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Seguia a oscuras, por lo que el despertar no fue tan abrumador como medio esperaba.
Habia un frío que le congelaba las pelotas y vaya que lo hacia, porque estaba como llegó al mundo; desnudo. Tiró de la sábana, intentando cubrirse, reaccionando de manera distinta al escuchar una queja a su lado.

No esperó que el hombre de la noche anterior se quedara a su lado hasta la mañana, por lo que fue sorprendente encontrar que tenia compañía, mas no la deseada. Vamos, que la mujer era preciosa y de haberla conocido en lugar del tipo, no se habría negado a seguirla, pero estuvo de repente tan consciente del ruido que llegaba desde afuera y su cabeza empezó a zumbar. Ya dudaba encontrarse en un hotel.

¿Qué se supone sucedió? No puede ser, se han robado mi pureza.

Dramatizó en su cabeza mientras salía de la cama, deslizándose con cuidado mientras aguantaba la risa y es que si reia, tendría consecuencias pésimas. Empezó a recoger su ropa, encontrando su ropa interior bajo la cabeza de la chica y el resto esparcida con más cosas irrelevantes en el suelo. Luego de estar vestido, ingresó al baño, lavando su rostro y enjuagando su boca, quitando mas o menos la sensasión desagradable, buscó algun medicamento para el dolor de cabeza, rindiendose al encontrar el botiquín vacio.  Ya que pueden presumir con que humor dejó la habitación. Bueno, no sabemos, pero el abrigo que tomó como pago por las molestias era lo suficiente caro y cálido.

Evitó personas en el pasillo, encontrando más al bajar las escaleras que al parecer recién iniciaban con la mejor parte de la fiesta. Mientras intentaba escapar, dió de lleno contra alguien que se tambaleó mientras reía, no pareció importarle así que lo rodeó, pero fue detenido a medio camino. No necesitaba otra pelea.

De ninguna manera.

— ¿No pedirás disculpas?

Apretó los dientes, mirando sobre su hombro. De hecho, no fue el del cabello blanco que protestó, se trataba de otro tipo igual de guapo, pero con expresión enfadada que exigia disculpas para su amigo o quien sea. Se liberó con brusquedad y giró en su dirección, dispuesto a contestar de una forma cero amable, cuando el mismo tipo empezó a reir.

— Debiste haber visto tu rostro...sí, sí. Esa misma mirada, oh ¿qué tan gracioso puedes ser? Me encanta.

Habló el chico con que chocó, pasando a estar cerca. Este tomó su brazo sin importar que tan serio seguia mostrandose, cosa que logró relajarlo gradualmente.

— Estabamos bromeando. Pareces perdido ¿necesitas ayuda?

— Vaya, sí. Hasta hace un momento pensé haber chocado con un borracho, pero ahora resulta que todos somos amigos.

El nombrado retiró su mano, luciendo divertido. Pasó un brazo sobre los hombros del otro hombre, fingiendo no poder sostenerse mientras este lo afirmaba desde la cintura con un brazo. Y qué brazo.

— ¿Él? BamBam no bebe si no es vino. Es así naturalmente, ¿no es lindo?

Presenciar la pequeña discusión que se presentó fue divertido hasta que sintió que chocaban con él desde atrás, tambaleandose. Recordando el punto, miró al rededor, encontrando bonito el lugar, pero recordando que no sabia en donde se encontraba y que debia huir.

— En verdad, sí estoy perdido. Desperté aquí luego de que un tipo me llevara fuera de la discoteca y ahora no sé en donde está, ni en donde estoy. Mi celular está muerto y tengo un dolor de cabeza terrible, siento que mataria a el tal JaeBeom si lo encuentro, no se sal...

— ¿JaeBeom?

— Sí, ¿saben quién es? Tú, ¿es esta tu casa?

— ¿Por qué todos asumen eso? Lloraré.

Jackson se quejó, ocultando el rostro en el cuello del más alto, dejando de dramatizar al instánte. Sacando su celular antes de conducirlos hacia afuera, corriendo las puertas transparentes que daban hacia un patio con piscina incluida. Habia menos gente que adentro, por lo que era menos ruidoso.

Vió a Jackson marcar un número y maldecir con el ceño fruncido cuando no recibió respuesta. Miró entre BamBam y Jinyoung, deteniéndose en este último mientras marcaba una segunda vez, teniendo éxito al parecer.

— ¿Qué le sucede?

— Está tratando de localizar a tu victima.

Cuando la llamada llegó a su fin, ambos chicos avanzaron hasta el contrario, uno más emocionado que el otro. Traten de adivinar cual.

— Mejor te llevo a casa.

Dijo antes de ser cuestionado. Jinyoung suspiró y asintió, decidiendo que por el momento llegar a su casa y tirarse a dormir después de una ducha seria la mejor recompenza tras la mala racha. No preguntó nada, permitiéndose seducir por la vista que le ofrecia el paisaje poblado de árboles, desde el asiento trasero de la camioneta conducida por Jackson, encontrando más gente dispersa y extraña. Saludó a una chica que fumaba en traje de baño, la cual guiñó de vuelta. Al reir regresó el dolor, tan intenso que no pudo ocultar las quejas.

— Ten. Bebe un sorbo.

El joven le ofreció una botella con agua, de la cual bebió tras asegurarse que no fue abierta antes. El resto del camino trató de no quedarse dormido, pero fallando pues tuvo que ser despertado.

— Jinyoung, ¿puedes bajar solo?

Este asintió, ignorando la mención de su nombre mientras recibia su celular cargado hasta la mitad.

— Eso es correcto. Por cierto chicos, gracias. Espero poder devolverles el favor luego.

— Lo harás. Te dejé mi número. Ve con cuidado.

Se despidió sin mas, viendo el vehículo desaparecer antes de seguir su camino dentro del edificio. Estuvo a punto de dormirse en el elevador, pero fue despertado por una vecina de su piso que se disponia a entrar. Agradeció y desapareció en su habitación, dejándose caer en el colchón sin siquiera ducharse.
No tuvo cabeza ni para limpiarse, por lo que no despertó del todo bien, calentando sopa instántanea luego de salir del baño ya duchado.

Al revisar su celular mientras descansaba satisfecho, una llamada lo distrajo de amenzar de muerte a Yugyeom, su tramposo mal amigo. Logró contestar de milagro, pero siquiera pudo saber de quien se trataba hasta que este lo dijo.

— Park al habla.

—Ahora conozco tu apellido, ¿no quedamos en dar menos información?

El chico frunció el ceño.

— Bien, bastardo. Colgaré.

— Soy Jaebeom.

Si antes estaba enfadado, ni siquiera se molestó en avisar antes de cumplir con su amenaza. Tampoco pensó en que podría ser la solución a todas las dudas con que despertó, sólo se dispuso a seguir en lo suyo, cuando recibió un mensaje.

Lo esperaba.

Disfruté anoche,
lamento dejarte con ganas de más.
Te lo compensaré si volvemos a
encontrarnos.
                                           

Jinyoung rió. Está bien, recordaba gran parte de lo sucedido; lo disfrutó también, por lo que no tardó en contestar:

                 Si me invitas un tequila, hablamos.
             Dos y terminamos lo que empezaste.

.

.

.

Estás en el final de esto. Si te gustó, deja un corazón y si no, ¿qué haces aquí? Seguro esperabas más salseo, puercx.

En fin, está resubido y terminado. Le haré sus correcciones poco a poco. Bless.

          
                                               

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