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❛ᴄᴀᴍᴀʀᴀ❜
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AL día siguiente todos caminaban hacia la clase de pociones, mientras murmuraban sobre si habían hecho la tarea. Como de costumbre, cada alumno se había incorporado en algún grupo de los que había en su grado; se dividían entre gustos o estatus de sangre, algo que a Gwendolen le parecía estúpido... ella pensaba que lo único que importaba era la lealtad y la ambición que el grupo compartía. Todos al llegar al salón se sentaron en sus respectivos lugares, bajando los murmuros a susurros y así hasta formar un gran silencio, -aunque nunca faltaban las pláticas en señas-. El profesor llegó y empezó a anotar en la pizarra unos elementos para una poción, aquella decía 'Veritaserum'. Luego de que anotara, miró a sus alumnos.

— Buen día alumnos, anoten lo copiado en uno de sus pergaminos. — Habló aquel, con un tono de voz grave, y esperó unos minutos. — Muy bien. ¿Alguien puede decirme que es un veritaserum?

Pocos habían levantado la mano, incluido el chico Riddle quien no quitaba la mano de arriba, al igual que la Cassday que competía con quien lo decía primero. Al fin y al cabo el maestro miró a Gwen. — ¿Podría decirlo, profesor?

— Sí, Gwendolen, dilo.

— El veritaserum es un suero poderoso creado para quien lo beba, revele todos sus secretos. Suele utilizarse para cuando alguien sospecha de otra persona. — Hizo una pausa. — Con tres gotas ya sería suficiente, ¿cierto?

— Estás en lo correcto, cinco puntos para Slytherin. — Dijo el señor.

Mientras el profesor seguía explicando un papel hecho bola calló en la mesa de la pelirroja, causando cierta curiosidad y decidiendo abrirlo. Sin antes ver hacia sus lados, intentando descubrir quien lo había enviado... al no obtener mirada sólo lo leyó, y una inquietud creció. 《Eres fantástica, pelirroja. Pd: ¿Y si descubres quien soy en Honeydukes? Recuerda que hoy vamos a Hogsmeade》. Nuevamente la chica miró a todos los costados, siguiendo sin recibir al menos alguna pista, entonces supo que su mente no se quedaría con la duda; aceptando aquella salida con la persona desconocida. Una risita se escapó de los labios de alguien, supo que era de su amiga Elizabeth, quien se encontraba alado de ella.

— Otra cosa para contarme, eh. — Bromeó, antes de soltar una carcajada.

— ¡Señorita Lestrange! ¿qué es ese alboroto? — Exclamó el profesor. — Cassday, ¿qué es ese papel que tiene ahí? ¿podría leerlo para poder reírnos todos?

— Oh, debe de estar bromeando, ¿cierto?

— ¿Bromeando? ¡de ninguna manera! Quiero que lea el pergamino que tiene en manos. — Ordenó.

— Son cosas privadas, profesor, no debería meterse. — Habló esta vez la chica que acompañaba a su amiga, dejando escapar un gruñido.

Sin dudarlo el profesor se acercó y tomó el papel con poca brutalidad, pero fue la gota que derramó el vaso para la pelirroja. — Mi amiga ha dicho que no debería meterse en mis asuntos, y será mejor que le haga caso si es que no quiere que lo hable con mis padres... sería una pena perder el trabajo, ¿cierto?

— Usted no sería capaz de hacer ese tipo de cosas, señorita, la conozco desde su llegada a Hogwarts y siempre fue una niña de bien.

— Pues... ¿qué le digo, profe? — Quedó pensativa la Lestrange. — Se vé que no conoce bien a mi amiga.

Los alumnos llegaban a el pueblo que se ubicaba cerca de su escuela, el cual era llamado Hogsmeade. Las charlas entre las personas crecían cada vez que los chicos llegaban, y las risas se escuchaban por todos lados. Gwendolen caminaba directo a donde había quedado con cierta persona desconocida... aunque para su mala suerte habían como cinco personas de su grado en el lugar.

La chica se quedó en la puerta hasta sentir que tocaban su hombro, Malfoy. — Increíble todo lo ocurrido hoy, Cassday, por un momento pensé que leería la nota que te mandé.

— Espera... — Quedó confusa, mientras elevaba un poco sus cejas algo sorprendida. — ¿Fuiste tú?

—Claro que fui yo. Pero debía contarte algo... Cassday, todos estamos en peligro si él la encuentra.

— ¿A quién te refieres con 'él', Malfoy? — Interrogó la chica mientras llevaba a su compañero hacia otro lugar.

— Me va a matar si te lo digo... tú no sabes de lo que es capaz — Susurraba. — ¡Asesinó a mi gato!

— Por Merlín, dime quién es... dímelo. No te va a matar... estoy segura.

— Estoy hablando de Tom, Gwen... se volvió totalmente loco. No para de mencionar a la cámara. — Contó aún más bajo, siguiendo los pasos de su amiga.

—¿Riddle? — Preguntó aún más confusa la chica. — ¿De qué cámara hablas?

— No te hagas, Gwen, sabes perfectamente de que cámara hablo... como yo sé la relación que tiene tu familia con ella.

—¿Por qué metes a mi familia en esto? — Ofendida se atrevió a exclamar, buscando respuesta a todo lo que su mente procesaba.

— Tu familia es la clave de todo. ¿Recuerdas lo que dijo la profesora de adivinación? La semana que viene hablará sobre nuestro futuro, profecías... he investigado, todos los Cassday tienen una profecía. — Explicaba. — Corrijo lo dicho... tu familia no es la clave de todo, esa eres tú.

— Sea quien sea la clave... escuché sobre la cámara, pero ahora tengo una pregunta. ¿Qué esconde aquella?

— Eso es lo que quiere saber Tom, no va a descansar. En cuanto se entere de que tú podrías saber algo o tu familia no dudará en buscarte para recibir respuestas, y lo peor de todo es que mi familia también tiene algo que ver. — Con esas palabras Gwen pudo descifrar que su amigo estaba preocupado, podría decirse que la jovencita nuca lo había visto en ese estado.

— Entonces... ¿cuál es el plan? — Llevó a cabo finalmente. — ¿Cómo vamos a sacar a nuestra familia de ésto?

— Hazte su amiga, las posibilidades de que te mate bajarán un setenta porciento.

— No, Malfoy, no me importa si me matan para que mi apellido no se manche. — Aclaró la chica.

— Entonces tengo otra idea... — Decía el castaño. — Pero dudo que sea de tu agrado.

Muy bien amores, este fue el capítulo de este día. Para serles sincera fue uno de los más cortos hasta hora, but ya... recuerden quedarse en sus casas.

Gracias por leer, los amo.