Extra:MiPríncipe(Mii2/ZeeSaint/MaxTul)

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¿Preparadas/preparados para nuestro último extra?   :')

Aviso que he separado el capítulo por si desean saber solamente el final de una de las parejas, la primera parte trata sobre Zee y Saint, y la segunda(cuando vuelvan a ver nuestro adorable separador), es sobre Mii2 y un poco de Max Tul. 🥰

No olviden vestirse elegante para el capítulo (No más lean el título del extra) 🤭😉

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Extra: Mi Príncipe (ZeeSaint)

"Boda llama a boda" 

💍



Después de que los reyes de Siam y Jemer les hayan dado permiso para unas cortas vacaciones, ambos guardias de los príncipes, caminaban hacia la casa del menor. Zee había decidido conocer a los padres de su novio. Si quería demostrar que su relación iba en serio era lo mínimo que podía hacer, además, él y Saint ya tenían un poco más de un año juntos. 

"... Un año..."

De pronto ve una joven pareja salir de un templo, ella vestida de blanco y él sonriente vestido de blanco también, ambos se iban de la mano para subir a un carruaje.

"¡¿Esto es una señal?!"

—Saint...—llamó la atención de su novio que veía el lado contrario de la transitada calle con curiosidad, ya que muchas cosas habían cambiado desde la última vez que estuvo aquí. —¿Y si nos casamos?

—¡¿Qué-qué dijiste?!—gritó sin poder creer lo que el otro le decía.

—Bebé, no grites.— susurró al ver que algunas personas habían volteado a verlos.— Te pregunté si quieres...

—Oye, no... No lo preguntaste, lo sugeriste... Y... Fue totalmente inapropiado, eres un bruto.— caminó un poco más rápido. Zee al ver que parecía haberse enojado en serio también aceleró el paso para tratar de alcanzarlo.

—Bien, bien, no fue la manera adecuada, lo admito, pero... ¿Sí quieres casarte?

—Aish, eres un tonto, ni siquiera preparaste algo bonito, solo lo dices así repentinamente y no tienes un anillo.— frunció el ceño adorablemente y un puchero se formó en sus labios.

—¿Me perdonas?— indagó con un puchero mientras abrazaba la cintura de su novio. Saint lo miraba fingiendo molestia todavía, amaba lo dulce que era Zee cuando quería reconciliarse.—¿Sí?

—Ya que estamos cerca de mi casa, deberías pedirle permiso a mis padres primero, si ellos te aceptan, debes pedirme adecuadamente ser tu... Esposo.— ¡Vaya! Ahora que lo decía en voz alta sí que sonaba bonito, y eso hizo que un color rojizo se expandiera por sus mejillas.— Cuan-cuand-do l-lo hagas puedo considerar si te acepto.

"Siempre tratando de hacerlo difícil"

—Como digas, amor.—respondió feliz y dejó unos sonoros besos en la sien y la mejilla del castaño amando haberlo puesto nervioso. 

Ambos se amaban así, a veces a Saint le gustaba pelear un poco con su novio y a Zee le gustaba ser tierno con él, aunque debía admitir que a veces su novio sí tenía razón en molestarse.

Luego de caminar unas cuadras más llegaron a una casa bastante grande, Zee sabía que la familia de su adorado Saint pertenecía a una clase económica alta, así que no se sorprendió cuando vio la casa totalmente en buen estado, decorada con flores alrededor de la entrada. Desde la fachada se veía que era un sitio elegante.

—¿Saint?— una mujer castaña, de piel blanca y ojos verdes se acercó a ellos. Zee no tuvo que pensarlo mucho para saber que esa era la mujer que tendría que convencer antes de que Saint aceptara su propuesta.

—...Mamá...— Saint corrió a darle un abrazo conteniendo sus lágrimas, no la había visto hace más de dos años. Después de la guerra, la tensión entre los reinos no se le permitía a los guardias principales dejar sus puestos, ya que debían proteger a la realeza ante cualquier posible ataque, sin embargo siempre que podía enviaba cartas a su familia.

—Mi hermoso hijo, gracias a los dioses regresaste...— la señora sonreía y lloraba de felicidad por tener de nuevo a su hijo menor frente a ella.—Oh...Tú debes ser Zee. — a pesar de su felicidad no pudo evitar enfocar su vista en el hombre que acompañaba a su hijo, recordó inmediatamente que su hijo en una de sus cartas le había hablado de un hombre de piel blanca, ojos rasgados, cejas gruesas y que obviamente era de un cuerpo bien trabajado por el constante entrenamiento de palacio.

—¿Mamá, puedes creer que este tonto me dijo que quería casarse conmigo en plena calle como si fuera cualquier cosa?— la señora solo rio de lo dicho por su hijo, lo conocía perfectamente para saber que estaba haciendo un berrinche, aunque su hijo tenía un punto en que no era la manera más adecuada para pedir matrimonio.

—Bueno, tal vez cuando llegue tu padre del trabajo pueda resarcir su error ¿Cierto, querido?— preguntó directamente a su futuro yerno. Zee saludó y se presentó ante la mujer mayor con mucho respeto, tal como lo haría con una reina.

—Por supuesto, señora, mis intenciones con su hijo siempre han sido serias.— ella asintió y sonrió encantada.

—Pasemos, deben estar cansados, les serviré tarta de manzana mientras está lista la comida.

Ambos pasaron el resto del día hablando sobre las últimas semanas, ya que Saint no había podido contarle a su progenitora sobre lo que habían descubierto Zee y él, omitiendo la forma cómo lo habían descubierto, por supuesto.

Junto con el ocaso, el padre de Saint llegaba a casa luego de su jornada laboral.—Al fin mi pequeño volvió a casa.— Saint fue a abrazar a su padre tal como lo había hecho con su madre al mediodía. 

—Padre, te presento a mi novio, Zee Pruk.

—Es un gusto conocerlo, señor.— el guardia hizo una corta reverencia al padre de su novio.

—¿Dijiste novio?— preguntó a su hijo levantando una ceja.

—Sí, incluso está pensando en casarse conmigo.— A Saint le gustaba ver el mundo arder.

—¿Qué dijiste? ¡Hace dos años que no te apareces en casa! ¡¿Y, y traes a un hombre que ni siquiera se ha dignado en pedirme permiso para cortejarte, mucho menos para ser tu novio, no sabemos qué intenciones tiene, de qué familia viene y me dices que te quieres casar con él!?— exclamó sin control.

