🎐 : 2O

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El día siguiente, Hyunjin decidió no abrir la Biblioteca a petición de Seungmin para ayudarlo con su plan para que Changbin recuperara a Félix, y aunque él no se sentía del todo convencido, decidió hacerle caso al castaño, sin importar que todavía, Changbin no le agradaba.

Changbin, por su parte se encontraba demasiado nervioso, parado en el patio trasero de Félix frente a su ventana-o al menos eso era lo que esperaba-, vistiendo ropa ridícula que fue minuciosamente elegida por Seungmin, en su mano, un micrófono que estaba conectado a un mediocre sistema de karaoke que logró encontrar en su casa. Al principio, descartó completamente la idea de su mejor amigo, pero viendo la situación, cualquier cosa por obtener el perdón de Félix era una buena opción.

La noche anterior, Félix aceptó sus flores, sin embargo, no fue suficiente porque simplemente le agradeció y luego dijo que debía regresar a casa. Se sintió muy tonto, pero no podía quejarse, había arruinado todo, así que después de esa desilusión, se encaminó hasta la casa de Seungmin, lo dejaron pasar a su habitación a pesar de que él todavía no regresaba. Media hora después, Seungmin apareció con los globos que le había visto a Hyunjin anteriormente, sonriendo con ilusión; sonrió al verlo de esa manera, ver a Seungmin feliz era suficiente.

-Al menos, uno de los dos tuvo un buen resultado-dijo Changbin desde la cama del castaño, abrazando una almohada.

-Hyunjin es el mejor chico que he conocido-respondió, amarrando los globos en la cabecera de su cama sin dejar de sonreír.

-No estoy de acuerdo con eso, pero está bien, mientras no sea un idiota, está bien-suspiró, escondiendo su rostro entre las almohadas.

-¿Y tú? ¿Qué dijo Félix?-preguntó emocionado, quitándose los zapatos para tirarlos en algún punto de su habitación y subiéndose a la cama, abrazando sus piernas, viendo al mayor con atención.

Changbin levantó la mirada y soltó un sonoro suspiro.

-Solo me agradeció y se fue.

-Bueno, lo comprendo.

El mayor entrecerró los ojos hacia su mejor amigo e hizo un puchero involuntario. Sabía que lo merecía, pero eso no quitaba que se sintiera decepcionado.

-¿Ahora qué hago? Quizás no me perdone nunca.

-No seas negativo, solo debes ser persistente-lo animó-Y para tu suerte, tengo otra idea-sus ojos brillaron con emoción y su sonrisa se ensanchó, y ante los ojos de Changbin, parecía un loco.

-Conozco esa cara, Kim Seungmin, sé que significa que tienes una idea ridícula.

-¿Quieres mi ayuda o no?-se cruzó de brazos y frunció levemente el ceño.

-Bien, solo dila-accedió, tomando una mejor posición frente a él.

-Necesitaremos la ayuda de Hyunjin-Changbin frunció el ceño, confundido-Dime, Changbin, ¿todavía eres muy fan de Chayanne?

Muchas veces, Seungmin tenía ideas descabelladas, y esa, era una de ellas.

Changbin respiró hondo mientras escuchaba a Seungmin susurrarle a Hyunjin que ya debía estar listo, y cuando menos lo esperó, el sonido de la guitarra lo hizo sobresaltarse, siendo esa su señal para empezar con la canción que había preparado apenas la noche anterior.

-Mil y un historias me he inventado, para estar aquí, aquí a tu lado...-su voz salió temblorosa debido a los nervios, se giró hacia Seungmin y él solo levantó sus pulgares en señal de aprobación-Y no te das cuenta qué, yo no encuentro ya qué hacer...

Seungmin veía con ansias hacia la ventana, esperando a que alguien se asomara, deseando no haberse equivocado, porque sino, entonces Changbin estaba cantándole a alguien más.

-Sé que piensas que no he sido sincero, sé que piensas que no tengo remedio, ¿pero quién me iba a decir, que sin ti no sé vivir?

Hyunjin tenía muchas ganas de reírse, nunca se imaginó siendo parte de una serenata improvisada, pero cuando Seungmin se lo propuso, no pudo negarse, porque si bien, Changbin y él no eran cercanos de ninguna manera, sabía que Seungmin estaba preocupado por su mejor amigo y quería ayudarlo, y eso le parecía lindo de su parte.

-Y ahora queeeee, no estás aquí, me doy cuenta cuánta falta me haceeeees.

La ventana se abrió totalmente, asomándose por esta un hombre con el ceño fruncido, recién levantado y malhumorado, viéndolos con molestia.

Hyunjin detuvo la música y Changbin lo miró con pánico.

-¿¡Qué es todo ese ruido!? ¿¡Ustedes quiénes son y qué hacen en mi patio, mocosos!?

