Capítulo 1

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Lisa.

Wilma y Betty follaban como estrellas del porno. Lo sabía, por experiencia, porque las había estado follando durante los últimos cuatro meses.

Hundí los dedos en el cabello color chocolate y empujé hacia abajo, hasta que el fondo de su garganta masajeó mi punta resbaladiza. Una lengua adicional añadió placer bajo mi miembro al tiempo que una delicada mano masajeaba mi saco. Un gemido empujó contra la parte posterior de mis dientes y Betty se rio en la cabeza de mi pene. El sorbido ruidoso llenó la habitación del hotel, mientras me chupaba como si el que me viniera fuera la respuesta para la paz mundial.

Cabello rubio fresa se movía arriba y abajo entre las piernas de Betty. Ella gimió una y otra vez, mientras Wilma lamía y chupaba sus dulces, pliegues de color rosa. Los ruidos de chasquidos húmedos eran un afrodisíaco, llevándome más rápido hacia la liberación. Era una cosa hermosa para escuchar y mirar, caramelo de valor para los cinco sentidos.

No podía aguantar más, en especial no con dos mujeres atractivas follando y chupando todo en la habitación. Me dejé ir, viniéndome duro y rápido con una cadena de palabras vulgares. Ambas damas capturaron mi chorro, untándolo hacia arriba como un buen vino, lamiendo sus labios mientras mi sabor personal recubría sus lenguas. Sin duda una visión bella.

Más tarde, con las dos mujeres durmiendo a mi lado, aparté la sábana y me arrastré de la cama. Wilma murmuró algo en su sueño cuando me puse los pantalones y me abroché la camisa. Mi chaqueta costosa cubría mis brazos. Cuando salí de la habitación del hotel, me sentía saciada a fondo y lista para asumir el caos de la ciudad de Nueva York en la noche.

Para el momento que regresé al club, EunHa me esperaba en mi oficina.

─ Parece que has sido bien follada y chupada hasta la inconciencia ─ dijo, vertiéndome un vaso de mi whisky favorito.

─ Wilma y Betty... ─ murmuré. Mis dedos se envolvieron alrededor del vaso de Johnnie Walker, mientras me derretía en el cuero de mi silla favorita.

Había pasado muchas noches con la pelirroja y la morena. Eran mi trío preferido de chicas. Wilma comía coño como una mujer hambrienta, y Betty chupaba polla como si fuera a ganar una medalla de oro en mamadas.

─ Sin embargo, me sorprende que no te aburras con ellas ─ resopló EunHa.

Se quitó la chaqueta y la arrojó sobre el respaldo del sofá de cuero negro en mi oficina.

─ Todavía no. ─ Una sonrisa se extendió por mi cara y agité mi whisky alrededor, haciendo al hielo tintinear contra las paredes de la copa.

EunBi, alias EunHa, era mi asistente, y lo había sido durante los últimos seis años. Crecimos en hogares adoptivos juntas, y era mi mano derecha.

Cubrimos el trasero de la otra cuando la mierda se salió de control, que tendía a pasar cuando éramos más jóvenes. Era la única persona en el mundo que conocía todos los detalles de mi vida, la más valiente que conocía, y la única mujer a la que no había follado.

No es que EunHa no fuera atractiva, era atractiva al estilo Laura Croft: Tomb Raider; es solo que era más como una hermana para mí. No tenía hermanos.

Caray, no tenía familia, por lo que nuestra relación era especial, incluso si nunca se lo decía.

Los hombres la encontraban atractiva. Su largo cabello oscuro siempre se hallaba recogido en una cola de caballo y su guardarropa consistía en negro.

Tenía labios carnosos que se formaban en una mueca permanente, y bonitos ojos oscuros. EunHa hacía su rostro de perra lucir sexy, como si estuviera a minutos de sacar un látigo y follarte sin sentido.

Pateé un montón su trasero cuando crecimos. Entonces, me escapé del sistema, dejándola para valerse por sí misma. Me mató cuando descubrí que había ganado dinero vendiendo su trasero durante los años que nos mantuvimos separadas. Innecesario decir que, cuando me volví la rica jodida que soy hoy, la traje conmigo. Me aseguré de que nunca tuviera que tenderse de espaldas por dinero otra vez.

─ ¿Ha habido suerte para encontrar tu Holli Would¹? ─ preguntó, agarrando el papeleo de la noche, organizándolo. Inclinando el vaso a mis labios, el líquido suave se deslizó por mi garganta, encendiendo una quemadura en mi pecho. Coloqué el vaso sobre la mesa y me levanté.