—Bueno, lo de casarse... Fue él quien lo dijo, afortunadamente estaremos por aquí un mes y tendrás tiempo suficiente para conocerlo, interrogarlo y convivir con él, te juro que es adorable.— Saint tomó a Zee del brazo y colocó su cabeza sobre su hombro mientras sonreía.—Mi propio príncipe de cuento.— dijo sonriente.

La madre de Saint observaba todo muy entretenida. "De tal palo, tal astilla", pensó.

—Bienvenido a la familia, señor Pruk. — el señor le extendió la mano al joven guardia y este le extendió también la suya para estrecharla. El mayor reía mientras le daba un abrazo a su futuro yerno, él ya sabía de la existencia de Zee y los motivos por los que no habían podido visitarlos durante tanto tiempo, su hijo siempre le informaba que su novio era un caballero y era perfecto para él, que lo quería sinceramente y haría todo por él, además el que Saint haya llegado junto con él le confirmaba que la relación era seria y si su esposa no se había encargado de sacar al joven de la casa a escobazos era porque Saint tenía razón.

Pasadas dos semanas Zee tenía a sus suegros completamente ganados y ya les había pedido la mano de su hijo, ellos aceptaron sin dudarlo e incluso el dieron el anillo con el que los señores Suppapong se habían comprometido, era una tradición en la familia darle el anillo a la siguiente generación.

Dos días después, todo estaba listo, su traje marrón estaba impecable, ramos de bellas rosas blancas y rosadas adornaban el centro del jardín, una alfombra al centro, el anillo de compromiso en su bolsillo del pantalón, solo faltaba que Saint regresara con su padre del mercado y...

—¿Hijo, estás bien?—Preguntó la señora Suppapong al verlo dar vueltas y acomodar las cosas por décima vez.

—Solo un poco nervioso ¿Cree que a Saint le gustará? 

—Por supuesto, solo espero que no haga otro berrinche, no debí engreírlo tanto, salió igual a su padre.— Ambos rieron un poco y Zee se sintió más relajado, él no sabía lo que era tener una familia tradicional, pero se sentía cómodo con la familia de Saint.

—Ya llegaron.— Zee se alertó al escuchar ruido proveniente de la casa.

—Iré a ver, tú tranquilo, respira, estás casi sudando ¡Ánimo!— Zee no pudo evitar sonreír de nuevo, su Saint había sacado el don de confortar a las personas de su madre.

La señora Suppapong entró a la casa y vio que el menor de sus hijos estaba ayudando a su padre a guardar unas cosas en la despensa.

—Saint, ven aquí.— llamó  su hijo amablemente y le lanzó un beso a su esposo como saludo.

—¿Sucede algo? Todos están muy extraños desde la mañana.

—Nada de eso, solo hay algo que tienes que ver, pero eso sí, si sales con otro de tus engreimientos te desheredo.— Saint asintió, su mamá no estaba enojada pero lo decía en serio.—Muy bien, ponte esto.— dijo con una sonrisa sosteniendo una camisa blanca y pantalones grises.

Por otro lado, Zee estaba tratando de calmarse, pero los recuerdos de su vida pasaban inevitablemente en su mente.

A la edad de diez años su madre había fallecido y su padre, que había sido guardia en Pagan, murió debido a una guerra contra Ayutthaya, algunos años después , la madre de Maengmum, que decidió criarlo como hijo propio al morir el esposo de su mejor amiga, sin embargo, su esposo no lo aceptaba dentro de su familia y al cumplir la mayoría de edad regresó al reino natal de su madre, para ser guardia. Logró conocer a Saint en uno de los viajes que hacían los reyes de Siam a Jemer. Adoraba esos momentos en que podían conversar con los otros guardias sin ningún problema, poco a poco se ganó el amor de Saint, su inusual forma de ser lo había cautivado, y con el tiempo su relación se hizo lo que es ahora, algo que quería que durase toda la vida.

Sin darse cuenta, Saint ya estaba caminando hacia él, estaba vestido con un traje gris, se veía hermoso.

—Oh...¿Amor, qué es todo esto?— Saint admiraba las rosas alrededor de ellos, Zee suspiró y se acercó a él para tomar sus manos.

—Bebé, hemos estado juntos desde hace un año y ya que dentro de unos días cumplimos un mes más juntos...—dijo sumamente nervioso.— Yo... Te amo y me harías muy feliz si me dices que sí.— se arrodilló y sacó la cajita que contenía el anillo de compromiso.— ¿Quieres casarte conmigo?

Saint no sabía si llorar o dar saltos por todo el jardín, la felicidad lo embargaba y no pudo retener algunas lágrimas.— Dioses... Zee, sabes que te amo, claro que sí me quiero casar contigo, amor.

Zee se levantó y besó a su novio para después colocar el anillo en su dedo anular.

—¿Tú y mamá planearon todo esto, cierto? Por eso todos estaban actuando de forma tan sospechosa.

—Tu padre también lo sabía, por qué crees que fuiste a hacer las compras con él.

—Jajaa ok, no me voy a enojar por ser el último en saberlo, era una sorpresa ¿Sabes? Papá es el único que sabe no actuar extraño cuando oculta algo.

—Ustedes están cortados por la misma tijera.— Saint rio y abrazó a su futuro esposo, al que amaba y deseaba para toda la vida.

Desde la puerta que daba al jardín, los padres de Saint estaban aplaudiendo entre lágrimas, su hijo más pequeño se estaba comprometiendo y sabían que Zee no quería dejar mucho tiempo para casarse. Los mayores se acercaron a ellos para felicitarlos por su compromiso en cuanto Zee y Saint entraron en la casa.

—Felicidades, hijos, ahora solo tenemos que acordar una fecha para la boda.— comentó el padre de Saint.

—En una semana estaría bien para mí.

—¡¿Qué?!— gritaron Saint y su madre.

—¿No es demasiado pronto?

—Estoy de acuerdo con mamá, una boda lleva tiempo, Zee.

—Oh ¿Quieres una boda con muchos invitados y esas cosas, amor?

—En realidad, no, con que estén mis padres y mi hermana estoy bien.

—Tu hermana debe llegar en unos días con su esposo y su hijo.— dijo con una sonrisa su padre.

—Oh, entonces... 