-Papá, déjalos-apareció Félix a un lado del hombre con su cabello desordenado y usando pijama-Yo los conozco, son amigos míos.

El señor Lee frunció el ceño y volvió a ver a los tres chicos en el patio.

-¡Tú, el greñudo, cantas horrible!-gritó antes de irse.

Changbin abrió la boca, sorprendido mientras escuchaba la risa de Hyunjin y Seungmin tras él, esta vez, bajo la atenta mirada de Félix quién también estaba riendo.

-¡Sigue!-animó Seungmin, dándole la señal para que retomara la canción. Hyunjin asintió y empezó a tocar de nuevo.

Seungmin sostuvo en alto el cartel que con mucha dedicación había hecho la noche anterior junto a Hyunjin en donde se leía "Félix, perdónalo, por fiiiiis 🥺", balanceándose sobre sus pies con el ritmo de la música.

Félix llevó su mano a su boca, sorprendido por todo eso.

-SI TE HE FALLADO TE PIDO PERDÓN DE LA ÚNICA FORMA QUE SÉ, ABRIENDO LAS PUERTAS DE MI CORAZÓN PARA CUANDO DECIDAS VOLVER-de un momento a otro, sintió la emoción del momento y siguió cantando:-ABRIENDO LAS PUERTAS DE MI CORAZÓN PARA CUANDO DECIDAS VOLVER...

Changbin siguió cantando hasta que la canción terminó, su corazón latiendo con fuerza y Félix sin dejar de sonreír desde la ventana. Para Félix, la situación era muy graciosa, podía escuchar a su padre quejarse desde el interior, pero no le importaba mucho, su emoción era más grande en ese momento.

-¡Ya bajo, pero ya no cantes!-gritó el pelirosa desde la ventana.

Changbin sonrió, había válido la pena avergonzarse un rato si con eso había avanzado aunque sea un poco con Félix.

Hyunjin acomodó la guitarra en su espalda mientras Seungmin enrollaba de nuevo el cartel para llevárselo, casi seguro de que su idea había logrado algo, se sentía orgulloso.

-Vámonos-dijo Hyunjin cuando llegó a su lado, viéndolo fruncir el ceño.

-Yo quiero escuchar que le dice-se negó, viendo a Félix salir por la puerta trasera.

-Eres un chismoso-rió Hyunjin.

Viendo que Seungmin no quería moverse, tomó su mano sin preguntarle y entrelazó sus dedos, obteniendo su completa atención.

-Vamos al parque-le dijo con suavidad, a lo que Seungmin asintió sin dudarlo con sus mejillas sonrojadas.

Hyunjin sonrió satisfecho y empezó a caminar con Seungmin a su lado, sintiendo el cosquilleo en sus manos juntas por primera vez.

Cuando llegaron al parque, sus manos se soltaron hasta que se sentaron en una de las bancas, Seungmin muy concentrado en su algodón de azúcar rosa y Hyunjin sin dejar de mirarlo.

A Hyunjin le gustaba Seungmin, era un hecho, pero ¿por qué le estaba llevando tanto tiempo decírselo? Quizás tenía miedo, quería confesarle sus sentimientos, pero no sólo así como así, Seungmin era un chico demasiado especial y particular como para simplemente decírselo, estaba consciente de ello, y ese hecho lo ponía nervioso porque no sabía cómo hacerlo, él nunca estuvo en esa situación y se sentía un poco perdido, pero estaba seguro de que no quería solo asumir que estaban en algo debido a que sus sentimientos eran mutuos y de que estaba seguro de que le diría que si.

Seungmin merecía más que una relación asumida, Seungmin merecía que le hicieran la pregunta a pesar de saber la respuesta.

-Hey, Seungmin-lo llamó, obteniendo su atención.

-¿Si?-siguió comiendo de su algodón de azúcar sin dejar de verlo.

-¿Quieres que te cante una canción?

-¿Aquí, frente a las personas?-trató de aguantar la emoción, pero sus ojos llenos de ilusión siempre lo delataban.

En otra ocasión, Hyunjin se hubiera negado o simplemente no se hubiera ofrecido debido a que no le gustaba la atención de las personas, le daba un poco de vergüenza hacer ese tipo de cosas en público, pero conociendo a Seungmin, de seguro estaba esperando por algo así.

-Si, aquí, frente a las personas-asintió, riendo levemente por su emoción.

-¡Si quiero!-asintió repetidas veces, sentándose en la banca a modo de quedar frente a Hyunjin.

Hyunjin volvió a sonreír y acomodó la guitarra en sus piernas, y sin apartar la mirada de la de Seungmin, empezó a tocar, ignorando la mirada de las personas que pasaban a su lado y los miraban con curiosidad y ternura.

Estaba haciendo cosas que nunca creyó que haría por alguien, y eso era suficiente para saber que Seungmin lo había flechado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro