Fuga

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Parejas secundarias: Ninguna
Rating: K+
Género: Romance, drama
Advertencia: Universo Alterno

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Ellos serían libres.
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— ¡Ella solo te está usando! ¡Zeldris abre tus malditos ojos! — Exclamó su padre con ira. Su segundo hijo iba a cometer el mismo error que el primero, él no lo iba a permitir.

— Callate, ella me ama. — Fue lo único que le gritó Zeldris a su padre mientras tomaba su maleta. A lo lejos, estaban Cusack y Chandler viendo con ligera preocupación. Era el segundo hijo que hacía lo mismo, se iban detrás de una mujerzuela.

Meliodas lo dejó todo por una chica que al final lo vino abandonando al enterarse que el había dejado todo por ella. Él jamas volvió a ser el mismo. Zeldris estaba siguiendo sus mismo pasos al irse con aquella chica de dudosa reputación. Cusack era el que más resentía su partida, pues era como un hijo para él.

— Ten en cuenta que si sales por esa puerta, no serás bienvenido de nuevo a esta casa. — Habló el anciano con orgullo.

En vez de sentirse triste o indignado, Zeldris le sonrió con orgullo. — Nunca fui bienvenido en esta casa.

Sin darle tiempo de contestar, Zeldris salió de la casa, cerrando tras sí la puerta con fuerza. El joven de 18 años caminó por las oscuras calles con cierto temor por el futuro que le depararía. Su hermano le había dicho que no cometiera sus mismos errores y su padrino le advirtió que esa chica no era lo adecuado para su estatus, era la hija de un codicioso empresario.

– Gelda es diferente… Ella y su familia me aceptarán… ¿Verdad? — Llegó a un parque de la gran ciudad a meditar un poco y reflexionar si lo que hizo fue lo correcto.

Él había dejado a su familia porque no soportaba la presión de su padre, sus constantes comparación de su hermano mayor, tanto buenos como malos acciones. Zeldris siempre supo que era una sombra de  Meliodas… Hasta que conoció a Gelda.

— Ella jamás me daría la espalda. — Dijo Zeldris convencido, mientras sentía el viento frío contra su rostro. — Aunque fue un poco apresurado…

Le había dicho una noche anterior que él dejaría su casa para estar con ella sin presión de su padre… Ella no le había contestado desde ese mensaje. Zeldris tomó asiento en unos columpios mientras intentaba buscaba las fuerzas para marcarle a Gelda. Aunque él le dijo que se vieran en este lugar, no había presencia de la chica.

Con celular en mano, éste sonó. Era una llamada de Meliodas. De seguro Cusack le suplicó que él hablara con Zeldris. — Gracias, pero mi decisión es definitiva.

Suspiró antes de contestar, la voz seria de Meliodas no sorprendió a Zeldris. — Pero qué tonterías estás haciendo. Regresa a la casa y pídele perdón a nuestro padre. Posiblemente te perdone… No como a mí.

— No, ya tomé mi decisión y no pienso dar vuelta atrás. — Habló Zeldris serio, oyó a Meliodas soltar un bufido de molestia. — Sé que estás preocupado, pero sé que estoy tomando la decisión correcta. Ella es con quien deseo pasar mi vida.

Ella te abandonara al darse cuenta que solo eres un chico sin dinero ni futuro asegurado. — Comentó Meliodas con ligera suplica, no quería que su hermano hiciera los mismos errores que él. Supongo que tendría que ser más duro. — Si esto falla, olvidate de mi ayuda. Yo te lo advertí, regresa a casa.

— Que tengas una buena noche, Meliodas. — Colgó Zeldris ante su última advertencia. El chico suspiró con cansancio. — Y si esto no funciona…

El mensaje sonó, pero era un mensaje. Era de Gelda. Con el corazón palpitando frenéticamente, reunió el valor para abrirlo.

Mi padre negó mi relación contigo, lo siento. No quiere saber nada de ti. — Un vuelco al corazón sintió al ver su mensaje. Ellos tenían razón… Justo en ese momento volvió a recibir otro mensaje. — ¿Crees que haya problema si sólo somos tú y yo?

Zeldris abrió sus ojos ante el segundo mensaje, escuchó un par de pasos detrás de él. Se levantó y volteó, llevándose una grata sorpresa. Era Gelda, vistiendo un abrigo y cargando una maleta.

Corrió hacia ella para abrazarla con alegría y mucho cariño, Gelda soltó su maleta para corresponderle. Zeldris la levantó con entusiasmo para luego comenzar a llorar en sus brazos.

— Zeldris, no llores… — Dijo Gelda con culpa.

— Gracias… No sabes la alegría que me da que tú estés aquí, a mi lado… — Gelda sonrió con tranquilidad mientras besaba su frente para calmarlo. — Por un momento… Creí que me dejarías…

— Te amo, Zeldris. ¡Te amo! — Ella sonrió con dulzura mientras le daba besos en su rostro, él simplemente asentía. — Yo solo te amo a ti, no al hijo del señor Demon, no al mejor estudiante de la escuela… A ti, solo Zeldris.

— Yo también… — Zeldris tomó la mano de Gelda y su maleta para acercarse a la suya. — Nadie nos dirá como vivir. Solo seremos tú y yo.

— ¿Estás seguro de esto? — Dijo Gelda con un poco de culpa, ella no era nadie pero él tenía un futuro brillante. — Zeldris, eres mejor que esto. Tú puedes llegar a lo más alto…

— Llegaré a lo más alto, pero quiero que eso ocurra a tu lado. — Sonrió Zeldris determinado, Gelda soltó un par de lágrimas mientras asentía y tomaba su maleta. Ambos harían su propio destino, ellos serían los que tomarían las riendas de su futuro.

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N/A: Hola a todos, hace mucho que no subía un capítulo. Al final solo quería subir algo, pues tengo mucho sobre esta pareja pero incompletos, por eso éste es muy corto pues no sé cómo terminarlo, así que lo dejé muy abierto.

¡Gracias por leer y que tengan un bonito día!

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