—Aprovechemos estas semanas, amor, luego tenemos que volver a Siam.— agregó Zee para convencerlo.

—En ese caso me casaré contigo el próximo fin de semana.— Zee besó su mejilla y abrazó su cintura.

La semana pasó demasiado rápido para los dos enamorados, los trajes para la boda ya estaban hechos y la hermana de Saint junto con su madre se habían ocupado de hacer toda la decoración para la celebración.

Una boda privada requería menos esfuerzo que una con varios invitados, sin embargo eso no era impedimento para que sea perfecta.

—¿Saint, ya estás listo?— preguntó su hermana tocando la puerta de la habitación del menor.

—Janis, esa chica, Maengmum... ¡Ella, ella abrazó a Zee! Parecían muy felices.

—Es una amiga de Zee. ¿Por qué...Estás tan exaltado?

—¿¡Y si ya no se quiere casar conmigo!?

—Saint, no seas tonto, esa chica vino con su bebé, dijo que no pudo venir con su esposo porque tenía que trabajar y vino con su madre. 

—¿Segura?

—Yo estaba allí cuando mamá abrió la puerta. Ahora abre la puerta para terminar de arreglarte, ¿crees que Zee te engañaría?

—No pero ya sabes cómo soy.

—Ay hermanito, esa chica es linda y  agradable, pero no es como tú, Zee no la mira como te mira a ti.—Saint abrió la puerta con un puchero y su hermana solo lo abrazó.—Eres un bebé exagerado.

—Tienes razón, debo dejar de ser así, Zee me ama, además me dijo que crecieron juntos y son como hermanos, si esa chica no tuviera hijos y un esposo créeme que me hubiera puesto celoso de verdad.

—Oh, claro, no te pusiste celoso...Bueno, ya vámonos, así te ves muy guapo.

—De acuerdo, no quiero que todos me esperen demasiado.— Ambos caminaron hasta el jardín de la casa, Zee estaba esperándolo para realizar la ceremonia, vestido con un traje azul noche.

—Yo me adelanto chicos.— dijo su hermana muy emocionada, su hermano había conseguido un buen hombre que lo amaba sinceramente.


—Te ves más guapo ahora que vas a ser mi esposo.— Saint se sonrojó ante lo dicho por Zee y todas sus inseguridades desaparecieron, estaba seguro de que quería a ese hombre para compartir su vida y que él lo quería a él.

—Tú... Te queda muy bien ese traje.—Dijo desde ya muy tímido ¿Por qué de repente todos miraban en su dirección? Felizmente no habían invitado a mucha gente.

—Vamos, amor.— Zee ofreció su mano para caminar hacia el oficiante que los esperaba para casarlos. El corto camino fue recorrido junto con algunos aplausos por parte de sus emocionados familiares.

Saint tomó su mano con una sonrisa y notó que él de alguna forma también estaba nervioso, estaban a punto de unirse en matrimonio ante sus familiares. Ambos hubieran deseado que los príncipes también estuvieran aquí pero con todo lo que debían solucionar entre ambos reinos les sería imposible.

Cuando Zee y Saint llegaron hasta el oficiante, este comenzó a dar su discurso.— Estamos aquí reunidos para unir a estos jóvenes Zee Pruk y Saint Suppapong en matrimonio, una unión que no solo se basa en el amor, también se basa en la confianza y el respeto, ya que deberán confiar en la otra persona, respetarla y amarla hasta el último día ¿Ambos han llegado hasta aquí libremente y desean contraer matrimonio?

—Sí.— respondieron al unísono y el monje esbozó una sonrisa al ver a los jóvenes mirándose con amor.

—Tómense de las manos de nuevo, por favor.— ambos se miraron fijamente y tomaron la mano del otro.—Pueden dar sus votos.

—Yo, Zee Pruk, te quiero a ti, Saint Suppapong para formar una familia, para estar contigo hasta mi último día en este mundo y llenarte de felicidad, te amaré y cuidaré porque lo más preciado que tengo eres tú.— Saint estaba a punto de llorar de nuevo como un niño pequeño y besar hasta el cansancio a su guerrero favorito, pero se obligó a respirar y decir su voto.

—Yo, Saint Suppapong, me entrego a ti, Zee Pruk, para amarte, respetarte y confiar en ti, porque eres mi felicidad, prometo cuidarte y amarte hasta que ya no pueda estar en este mundo, porque tú eres el amor de mi vida.— Ambos con lágrimas de felicidad sostuvieron aún más fuerte sus manos y con mucha más seguridad de que incluso si habían problemas o inseguridades ellos lo superarían.

—Habiendo declarado su amor tanto como sus promesas y anhelos al otro, pueden colocar las alianzas.

El hijo de la hermana de Saint llevó las alianzas y se las entregó a los futuros esposos.

Ambos se colocaron los anillos el uno al otro y volvieron a tomarse de las manos.

—Que nuestros dioses les den larga vida y los libren de faltar a sus promesas, desde ahora pueden llamarse esposos.—Ambos sonrieron y no esperaron más para besar castamente los labios del otro.

Después de la ceremonia, bailar juntos y compartir un agradable momento con sus invitados la noche había llegado para al fin unir sus cuerpos.

—Amor, espera.— Saint soltó una risita mientras Zee dejaba besos sobre su nuca antes de abrir la puerta de la habitación en la que estarían juntos esta noche, agradecía que la casa en la que habían decidido pasar la noche de bodas fuera lo suficientemente grande como para no contenerse.

—Te he deseado mucho más todos estos días, extrañé tenerte solo para mí.— La llegada de Zee a casa de los padres de Saint implicaba dormir en cuartos separados, sin embargo ahora que eran esposos ya nada les impedía estar juntos y hacer el amor.

Entraron al dormitorio con Saint desabotonando la camisa del otro y sin dejar de besarse, sus manos intentaban tocas las curvas del otro a medida que quitaban sus restricciones. El mayor fue directamente a despojar los pantalones de sus prendas inferiores, Zee no desaprovechó la oportunidad para probar a su bello esposo, por lo que quedó de rodillas ante él y tomó la punta del falo en su boca. Saint comenzó a recibir cortas lamidas en su miembro que estaba irguiéndose.

"Dioses, realmente había extrañado esto" 

—Zee...Mmmh, no juegues, mételo más...

—Como pida mi esposo. — Sonrió lascivamente y tomó la longitud hasta la mitad, haciendo que Saint recostara por completo en la pared y echara su cabeza para atrás mientras gemía.

