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Tras el fallo de su misión en el bosque encantado los Winchester y Jack regresaron al búnker donde Castiel los esperaba con alivio presente en todo su ser, la primera acción del ángel había sido abrazar al niño que consideraba su propio hijo. Sam y Dean les habían dado su espacio antes de darles las malas noticias a su amigo, en ese momento la desesperación se apoderó del ángel que decidió sacar su frustración rezándole a su padre para exigir su intervención.

Claro que Chuck no le respondió, como era de esperarse.

En el búnker se podía sentir un ambiente depresivo, el silencio que llenaba el lugar era casi asfixiante y nada tolerable para ninguno de sus habitantes. Jack era el único que no se había retirado a su habitación, él decidió sacar sus penas comiendo su cereal favorito en la cocina aprovechando que Sam y Castiel estaban ocupados buscando una forma de solucionar todo y no podían regañarlo por comer de más. Estaba por terminar su tercer plato de cereal cuando las luces del búnker se apagaron y las luces rojas de la alarma iluminaron la cocina acompañadas del sonido estridente de la misma, todo su ser se activó junto con la alarma al sentir un poder superior al suyo tan cerca.

—¡Jack!—la voz preocupada de Castiel resonó por el pasillo más cercano a la cocina—¡Jack!

Dejando su comida para después el nefilim ignoró los llamados de su padre y se transportó a la biblioteca del búnker con sus alas, en el lugar todo parecía estar en su lugar, no había señales de peligro. Estaba por descartar lo sucedido como una falsa alarma hasta que una sombra apareció sentada en una de las sillas de la biblioteca, por instinto sus ojos brillaron demostrando que estaba más que listo para acabar con la persona que había ingresado sin permiso alguno a su hogar.

—Tranquilo Jack, vine a ayudar.

En ese momento Sam, Dean y Castiel aparecieron desde diferentes pasillos, los tres armados y listos para defender su hogar de ser necesario. La repentina, pero esperada, presencia de su familia cerca de la amenaza puso a Jack aún más tenso, el miedo de no poder protegerlos se apoderó de él y casi le nublo la mente.

—¿Chuck?—La voz confundida de Castiel hizo que todos se detuvieran.

La alarma dejó de sonar y las luces volvieron a la normalidad revelando a un hombre que parecía ser más bajo que el mismo Jack, el nefilim parpadeo un par de veces mirando entre el hombre y su padre esperando una explicación. Dean fue el primero en moverse cuando la identidad de el intruso fue revelada, su enojo era evidente para todos y Sam se acercó a su hermano para intervenir de ser necesario.

—¿Qué rayos estás haciendo aquí?

—Se que Aurora está despierta—Chuck se recostó en la silla mientras hablaba—, y también se que tiene la espada.

—¿Por qué ahora?—Sam preguntó antes de que Dean pudiera siquiera decir algo—¿Por qué no antes? Necesitamos tu ayuda cuando despertó.

—Realmente no podía ser de mucha ayuda...

—Podías encontrar la espada antes que ella—Castiel avanzó un par de pasos en dirección a su padre.

—La verdad es que ni yo sabía donde estaba la espada—Chuck se levantó de su lugar y comenzó a caminar hasta uno de los estantes llenos de libros—, solo Miguel sabía dónde estaba la espada.

—¿Miguel?

Ante la pregunta del nefilim cuatro pares de ojos se voltearon en su dirección y un silencio nada cómodo reino en la biblioteca, cuando Chuck se giró en su dirección con un libro en sus manos Castiel se movió para ocultar a Jack de la vista de su padre.

—Instinto paternal—notó Chuck observando a su hijo—, es bueno saber que tu tiempo con los humanos sigue haciéndote bien.

—Ignora al nefilim, no pienses acercarte a él.

—Tranquilo, Dean, no estoy aquí para eso—el libro que Chuck tenía en sus manos cayó sobre la mesa—. Estoy aquí para decirles cómo matar a mi hija.

—Sabemos que es con la espada—Sam se movió para ver la página en la que estaba abierto el libro.

—Pero no cualquiera puede hacer uso de la espada.

Ante tal declaración el silencio volvió a caer sobre ellos, la realidad de la situación los golpeó en el rostro una vez más, claro que nada sería tan fácil como ellos pensaron.

■■■■■

Mientras los Winchester discutían un plan con ayuda de Chuck, en el infierno las cosas estaban aún más tensas que antes, la presencia de Dios en la tierra había sido detectada por sus hijos, incluso Miguel en la jaula había sentido su presencia. Lucifer había enviado a varios demonios a la tierra para encontrar a su padre, pero ninguno había tenido éxito y eso tenía de mal humor al arcángel. Aurora, por otro lado, se había quedado encerrada en su habitación temporal ignorando los llamados de su hermano, cosa que preocupaba al menor de ellos. Cuando Lucifer estaba por darse por vencido con su hermana está abandonó la habitación a la que se había recluido con una sonrisa de satisfacción en su rostro y la determinación brillando en sus ojos.

—Escoge una ciudad hermano, iremos de viaje.

El menor, aunque algo confundido, se decidió por la ciudad que pensaba borrar del mapa años atrás con el apocalipsis, Chicago. Sabía que su hermana probablemente quería hacer algún espectáculo para llamar la atención de su padre así que aprovecharía para ver uno se sus planes llevarse a cabo, aún si es años después.

Cuando aparecieron en medio de una calle concurrida de Chicago todas las personas se detuvieron para ver quienes eran los que habían aparecido de la nada en medio de la calle deteniendo el tráfico, la curiosidad clara en sus rostros fue lo que alentó a Aurora, una de sus manos fue elevada en el aire antes de chasquear los dedos causando que la persona más cercana a ellos en la acera explotara manchando todo a su alrededor con sangre y restos de sus órganos.

—Veamos si papi querido ignora esto ahora.

Eso fue todo lo que bastó para que ambos arcángeles sacarán su ira y frustración en los pobres humanos que no lograban huir de la violenta escena.

■■■■■

De regreso en el búnker los Winchester y Castiel habían tenido una seria discusión sobre la siguiente acción a tomar después que Chuck abandonara el búnker con la excusa de ser llamado por Amara y dejarles la ubicación de Aurora junto el nombre de la única persona que podía matarla, Jack. El nefilim había sido enviado a su habitación antes de que pudiera escuchar esa parte de la explicación de su ¿Abuelo? Así que los tres "adultos" decidieron que sería mejor discutirlo entre ellos antes de informar al niño lo que estaba sucediendo.

Claro que el tiempo se les estaba acabando pues ni bien pasaron diez minutos de la retirada de Chuck Castiel les aviso que algo extraño estaba sucediendo pues la radio de los ángeles había explotado con voces desesperadas hablando sobre la repentina aparición de Lucifer y Aurora en Chicago, tal como Chuck les había advertido. Tras escuchar las noticias de la desgracia que había caído sobre la ciudad y sus habitantes inocentes Castiel no tuvo más remedio que aceptar llevar a Jack con ellos, la idea de poner a Jack en peligro de muerte le estaba comiendo todo su ser pero esa era la única opción que tenían su no querían ver el mundo envuelto en llamas.

—Voy a estar bien—el nefilim se acercó a su padre y le regaló una de sus sonrisas más brillantes—, se que estarás ahí para protegerme si algo sale mal.

Viendo al ser más puro en existencia frente a él Castiel no pudo retener el impulso de atraerlo en un abrazo mientras su mente se llenaba de imágenes de Kelly y todo lo que habían pasado juntos para proteger a Jack antes del nacimiento de este. En todos sus años de vida aquella era la primera vez que Castiel lograba entender lo que significaba "instinto paterno", y era recordado de su significado cada vez que el impulso de saltar frente al peligro para proteger a Jack llegaba a él.

—Siempre estaré ahí para protegerte.

Sam y Dean detuvieron sus pasos al ver la escena de padre e hijo que se estaba proyectando en medio del recibidor, ambos hermanos compartieron una mirada y solo eso bastó para confirmar que estaban dispuestos a lo que sea para proteger al nefilim que ahora formaba parte de su familia.

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El panorama que recibió a la familia de cuatro en Chicago no fue algo bonito, la calle y la acera estaba llena de sangre, cuerpos sin vida y órganos que no se supone deberían estar viendo. Un panorama que sin duda le daría pesadillas a cualquiera.

—Creo que voy a vomitar—Dean cubrió la mitad de su rostro con una de sus manos, el mayor de los Winchester se notaba más pálido de lo normal cosa que preocupó a Sam.

—Jack, ¿Puedes sentirlos aquí?—Castiel, que era el único no afectado por lo que le rodeaba, llevó su atención al nefilim.

—No están muy lejos.

Haciendo el mayor esfuerzo de sus vida por no regresar la comida Sam y Dean siguieron al dúo de padre e hijo por la calle dejando atrás la masacre que los arcángeles habían causado, a medida que se alejaban ya no habían cuerpos sin vida ni órganos esparcidos por el suelo, solo había sangre manchando el pavimento y los edificios. Jack los guió por algunos callejones hasta un terreno vacío tras un enorme edificio abandonado, en el lugar había algunos cuerpos esparcidos por todos lados y en medio de ellos estaban los arcángeles completamente cubiertos de sangre.

—Ah, debí saber que padre era muy cobarde como para enfrentarse a nosotros—Aurora escaneo a los visitantes hasta que sus ojos dieron con Jack.

—Jack, hijo, por fin nos conocemos—Lucifer dio un paso adelante solo para ser detenido por Castiel que bloqueo al nefilim de su vista.

—Tu no eres mi padre—el entrecejo del nefilim se contrajo demostrando su descontento con ser llamado "hijo" por alguien que no era Castiel.

—Suficiente, creo que tenemos cosas más importantes de las que hablar.

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NOTA:

Con este capítulo aviso que solo faltan dos más para que acabe la historia, este es el capítulo más largo que escribí para este libro y la verdad es que me gusto porque me salió sin forzarlo.

Siento mucho la demora, si me siguen seguramente vieron que me iba a retirar de wattpad (escribir) por un tiempo ya que no estoy bien de salud, pero últimamente me siento un poco mejor y la semana que viene voy al hospital para ver qué es lo que tengo, por eso quería subirles algo.

Gracias por haber esperado tanto.

Lu.

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