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Advertencia:
Historia corta Bnyoung, que pretende adaptar la canción llamada "Tequila" de Golden. La misma habla de dos personas que se divierten sin necesidad de estar en una relación, por lo que probablemente estarán en contacto con situaciones subidas de tono. Se recomienda discreción.

Les dejo la canción arriba para que entren en ambiente.

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Dejando de lado largas historias de amor que, pretenden vender las relaciones románticas como lo principal en la vida de cada individuo, nos encontramos con la de Jinyoung y Jaebeom.

Nuestro Im, es un hombre de mediana edad con gustos excéntricos y sí, totalmente despreocupado del que dirán. No existe una razón en particular que justifique su actuar, él sólo es así.

Si consigues un corazón roto, te dirá que no es su culpa.

Él te lo advirtió.

"Si pensaste que podrías conseguir más que una amistad, fue tu error, no el mío" Dijo un par de veces, las palabras deslizándose sin una pizca de preocupación. Cosas como "es un completo hijo de puta con un carácter horrible" o "no es conveniente ni para sí" van de boca en boca así que, explíquenme porque debería empezar a importarle como se sienta el resto cuando toda su vida fue juzgado por ser como es.

Por otro lado se encuentra Jinyoung, quien lejos de llevar una vida tranquila, le da su propio significado a la palabra "diversión" cada que tiene oportunidad. No pretende ocultarse bajo la fachada de un chico inocente frente a su madre, pero entonces ¿por qué frente a desconocidos? Bien, es que tiene sus ventajas.

No es millonario, pero sabe como conseguir una fortuna temporal porque es muy inteligente. Estoy seguro de que nos gustaria que utilizara sus conocimientos para otra cosa y lamentamos que no sea posible.

" No es culpa mia que seas débil" vociferó venenoso esa mañana, aquel brillo particular en sus ojos, en medio de una confrontación contra algún tipo incapaz de mantener su pene a salvo de la homosexualidad bajo sus pantalones. En sus cortos veinticuatro, habia entrado en más peleas que a la iglesia y probablemente, tenía más heridas de batalla que pecados por reconocer frente a un sacerdote.

El caso con este par es que fuera de parecer inadaptados sociales, no podrían estar rodeados de mejores personas porque pese a que ni ellos mismos lo comprendan, aún habian personas dispuestas a seguir cerca suyo sin fines de lucro.

Y es gracias a estas increibles personitas que estos idiotas se encuentran una noche que pretendia ser como cualquier otra.

Al encontrarse rodeado de un mar de personas sudorosas, Park maldijo a Yugyeom entre dientes, prometiéndose golpearlo en la cabeza tan fuerte, pero tan fuerte que lo dejaría de su estatura. No podrás burlarte nunca mas de mi estatura, Kim, ya verás. El menor lo trajo con la promesa de celebrar su cumpleaños y de eso habian pasado tres horas.

Ya era tarde, pudo comprobar ese hecho tras echar ojo al reloj de una persona que hablaba cualquier clase de barbaridades mientras bebia, justo a su lado. Parecia un completo estúpido y lo era. No confias ni en ti, ¿porque yo lo hice?

Sus ojos aburridos, intentando rastrear cierta cabeza mostaza. Ah, cosa imposible con una iluminación tan tenue y su mala vista. En otras circunstancias, ya estaria bailoteando hasta las medias en alcohol junto al resto, tal vez tratando de llevarse a alguien para pasar un momento divertido, porque sí, parecia más fácil si estaba ebrio, pero no ahora que tenia morado un pómulo y el labio inferior partido: pésima apariencia.

Y mucho menos...

No ahora que fue abandonado por quien pagaria todos sus gastos en bebidas por motivo de celebración. Tragó saliva, frotando circularmente su sien, considerando escapar porque el sol saldría en algunos minutos y él seguia en ese club.

Estaba tan jodido. Qué le den.

- Tequila para mí.

Escuchó pedir a una voz fuerte sobre tan ruidosa música. Tan malditamente cerca que el zumbido reventó su diminuta burbuja de tranquilidad.

- Amigo, manten un poco de distancia, por favor.

Entonces diminutos ojos exploraron con interés, siseando y maldiciendo mientras se deslizaba sobre el asiento libre a su mano izquierda.

- Si quieres una segunda opinión, pues te la daré gustoso: luces terrible, ¿bailaste con un camión antes de decidir tomar un descanso?

Jinyoung gimió entre sus manos, decidiendo que era cierto, pero como no tenia humor, tampoco iba a permitir que un extraño lo jodiera. Así fue como levantó la cabeza dispuesto a escupir una sarta de improperios, cosa que no sucedió.

Santo infierno, ese hombre lucia obscenamente atractivo. Debias no tener ojos o ser un deshubicado para no reconocerlo; cabello oscuro, largo, cayendo sobre su frente en dos partes; bajo ellos unos ojos pequeños, pero expresivos, bonita gran nariz y...liberó un suspiro, conteniendo las ganas de seguir explorando con tanto descaro.

- Yo era bonito hasta el medio día. No es mi culpa en absoluto, mis padres hicieron un gran trabajo.