—Oh, dioses... Zee... amor.— el pelinegro movía su cabeza introduciendo el miembro de su esposo en su cavidad bucal.—Ahh... Amor...— gemía mientras que el otro movía su cabeza para atender la erección de Saint.

—Ve a la cama, no te corras hasta que esté dentro de ti.— Saint obedeció y se colocó en el medio de la cama, hoy más que nunca sentía la necesidad de obedecerle.

Zee se deshizo poco a poco de sus prendas dejándolas a un lado de la cama bajo la atenta mirada de su esposo, pero aún vistiendo su pantalón. 

—Amor, ven aquí, no me hagas esperar más.— Saint se colocó de rodillas en la cama y dejó su saco en algún lugar fuera de la cama para que no le estorbara, Zee se acercó a él colocándose en la misma posición y comenzó a besarlo.

—Bebé, te amo, gracias por amarme como yo lo hago.— besó sus mejillas y bajó hasta su mandíbula, luego a su cuello, marcando levemente la piel tan clara como la porcelana.

—Ahh... te amo, hazme tuyo, como siempre.— Saint se echó sobre el colchón de nuevo y Zee quedó encima de él. Saint separó sus piernas para rodear a su esposo y rozar intencionalmente sus miembros que ya estaban goteando pre semen después de varios besos y caricias.

—Tu hermana me dijo que estabas celoso de Maengmum de nuevo.— habló mientras dejaba besos cortos e intercalaba suaves mordidas en los carnosos labios.

—Mgh... Ya no, ahora soy tu esposo.— sus manos acariciaban el cabello azabache invitándolo a bajar a su cuello.— Nadie tiene oportunidad contigo.

—Así es, esposo...—susurró cerca de su oreja para luego chupar el lóbulo del menor y bajó despacio, entre besos húmedos a su cuello.— Nada de celos... Mis besos, mis pensamientos y mi cuerpo te pertenecen incluso antes de que pensara en casarme contigo.

—De-muestra que te pertenezco...No me hagas esperar.— Saint gimió ante el tacto de Zee sobre sus pezones que ya estaban duros y se marcaban totalmente bajo la tela de su camisa blanca.

—Ni un segundo más, mi amor.— abrió la camisa de un tirón, haciendo que uno de los botones se saliera por la fuerza de su acción, la cual solo hizo que Saint se excitara aún más.

Tenía un esposo deseoso de poseerlo. 

Incluso si ya lo habían hecho antes, él nunca tendría suficiente y anhelaba descubrir lo que le deparaba la excitante noche. Con premura atacó los labios rosados y después de ello se concentró en sacar jadeos y gemidos del otro mientras saboreaba las protuberancias marrones sobre su pecho desnudo. 

Saint era una obra de arte y era aún más hermoso debajo o encima de él, siempre y cuando estuviera a punto de perderse en el placer que le daban su boca y su tacto.

Saint empezó a dejar besos y cortas lamidas sobre el cuello de Zee, se colocó sobre él para hacerle lo mismo que había hecho hace un rato, con su boca atendió el pecho de su reciente esposo, acarició el abdomen marcado hasta que su mano llegó a la parte favorita de la anatomía del otro.—Nunca tengo suficiente de ti, esposo.

Su mirada calentó mucho más al pelinegro que estaba intentando respirar con normalidad.

¿Saint podía ser más sensual?

Hoy traía cierta aura especial... Hoy todo había sido especial...

Desde que lo recibió y unieron sus manos para caminar hacia el sacerdote lo único que quería hacer era besarlo como nunca y agradecerle a todas las divinidades por traerle tan hermoso chico. Saint podía ser celoso, algo engreído, pero también era dulce, sabía ser maduro cuando era necesario y lo ayudaba a encontrar su centro cuando todo estaba desequilibrado, sin obviar que sus cuerpos parecían ser dos imanes, pues estos no podían estar separados por mucho tiempo y se sentían constantemente atraídos.

Saint terminó de desvestirle y dejó ver la erección de su novio que se había puesto dura también hace mucho. Con sus manos la tomó con delicadeza frotando todo el largo, Zee no lo detuvo y esparció entre sus dedos con rapidez el lubricante natural y preparó la estrecha entrada del menor que ahora estaba bajo él y con las piernas alrededor de su cintura hasta que sintió estar a punto de correrse.

—Oh...¿Cariño, no te tocaste todo este tiempo? Estás tan estrecho.— cerró sus ojos mientras su miembro era presionado entre las paredes internas del menor.

—Mgh...Zee... No es lo mismo, tu pene es mucho mejor y más largo que mis dedos.—Saint apenas pudo hablar debido a los lentos pero placenteros movimientos de su esposo, sentir a Zee después de estas semanas de ser unos buenos niños le habían triplicado las ganas que siempre traía de su ahora esposo.— Dame más...amor...

—¿Así, bebé?— paró sus movimientos lentos y adentró en él toda su longitud dando de nuevo en aquella zona erógena interna.

—¡Ah!...Sí, así...— mordió sus labios sensualmente.—Joder, nunca vuelvo a prohibirte hacer esto donde sea que estemos.— Sus miradas parecían echar fuego y unieron sus labios de nuevo vorazmente mientras las penetraciones aumentaban su ritmo y agotaban sus cuerpos, haciendo su respiración errática.

Ambos llegaron al punto máximo de placer mentando el nombre de su compañero de vida.

Días después tuvieron que regresar a Siam y Jemer a presentarse ante los reyes. Apenas llegaron había un gran alboroto en ambos palacios, pero esta vez por algo bueno, la ceremonia de coronación de Max y el matrimonio de él con Tul. 

Ambos guardias estaban felices de haber llegado a tiempo para celebrar la boda de los futuros reyes y contarles a todos de su reciente matrimonio.

A pesar de que Max, Tul, Jimmy y Tommy se sorprendieron mucho por la boda privada que tuvieron sus amigos, comprendieron que sus héroes no lo habían hecho por que no querían invitarlos, sino porque la boda surgió repentinamente, debido a la salud de los príncipes mayores y las reformas que habría en ambos reinos.

Para suerte de ellos, los reyes, Max y Tul, los llevaron con ellos para establecerse en Jemer como sus guardias y por supuesto como regalo de bodas recibieron una lujosa casa en la que formarían su familia.



