Capítulo 2: Los omegas varones

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Los errores existen, ni siquiera la madre naturaleza se salva de ellos

Durante siglos, la existencia de los omegas varones fue envuelta en un velo de misterio y escepticismo, debido a que el nacimiento de un omega varón era de alto riesgo y difícil de conseguir, ocurriendo en muy pocos casos y con una supervivencia limitada. Muchos afirmaban no haber visto jamás a un omega varón, alimentando así la especulación y los rumores. Se decía que eran una anomalía de la naturaleza, criaturas cuya existencia misma desafiaba las leyes del universo.

Los rumores acerca de estos "hombres que podían procrear" eran tan variados como inquietantes. Algunos sostenían que eran antinaturales, nacidos de algún error cósmico. Otros creían que su supervivencia era poco menos que un milagro. Incluso había quienes murmuraban que eran hijos de demonios, engendros oscuros de fuerzas malignas que acechaban en las sombras.

Pero no todas las historias eran sombrías. Entre susurros y conversaciones secretas, también se hablaba de ellos con reverencia y fascinación. Se decía que los omegas varones eran una nueva especie, surgida para desafiar y redefinir las reglas de la naturaleza. Descritos como seres de una belleza sorprendente y delicada, poseían los finos y sensuales dones de una mujer, encarnados en cuerpos masculinos que transmitían una elegancia etérea. Sus rasgos eran tan exquisitos que parecían esculpidos por manos divinas, y su presencia era tan magnética que atraía las miradas y deseos de todos a su alrededor.

Lo que era seguro es que estos enigmáticos omegas varones despertaban un interés profundo y a menudo insaciable en quienes los rodeaban. Especialmente en los alfas, quienes se sentían irresistiblemente atraídos por los rumores de su aroma embriagante, una fragancia tan potente y encantadora que parecía hechizar los sentidos. La belleza de sus rostros y cuerpos, adornados con una gracia casi sobrenatural, solo añadía el aura de misticismo que los rodeaba.

Para los alfas, los omegas varones eran más que una curiosidad; eran una obsesión. Se decía que estar cerca de uno de ellos era experimentar una atracción tan intensa que podía bordear lo irracional. La combinación de su apariencia angelical y el mito de su capacidad para procrear hacía que los omegas varones fueran considerados no solo como tesoros raros, sino como símbolos vivientes de un nuevo orden natural.

Poseer y procrear un hijo con un omega varón otorgaba estatus y poder, ya que no cualquier alfa podía encontrarlos. Taehyung lo sabía a la perfección, aunque lo tenía todo, su ambición y curiosidad eran insaciables. Cualquier alfa sensato sabría que una oportunidad así no podía ser ignorada. Tal vez era un idiota por confiar en un estafador o tal vez estaba cayendo en una trampa. Pero había una certeza: si ese alfa decía la verdad y le traía a un Omega varón, no solo ganaría el asombro de todos, sino que se convertiría en objeto de deseo y codicia. Poseer un Omega varón era como poseer un diamante raro y preciado; un tesoro que sólo los más valientes se atreverían a intentar robar. La promesa de ese Omega no solo lo elevaría a nuevas alturas, sino que también lo sumergiría en un mundo de peligro y envidia.

- Yo considero que te estás comportando como un reverendo idiota, cuñadito.

Taehyung estaba sumergido en sus pensamientos cuando la irritante voz del omega interrumpió su labor. Lo miró con fastidio, había olvidado que estaba cenando en la casa de su hermano Namjoon.

- ¿Qué harás con el? ¿Lo mismo que haces con tus putas? - Cuestionó el omega rubio mientras cortaba sus alimentos con una furia contenida. -Me da asco de tan solo pensar como violaras a ese pobre omega. - Expresó con desagrado. Taehyung gruñó en contra del omega de cabellos dorados, al encontrarse en una situación tensa, el alfa pelinegro carraspeo para romper la tensión.

- SeokJin, por favor.

