Besos enemigos

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La mirada obsidiana trazó un lento camino, apreciando los pies sumergidos bajo las sabanas delineándose tan estéticos y perfectos aún bajo la tela blanca, ascendió hacia las rodillas dobladas ligeramente y subió aún más hacia los muslos que se apreciaban claramente ya que hasta ahí llegaba la inmaculada sábana que los había protegido por la madrugada.

Con calma total se permitió detallar en la cadera ajena que yacía protegida por la tela de una camisa larga de algodón, prenda que Shen Jiu se había colocado después de haberse entregado a Binghe en alma; ascendió aún más hacia el norte detallando los brazos delgados que se enroscaban entre sí creando un área de descanso para el bonito rostro dormido.

Luo Binghe se permitió tocar apenas con las puntas de sus dedos el rostro lastimado que yacía relajado, había sido demasiado brusco, sin embargo estaba feliz consigo mismo por no haber llegado a un extremo mortal para con el pelinegro. Imaginar que él sería el asesino de su novio le causaba escalofríos terribles.

Volviendo a la realidad, alejó la mano para deslizarla por el cuello que presentaba ya los moratones que sus dedos habían causado al haberlo estrujado con bestial fuerza, bajó hacia el sur por su cuello delineando con suavidad la columna cubierta, sintió un cambio en la respiración ajena y pronto bajó la mirada para ver a Shen Jiu quien le observaba lleno de miedo.

—Qing...

—No me toques —susurró asustado parpadeando un par de veces antes de espabilar; se alejó lentamente del cuerpo ajeno e hizo ovillo cubriendo con la sábana todo su cuerpo—, me da asco.

—¿Te da asco el tacto? —Preguntó suavemente.

—Me da asco mi cuerpo, es repugnante. —Sintiéndose indefenso, le otorgó a Binghe una mirada que descifró en automático como sufrimiento. Ignoró su mirada y se concentró en buscar alternativas para huir de ahí.

—Me gusta tu cuerpo. —Sinceró.

—Lo dices porque la primera vez solo viste mi ropa, la segunda estábamos a oscuras, ahora no puedo permitirme más, me doy asco. —Qingqiu se abrazó a si mismo con fuerza.

Binghe retuvo un suspiro, se acostó de nueva cuenta y jaló con suavidad el cuerpo contrario para colocar la cabeza de su novio sobre su pecho, dando apenas suaves caricias contra sus hebras oscuras.

—¿Sabes? Has visto también las cicatrices que tengo en la espalda, las notaste cuando fuimos a bucear, incluso me atrevo a decir que te generó curiosidad saber cómo me las hice ¿cierto?

—Un poco. —Musitó avergonzado de saberse descubierto.

—A ambos nos une la edad en la que cambiamos; tenía quince años cuando mis padres fueron asesinados, contrario a ti yo soy de Wujin, la guerra se desató y cuando huíamos hacia Shenwan uno de los tantos soldados les disparó por la espalda, su muerte fue instantánea —tomó una bocanada de aire, Shen apenas y se movió ya que se mantuvo firme a la espera de más—, sus cuerpos cayeron sobre mí y gracias a ello sobreviví a los impactos de bala, todo era caos.

Los brazos delgados se movieron lentamente hacia la cintura de Binghe para darle un suave apretón, algo que maravilló al alto puesto que demostraba que Shen Jiu no era frívolo como se auto denominaba.

—Me arrastré hasta conseguir refugio pero no lo encontré, solo había cadáveres, sonidos mezclados de gritos, disparos y gemidos, habían incluso lanzado granadas que lograron ensordecerme por varios segundos; mientras todos peleaban yo solo podía pensar en sobrevivir, tenía que hacerlo por mis padres, vivir la vida que a ellos les hubiese gustado que viviera, salir adelante para que sus muertes no fuesen en vano, tan solo deseaba sobrevivir para enorgullecerlos desde el cielo y fue eso mismo lo que me impulsó a tomar un rifle y apuntar al primer soldado que estaba por atacarme.

—¿Lo mataste?

—Sí —respondió no muy orgulloso—, era mi vida o la suya, tan solo quería paz y fue por eso que disparé sin sentirme mal por hacerlo, después de ello un soldado me rescató y llevó a su guarida donde me auxiliaron, ahí pidieron a Jieshu refugio para mí y claro que aceptaron con la condición de entrar al ejército para servir al país ya que ese soldado les contó lo que yo había hecho con el fusil.

—¿Desde ahí entraste al ejército?

—No tenía muchas opciones, además de que deseaba vengar a mis padres —suspiró pesado cesando un segundo las caricias contra las suaves hebras—, la espina de dolor se transformó en algo oscuro en mis días de entrenamiento, cada madrugada acababa molido pero con esa satisfacción de que me volvía más fuerte para enfrentarme a aquellos que acabaron con vidas inocentes me mantenía positivo sobre mí mismo.

—¿Cuánto tiempo te llevó ese entrenamiento?

—Dos años de entrenamiento básico, era un simple soldado raso, mi objetivo comenzó a esclarecer cuando estando dentro del ejercito descubrí que había más especialidades, algunas eran muy fáciles tales como la administración o la investigación y desarrollo de ciertas armas o fuerzas enemigas; yo no deseaba eso, comencé a ser codicioso.

—¿Qué deseabas?

—Ser Seal...

—¿Qué? —Shen Jiu no ocultó el asombro, se incorporó quedando sentado sobre la cama, observó a Binghe y parpadeó atónito.

—¿Tiene algo de malo?

—¿Llegaste a ser Seal? —Cuestionó con cierto temor.

—Sí.

—¡Pude haber muerto! —La noticia de aquello le hizo pasar las manos por sus cabellos de manera tensa.

—¿Conoces sobre esto?

—Solo un poco, los Seal pertenecen aquí a Jieshu, tienen el rango de entrenamiento similar a los mejores soldados de Huayue, la diferencia es que ustedes usan arte marcial y son muy letales inclusive con los puños.

—¿Cómo sabes de ello? —Binghe ladeó el cuerpo con sumo interés.

—Tenemos ex militares como agentes encubierto, o viceversa, toman un curso demasiado intensivo de cuatro años para lograr el rango, demasiado mortífero a mi parecer; se les conoce por ser asesinos silenciosos cuando están en misiones.

—¿Tú perteneciste a ellos?

—No —Shen Jiu sonrió mostrando un ligero sonrojo que Binghe tomó como algo encantador—, no soy fuerte en absoluto, mi mente no es de acero, me rompería al primer obstáculo; ¿Cómo lograste concretar el entrenamiento? —Volvió a acostarse buscando el calor corporal; Binghe le abrazó sintiendo que el pelinegro tenía sus momentos de guardia baja que debía aprovechar bien.

—Fuerza de voluntad, el pensar en mis padres me hacían mantenerme firme, sin embargo antes de pertenecer a ese nivel hice una idiotez que marcó mi espalda, me aplicaron solo tortura física aunque no fue nada mortal, aquellos hombres que atrapé contrabandeando gente resultaron unos inútiles y sus cuchillos en lugar de matarme solo me hicieron largas heridas en la espalda y abdomen.

—¿Cómo pasó? ¿Ibas solo?

—Me cegó la venganza, fui un ser solitario que buscaba misiones prácticamente suicidas, buscaba por mar y tierra a los traficantes de personas, la vida en Wujin es difícil y si logras salir corres el riesgo de ser atrapado por algún aprovechado que trafica contigo ya sea por tus órganos o como esclavo sexual; por ende me empeñé en buscar a gente de ese tipo ya que me recordó mi posible futuro si no huía del país, tuve suerte de ser encontrado por gente buena, otros no tienen lo mismo.

Shen Jiu detalló el rostro ajeno, tan sereno y con toques de nostalgia por el recuerdo, Binghe a su lado era alguien demasiado tranquilo con su pasado, le causaba envidia que pudiese hablar sin llorar o sin tener la misma sensación emocional que al inicio, lo admiraba en ratos y lo detestaba en otros.

