Capítulo 8

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Little orange man?

-Ya no hay nadie -susurró Noodle en un tono apenas audible.

-Por fin... ya empezaba a sentirme claustrofóbica aquí dentro -intenté salir, pero tropecé con el carrito y caí al suelo, con el saco todavía enredado en mis piernas.

-¿Estás bien? -preguntó la pequeña, un toque de preocupación en su voz. Solo asentí mientras me quitaba el saco y me ponía de pie.

-¡Lo logramos! -exclamó Willy con un entusiasmo que me tomó por sorpresa-. Buen trabajo, Noodle -la felicitó, su sonrisa amplia y sincera.

-No sé cómo no sospecharon nada... parece que son demasiado necios y fáciles de distraer -dije, soltando una carcajada.

-Eso no importa ahora -respondió Willy, mientras tomaba su sombrero-. Se sorprenderán cuando vean cuánto chocolate he hecho. Cuando lo venda, podremos ir... -su voz se apagó al ver el tarro vacío.

-Creo que olvidaste el chocolate -comenté, tratando de aligerar el ambiente con una sonrisa.

-No, no, no, eso es imposible... -balbuceó, sus ojos escaneando el tarro vacío, como si con solo mirarlo pudiera revertir la situación-. Ay... -fue lo único que logró decir.

-¿Qué... qué pasa, Wonka? -pregunté, desconcertada.

-Otra vez no... -suspiró, con una mezcla de resignación y frustración-. No sé cómo decirlo, pero... me lo robaron.

Fruncí el ceño al escuchar esas palabras. -A ver, a ver, entiendo que tus chocolates son deliciosos, pero ¿por qué alguien te los robaría? Más aún estando encerrados en una lavandería -mi hermano expresó lo que todos estábamos pensando, y yo asentí en acuerdo.

-No lo sé, solo sé que me los robaron.

-¿Y quién, si se puede saber? -pregunté, con escepticismo en la voz.

-El hombrecillo naranja, obvio -afirmó Willy, completamente convencido.

-¿Quién? -preguntamos todos al unísono.

-El hombrecillo naranja. ¿No les hablé de él? -negamos confundidos-. Es mi némesis, así de alto -juntó sus manos, dejando un pequeño espacio entre ellas-. Viene en mitad de la noche y se roba todos mis chocolates. Lleva haciéndolo los últimos tres... cuatro años, algo así -cuanto más avanzaba en su historia, más increíble sonaba, aunque, en el fondo, no tenía motivos para dudar de él.

-¿Es en serio? -preguntó Noodle con sarcasmo.

-A veces lo veo en ese extraño estado entre la vigilia y el sueño. Su pelo verde brilla bajo la luz de la luna -Willy movía las manos, como si narrara un cuento de hadas oscuro-. Algún día lo atraparé, y cuando lo haga...

-¡Willy! -la exclamación de Noodle interrumpió su monólogo, deteniéndolo justo antes de que relatara alguna venganza imaginaria-. ¿En serio esperas que te crea?

-Yo te creo -dije, lo que hizo que todos me miraran con sorpresa, excepto Willy, que esbozó una gran sonrisa-¿O me dirás que no has visto cosas más extrañas? -pregunté a mi hermano, quien asintió, dándome la razón.

-Oh no... no me digan que realmente creen en esa historia -Noodle nos miraba como si hubiéramos perdido la cabeza-. ¡Pero es ridículo! Lo más probable es que se haya comido sus propios chocolates mientras dormía y que el hombrecillo sea solo producto de su imaginación.

-¿Que yo devoro... de hecho, suena lógico... -murmuró Willy, aparentemente confuso y repitiendo cosas como "me comí mis propios chocolates" y "es lo más lógico".

-Willy -lo llamé, intentando captar su atención, pero él seguía en su mundo-. ¡Willy! -exclamé más fuerte, logrando finalmente que me escuchara-. Créeme, he visto cosas más raras. Seguro que se trata de un hombrecillo naranja... o algo por el estilo.

-No puedo creer que le digas eso -Noodle suspiró, exasperada-. ¿Me vas a decir ahora que las brujas y los magos existen y que asisten a una escuela especial para gente con magia?

La pregunta me tomó por sorpresa, pero ya no había forma de ocultar la verdad. -Iba a decir otra cosa, pero parece que diste en el clavo.

Noodle frunció el ceño y suspiró, frustrada. -Esto ya no es gracioso. Si la señora Fregoso nos hubiera visto, yo estaría metida en un armario -refunfuñó, claramente molesta.

-Oye, lo siento, ¿vale? Pero podemos hacer más chocolates -dijo Willy, tratando de animarla-. Aunque, ahora que lo pienso, ya no hay más leche...

-Emmm, eso no es un problema -Noodle se acercó a una cesta que había en la puerta de una casa cercana y sacó una botella-. ¡Leche! -anunció con orgullo.

-A, eso es robar -le arrebató la botella de las manos y la volvió a dejar en su lugar-. Y C, Willy Wonka no usa la leche de cualquier vaca. Para esta creación en particular, necesito leche de jirafa -primero, noté que se había saltado la B, y segundo, ¿cómo pretendía conseguir leche de jirafa? ¿Eso siquiera existía?

-Sí... bien, pero ¿de dónde vas a sacar leche de jirafa? -pregunté, dudando de la cordura de nuestro plan.

-Hay una en el zoológico -informó Noodle.

-¡Bingo! -exclamó Willy, ya dirigiéndose en esa dirección.

-Pero A, el zoológico no está hacia allá -lo corrigió Noodle, haciéndolo cambiar de rumbo-. Y B, no te van a dejar ordeñarla.

-Por eso, damas y caballero, tenemos la suerte de que el hombrecillo no haya visto esto -Willy sacó su bastón, el cual se abrió mágicamente para revelar una pequeña cajita de regalo.

-Espero que funcione -murmuré, antes de seguir a Willy y a los demás hacia el zoológico, con la esperanza de que su plan, tan disparatado como siempre, nos llevara a algún lado.


Hola, hola ¿qué tal va todo?
Sé que llevo mucho tiempo sin publicar cap, pero aquí está jsjs
Por ciertooo, muchas gracias a todos los que leen este fic, ya llego a las 1,08K visitas!!<33
Los amoooo❤️
Se despide Julia Black

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