- Controla a tu pantera, hermano. - Taehyung murmuró apretando los dientes mientras miraba de forma seria al omega, quien mantenía su postura firme. - Es tu pareja, no quisiera perder los estribos con un omega. - Advirtió mientras apretaba sus puños con fuerza.

- Matar al omega de tu hermano sería lo menos que podrías hacer, Taehyung. Nada se compara a tu carácter tan odioso y tú forma tan inhumana de tratar a los demás. Siempre serás un idiota. - Expresó de forma desafiante, buscando enojar a Taehyung.

Taehyung no pudo contener su enojo ante las groserías y la falta de respeto de SeokJin. La tensión en la sala era palpable, y cada palabra irrespetuosa de SeokJin resonaba como un desafío directo a su autoridad y posición como líder. Apretando los puños con furia contenida, Taehyung se levantó de su silla con un estruendo que rompió el silencio cargado de hostilidad. Sus ojos oscuros brillaban con determinación mientras clavaba la mirada en SeokJin, quien a pesar de ser su líder, parecía no reconocer su autoridad familiar.

El alfa respiró profundamente, recordándose a sí mismo que debía mantener la compostura. No podía permitirse perder los estribos. Sin embargo, la línea entre el respeto y la insubordinación estaba siendo severamente probada.

Estaba apunto de responder las groserías, pero su hermano se apresuró, también levantándose de su silla y golpeando la mesa con sus manos llamando la atención del alfa y el omega.

-SeokJin, entiendo tus preocupaciones, pero debemos resolver esto con respeto y cooperación. No toleraré más insultos ni desafíos en esta casa. - Sus palabras resonaron en el silencio, desafiando a SeokJin a reconsiderar su actitud desafiante.

SeokJin, por su parte, mantuvo su mirada fija en Taehyung, evaluando sus palabras con una mezcla de resentimiento y resignación. Era evidente que la dinámica entre ellos no sería fácil de manejar.

- Tienes razón, mi alfa. Simplemente no puedo soportar la idea de que otro chico pase por lo mismo que yo antes de conocerte. No olviden que yo también soy un omega varón - dijo SeokJin con voz entrecortada, luchando por mantener la compostura mientras hablaba. Se levantó bruscamente de su silla, empujando suavemente la servilleta hacia un lado. - Con permiso.

Namjoon suspiró pesadamente, observando a su hermano con una mezcla de pesar y recelo. La tensión en la mesa era palpable, cada palabra pronunciada resonaba con la carga emocional que llevaba consigo. Aunque Taehyung mantenía su expresión seria y controlada, el impacto de las palabras de SeokJin no pasó desapercibido para él. La sala quedó en silencio por un momento, cada uno sumido en sus pensamientos, mientras SeokJin se alejaba con pasos rápidos y determinados.

-Tu omega jamás me ha respetado -dijo Taehyung, rompiendo el silencio en la sala. Su voz resonó en el espacio, cargada de una mezcla de frustración y autoridad. Sus ojos, oscuros y penetrantes, se clavaron en su hermano con una intensidad casi palpable-. Entiendo que no me respete como hermano de su alfa, pero debería respetarme por ser el líder de nuestra familia. Gracias a nosotros, puede disfrutar de esta vida de lujos que lleva. Deberías recordarle su posición.

El ambiente se tornó tenso mientras Taehyung continuaba mirando a su hermano con recelo, ambos en una silenciosa batalla interna. Era como si una guerra invisible se librara entre ellos, cada mirada cargada de desafíos no expresados.

-Sabes muy bien lo orgulloso y terco que llega a ser SeokJin -respondió su hermano, su tono más suave pero no menos firme-. Deberías tener paciencia. Está preocupado por el destino de ese chiquillo.

- Ese chiquillo será un obsequio que pienso tratar como se me plazca -dijo Taehyung, su voz cargada de determinación y un atisbo de crueldad.

-Yo creo que deberías pensarlo dos veces -replicó Namjoon, con una calma que contrastaba con la impulsividad de su hermano, algo que los diferenciaba profundamente. - Los omegas varones son preciosos; nosotros somos prueba de ello con SeokJin.