—En una de las tantas misiones, caí en la trampa de los traficantes, estos engañaban a las personas alegando que las sacarían del país para darles asilo en Shenwan, la desesperación es tal que aceptas sin pensar, así que mientras investigaba eso fui atrapado y como tal sometido.

—¿Fueron muy crueles? —Hizo un corto mohín que Binghe besó fugazmente.

—No realmente, tal vez era ya mi mente calculadora o el hecho de sentirme fuerte que cuando cortaron la piel de mi espalda con los navajazos en lugar de gritar me puse a reír.

Shen Jiu abrió un segundo los ojos, Binghe sí que era alguien extraño pero intrigante.

—Cuando se dieron por vencidos al no lograr sacarme información se propusieron el asesinarme, sin embargo no se concretó ya que quien ahora es mi mejor amigo logró rescatarme a tiempo.

—¿Mobei?

—Sí. —Por un momento acudió a Luo el recuerdo de su mejor amigo, el haberlo despedido de la misión días antes y el haber cortado comunicación con él por sentirse frustrado.

—¿Y luego?

—Mis heridas cicatrizaron, los traficantes murieron ejecutados, la gente fue liberada y yo seguí con mi entrenamiento, ahí fue cuando ingresé a ser un Seal.

—¿De ahí te volviste tirador?

—Sí aunque me di de baja de ese grupo, me decanté por ingresar nuevamente al centro militar tomando el rango de sargento tirador teniendo una tropa al mando; dejé mi pasado Seal para volver a la normalidad de un sargento que no sale de misiones.

—No puedo creer que me haya enfrentado a un ex Seal —volvió a retomar el tema, admitiendo cuan valiente había sido sin saberlo—, fácilmente me podías haber roto el cuello o quebrado la columna.

—Quise pero debo admitir que también tienes tus mañas, no eres fuerte pero si ágil aunque lastimé tu cuerpo y eso ya no me gusta, prometí no hacerte daño y mira lo que causé. —Suspiró tocando apenas los costados de las mejillas.

—A nosotros se nos enseña lo básico para pelear, dado que somos solo agentes no tenemos la necesidad de recurrir a la violencia.

—Me siento engañado por las películas de James Bond o la Agente Salt —sonrió causando que Shen Jiu imitara el gesto— ¿cómo es que puedes cargar con tantas armas?

—Eso es demasiado dramático, ser espía o agente no es símbolo de lucha, nosotros somos algo así como vendedores, con el objetivo de que nos compren la historia inventada a cambio de la información necesario y bueno, últimamente he recurrido a las armas por estar protegiendo a Qingyuan.

—¿Qué pasará con él ahora? —La sonrisa pasó a ser una línea recta en sus labios.

—No lo sé Binghe —bajó la vista evitando la mirada ajena, él mismo se lo cuestionaba a cada momento—, eres el enemigo ya te lo dije, debe ganar la candidatura, es necesario eso para mandar a la cárcel a Lao Gongzhu, la muerte de gente que fue callada por una bala o un empujón merece ser pagada.

Binghe frunció el ceño, mantuvo abrazado a Shen Jiu pero por su mente pasaban varios pensamientos, entre ellos el principal que era el ser enemigos, aun cuando el adverso le había revelado un poco de su pasado, seguían siendo extraños que se habían unido más por lo acontecido.

—No puedo dejar vivo a Yue Qingyuan.

—No puedo permitir que acabes con su vida.

Shen Jiu se separó, tomó asiento y de su cajón extrajo una minúscula jeringa similar a las que eran de insulina, la mostró a Binghe sosteniéndola firmemente entre sus dedos.

—Anoche, antes de saber quién eras, pensé en inyectarle esto al francotirador —movió la jeringa lentamente—, es ricina, un veneno que te revienta los órganos causando una hemorragia interna, tuve en mente el interrogar al culpable mientras se moría lentamente a causa del proceso.

Binghe observó atento la jeringa antes de tomarla entre los dedos ajenos.