Vió al sujeto acabar con el shot en cuestión de segundos y exhalar, moviendo su culo sobre la silla de tal modo que pudo admirar casi perfectamente a un atractivo azabache vestido para ser desnudado. Estuvo evaluandolo con el descaro que le faltó a Jinyoung.

- Pues me parece que tienes un gran culo.

Inquirió sonriente, regalando un pulgar arriba y ganando una mueca disgustada por parte del extraño joven.

- Hey, ojos azules. Trae dos shot de tequila ahora.

Solicitó sin rastro de educación, dejando para nada sutiles golpes sobre la barra para llamar la atención de uno de los chicos encargados. A simple vista, no parecia ser alguien amigable.

- Y tú una gran boca, ¿te lo han dicho?

Vió a un pequeño y malhumorado hombre tras la barra empujar la orden del extraño, y tan pronto como eso, vió una de estas cerca de sus propias manos. JaeBeom invitando a Park un trago, y por supuesto ¿quién era el niño para rechazar algo que estaba anhelando desde que puso un pie dentro?

- ¿Tú qué crees?

Jinyoung colocando ya vacio el vaso sobre la superficie plana, encogiéndo de sus hombros para demostrar todo su interés en el tema, claro que sí.

-¿Eres tan callado siempre? Oh, tal vez debí empezar por embriagarte ¿no es así? Lo lamento, es mi error.

Los ojos de Jin sentellaron ilusionados, obligando al mayor a contener una carcajada. Copió la acción anterior, solicitando más vasos que, no duraron mucho sobre la barra. Jugaron piedra, papel o tijera para obtener el último, siendo Jae el ganador. Sin embargo, este sólo bebió la mitad y ofreció el resto al desdichado joven, pero con una condición.

- Un beso.

- ¿Es en serio?

El azabache murmuró burlón algo como "no estés nervioso, cariño" cosa que pareció hacer presión en un interruptor dentro del menor quien decidido, bajó de un salto, bebiendo su recompenza incluso antes de cumplir con la penitencia. Cruzó los brazos sobre aquellos anchos hombros, ladeando un poco su cabeza poco antes de estrellar sus bocas juntas, gimiendo a través del aturdimiento al ser correspondido tan pronto.

Las manos del hombre se deslizaron rápido por su espalda y delinearon la esbelta figura, llegando pronto a duros glúteos, de los cuales Dios sabía que no estaba bromeando antes. Apretujó al joven, colocandolo entre sus piernas durante lo que el caliente contacto duró, siendo Jae quien le puso fin al sentir cierto sabor metálico. Propinó una sonora nalgada que podría o no haber causado un estremecimiento del maltratado hombre.

- JaeBeom.

Comentó primero tras un largo silencio de respiraciones pesadas, esperando que el otro comprendiera.

- Está bien, ¿JaeBeom? Tus tarifas son muy bajas. Eres muy barato y eso me sorpende.

JaeBeom giró los ojos en cuanto no consiguió la tan deseada respuesta.
Le sorpendía cuan descarado era para actuar como un tonto con tal de salirse con la suya.

- No estoy tratando de conseguir tu número o algo como eso, idiota. Dime tu nombre.

Este arrugó el entrecejo, propinando un fuerte derechazo contra el brazo de su redentor, el cual no fue devuelto como esperó. El más alto gruñó, aceptando que fue un buen golpe. Para no llevarlo a una confrontación física hizo lo posible por no devolver la traviesa agreción y en cambio se levantó, avanzó dos pados, escrutando desde su altura poco antes de presionar fuertemente con la mano aquel rostro, aplastando sus mejillas lastimadas. Interpretó insonoras maldiciones de los labios abultados del contrario y sonrió bajo los sonidos de sollozos. El castaño parecia fuerte, pero no nada que no pudiese controlar.

- Jinyoung.

Jae liberó bruscamente su rostro, tomando su mano a cambio con tanta familiaridad que cualquier se sentiria incómodo, pero no Jinyoung.

- Bien, Jinyoung ¿quieres divertirte esta noche?

- Muestrame que tienes.

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Sonidos humedos y desordenados llenando la silenciosa habitación. Aunque, afuera de la misma, estaba lejos de ser silencioso ellos tenian sus propios asuntos que atender.

JaeBeom empujó sin cuidado la pelvis, consiguiendo más de aquellos ruidos, más como quejas, ríendo roncamente hasta que sintió cortas uñas lastimando su piel. Ya no podrías sorprenderte de lo poco cuidadosa que era la vista que se tendía entre aquellos fuertes muslos, ahora tensos. Que luchara por conseguir el dominio, era excitante.

Una mano cubrió la nuca de Jinyoung, quien intentaba a toda costa liberarse por su cuenta y hacerlo como él quería, como se sentía cómodo. Jae tomó dos respiraciones profundas antes de someter al muchacho con su fuerza, tomando el resto de su miembro con los dedos, sacandolo de la hambrienta boca del pelinegro, frotando su glande contra los abultados labios, amenazando con forzar una entrada.

-¿No te han hablado en casa de lo malo que es hablar mientras comes?

Jinyoung gimió, abriendo lo suficiente la boca como para ofrecer una guarida al dolorido pene de Jaebeom. La saliva se desbordaba con cada movimiento, la sensación llenando las bolas del hombre, estallando en su garganta con un gemido ahogado.

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¿Se quedarán con la duda?

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