Holli Would es un mito. No hay Holli en el mundo, pero si encuentro una, serás la primera en saberlo ─ Hice un guiño─ . ¿Cómo luce todo?

Levantó un papel con una sonrisa. ─ Esta noche fue buena. Diez mil más que anoche. Parece que el artículo en el New York Times dio sus frutos. Por supuesto, el hecho de que ellos lo nombraron "Clive el nuevo club nocturno más popular en Nueva York", no lastimó.

Tomé el papel de las manos y observé los porcentajes. Tenía razón. Clive habían hecho casi el doble de los ingresos de la noche anterior. El hecho de que acumulaba tanto en una noche significaba que yo solo había vuelto a Clive en un éxito.

Había recorrido un largo camino desde la vándala de diecisiete años de edad, que solía ser. Se lo debía todo a Clive... la discoteca, y al hombre mismo.

Cuando tenía diecinueve años, me encontré cara a cara con el final de la escopeta de Clive. ¿Qué podía decir? Estaba en alguna mierda loca.

Podía haberme entregado. Demonios, podría haberme matado, pero en lugar de eso me dio un trabajo en su bar, el hueco que era, y me enseñó todo lo que sabía sobre el negocio. Se volvió como un padre para mí. El único padre que conocía, ya que el mío me dejó en unos escalones de iglesia con un pañal de mierda envuelto alrededor de mi culo.

Lamentablemente, Clive murió cuando yo tenía veintidós años, dejándome el bar y algunos antiguos certificados de acciones y bonos. Dejé a un lado dichos certificados a medida que trabajaba en el bar y vivía en el pequeño apartamento encima de él. No fue hasta años más tarde, que me enteré que estos certificados valían millones.

Tomé ese dinero, abrí mi propio lugar, dándole el nombre del hombre que me dio todo, y me volví en la exitosa mujer de veintinueve años de edad, que era en la actualidad. Me codeaba con celebridades, y algunos de los hombres más ricos que sabía que se hicieron ricos gracias a mi consejo.

Las mujeres se arrojaban a mi pene, como si estuviera hecho de oro puro sin importarles que fuera una mujer intersexual.

No rechazaba a nadie. Hasta que finalmente, me aburrí con las mismas mujeres tediosas y sus posiciones aburridas. Tomando el asunto en mis propias manos, empecé un pequeño libro negro.

Dentro de mi libro había un buffet de las mujeres que estaban dispuestas y listas para mi llamada. Cada uno especializada en algo diferente, y cada una era nombrada tras un personaje de dibujos animados de mi elección.

─ Bueno. Buen trabajo, EunHa. Ve a casa y duerme un poco. Son casi las tres de la mañana. Si lo hacemos así de bien el jueves, necesitarás un montón de descanso para el fin de semana. ─ Puse los papeles en mi escritorio y me volví hacia la puerta─ . Además, contrata a una nueva camarera. Cuando entré hace un rato, vi unas cuantas mesas esperando por el servicio.

─ Estoy en eso ─ dijo, apagando la lámpara del escritorio y dirigiéndose hacia mí.

Bloqueando la puerta de la oficina detrás de nosotros, la acompañé al Chevy Camaro negro que le compré para su cumpleaños hacía dos años atrás. No era el coche más caro, pero era lo que ella eligió.

─ Hasta mañana ─ dije, cerrando la puerta de su coche.

Volviendo al club, dos camareros se encontraban todavía en el interior cerrando. La exuberante decoración carmesí y negro hacían lucir al lugar oscuro y atractivo. Una vez que las luces se apagaban, apenas podías ver tu mano delante de tu cara. Las paredes se hallaban envueltas en guirnaldas de color rojo sangre y arañas negras colgaban del techo como diamantes siniestros de luz. Las piezas de estilo de años veinte colocados por toda la habitación, lo remataban. Fue diseñado exactamente como solicité.

─ Buenas noches, señora Manoban ─ dijo la camarera pelirroja pequeña cuando entré en el bar.

─ Cierra bien ─ instruí.

Tomando dos escalones a la vez, me moví hacia mi apartamento encima del club. No mucha gente sabía que vivía y trabajaba en el mismo edificio, pero la paranoia que venía con adolescencia llena de drogas, me impedía dejar el club sin vigilancia.

Una vez dentro, me desnudé y fui por una ducha de agua caliente.