—¿Serías capaz de matarme?

—No pude hacerlo, descubrir quién eras me cegó, me dejé golpear con el propósito de enfrentarte aquí, desconociendo por completo tu pasado en el ejército, sin embargo no quiero hacerlo por lo que te pido que renuncies a esta misión.

—¡Soy un sargento!

—¡Y yo un agente encubierto! ¡Tengo un deber y obligación como tú, no pienso desistir y aún si decides seguir entonces seré yo quien se interponga entre la bala y él!

—¿Por qué carajos quieres hacer eso? —Binghe se levantó frustrado haciendo que Shen Jiu retrocediera al instante, alerta a un posible ataque.

—¡Ya te lo dije, es mi deber!

—¡Algo más debe haber para que protejas exageradamente a ese candidato! —Alzó la voz exponiendo sus celos, mismos que se apreciaban gracias a su ruda voz impuesta.

—Sí lo hay y te diré que es algo muy fácil y profundo para mí; Lealtad. —Alzó el mentón en señal de orgullo, enfrentándose a Binghe quien le miraba con el ceño fruncido— ¿Volveremos a ser enemigos?

—¡No quiero eso! —Soltó un bufido bajando la guardia, se acercó al joven y tomó su rostro entre sus manos dándole un suave beso a sus labios lastimados— ¡Te necesito en mi vida, no podría dañarte más de lo que ya hice! ¡No me perdono el haberte golpeado!

—No sabías quien era yo, ahora es diferente, no puedo dejarlo morir.

—¿Por qué Qingqiu?

—Porque así como yo, él no es un traidor y hay vidas en riesgo a causa de esto.

—¿Quién?

—Su pareja.

—¡No me importan! ¡No quiero que terminemos separados!

Shen Jiu empujó suavemente por el pecho a Binghe, se separó lo suficiente como para inspirar hondo intentando asimilar lo que escuchaba, finalmente decidió cambiar la situación para intentar persuadirlo.

—¿Qué pasaría si los papeles se invirtieran y nosotros seríamos los acechados?

—¡Que me maten y ya!

—¿Qué sería si la bala la recibo yo? ¿Y si muero sin ver tu sacrificio volverse triunfo? —Le apuntó con el dedo— ¿Qué harías si lo que tú provocaste termina matándome a mí por un jefe corrupto que sabe la verdad y encubre a una escoria llamada Lao Gongzhu?

—Yo...

—¿Tan siquiera sabes por qué ese bastardo quiere muerto a Yue Qingyuan?

—Sé que él tiene evidencia.

—Él no la tiene —le espetó causando que Binghe arqueara una ceja totalmente curioso—, mi trabajo se complicó cuando tomé prestada la evidencia, soy yo quien tiene todo, a mí es a quien debes matar, no a él.

—¿Qué?

—Lo que oyes Binghe, haré todo lo posible para llevar a Qingyuan a la gubernatura, así me cueste la vida lo haré con tal de que logre demostrar que aquí el cínico e hipócrita es Lao Gongzhu.

Binghe abrió la boca y se acercó de nuevo a Qingqiu para sujetarlo por los hombros con suavidad antes de atraerlo hacia su pecho abrazándolo tanto como pudo.

—No te puedo perder, esto no nos corresponde a nosotros. —Murmuró cerrando los ojos.

—Lo es Binghe, nos corresponde desde que te contrataron a ti y decidí proteger a quien debía sacar información, no me detendré, sé que tú tampoco lo harás porque estás obligado a hacerlo, de cualquier manera en la que busquemos salida, es lo mismo, no podemos estar juntos, somos enemigos.

—No Qingqiu, no me pidas eso —Binghe bajó el rostro besando suavemente la frente, la nariz, el mentón y cada mejilla lastimada antes de unir su boca a la ajena—, te amo tan prematura y puramente que es lo único que me hace sentir humano.