Namjoon tenía razón. Aquel omega, terco, orgulloso y berrinchudo, poseía una belleza excepcional. SeokJin era la encarnación misma de una belleza rara y delicada. Su cabello de oro caía en rizos suaves que enmarcaban su rostro, cada hebra brillando con un resplandor que parecía capturar la luz del sol. Sus labios pomposos eran de un tono rosado natural, siempre listos para curvarse en una sonrisa encantadora o en un puchero adorable. Las pecas que adornaban sus tersas mejillas eran como diminutas estrellas esparcidas por su piel, añadiendo un toque de inocencia y frescura a su apariencia. Sus ojos, grandes y expresivos, reflejaban una profundidad emocional que era difícil de ignorar. Cada mirada suya era un universo de sentimientos no expresados, una mezcla de vulnerabilidad y fuerza interna. El cuerpo de SeokJin era frágil y exquisito, con una delicadeza que incitaba ser protegido. Sus extremidades eran delgadas y frágiles, moviéndose con una elegancia innata. La piel suave y pálida, casi translúcida, acentuaba su aura etérea, haciendo de él una visión casi irreal, como una obra de arte viviente.

-Entiende el contexto de SeokJin -continuó Namjoon-. Para él, no es fácil.

Taehyung suspiró de forma pesada, rindiéndose ante la personalidad compasiva de Namjoon. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras miraba a su hermano, luego lo tomó por los hombros, transmitiendo una mezcla de resignación y afecto.

-Comprendo a mi queridísimo cuñado -espetó con sarcasmo, sacándole una risa a su hermano-. Dile que no se preocupe, en cuanto ese viejo traiga al omega, lo traeré para que conozca a SeokJin. Apuesto que piensa que es el único en Seúl.

La risa de Namjoon resonó suavemente en la sala, aliviando un poco la tensión que se había acumulado.

- Sé que somos alfas. Nuestro instinto nos provoca cometer actos que podrían herir a otros, especialmente ante la belleza de un omega varón. Comprendo que quieras acostarte con él, pero no lo fuerces. Si lo tratas con amabilidad, tal vez no ponga resistencia -dijo Namjoon, sus palabras cargadas de sabiduría y cautela.

-No la pondrá -respondió Taehyung con determinación. - Apenas llegue, le haré saber que soy su líder y que me debe obedecer y respetar. -Con un aire de seguridad, Taehyung se dejó caer en uno de los elegantes sillones de su hermano. Observó con cuidado la sala bien decorada antes de dirigirse al mueble de licor, donde escogió una botella de su preferencia. El líquido ámbar llenó el vaso, y Taehyung lo llevó a sus labios, degustando el sabor intenso mientras su mente se llenaba de pensamientos calculadores. -Tan solo quiero conocerlo y ya. - Dijo con una inocencia fingida, pero Namjoon alzó una ceja, riendo con incredulidad. Tenías que ser un estúpido para creer semejante calumnia.

-Ajá, te creo -se rió Namjoon, con un tono que mezclaba diversión y escepticismo-. Esta casa es tuya, Taehyung. Si me permites, tengo que ir a consolar a mi omega.

Namjoon se fue con una elegancia innata, su sonrisa aún en el rostro mientras se dirigía hacia la puerta. La risa de Taehyung se desvaneció en un suspiro profundo, su mirada fija en el vaso de licor que sostenía. Sabía que su hermano tenía razón, pero la lucha interna entre su instinto y su razón era una batalla constante y silenciosa.

Mientras Namjoon salía de la sala, Taehyung se quedó solo con sus pensamientos. La promesa de conocer al nuevo omega se cernía en su mente, una mezcla de curiosidad y deseo que no podía ignorar. Las imágenes del omega varón, con su fragilidad y belleza, despertaban en él una combinación de emociones: curiosidad y deseo.

Taehyung se acomodó en el sillón, dejando que el licor le calentara la garganta y calmara sus pensamientos lujuriosos. Sabía que el desafío de conquistar y entender al nuevo omega no sería fácil, pero en el fondo, esa dificultad solo hacía que el reto fuera aún más tentador.

- K A E D I

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro