Jennie era considerada una persona que odiaba compartir lo suyo, así fuese algo tan pequeño y simple como un lápiz. Todos lo sabían, por esa razón que la mayoría de estudiantes tenían miedo de siquiera mirar a una alta pelinegra, pues desde que la castaña descubrió un nuevo mundo llamado "Lalisa Manobal" sabían que había reclamado a esa chica como suya.

Pero ¿Cuál era el verdadero problema aquí?

Lisa era una estudiante estrella, con calificaciones perfectas, además de eso también era gamer y se rumoraba que otaku.

Para Jennie ella es la definición de perfección, adoraba a las chicas que tenían cara de que no han tocado a una mujer en toda su vida.

El problema es que la pelinegra estaba tan enfocada en sus estudios qué ni siquiera sabía de la existencia de la castaña, aunque sea la chica más popular del mundo, Jennie era diminuta a su lado.

—Deja de disociar Jen, da igual lo que hagas, nunca llamarás la atención de Lisa. —Jisoo, su mejor amiga intentaba hacerla entrar en razón.

—Tal vez tengas razón, pero tu sabes que a mi me gusta luchar por lo que quiero hasta que lo tengo, así que no me daré por vencida.

Jisoo sólo suspiró, se había rendido por completo con su amiga.

La castaña observó como aquel grupo de Nerds caminaba tranquilamente hacía la cafetería y entre ellos estaba Lalisa, quién revisaba su celular ignorando la charla de sus amigos.

En ese momento se le ocurrió una idea bastante descabellada, pero sabía que solo de esa manera nadie más se interpondrá en su camino o en su intento de conquistar a la pelinegra.

—Te veo en el almuerzo, Chu.

—¿No vas a esperarme? Sólo tengo que guardar mis libros.

—Necesito adelantarme.

Antes de entrar a la cafetería respiró profundo, arregló su cabello y sin pensar más abrió las puertas. Con estilo caminó hacía una mesa en especial que había notado desde su entrada, la mesa de los nerds.

Ignoró la presencia de todos y sólo se concentró en una pelinegra quién comía su ensalada tranquilamente ignorando su presencia.

—Escúchame, Manobal. —Sintió como su ropa interior se mojó sólo con su mirada—Escúchame tú y también todos los que están presentes.

Los alumnos se miraron entre sí para prestar atención a Jennie.

—Ésta chica pelinegra que ven aquí—Señaló a Lisa. —Es mía. —Ambas se miraron.—¿Escuchaste? Eres mía.

La pelinegra se puso de pie, mostrando la gran diferencia de estatura qué había entre las dos.

—Ni en tus sueños más húmedos pasará, Kim.

Lisa se retiró de la cafetería dejando a una castaña mordiendo su labio inferior sonriente. Sería difícil ganarse a la chica pero no imposible.

—Jennie, si quieres conquistar a Lisa déjame decirte que... —El muchacho castaño fue silenciado.

—No me interesa, nerd, yo me las arreglaré.

...

—¿Lice? ¿Comiste tan rápido? creo que me tardé demasiado en el baño. —Una rubia se había encontrado con Lisa cerca de la cafetería. —¿Y esa cara?

—Está loca, Rosie.

—¿Quién?

—Jennie Kim. Es una loca.

—¿Porqué? ¿Sucedió algo?

—Entró a la cafetería y le dijo a todos, incluso a mí, que yo era suya. —Se rascó la cabeza.—Como si fuera un maldito trofeo.

—Lisa ¿Te das cuenta? le gustas a la popular.

—¿Gustar? Mírame, soy una nerd, gamer, otaku y ella es una princesita rica, es obvio que sólo es un juego.

Ambas se observaron en silencio, diciéndose todo a través de la mirada.

—Convoca una reunión grupal, yo llevaré la pizza. —Dijo Lisa y la rubia asintió.