08: Daft

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Capítulo Ocho  /  Loca

IVY MIRÓ CÓMO LA NIEVE EMPEZABA A CAER lentamente hacia el suelo. El invierno era una época que adoraba por muchas razones. El clima era increíble y le encantaban las festividades. La Navidad ocupaba un lugar especial en su corazón, desde la decoración de los árboles hasta la apertura de regalos, Ivy estaba emocionada todos los años por la temporada navideña. Cuando escuchó que no pasaría el día especial con los Weasley, sino en un baile aquí en Hogwarts... no estaba muy feliz. No tenía ni idea de cómo bailar, ni quería aprender. Por encima de todo, odiaba tener que aguantar a alguien durante el baile.

—¡Estoy tan emocionada por el baile! —Daisy vitoreó—. Mis primos me contaron sobre sus bailes en el mundo muggle, pero nunca pensé que iría a uno. Lo único que me preocupa es el baile, no soy muy buena en eso.

—Escuché a uno de los profesores decir que estaríamos tomando lecciones. —Harlow informó uniéndose a la conversación—. Nos separarán, los Gryffindors tomarán clases con los Ravenclaws, mientras que los Slytherins asistirán a clases con Hufflepuff.

—No los malditos Hufflepuffs, —Albus gimió—. Sin ofender, Daisy.

—Como si Slytherin fuera mejor. —Ella respondió mientras rodaba los ojos. A decir verdad, no tenía muchos amigos en su casa, pero aun así la defendía con orgullo.

—Hay un millón de cosas que prefiero hacer antes que ir a un baile. —Scorpius dijo jugando con su comida.

—Solo pregúntale a Rose. —dijo Ivy con una sonrisa—. Ambos se veían cómodos en el cuarto de las escobas. Estoy seguro de que ambos estarán bien en la pista de baile. —El grupo dejó escapar una fuerte carcajada que hizo que los estudiantes de los alrededores giraran la cabeza. Ivy no había podido guardar el secreto y le contó al grupo sobre su encuentro con la pareja.

—No actúes como si estuvieras emocionada por este baile, creo que todo el comedor escuchó tu gemido cuando la directora lo anunció. —Scorpius respondió.

—Sí, ¿por qué? —preguntó Albus con la boca llena de pollo—. Pensé que todas ustedes, chicas, estarían saltando de un lado a otro.

—No me malinterpreten, el baile suena fantástico y estoy un poco emocionada, pero el hecho de que tengamos que pasar la Navidad en Hogwarts me molesta. —Ivy terminó.

—Supongo que tienes un punto, al menos podemos ir a casa por una semana después del baile. —dijo Albus.

—¿Con quién planean ir? —Harlow cuestionó al grupo.

—Todos sabemos con quién asistirá Albus al baile. —dijo Scorpius.

—Oh, cierra la boca —Albus dijo enviándole una mirada.

—¿Le dijiste que sí al chico de Durmstrang, Ivy? _preguntó Daisy.

Ivy levantó la vista de su plato y miró a Daisy—. Pensé que habíamos acordado nunca hablar de lo que pasó.

El grupo miró hacia Ivy con una mirada inquisitiva. La última vez que un chico se le acercó a Ivy para pedirle que salieran, ella envió una maldición que lo obligó a pasar la noche en la enfermería. Según ella, se lo merecía, pero el grupo estaba demasiado asustado para cuestionar lo que había hecho.

—Bueno, eso no es justo. —Harlow se quejó—. Ahora quiero saber, Ivy, dime, te prometo que no me reiré. —Harlow dijo levantando su dedo meñique—. Pinky promise.

Ivy puso los ojos en blanco sabiendo que no escaparía del interrogatorio de Harlow—. Bueno, para empezar, no lo he maldecido. James y yo estábamos saliendo de los campos cuando un grupo de chicos de Durmstrang se dirigió hacia nosotros. Uno de ellos vino y preguntó si éramos pareja, y dije que no. Entonces él procedió a invitarme al baile. —Ivy dijo antes de continuar.

—Iba a decir que no, pero antes de que pudiera hacerlo, James pensó que sería una excelente idea avergonzarme. Me tiró un hechizo de cosquillas que me provocó una ola de risa. Lo envié al lago después, pero aún estoy debatiendo si matarlo. —Ivy dijo terminando su historia.

—Mátalo. —Albus y Scorpius dijeron al unísono.

Ivy se sentó en su dormitorio a estudiar para su próximo examen de Astrología. Frotó suavemente la espalda del gato blanco que estaba sentado en su regazo pacíficamente. Antes de irse de Hogwarts, su padre le había regalado un gatito que encontró en un refugio. Él le había dicho que la gatita tenía los mismos ojos azules brillantes que alguna vez tuvo su madre. Aunque Ivy amaba a sus amigos, amaba mucho más al felino.

Harlow se sentó en su cama, escuchando música, mientras estornudaba de vez en cuando. Tenía una leve alergia a los gatos, pero sabía que Ivy nunca se separaría del animal. Estaba convencida de que Ivy preferiría morir antes que separarse del gato.

—¿Iris volvió a dormir en mi cama? —Harlow cuestionó.

—No vayas a culpar a mi gato. —argumentó Ivy—. Es un amor, sabe que no debe ir a tu cama.

—Claro que lo es. —Harlow se quejó—. Voy a cambiar de tema antes de atacar a tu gato. ¿Qué está pasando con James?

Ivy cerró su libro mirando a su mejor amiga—. ¿Qué quieres decir?

—Bueno, ¿no te parece extraño cómo te avergonzó frente al grupo de chicos de Durmstrang? —Harlow respondió.

Ivy se burló—. James hará cualquier cosa para hacer de mi vida un infierno. Pensarías que sería más amable ya que me estoy tomando tiempo de mi día para ayudarlo.

—Aunque entiendo que tú y James tienen una relación tensa, ¿no crees que tiene que ver con algo más? —Harlow dijo esperando dar a entender a dónde iba la conversación.

Desafortunadamente, ella no tenía ni idea—. Harlow, estoy segura de que el único motivo que tiene James es arruinar mi vida, y eso es todo.

—Te juro que eres tan tonta a veces, ¿cómo te clasificaron en Ravenclaw? —Harlow bromeó.

—¡Oh, lárgate! —Ivy exclamó lanzando su almohada al otro lado de la habitación golpeando a Harlow en la cara. Ambas chicas estallaron en carcajadas, probablemente despertando a todos en los dormitorios de Ravenclaw.

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