*Para una mejor experiencia, te recomiendo utilizar el fondo en negro.

Quizás solo un par de horas pasaron, o quizás solo unos minutos, Hoseok no fue consiente de cuánto tiempo se había quedado dormido, estiró su cuerpo y lentamente abrió sus ojos sin poder creerlo, parpadeó un par de veces más, el cielo estaba brillante, palpó el suelo, sus manos rosaron el seco pasto amarillento de otoño. Su cuerpo se irguió, intentaba recordar cómo había llegado hasta aquí, un lugar realmente familiar para él, el parque de la ciudad, aquel donde se había confesado hacía ya un par de años.

—Hobi Hyung.

La dulce voz se coló por sus oídos recorriendo cada centímetro de su piel haciendo que se le paralizase el corazón, tan pronto como escuchó la risilla, giró la mirada en busca del dueño.

Alcanzó a vislumbrar su espalda antes de que Taehyung entrara por fin a ese inmobiliario que se desmoronaba cada día un poco más.

Su corazón pidió a gritos seguirle, sus deseos de abrazarlo una vez más lo impulsaron a correr detrás de él. Con el corazón atorado en la garganta entro al lugar, pateó un par de escombros que se cruzaban en su camino, su mirada curiosa buscó la figura delgada y delicada de Taehyung por el lugar a punto de desmoronarse.

—Vosotros mortales, los vivos, deteneros y leed una advertencia solemne de nosotros los muertos.

De entre las sombras una voz imponente retumbó, Hoseok giró sobre sus talones intentando encontrar aquella voz misteriosa, estaba confundido, ¿qué era lo que en realidad estaba pasando?

—Vuestra vida es frágil y la muerte es segura. Creed primero en Cristo y en el cielo.

Una silueta casi transparente emergió de entre los escombros.

— ¿Quién eres tú? — con el entrecejo fruncido Hoseok lo miró expectante, debía de tratarse de un sueño o es que, ¿sin darse cuenta había viajado a un mundo paralelo?

—Mi nombre es Mordad. Estas en busca de aquella pequeña alma que desde que ha llegado no hace nada más que lamentarse. ¿No es así?

—Taehyung, ¿Dónde está?

—Si reunirte con él deseas, una serie de acertijos deberás enfrentar. A tu izquierda una serie de puertas tendrás, elije tu destino, elije una vez, se cuidadoso, el camino de tu elección puede ser tortuoso, si desistes de tu elección no podrás regresar. Elije solo una y podrás avanzar.

— ¿Es esto un sueño? ¿Podre despertar? — aquella silueta asintió desbordante de sabiduría.

—Elije una, seré yo quien te acompañe en este viaje — la silueta de aquel hombre se escabulló entre los escombros.

Aun confuso Hoseok se giró encontrándose con tres puertas distintas, la primera que vislumbró entre las sombras estaba cubierta por moho, la segunda una gran puerta azul, solo tenía un par de telarañas, y por el borde de la puerta, enormes cucarachas corrían despavoridas colándose hacia dentro por una ranura de la puerta, la última puerta siendo la más lejana a su alcance era simple, de madera sólida, no tenía ningún desperfecto, quizás esa sería la mejor elección.

Sus pasos fueron sólidos, estaba seguro que detrás de la tercera puerta estaba un camino seguro. La puerta se abrió lentamente.

—Ya no puedes dar marcha atrás, elegiste tu camino — de nuevo la voz imponente le estremeció, tragó y con los nervios de punta entró a la pequeña habitación.

— ¿Qué tengo que hacer? ¿Mordad, me escuchas?

Detenidamente inspeccionó su entorno, frente a sus ojos se plasmaba la nada, se encontraba en una habitación completamente blanca, se giró rápidamente para mirar la puerta por la que había entrado, nada, aquella era inexistente, escuchó el latir de su corazón, incluso, juraría que podía escuchar el movimiento de la sangre que corría por sus venas, escuchaba todo y nada a la vez, llevó sus manos a sus oídos intentando escapar de los sonidos lastimeros que provocaba su cuerpo, pero era inútil.

—Prestad atención mortal, esta es la primera prueba que deberás resolver — la voz de Mordad resonó en la habitación.

— ¿Qué sucede si fallo? — sus labios temblaron nerviosos, no quería escuchar la respuesta a esa pregunta, pero tenía que saberlo, no debería de fallar, esta sería quizás la última oportunidad de ver a Taehyung, debía esforzarse.

—Si fallas, despertaras de tu sueño, perderás la oportunidad que se te ha otorgado — sus piernas temblaban y su piel se erizó al instante —. Sin embargo, te será otorgado el libro de la sabiduría, tendrás la respuesta a toda clase de pregunta, serás alabado por muchos, pero jamás podrás ser feliz, estarás condenado a pasar tus días lamentándote en el mundo de los mortales.

—Estoy listo — con miedo a equivocarse asintió y dejó de pensar, se concentró netamente en la voz que retumbaba en la habitación.

— ¿Qué es aquello que el hombre ama más que la vida, lo que teme más que la muerte, lo que todos los hombres satisfechos desean y lo que los derrochadores ahorran?

Una fina capa de sudor cubrió su frente, posibles respuestas llegaban a su cabeza, unas sonaban torpes, otras quizás podrían ser la respuesta correcta, se lamentó por ser torpe, estaba perdiendo el tiempo, los segundos transcurrían y su impotencia le martillaba el alma por no poder hacer nada. Sus ojos se cerraron con fuerza y sus manos se empuñaron a sus costados, exhalo su desesperación en un suspiro y abrió sus ojos lentamente, miró una vez más su entorno y una chispa de esperanza iluminó sus ojos.

—Mordad, creo saber la respuesta.

♣ The Book ♣  

*Mordad: Generalmente se le describe como un arcángel bajo las órdenes de Dios, defensor de un concepto de la Muerte menos lúgubre que el habitual en sus personificaciones más conocidas. Dependiendo del punto de vista de las diferentes religiones en las que aparece Mordad o mejor conocido como Azrael, éste reside en diferentes lugares, pero el más habitual es el tercer cielo. Otras versiones defenderían que renunció al cielo con un coro de ángeles a su cargo para rescatar las almas mandadas al Infierno, estando por tanto localizada su residencia en el último círculo del mismo, donde podría también procurar que los demonios se mantuvieran en su lugar.

¿Qué es aquello que el hombre ama más que la vida, lo que teme más que la muerte, lo que todos los hombres satisfechos desean y lo que los derrochadores ahorran?  

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