Shen Jiu alzó las manos colocándolas en los pómulos estilizados, deslizando los dígitos por la piel que pese a no ser de extrema suavidad le hacían sentir confortable, aquellas caricias se deslizaron hacia su cuello donde las mantuvo un par de segundo antes de dejarlas descansar tras la nuca contraria siendo entrelazadas.

—No puedo renunciar a mi labor —suspiró sintiendo un nudo estomacal asimilando que estaba por ocurrirle una pequeña crisis nerviosa al sentirse acorralado—, lo siento Binghe pero no hay un futuro para nosotros.

Lentamente se fue separando antes de girar sobre sus talones para buscar su cambio de ropa, estaba por llegar demasiado tarde a casa de Yue Qingqyuan, tomaría un par de analgésicos para mitigar el dolor por los golpes y de nuevo reluciría la personalidad de Xiao Jiu.

Pero incluso antes de poder hacer cualquier cosa, sintió las manos de Binghe enredarse en su cintura para apresarlo con firmeza y después girarlo quedando de nuevo frente a frente.

—No somos enemigos, no pienso perderte ni tampoco renunciaré a ti tan fácilmente. —Y lo besó.

Qingqiu correspondió el beso, pasional y entregado, posó las manos en su pecho para abrir las palmas y extender los dedos por la piel firme que yacía desnuda, colocó un pie atrás e hizo fuerza suficiente apoyándose así para empujar a su novio quien soltó un gruñido por la interrupción.

—Somos enemigos, te guste o no —tras haberlo alejado, se giró de nueva cuenta y abrió su armario para extraer una percha con su traje del día, asignado desde una semana antes.

Binghe se aproximó a él sin darle tiempo de escapar, lo volvió a tomar por la cintura y sin esfuerzo alguno lo lanzó a la cama, causando que el traje saliera volando y Qingqiu quedara un poco aturdido.

— ¡Luo Binghe!

El nombrado sonrió acercándose a él, apoyó las rodillas sobre la cama y lo acorraló con sus brazos, observó a Shen Jiu quien mantenía el ceño fruncido y hacía el intento de escapar, más no lo lograba.

—Puede que seamos enemigos, pero también eres mi novio, ayer me arrojaste el anillo y hoy te digo que no me importa quien seas ya que te amo con premura pero con la fuerza suficiente como para decirte que aquí y ahora dentro de esta habitación somos dos amantes que tienen una riña innecesaria. —Sujetó las dos manos ajenas uniéndolas por una de sus propias manos y las alzó a la altura de la cabeza ajena, aplicando la fuerza necesaria para dominarlo— ¿Acaso no sabes que no es buena idea que dos novios vayan a trabajar de malas?

Qingqiu intentó patalear pero las rodillas de Binghe se cerraron contra sus muslos logrando apretarlos lo suficiente como para evitar todo tipo de movimiento; ahora sí era seguro de que el francotirador estaba usando su fuerza para someterlo y eso extrañamente le gustaba.

—¿Quién me somete ahora? ¿Mi novio o enemigo?

—Tu novio —sonrió satisfecho al ver respuesta en el cuerpo ajeno, se acercó a sus labios y le besó parsimoniosamente decantándose con la textura de los labios resecos—, así que como tu novio te haré el amor, como tu enemigo solo tendremos sexo.

—¿Te han dicho que eres un tanto romántico? —Shen Jiu sonrió.

—Solo Mobei, harto de escucharme hablar sobre ti —liberó el cuerpo ajeno para apoyar sus codos sobre la cama, de esta forma logró girar llevándose al ajeno consigo haciéndolo caer sobre su cuerpo— ¿te he dicho lo hermoso que eres?

—Siempre —Shen Jiu se sentó a horcajadas, las manos fuertes se sujetaron por los bordes de su camisa solo jugueteando un poco; la tensión llegó de golpe al no querer ser desnudado—, no lo hagas por favor, me doy asco.

—Es un concepto muy cruel el tuyo, eres hermoso Qingqiu, cada herida, cicatriz, golpe que has recibido fueron injustos, seré yo quien te sane.