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Extra: Mi Príncipe (Mii2)

"Boda llama a boda"

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Un mes pasó desde que los herederos de Siam y Jemer ocuparon sus nuevos cargos.

Por un lado tenemos a los reyes Max y Tul gobernando con maestría las tierras que les asignaron y por otro lado, los padres de Tul seguían gobernando Siam.

Los países colindantes tenían más armonía que nunca y poco faltaba para la alianza total. Incluso se evaluaba el convertir Siam y Jemer en un solo país.

También pasaron ya varios meses desde que Jimmy y Tommy pasaron tres maravillosos días a orillas del río. 

—¿Cuándo piensan casarse ustedes dos?— preguntó Tul durante la cena familiar que tenían cada mes.

—Cariño, no es momento para esto todavía, ambos son muy jóvenes, déjalos tranquilos.— respondió Max.

—Les pregunté a ellos, no a ti.— hizo un gesto para que se callara y otro para que Jimmy o Tommy hablaran al respecto.

—Bueno... Tommy puede ponerle un fecha cuando esté listo, no quiero presionarlo. Concuerdo en que somos jóvenes, pero eso no hace que disminuyan mis ganas de unir mi vida para siempre con la persona que amo.— respondió el joven príncipe algo sonrojado.

—Aw...Creo que voy a llorar, mi hermano es tan romántico.— dramatizó el mayor.

La cena continuó con un Tommy sonrojado y muy feliz por las palabras de su novio. Incluso sus padres habían escuchado eso pero no dijeron nada, gracias a todos los dioses. Sin embargo, cuando ambos príncipes estuvieron en sus respectivas habitaciones, sus madre no dudó en hablar con él.

—Tommy, si ustedes ya estuvieron juntos, lo correcto sería que se casaran inmediatamente.

—Mamá, es muy pronto para una boda.

—¡Tienen más de un año siendo pareja!— esto era más que suficiente para sus padres, que se habían casado como máximo a los tres meses de conocerse. Es que en la antigüedad era así, si los prometidos se llevaban bien y los padres estaban de acuerdo, había boda.

—Pero no hemos tenido suficiente tiempo como una pareja, siempre estábamos escondidos y preocupados de lo que podría pasar si nos encontraban.— aquí Tommy tenía un punto muy importante, ellos se amaban pero no sentían que no habían convivido el suficiente tiempo en pareja, además de que siempre era el tiempo muy limitado.— No es que no quiera casarme, pero creo que debemos esperar un poco, apenas hace un mes hemos celebrado la boda de mi hermano, quiero disfrutar un poco más de este momento en el que solo tenemos que cumplir con nuestros deberes y amarnos.

—Tommy tiene razón, Lynn, además, tienen edad para decidir, disculpen que sin querer haya escuchado.—Intervino el rey Kamon.

—¿Kamon, sabes si tu esposa piensa de la misma forma?— preguntó la madre del menor.

—Ella apoya a Jimmy, aunque también le insistió un poco en que ellos deberían casarse, después de ese viaje que hicieron le parece lo más sensato.

—¿Lo ves? Incluso Min me da la razón.

—Pero debes tener plena confianza en que mi hijo tiene intenciones de cumplir su promesa con Tommy, Min y yo le hemos dado la mejor educación a nuestros hijos.

—De acuerdo, quizás estoy exagerando, solo les digo que este compromiso que ya tienen podría malinterpretarse si se aplaza demasiado la boda.

—No te preocupes, madre, seré discreto con lo del compromiso, no es como si todo el reino fuera a enterarse.— le respondió Tommy con mucha calma.

—Bien... ¿Jimmy es un bueno contigo?—Indagó la reina.

—El mejor, mamá, por eso acepté ser su esposo en el futuro.— respondió con mejillas rojas y una sonrisa.

—Perfecto, entonces vamos a dormir, tenemos que regresar mañana temprano a palacio.

Tres meses pasaron y los jóvenes príncipes de Siam y Jemer estaban paseando de la mano junto al río, disfrutando el día incluso si no había un sol brillante en el cielo, los brazos del otro servían de abrigo. Su relación iba mejor que nunca y habían aprendido mucho más del otro ya que si no era Tommy el que viajaba a Siam, era Jimmy el que legaba al palacio de Jemer a verlo por más de dos días.  

Sin duda, en ese tiempo muchos se dieron cuenta del amorío entre los hermanos menores de los reyes de Jemer y solo lo consideraban como algo pasajero porque nadie fuera de palacio sabía que ellos ya estaban comprometidos. Algunos nobles conservadores todavía desaprobaban el matrimonio entre dos hombres, pero ninguno de los príncipes, y mucho menos los reyes de Siam y Jemer hacían caso a las opiniones de mentes cerradas.


El sol de mediodía indicaba que ya debían regresar a palacio, ya que habían prometido regresar antes del almuerzo.

La tranquilidad entre los reinos se hacía notar fuera de algunos comentarios que habían en contra de su relación y la de sus hermanos, pero ello no les impidió continuar con su relación y las responsabilidades que como príncipes tenían.

Jimmy se ocupó personalmente de entrenar a su lindo novio e identificar cuales eran sus fallas para ayudarlo a mejorar en su manejo de armas y combate cuerpo a cuerpo. Tommy parecía muy dispuesto a recibir la ayuda de su novio incluso si perdía la mayoría de veces. Jimmy nunca se burlaba de él cuando caía o se equivocaba, le ayudaba a levantarse, lo animaba y decía cómo hacerlo una y otra vez, analizando cada uno de sus movimientos y posturas.

Aquello hacía que su amor aumentara. 

Tommy por su lado le había enseñado a Jimmy a ser más hábil en lo que respecta al sistema contable de un reino. 

Luego del almuerzo que tuvieron los príncipes con la madre de Tommy y sus hermanos en el comedor del palacio de Jemer era el turno de Tommy de ayudar a su príncipe con su deber. No es que Jimmy no supiera nada de contabilidad, pero su novio era un experto en el tema y le encantaba que Tommy le explicara todo con cierto brillo en sus ojos.

Un beso en su mejilla cayó inesperadamente. 

Había estado tan sumido en la dulzura de Tommy que no se dio cuenta cuando este lo pilló admirándolo.

—Deja de mirarme así y concéntrate, tu padre quiere que le des un resumen de este mes.

—¿Me besas de nuevo?— preguntó sonriente y con las manos apoyadas en el asiento del más bajo.

