeomGyu le dijo señor a YeonJun? Pues por lo intimidante que le resultaba, que hasta se preguntaba si no era hijo de algún militar.

YeonJun achicó sus ojos y se acercó aún más al omega, alzó su dedo y lo posó en una de la clavícula del omega.

—Esto no me dice lo mismo —señaló una pequeña marca haciendo al pelinegro avergonzarse. YeonJun sintió las manos de SooBin en su cintura y se separó para volteadas abrazarlo por el cuello y, sin importarle nada, besarlo.

SooBin se separó rápidamente, y le entregó la mochila a su amigo, agradeciendo con una sonrisa lo que estaban haciendo TaeHyun y BeomGyu con su cachorro.

—Adiós —gruñó YeonJun dando un salto para enrollar sus piernas en las caderas de SooBin.

—A-adiós —BeomGyu se despidió y casi que corrió a la salida del lugar, SooBin suspiró al cerrar la puerta.

Le debía una muy grande a BeomGyu, definitivamente. Su pobre amigo se veía asustado por la presencia y cercanía de YeonJun, ¿y quién no lo estaría? Si BeomGyu había sido recibido al lugar de una forma tan... Agresiva.

SooBin subió las escaleras y entró a la habitación del omega para tomar asiento en una esquina.

—¿Por qué no me quieres marcar? —preguntó YeonJun restregando su mejilla en su hombro, estaba prácticamente, bañándolo en su aroma, marcando territorio.

El castaño soltó un pequeño suspiro y masajeó la espalda del omega.

—No es que no quiera, cariño. Solo que no quiero que la marca sea producto de un celo, quiero que sea algo especial y sin apuros, ¿me entiendes? —YeonJun se separó y lo miró con el ceño fruncido.

¿Ahora que hicimos? Preguntó su lobo atento a las acciones del omega.

Nada... Creo. Le contestó.

En el silencio de la habitación SooBin apreció como los ojos del omega se llenaban de lágrimas y luego sus labios soltaban sollozos.

—E-eres tan lindo, Soo... —lo abrazó, quedándose en su hombro sintiendo la mano del alfa acariciar su espalda. YeonJun sorbió su nariz y se separó ahora con el ceño fruncido— Imbécil —dijo golpeando suavemente su hombro— ¡P-pensé que no querías porque estabas inseguro! ¡Alfa estúpido! Y ahora me sales con que... Que quieres hacerlo especial y-y... -y volvió a llorar.

SooBin solo estaba en silencio, mirando al omega, dándole al omega las caricias y besos que necesitaba para que calmase su llanto pesando en lo grave que había sido el cambio de humor del omega.

Definitivamente debían ir con un profesional.




















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