Claustrofobia | JinLia

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"—Soy claustrofóbica".

"—¿Le tienes miedo a Santa Claus?"

Original: kttyongie

El mundo de Lia se vino abajo al momento de que su mejor amiga la encerró en el closet con su esposa porque 'tenían que tener un momento privado'. Idiota, sólo se estaban besando... aunque bueno, la mayor estaba en el regazo de Ryujin, y las manos de la menor se aventuraban por debajo de su camisa... tal vez exageraron un poco con sus besos, pero ¡blah!, si sus amigos no querían ir a ese aniversario no tuvieron que ir.

Aún, estar encerrada en ese closet no era una buena idea, ya que, Lia era claustrofóbica, y nunca lo había afrontado directamente.

El aire se le iba fácilmente, y sentía las frías gotas de sudor en su nuca. Sus manos sudaban con facilidad, y comenzó a respirar con pesadez, quería morir, pero al mismo tiempo quería seguir viviendo. Su pecho comenzó a bajar y a subir de manera exagerada, y con la mano en su corazón, Lia comenzó a cerrar sus ojos. Oh oh, iba a morir.

¿Pero, y su esposa?

Ella estaba justo terminando de masticar una galleta que sabrá Dios de dónde la saco, y tenía su mirada perdida. No hacía nada al respecto con el estado de la mayor, ¿No sería algo normal preguntarle a tu esposa con la que llevas dos años casada QUÉ RAYOS LE PASABA? Tal vez para Ryujin no.

Lia le pego en el hombro, y Ryujin la miro con el ceño fruncido, sacando otra galleta de su bolsillo, y una mirada confusa. Genial. Su mano volvió a parar en el hombro de la menor, y ella se quejó del dolor, gritando y saltando.

—¿Qué rayos te pasa? —el rostro de confusión de Ryujin junto con sus mejillas llenas de comida hicieron que la furia de Lia aumentara más, y volvió a golpear, pero, ahora le faltaba aire—. ¿Amor, qué pasa?

Los fuertes brazos de Ryujin quisieron abrazar por la cintura a Lia, pero esta la empujó. Los ojos color chocolate que tanto le gustaban a la mayor comenzaron a gotear, y Lia sintió su corazón romperse.

—Perdón, soy claustrofóbica.

Choi evitó la rota mirada de su esposa, y ella alzó sus labios en una sonrisa divertida.

—¿Por qué le tienes miedo a Santa Claus? —la mayor volteo a la pared, y se golpeó varias veces su frente sin sentido alguno. Estaba encerrada con una idiota, estaba sudando exageradamente y ahora, tenía a una rubia susurrándole 'ho ho' en su oído. Vaya estúpido día—. ¿Te da miedo si le hago 'ho ho ho'?

Con sus dedos imitaba una barba, e inflo sus mejillas junto con su barriga, y comenzó a dar vueltas alrededor de Lia, soltando carcajadas. Pero para la mayor no era una situación muy divertida.

Sentía como las paredes se cerraban cada vez más, cerró sus ojos, y se tapó los oídos. La iban a aplastar. Iba a morir. No podía respirar. Recordó aquel día donde se quedó atrapada en un elevador. Siempre supo que tenía que tomar las escaleras y no esa caja metálica. Nunca le aspiraron confianza. La sensación de quedarse sin aire la atormentaba, cada vez que podía, y sus manos sudaban, demasiado. Esa sensación de sentirse pequeño, sentirse tonto por una fobia, sentir ese miedo de no ser alguien normal, alguien que fácilmente puede tomar los elevadores, o incluso darse el beso soñado en un closet. Tomarse fotos en una cabina, o simplemente hacer una llamada. Se sentía estúpida. Quería llorar, oh dios, iba a llorar. Sus últimos minutos de vida los estaba pasando con una imitación barata de Santa, y las lágrimas comenzaron a brotar, junto con los sollozos.

Dejó de escuchar a ese estúpido Santa que la hacía suspirar, y después sintió unos fuertes brazos aferrarse a su cintura y una barbilla en su cabeza. Ryujin la estaba abrazando.

—Amor, sé que puede ser difícil para ti, soy una idiota, perdón por burlarme, pero quería hacer algo divertida esta situación —un beso en su coronilla, y sus dedos acariciando su hombro—. Siempre te apoyare pase lo que pase, puedes matar a alguien y yo enterrare ese cuerpo porque tú no puedes cargar ni a Chaeryeong, yo me culparía por ti, estafare a los policías, robaría un banco por ti, comería cebolla por ti, ¿Sabes? ¡Dejaría de comer pringles por ti —Lia no decía nada ante la situación, y solo se pudo aferrar a los brazos de su esposa—. Te apoyare en todo momento, te ayudare a enfrentar este estúpido miedo.

Volvió a besar la coronilla de su enojona esposa, y sintió como esos delgados brazos que siempre la golpeaban se aferraban más a su cuerpo.

—Gracias, idiota.

La menor se separó de Lia, y esta la miro, viendo como la menor analizaba todo ese rostro, unos labios calientes pasaron en su nariz, en sus párpados, limpiando sus lágrimas, en sus mejillas. Besó todo su rostro, y Lia rio por todas esas cosquillas.

—¿Quieres golpearme? —preguntó con una sonrisa—. Normalmente te alegras después de-

La menor fue callada por un beso, un beso tierno. Sus labios volvieron a moverse lentamente, haciendo que una de sus manos pararan en su cintura y otra en su mejilla. Se separaron, y la mayor vio como Ryujin tenía los ojos cerrados después de su beso. Siempre parecía el primero.

—Solo cállate y no vuelvas a imitar a Santa Claus.

La mayor advirtió, apuntando con su dedo a la menor, y esta volvió a alzar una sonrisa.

—¡Ho ho ho, Feliz Navi-

Volvió a ser interrumpida, pero ahora no tan románticamente. Un puño impacto en su estómago, ahora era Ryujin la que se quedaba sin aire. Agarro la zona afectada, y tropezó de espalda, alarmando a Lia por su falta de aire. La menor hacia un intento de llorar-reír, y la mayor comenzó a reír.

—¡Yeji, sácanos de aquí, mi idiota se puede morir! —gritó cuando acabo de reír, y volvió a agarrar aire—, ¡y trae una cámara!

Lia soltaba carcajadas fuertes, hasta que sintió unas manos empujarla al suelo, y Shin acurrucándola en su pecho, haciendo que Lia se aferrara como tal almohada, cruzando su pierna y poniendo su mano en la cintura de la menor. Subió hasta encontrarse con el rostro de su esposa, y juntaron sus frentes, casi haciendo que sus narices rozaran.

—Idiota.

Lia alcanzo los labios de Ryujin.

—Tu idiota —Ryujin agarro la mano de la castaña, poniéndola sobre su pecho.

Eran una claustrofóbica y una idiota.

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