CAPÍTULO 1: EL INICIO DE LA HISTORIA.

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Disfrútenlo muchas gracias!!.

Nuestra aventura comienza no en la casa Loud como normalmente se debe comenzar ¿Verdad? Ni mucho menos comienza con el caos de la familia Loud, si no más bien comenzamos en la habitación de una chica de cabellos largos y negros, una chica que disfruta de la soledad y de las cosas tristes, me refiero a la chica emo Maggie.


¿Y por qué comenzamos con ella? Bueno, pues porque hay que variar un poco ¿No lo creen?. No siempre se trata de Lincoln, eh pero bueno me estoy desviando del tema.

Ahora nos vamos a ver a Maggie la cual se encuentra en su cama sin ganas de levantarse y mucho menos ganas de ir a su lugar de estudio, pero tiene que hacerlo y para eso cuenta con la ayuda de su mamá; la cual se encuentra caminado hacia su habitación para despertarla tocando la puerta.

—Maggie hija, es hora de levantarse, tienes que ir a estudiar vamos, despierta -Dijo la madre de nuestra emo favorita, la señora Jhonson.

Maggie, quién se encontraba en su cama, al escuchar el golpe de la puerta y el llamado de su madre, se despierta y le responde se manera maleducadamente...

—¡No tengo ganas de ir ! ¡Es más no tengo ganas de hacer nada! -Maggie respondiendo fría y cortante a su mamá.

-¡Oh vamos hija! No seas así, tienes que ir a estudiar, vamos no me lo hagas difícil, por favor -habló con tono calmado y cariño la señora Jhonson.

-Pues nos vamos a quedar así entonces porque no pienso levantarme de mi cama hoy. Ni tampoco quiero salir de mi habitación, no tengo ganas de hacer nada - (Dijo Maggie cubriéndose con las sábanas hasta la cabeza.

La señora Jhonson en ese momento ingresó en la habitación de su hija, y al ingresar, se dió cuenta que su hija estaba en su cama con las sábanas cubriéndola por completo -me recuerda a esas películas dónde fingen estar en la cama cuando en realidad solo son sábanas y almohadas-. Al acercarse a la cama de su hija, se sienta a su lado y manteniendo esa voz calmada y serena le responde...

-Maggie por favor, vamos hija no seas así conmigo, yo sé por lo que estás pasando ahora, tú padre nos abandonó, mi trabajo no es el mejor del mundo pero yo siempre intento darte lo mejor para tí. No te comportes así conmigo te lo pido -habló la señora Jhonson, debía hacer que su hija entendiera y salga adelante.

Maggie al escuchar así a su mamá dió un largo y pesado suspiro, bufó y se quitó sus sábanas de encima, se sentó con su pelo revuelto y mirada pesada y le dijo...

-Está bien, está bien, cómo tú quieras, iré a la escuela ¿Ok?, ¿Ya estás contenta? -Preguntó Maggie mirando a su mamá con algo de fastidio.

-Vamos cariño, nunca se sabe que clase de aventuras nos esperan con el día a día, puedes hacer un amigo o una amiga, o conocer a alguien especial, como dicen por ahí puedes encontrar el amor. Vamos, ya está listo el desayuno también -dijo la señora Jhonson, colocando su mano encima del hombro de su hija, dándole una sonrisa, al parecer funcionó la persuasión y no los gritos.

-Si como sea, si me permites, iré a tomar una ducha, nos vemos en unos minutos mamá -Dijo perezosa mente Maggie, poniéndose de pie delante de su mamá con muy pocos ánimos, pero todo con tal de no escucharla decirle esas cosas.

-Está bien hija, te espero abajo -Dijo la señora Jhonson, levantándose también y caminando hacia la puerta para salir de la habitación, dejando sola a su hija.

-Ok mamá, nos vemos luego. -Dijo Maggie despidiéndose de su mamá mientras empezaba a quitarse su pijama de color negro. Cuando su mamá cerró la puerta, ella rodó los ojos de manera molesta-. ¡Tsk!, Qué fastidio, odio esa maldita escuela, es aburrida.

Luego de haberse duchado, de alistarse con su típica ropa de emo, bajó a desayunar junto a su madre quién la esperaba pacientemente, y después de eso, tomó sus cosas, se despidió de su mamá y se dirigió a su lugar de estudio, la secundaria.

Mientras Maggie iba caminando por la cera, pensaba en todas las cosas aburridas que según ella, le iban pasar, y por todo lo que tenía que pasar.

-Genial, otro día más en mi aburrida vida, no sé por qué mi mamá me obliga a ir a la escuela, ¿Qué tiene de interesante verle la cara a un montón de idiotas y lo peor, verle la cara de tonto al viejo profesor?, Qué fastidio -se decía a sí mismo Maggie a si mientras caminaba con rumbo a su lugar de estudio, para iniciar su aburrido y desastroso día, como ella decía.

Pero lo que ocurriría a continuación cambiaría por completo el rumbo de la vida y del destino de Maggie, ya que como dicen por ahí, y como se lo dijo su madre, el amor puede encontrarse incluso doblando una simple esquina de cualquier calle -sí, ¿Muy cursi, no?, Pero es la realidad- y en cualquier día.