—Claro, pero terminemos esto, mi príncipe.— Jimmy hizo un adorable puchero y el príncipe de Jemer no se reusó a besarlo cortamente al principio. Jimmy devolvió el beso igual de efímero, pero cuando sus miradas se cruzaron dieron paso a un beso mucho más largo. El príncipe de Siam se movió junto con su silla sin dejar de besar a Tommy para estar en una mejor posición y besarlo con soltura, las manos de Jimmy tocaron las mejillas del pelinegro para guiar el beso y profundizarlo.

La puerta de la biblioteca fue abierta y quien menos esperaban apareció para interrumpirlos.

—¡Pero qué demonios haces, Jimmy!— Ambos se separaron con la respiración agitada y bastante sorprendidos por la repentina aparición de Max.— Salgan de inmediato a la sala del trono.

—Max, solo era un beso.— Respondió su hermano.

—¿Un beso? Parecía que estaba examinando tu garganta.

—¡Max! ¿Crees que ese debe ser el vocabulario de un rey?— le regañó la reina.

—Pero ellos estaban...

—Silencio, no atrevas a decir algo más.— insistió Lynn con un rostro neutro.— Yo me ocupo de esto, ve con Tul, te estaba buscando para darte una noticia.—El rey asintió y le dio una mirada amenazante a su joven cuñado antes de irse. Aceptaba que él y Tommy fueran novios pero no le parecía correcto que estuvieran besándose en un área común de palacio, además Tommy era casi un bebé para él ¡No podía estar haciendo cosas de adultos!

— ¿Qué fue lo que pasó exactamente?— preguntó la madre del rey de Jemer.

—Lo siento, madre, te prometo que no vuelve a ocurrir.— Se adelantó a decir Tommy para evitar que su madre regañara a su novio.

—Bien... ¿Jimmy, no dirás algo?

—Me disculpo, no era mi intención faltarles el respeto, tendré más cuidado con mis acciones.

—Disculpas aceptadas, no olviden que tener un compromiso con el otro no les permite exhibirse de esa forma, estamos en un área de palacio en la que cualquiera puede entrar. —Lynn se dirigió a su hijo y habló.—Esta vez fue tu hermano, Tommy ¿Qué pasaría si fuera un visitante o cualquiera de los sirvientes?¿No crees que afectaría tu imagen?

— Sí, quizás no me detuve a pensarlo.

—Bueno, los dejo, pero estaré cerca.— dijo sin estar muy enojada en realidad, sabía que estas cosas podían pasar pero no quería que sucedieran en cualquier parte de palacio. Los jóvenes príncipes suspiraron aliviados cuando la madre de Tommy se fue y continuaron con el resumen que tenía que presentarle Jimmy a su padre.

Al día siguiente, Jimmy debía regresar a Siam, pero no sin antes despedirse de la familia de su novio, su hermano y hablar con Tommy algo muy importante.

—¿Pasa algo malo?— comenzó a hablar Tommy ya que Jimmy parecía alargar mucho el inicio de la conversación que había propuesto tener mientras estaban en el jardín de palacio.

—Bueno... Depende de cómo lo tomes.

—Solo dilo.— Tommy tomó su manos entre las suyas para darle apoyo. Jimmy tenía las orejas rojas y eso significaba que estaba nervioso, muy tímido o quizás ambos.

—Mmm...Yo quería saber si... —respiró un poco para calmarse. — Sipodemosadelantarnuestrosplanesdeboda.—dijo atropelladamente y bajando su tono de voz, en consecuencia Tommy no entendió muy bien sus palabras.

—¿Qué?— preguntó confundido, solo le entendió: "Si podemos adelantar".

Jimmy cerró los ojos y volvió a respirar.

"Valentía y confianza ante todo, si no acepta no quiere decir que no nos casaremos"

—Quisiera casarme contigo antes de que acabe el otoño.— dijo totalmente sonrojado, su piel clara lo delataba aún más y Tommy también sintió calor en sus mejillas. Faltaba poco menos de un mes para que terminara el otoño. Ambos mantenían la mirada en el suelo, Jimmy esperando la respuesta de Tommy y Tommy estaba pensando en todo lo que abarcaba la propuesta.— Cariño, está bien si no estás listo.— agregó al ver que el príncipe de Jemer no emitía ni una palabra.

—No, digo, sí, yo...— "¡Dioses! ¿Cómo se hablaba?" —Quiero decir que... Sí quiero casarme antes de que acabe la estación.— una sonrisa llenó por completo el corazón del príncipe de Siam y este abrazó a su futuro esposo y lo alzó con su brazos, los cuales rodeaban la cintura del pelinegro. Lo dejó pisar el suelo no sin antes darle un beso corto, pero muy significativo para ambos.

—Vaya... ¿Y esas caritas de felicidad?— preguntó Tul que pasaba por allí con la madre de Max y Tommy.

—Mamá, tenemos una fecha para la boda.

—¡Dioses! Ya se estaban tardando.— expresó Tul con felicidad, al fin su hermanito se casaba.

—¿Cuándo? Más les vale que no sea en una semana como sus hermanos.—advirtió su madre con algo de diversión.

—Queremos que sea antes del invierno.

— Me parece perfecto, me da tiempo de organizar todo a la perfección con Min.

—Bueno, yo debo retirarme para llegar antes del anochecer a Siam.

— Claro, ve, puedes decirle a tus padres que iré con Tommy dentro de unos días para comenzar con los preparativos de la boda.— aprovechando que la siguiente semana su hijo iría a Siam, ella lo acompañaría para hablar con Min y Kamon sobre la boda de sus hijos.

—Así será, los estaremos esperando.— Jimmy dejó un beso en la mejilla de su novio y se despidió de la reina y su hermano.

Minutos más tarde Max se enteró de la boda y no pudo estar más feliz por su pequeño hermano, a pesar de que Jimmy no le haya avisado primero a él que quería casarse en tres semanas con su hermano.

Un día antes de la boda Tommy estaba muriendo de los nervios, temía hacer algo torpe y arruinar todo. Jimmy estaba igual, parecía que hoy no iba a dormir. Ambos estaban en el mismo palacio, Siam era el lugar en el que ambos se casarían y vivirían juntos, por acuerdo de las dos familias. Después de todo sería Jimmy quien se haría cargo de ese reino en el futuro.

—¿Tommy? ¿Sigues despierto?— Jimmy había entrado en completo silencio hasta llegar a la orilla de la cama.

—Jimmy, no puedes estar aquí.

—Lo sé, pero quería verte ¿Estás seguro de que te quieres casar conmigo?

—Por supuesto, no seas tonto. Solo estoy algo nervioso, no quiero arruinarlo... ¿Te imaginas si me caigo mientras camino?

—Mi bello príncipe no se caerá porque yo estaré caminando junto con él, si te caes me caigo contigo y si alguien dice algo diremos que fue planeado.— Tommy rio ante la ocurrencia de su casi esposo... "Casi, en tan solo unas horas ya lo será"

Con un corto beso se despidieron y ambos pudieron conciliar el sueño luego de eso.

¡Fuera, nervios antes de la boda!

Al día siguiente los novios se alistaban para la boda con menos nervios y mucho más seguro que ayer de que todo estaría bien, que el otro estaría a su lado en las buenas y en las malas.

Los invitados llegaban de a poco a la ceremonia en el templo más grande y más importante de Siam. El oficiante ultimaba detalles colocando todo perfectamente en su sitio para la más importante ceremonia de la temporada.

—¿Estás listo, hermano?

—Sí— respondió el príncipe de Jemer.

—Estás hermoso, hijo.—Su madre hizo acto de presencia en la habitación, lo abrazó fuertemente y al separarse acomodó la capa celeste que llevaba sobre el saco blanco.

—Gracias, madre. También estas hermosa ¿Verdad, Max?

—Por supuesto, de ella sacamos la belleza.— los tres rieron y caminaron hacia el carruaje que los llevaría al gran templo de Siam.

Cuando bajaron del carruaje Tommy pudo ver mejor la decoración por fuera del templo y quedó encantado con el trabajo que habían hecho las reinas de Siam y Jemer.



—Yo también ayudé.—Dijo Tul a espaldas de ellos.

"Mi Jimmy está aquí"

Tommy.— Saludó sonriente su futuro esposo y fue a tomar su mano izquierda para besar el dorso. Tommy le sonrió y dijo en un susurro: "Buenos días, amor".— Te ves increíblemente hermoso hoy.— ambos llevaban un saco blanco, pantalón negro y una capa celeste sobre uno de sus hombros, ellos habían escogido vestirse del mismo color pero cada uno a su estilo. 

—Chicos, no se queden allí parados, ya pueden entrar.— Salió a decirles Saint mirándolos con ternura, los príncipes estaban perdidos en los ojos del otro mirándose con amor.

—¿Vamos?—preguntó el pelinegro.

— A dónde sea contigo, precioso.— Tommy se sonrojó y respiraron un poco antes de entrar al templo. Cuando estuvieron a un paso de entrar divisaron las múltiples rosas blancas y hortensias color cielo que decoraban el lugar. Todo desde allí se veía mucho mejor de lo que habían planeado.

Jimmy reforzó el agarre en su mano brindándole seguridad y ambos hicieron su entrada mientras Perth tocaba una pieza musical en su violín frente a las primeros asientos del templo.

Incluso cuando llegaron frente al oficiante no soltaron sus manos. El sacerdote comenzó a saludar a todos los presentes y agradeció a Perth por tocar tan maravillosamente el violín. La joven se levantó y fue a tomar asiento junto a sus padres para que el oficiante diera su discurso.

—Estamos aquí para presenciar la ceremonia de matrimonio de dos jóvenes príncipes, nuestro príncipe Jimmy Karn y el príncipe de Jemer Tommy Sittichok. Ambos tienen una historia de amor bastante peculiar, digna de admirar y es inaudito que al ver a estos jóvenes tan enamorados se les critique por sentir lo más hermoso que puede haber en este mundo... El amor.— dijo ante la atenta mirada de todos, el sacerdote había sido recientemente asignado ya que el anterior no estaba de acuerdo con casar a dos hombres, cosa que le irritó y decidió renunciar al cuidado del templo. Todos los presentes estuvieron sorprendidos por lo dicho pero muy de acuerdo con sus palabras.— Escuchando la historia de su romance prohibido me saltaría las preguntas que debo realizar ya que sé que responderían afirmativamente, sin embargo el protocolo es primordial.— dijo con una sonrisa que logró animar a los jóvenes que estaban algo tímidos por la magna ceremonia.— ¿Están ambos aquí por voluntad propia?

—Sí.— contestaron al unísono.

—¿Están dispuestos a respetar y amar al otro, sin importar las dificultades?

—Estamos dispuestos.— contestaron encontrando la mirada del otro.

Una tierna sonrisa se formó en el rostro del príncipe de Siam, Tommy era su amor definitivo.

—Pueden predicar sus votos o promesas respecto al matrimonio.— ambos unieron sus manos conociendo el protocolo.

— Yo, Jimmy Karn, prometo protegerte y amarte mi hermoso príncipe, mi Tommy, prometo esforzarme para que ambos seamos felices. Incluso ahora que no hay riesgos, sigamos luchando por nuestro amor para que cuando seamos muy viejitos estemos tomados de la mano como ahora y junto a nuestra familia tan unida como ahora. 

—Yo, Tommy Sittichok, te prometo que serás el único en mi corazón, hoy acepto contraer nupcias contigo porque nuestro amor ha pasado muchas cosas difíciles y eso solo ha hecho que se fortalezca, te amo como eres y quiero cuidarte así como sé que tú lo harás, quiero estar contigo siempre y formar una familia contigo, mi príncipe.

—Que nuestros dioses le den a nuestros príncipes una larga vida y permitan cumplir cada una de las promesas y deseos para esta parte tan importante de su vida, ya que a partir de este momento colocarán sus respectivos anillos.

De nuevo apareció Perth, pero esta vez trayendo en un cofre los anillos de matrimonio para los príncipes, sus ojos los miraban como ídolos y es que ella pensaba que no había algo mejor que el amor de dos chicos. Además, en cuanto se enteró de la boda pidió participar activamente en ella.



Jimmy tomó uno de los anillos y lo colocó en el dedo anular del otro príncipe. Tommy hizo lo mismo y le sonrió a Perth que los miraba a ambos muy emocionada. La chica se retiró sintiendo que había cumplido uno de sus sueños en esta vida.

—Después de este acto ante todos sus invitados nuestros dioses me conceden el honor de decirles que el príncipe Jimmy y el príncipe Tommy quedan unidos mediante el matrimonio, por lo que ambos son esposos a partir de este momento.