Ocho cabezas de ducha, colocadas estratégicamente, golpeaban mi cuerpo con agua hirviendo. Se sentía bien lavar mi encuentro de más temprano con Wilma y Betty. Suspirando en voz alta, sabía que esta sería la parte más relajante de mi noche, ya que la capacidad de tener una buena noche de sueño me había eludido durante años. Mi historia se llevó todos los momentos de paz en mi vida. Dormir toda la noche como una persona normal no sucedería a corto plazo. Un par de horas aquí y allá era todo lo que necesitaba.

Antes de ir a la cama, volteé las páginas de mi libro y examiné los nombres, que iban desde Disney y Looney Tunes, hasta Hanna─ Barbera. Mis ojos se posaron en las B y luego rebotaron hasta que el nombre de Bambi me llamó la atención. Perderme en una mujer mojada y lista siempre evitaba que el pasado se precipitara sobre mí... y habían pasado semanas desde que me perdí entre los muslos de Bambi. Tal vez un cambio de ritmo era lo que necesitaba. Era el momento de darle una llamada mañana.

Me puse de pie y cerré la cremallera de mis pantalones. Metiendo los brazos en mi camisa, cerré el cuello y abotoné cada botón rápidamente.

─ ¿Cuál es la prisa? ─ La voz seductora vino detrás de mí. Dando la vuelta, mis ojos devoraron un par de largas y torneadas piernas.

La V perfectamente afeitada brillaba entre sus muslos y me recordó que cinco minutos antes, me habían exprimido hasta secarme. Se incorporó y se puso las bragas de seda púrpura, que le compré unos meses antes.

─ Esta será nuestra última visita ─ murmuré con desdén, atando la corbata.

Ella estaba desarrollando sentimientos y yo no caería en esa mierda, en absoluto. Sentimientos delicados sin sentido era algo con lo que no quería tener nada que ver. Además, me aburría, lo que me recordó que era la razón principal por la que no la contacté durante semanas.

Fue una mala decisión, que había tomado una cantidad obscena de tiempo para lograr venirme. Esa era toda la prueba que necesitaba. Por ella iba a tener que tener un almuerzo rápido, contrario a mi habitual en el Red's Lounge.

─ Disculpa. ¿Puedo preguntar por qué?─ cuestionó, deslizando los tirantes del sujetador de seda sobre los hombros.

Su nombre no era en realidad Bambi, pero nunca preguntaba sus nombres.

Eran irrelevantes. Solo tenía que conocer su cuerpo, y solo necesitaban conocer el mío. Les daba a mis mujeres un nombre que les encajaba. Para esta chica, Bambi era perfecto. Cada vez que quería algo me miraría con esos grandes ojos suplicantes. Era molesto.

Cuando le dije que Bambi era su nuevo nombre, sonrió como si fuera un cumplido. Poco sabía, que no era más que un relleno hasta que algo mejor viniera, mi mito, mi Holli Would. Ni siquiera tenía el pago completo, y la idea de que los mil dólares que le pagaba cada semana valía la pena lo que la hacía hacer en la cama.

Quité mi chaqueta del respaldo de la silla y le di la vuelta a la cama.

─ Espera un minuto. Vamos a hablar de esto ─ se quejó, saltando en un pie, tratando de ponerse sus tacones de gatita de sexo.

La puerta de la habitación golpeó en su cara antes de que me pudiera detener. Me ajusté la corbata y apreté el botón del ascensor. Un suspiro agravado pasó más allá de mis labios y sacudí la cabeza cuando se abrió la puerta detrás de mí.

Afortunadamente, el ascensor se abrió al mismo tiempo. Me miró boquiabierta con esos grandes ojos, vestida con solo un sujetador, falda, y los tacones. Cuando las puertas del ascensor se cerraron, pude ver una lágrima llena de máscara de pestañas deslizándose por su mejilla. Me disgustaba.

Metiendo la mano en el bolsillo, saqué mi libro y lo abrí. Lamiendo el pulgar, pasé a través de las páginas hasta que llegué a Bambi. Dibujé una línea gruesa negra a través de su nombre y número, y luego llamé para que los pagos a su cuenta se detuvieran.

De pie frente al espejo de dos caras en mi oficina, mis ojos admiraban la multitud de bailarines abajo. Esto era mío. El edificio, el club, todo era mío.

Era la única cosa que realmente quería. Lo único de lo que nunca me cansaba.

El ritmo de la música sacudió el cristal y presioné las palmas contra él para sentir las vibraciones.