Mientras Maggie iba caminando, escuchó como detrás de ella venía corriendo un jóven chico de cabellos blancos a toda prisa, aparentemente apresurado porque al parecer se le estaba haciendo tarde para ir a la escuela.

-¡Genial!, Tarde y Vanzilla se tuvo que averiar, para hacer peor las cosas me confíe y el autobús se fué sin mi, y para colmo, hoy día tengo que dar dos exámenes, que vida tan complicada -dijo Lincoln, corriendo con todas sus fuerzas para llegar lo más rápido posible y evitar quedarse afuera.

Maggie se dió la media vuelta al escuchar los comentarios de este chico que hablaba solo, -siempre lo hace cuando rompe la cuarta pared- cuando se percató de que ese jóven se acercaba corriendo, le dió el paso y el muchacho pasó sin percatarse quién estaba a su lado.

-Vaya, a ese chico enserio le gusta ir a la escuela, hum, que bien por él -pensaba Maggie mirando al albino correr, en plan: me da lo mismo.

Pero unos cuantos metros más adelante, nuestro peliblanco Lincoln al ir tan de prisa se tropezó -era obvio- y cayó al suelo, dándose un buen golpe en la cara y el pecho.

-¡Ay!, eso... dolió, rayos -dijo Lincoln tirado en el suelo adolorido, pero intentó ponerse de pie porque se le hacía tarde (vaya eso sí es tener ganas de estudiar).

Maggie al ver cómo el albino se había ido de cara al suelo, se acercó caminando, porque ese era su rumbo, y hubiera pasado de largo sin hablarle ni nada pero bueno, sintió algo de compasión por ese muchacho en el suelo por lo que se decidió a ayudarlo.

-¿Oye estás bien? -preguntó Maggie con su voz fría, con la intención de ayudar a ese muchacho que ahora, al estar más cerca, se le hizo familiar. ¿Dónde lo había visto antes?.

-Si -respondió-, estoy bien, no es nada malo, solo fué un.... ¡Ho rayos! -dijo repentinamente Lincoln cuando se volteó a mirar a Maggie y al darse cuenta mejor de quien era se puso nervioso. Esa era la chica a la que arruinó su fiesta de cumpleaños y de no haber sido por su hermana, seguramente le hubiera ido muy, muy mal.

-¿Eh? -ella levantó una ceja-, ¿Qué te pasa? -no entendió la reacción del peliblanco. Le dió la mano y lo ayudó a ponerse de pie.

-N-No, nada jeje, gracias por ayudarme -dijo el peliblanco.

Al tenerlo ahora sí de frente, Maggie le preguntó...

-¿Oye no te he visto en alguna parte? -lo miró de arriba a abajo.

-Ha yo...-balbuceó nervioso-, n-no, no lo creo... jeje, bueno ya me tengo que... -tuvo la intención de marcharse pero fué detenido por ella.

-¡Espera un minuto! Ya me acordé de tí -dijo la chica emo-, ¡Tu eres ese enano que casi arruina mi fiesta de cumpleaños hace unas semanas atrás, no es así? ¿Eres tú verdad?.

-¡¿Eh?! No, no jeje...no fuí yo jeje -trató de mentir pero sus nervios le traicionaban-, ese chico era, era...¡Era mi hermano gemelo! Si, si solo eso jeje, yo no te... conozco -dijo Lincoln tratando de hacer que Maggie le crea pero no fué así, era obvio que estaba mintiendo.

-¿Me estás mintiendo verdad? -preguntó Maggie cruzándose de brazos y con una expresión fría y algo seria, lo que provocó aún más el nerviosismo del peliblanco.

- No no no no no, ahm, bueno si. ¡Pero no fué mi intención arruinar tú fiesta, por favor no me mates, soy muy jóven para morir, aún no leído la última edición de Ace Savvy -suplicó Lincoln cubriéndose con sus brazos en caso de que Maggie le haga algo, es decir, tome venganza, aunque eso era algo exagerado.

-Oye no exageres, no te voy a hacer nada niño, aparte lo de mi fiesta pasó hace unas semanas, no te guardo rencor -dijo Maggie con su tono de voz de "Me da igual".

-¿De verdad?, Que bueno, por cierto me llamo Lincoln, Lincoln Loud, y soy el hermano menor de Luan, la chica mimo que salvó tú fiesta. ¿Cómo te llamas?.

-Si así veo, muy bien soy Maggie, Maggie Johnson -respondió la chica emo.

-Es un placer conocerte... Maggie -dijo Lincoln con una amigable sonrisa, ahora que Maggie le había dicho que no le guardaba rencor, se sentía más tranquilo-, por cierto, tienes un bonito nombre.

-Ehm, ¿Gracias?... Como sea, muy bien ya me tengo que ir, fué un gusto conocerte....Lincoln -dijo Maggie despidiéndose del albino, ella también debía ir a su escuela.

-Igualmente, nos vemos -se despidió el albino también.

Cuando Maggie continuó con su camino, a los pocos metros se dió la media vuelta para mirar al chido que acababa de volver a conocer -obvio porque ya lo había visto antes pero no sabía su nombre.

-¿Así que Lincoln, he?, Curioso nombre, pero bueno, será mejor que siga con lo mío -dijo Maggie sin muchos ánimos.

Fin del capitulo....

Continuará...

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