Todos los presentes aplaudieron y los príncipes salieron del templo muy felices por haber contraído matrimonio, ambos subieron al carruaje que los regresaría a palacio. 



Después de la ceremonia, todos se dirigieron al palacio de Siam a continuar la celebración, la cual fue iniciada con un baile entre los jóvenes esposos. Todos los nobles y la realeza de otros reinos disfrutaron la gran recepción, incluso gran parte del pueblo celebraba la unión de los jóvenes príncipes.

Llegada la noche, el primer día de celebración terminó y ambos príncipes tenían todo el derecho de compartir una habitación. La habitación era mucho más amplia que la que los príncipes tenían antes de casarse, estaba decorada con adornos de plata y oro, la cama matrimonial tenía suaves sábanas blancas y las paredes con azulejos color marfil con filos dorados le daban mucha elegancia e iluminación.

—Mi príncipe, estoy tan feliz de ser ahora tu esposo.— Jimmy abrazó a su esposo y dejó un beso en la mejilla de este, haciéndolo sonreír.

—También estoy feliz, no termino de creer que somos esposos.—comentó palpando el anillo en su mano derecha— Por fin podemos estar solos sin tener problemas.

—Ahora podré despertar contigo todos los días.

—Absolutamente, todos los días.— Tommy se colocó de puntillas para besar en la mejilla a su esposo pero Jimmy se acercó más a él para devolverle un beso corto en los labios. Sujetó su mentón con delicadeza y sus ojos cafés guiaron su atención a los rosados labios del menor.

—Definitivamente soy el hombre más afortunado, tengo un esposo muy hermoso y no puedo pensar en otra cosa que no sea amarlo como se merece.

—Hazlo, hazme el amor de nuevo, bésame como aquella vez.

Jimmy no esperó otra señal y avanzó hasta juntar sus labios con los del más hermoso príncipe ante sus ojos, amaba a Tommy y necesitaba ser uno con él tanto como su siguiente respiración.

Su mano izquierda pasó a la cintura del menor para conectar sus cuerpos, mientras con la diestra desabotonaba el saco blanco. Segundos después, entre besos apasionados y el trabajo de sus manos los llevaron a estar sin sus prendas superiores.

Jimmy dejaba pequeñas marcas de amor en el cuello de su pareja. El castaño sujetó de al príncipe de Jemer para que enredara sus piernas en su cadera y lo llevó hasta su cama, donde terminó de despojarlo de su traje y admirar la belleza de su cuerpo. 

Sus ojos anhelaban aquel acto de unión entre sus cuerpos. Jimmy se colocó sobre su joven esposo para tocar con delicadeza la esbelta figura del menor, sacando varios sonidos de placer.

Las manos de Tommy fueron a la espalda del más alto y recorrieron varias veces cada centímetro de piel que alcanzaba a tocar. Segundos después sintió besos sobre su cuello y pecho, cerró los ojos para concentrarse solo en el placer que le daba el toque de su esposo, los besos esta vez habían bajado hasta su pelvis y las manos del mayor envolvían sus muslos para levantarlos y disfrutar de la zona íntima de su hermoso príncipe. 

Jimmy dilató el espacio con moviendo sus dedos conforme su amado esposo le indicaba. Su cuerpo reaccionaba de maravilla ante su toque.

Tommy lo hizo detenerse cuando estaba listo para recibirlo, su erección comenzaba a requerir mayor atención y quería llegar a la cúspide del placer junto a su esposo.

Ambos cuerpos desnudos sobre la cama no podían contener más sus ansias y fue esta vez Tommy, muy sonrojado pero dejando atrás toda su timidez, quien hizo quedar al príncipe de Siam bajo él. Con los ojos del príncipe viéndolo fijamente como si fuera una obra de arte, tomó el miembro viril de su esposo para dirigirlo a su entrada.

—...To-mmy...— gimió mientras el interior cálido del príncipe de Jemer albergaba por completo su miembro. El castaño sujetó la cintura de su lindo esposo.

—Ah... Jimmy, te amo.— El menor había comenzado a moverse lentamente sobre la longitud de su esposo haciéndolo ver estrellas.

—Yo también... te amo, mi príncipe.— con amor besó esos dulces labios que lo volvían totalmente loco y acarició la espalda desnuda del pelinegro, tocando hasta la curva de su cadera para ayudarlo a moverse.

—Dioses, creo que voy a correrme...— Jimmy no se detuvo ante lo dicho por su esposo, habían esperado mucho tiempo para volver a unir sus cuerpos que la sensación parecía totalmente nueva y la posición parecía llevarlos al extremo del placer aún más rápido.

—Jim...¡Jimmy! Ahh— el menor se corrió manchando el abdomen de su esposo y tras un par de movimientos más el castaño hizo lo mismo en su interior.

—Bebé...— Jimmy había quedado sin aliento y gratamente sorprendido de que su pequeño Tommy haya tenido la osadía de moverse de esa manera para que ambos llegaran al orgasmo esta noche.— Te amo.

Tommy asintió con una sonrisa, no podía decir nada ahora, estaba algo avergonzado ahora que su excitación había bajado.

Al día siguiente, todos seguían celebrando la boda de los príncipe, pues los reinos de Siam y Jemer habían demostrado que su pueblo podría tener la estabilidad que años atrás tenían.

—Debemos decirles algo importante.— habló Max antes de que cada miembro de la familia real se retirara de la mesa. Tul tomó su mano para darle apoyo.—Hemos decidido adoptar una niña.

Los demás sonrieron y comenzaron a felicitarlos por tan bella noticia, Lynn, Kamon y Min estaban contentos con la noticia ya que si bien sus hijos no podían tener hijos podían formar una familia, ya que lo que en realidad une a una familia es el amor.

Zee, Saint, Jimmy y Tommy quedaron viéndolos deseando dar esa noticia en un futuro. Las copas de oro llenas de vino se alzaron para celebrar el amor, la familia, la paz y la prosperidad.



30/09/2022


Lo necesitaba, así que les traje un extra de "Mi Príncipe",  mis bebés tenían que casarse. 🤭 

Perdón por la demora pero quería que este extra salga lo mejor posible y estaba medio perdida en lo que quería hacer con el capítulo. 

Muchas gracias a todxs por leer hasta aquí. 🤧💙


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