La puerta de mi oficina se abrió, permitiendo que la música entrara y se mezcle con las sensaciones a través de mis dedos. No me molesté en darme la vuelta, sabía quién era. Cerró la puerta detrás de ella, volviendo la habitación silenciosa otra vez.

─ Así que hoy intenté pagar mi hipoteca mensual, pero la señora me dijo que ya no tenía una hipoteca. Al parecer, mi condominio ha sido pagado en su totalidad. ¿Sabes algo acerca de eso? ─ preguntó EunHa, acusación goteando de su tono.

Tenía la esperanza de que nunca tocara el tema. De espaldas a ella, una sonrisa conocedora tiró a un lado de mi boca. ─ No. ─ Cambié rápidamente de tema─ . ¿Algún bolsillo profundo esta noche?

No presionó toda la situación de dinero y me alegré. Nunca quería ser puesta en un pedestal como una heroína financiera, y siempre podía contar con EunHa para mantenerme anclada a tierra.

─ Sin duda algunos bolsillos profundos. ─ Oí la sonrisa en su voz─ . ¿Vienes abajo? Hay unos pocos caminantes de la alfombra roja preguntando por ti.

Pasar la noche en una habitación llena de celebridades VIP solía ser emocionante, pero ya no tanto. Había dormido muy poco durante la noche anterior, pesadillas me despertaban cada vez que cerraba los ojos. No me sentía bien. Pero al igual que cualquier otra buena mujer de negocios, sabía que tenía que hacer una aparición, un acto por parte de la propietaria de un club rico. Era mentira total. Yo lo sabía, y EunHa también lo sabía.

─ Sí. Hazles saber que voy a estar en un rato.

EunHa no respondió, pero la puerta se abrió y se cerró de nuevo. Volviendo la espalda al espejo, tomé mi saco y lo abotoné mientras caminaba las escaleras. Fui golpeada al instante con las luces rojas y música fuerte cuando entré en el piso principal.

Me moví a lo largo de la pared exterior hacia el bar para tomar una copa.

Necesitaría la buena mierda, si quería soportar la noche. De espaldas al bar, tenía una vista de primera fila de los cuerpos sudorosos frotándose uno contra el otro. El olor característico del alcohol y el deseo sexual flotaba alrededor de la habitación.

Una vez que obtuve la atención de uno de mis camareros, asentí hacia él, lo que indicaba que estaba lista para mi primer trago. No tuve que esperar mucho tiempo antes de que un vaso se deslizara en mi dirección. Dando vuelta, me apoyé en la barra y observé la habitación, sorbiendo mi bebida.

Mis ojos se balancearon de una mujer medio desnuda a la siguiente.

Y entonces la vi.

Las ondas largas de una cabellera rubia brillaron en las luces, mientras se desplazaba por la habitación. Se dio la vuelta y sonrió a una mesa llena de chicos que hablaban con ella y hacían gestos obscenos. Su sonrisa gumosa prendió algo profundo en mi ingle, una pequeña chispa se encendió y provocó dolor en mis bolas. Unos bonitos ojos parecidos a los de un gatito acompañados de unas largas pestañas que abanicaban sus mejillas regordetas, amplificadas por el parpadeo de ojos que les dio a los chicos antes de marcharse.

Cuando se volvió hacia mí, vi el nombre Clive extendido por todo su pecho.

El material de la camiseta amarilla se pegaba a sus pechos y pude ver las líneas blancas de un simple sujetador debajo. Ella no era inconsciente de su capacidad de seducción, lo que la hacía aún más atractiva.

Maniobrando alrededor de la habitación, se volvió de un lado a otro, dándome diferentes puntos de vista de sus curvas. Era evidente que trabajaba para mí, pero no tenía nada que hacer en un lugar como este.

Su cara llena de maquillaje no engañaba a nadie. Su belleza interior brillaba a través de la forma en que se movía. Incluso con la camisa ajustada y pantalones muy cortos, se destacaba. Era un faro brillante y blanco de hermosa inocencia entre todo el pecado nadando alrededor del club.

Era pura perfección, con impecable piel color marfil y las caderas redondas que rogaban mi tacto. Era exquisita, atemporal, y no sabía, que era tan buena como mía.

ACLARACIÓN: Jennie en este fanfic será rubia natural, para ir más acordé a la trama, y porque Jennie rubia fue una de las mejores cosas que me pasó.

»Jennie rubia en multimedia:

¹: Holli Would es un personaje de la película de 1992 "Cool World" o "El Mundo de Holli".

»Holli en multimedia:


📌: 86 votos y se sube el siguiente cap.👍🏻

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