El nombrado suspiró, se negaba a exponerse, se sentía humillado aun cuando Binghe no mostrara signos de burla, lentamente y con las manos temblorosas, se fue subiendo la camisa de dormir dejando al descubierto un poco de su abdomen, el más alto tiró con suavidad de la prenda hasta despojarlo de esta, lanzándola al suelo. Al verse desnudo, lo primero que hizo el agente secreto fue abrazarse a sí mismo cubriendo las marcas en sus costillas.

—¿Qué te hace pensar que me burlaré de tu cuerpo? —Binghe acarició lentamente su espalda recorriendo los costados evitando la columna— ¿Quién te ha roto para hacerte sentir menor?

—Nadie ajeno, fui yo mismo quien se rompió al ver el denigrante estado en el que quedó, hubiera preferido morir. —Maldijo en voz baja, Binghe negó y sujetó su rostro.

—Demasiado puro e inocente, ante los demás puedes comportarte como un experto, un descorazonado pero conmigo déjame ver tu alma y descubrir tus miedos —observó el único tatuaje de tinta negra en el interior de su antebrazo y sonrió con empatía. Sabía lo que significaba por lo que se animó a preguntar— ¿la inocencia perdida fue por tus padres?

—Sí —admitió observando el tatuaje de la hermosa rosa negra—, después de que mis heridas cicatrizaran me negué a exponer mi cuerpo, mis encuentros casuales eran justo como lo que tuvimos ayer en tu casa —Binghe no cambió su expresión ya que ahora lo comprendía—, no he permitido que vean más.

—Hasta ahora.

—Tengo miedo —musitó bajando el rostro—, miedo de que me odies por no ser perfecto, por no poder lucir un cuerpo libre de marcas.

—Eres perfecto a tu manera, eres la pureza aún con tu pasado, eres la ternura pese a tu profesión, eres todo y más de lo que piensas Qingqiu.

—¿Te enamorarías de alguien como yo? —Al alzar el rostro, su mirada clara se fusionó con la obsidiana, Binghe sonrió y asintió abrazándole para hacerle girar.

—Eres quien merece ser protegido, ser amado y querido, eres con quien quiero construir un futuro amoroso dejando atrás el pasado tormentoso, quiero ser en tu vida esa persona que vuelva a unirte para hacerte saber que con eso que llamas imperfección para mí no es nada más que símbolo de que eres hermosamente humano y hecho para mí.

Qingqiu sintió sus ojos cristalizarse, más no lloró ya que asoció aquel acto con dolor y era todo lo contrario a lo que sentía en ese momento, sus brazos se abrazaron con sosiego al cuello ajeno, pronto fueron sus palmas las que se aplanaron contra la nuca contraria para empujarlo suavemente hacia abajo, donde sus labios se unieron suavemente, invitándolos a danzar en aquella palabra llamada amor que pese a ser precipitado, estaba demasiado cargado en ambos al ser almas solitarias destinadas a encontrarse para no soltarse.

El agente dejó atrás parte de sus miedos cuando vio en Binghe el amor a su cuerpo que le profesaba mientras caricias y castos besos, inclusive se olvidó de llegar a casa de Qingyuan para darle un reporte bien y empezar el plan de victoria a la gubernatura; todo se redujo a simplemente ellos.

La habitación se cargó de éxtasis, creando un espacio etéreo para el amor que se profesaban, todo se desenvolvió lento, pausado y con calma, ambos disfrutaron de conocer bien sus cuerpos, de entregarse al amor con toques de pasión, exploraron cada recóndito espacio de sus cuerpos y finalmente cuando se vieron satisfechos por ese día, se abrazaron olvidando lo que eran externamente, para ellos aquel momento era tan íntimo y especial que tan solo se volvieron dos humanos enamorados.

Besos enemigos que no eran más que reales, ahora en cada uno quedaba el desertar y abandonar la misión o seguir adelante y perder ese amor.



-----

Ya nadamás 30 capítulos y se acaba esto, ah... ya lo quiero acabar, ya me cansó adaptar mi propia historia XD



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro