CAPÍTULO XXII

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Louis y Harry prácticamente corrían rumbo a la habitación del príncipe, estaban cruzando el castillo con toda la velocidad que sus piernas les permitían. El castaño estaba shockeado, no entendía lo que el príncipe le había dicho y tenía que verlo con sus propios ojos.

El rizado tampoco comprendía la reacción del mosquetero, ya que luego de explicarle a detalle lo que había leído en su ficha, le pidió de favor que se las mostrara con urgencia... obviamente accedió.

Ahora se encontraban ahí, llegando con unas cuantas gotas de sudor cayendo por sus frentes a la estancia, implorando que Niall se encontrara ahí dentro.

Afortunadamente, cuando aparecieron, vieron al rubio jugando ajedrez con Zayn, ambos muy concentrados al parecer.

"¡Niall!" El grito de Harry asustó a su mejor amigo, y con el sobresalto, golpeó el tablero con su mano, derribando todas las piezas sobre este.

"No te lo creo, yo iba a ganar..." Susurró Zayn, viendo su victoria ser arrebatada.

"¿Qué sucede? ¿Qué les pasó?" El consejero se aterró ante los rostros de ambos muchachos.

"Ni, Louis necesita que le muestres las fichas." Pidió el príncipe, intentando regularizar su respiración. "¿Las tienes aún?"

"Si, están en mi habitación."

"Traelas, por favor." Rogó ahora el ojiazul, mientras quitaba los guantes de sus manos. "Es importante."

Niall miró a Harry, movió la cabeza, afirmando y mejor prefirió dejar las preguntas para después. Con el corazón en la mano, abandonó el lugar para ir por lo que le habían solicitado.

La mente de Zayn no procesó tan pronto, se levantó de su asiento, acercándose a su amigo y al príncipe.

"¿De qué fichas hablan?"

Louis infló sus mejillas y abrió sus ojos un poquito más de lo común, en seña a Zayn para que este no preguntara más y le siguiera el juego en caso de ser necesario. El castaño también tenía que ver que estaba ocurriendo porque no estaba en su radar comprometerse con su cargo.

"Sus expedientes, los que firma Kéven para permitirles la incorporación a los mosqueteros." El ojiverde respondió, sin notar la comunicación no verbal de Zayn y Louis. "Niall los pidió para revisarlos y creo que hay una inconsistencia en el de Lou."

El pelinegro escuchó con atención, y enarcó una ceja al final, cuando la palabra "Lou", salió de los labios del príncipe.

El castaño se sonrojó, y estuvo a nada de golpear a su amigo. Justo en medio del rostro. No era el momento.

Después de un corto tiempo más, Niall regresó, con los papeles requeridos en su mano. Los tres muchachos caminaban con impaciencia dentro de la estancia, parecían niños desesperados moviéndose de un lado a otro.

"Aquí están Harold." El rubio le hizo entrega de los papeles, y el príncipe los recibió.

Niall comenzó a morderse las uñas, tenía muchas preguntas volando por su cabeza, buscando respuestas que quizá tardarían más de lo planeado en llegar.

Louis se colocó a un costado de Harry, y pasó una mano por su cintura para poder acercarse más a ver las hojas. Fue por inercia y ninguno había notado la diminuta sonrisa que los otros dos presentes habían hecho tras tal acto.

"Aquí, mira." El dedo del menor, se movió sobre la línea escrita con tinta. "Lee esto." Luego de pasar varias hojas, llegaron a la que buscaban, dónde estaba aquel párrafo que erizó la piel de Louis cuando lo leyó.

Maldito Kéven.

Había sentenciado a Louis.

Maldito traidor.

"No debiste haber firmado eso..." El consejero se acercó a ellos, mientras se cruzaba de brazos. "Todo está recayendo en ti."

Maldito seas Kéven.

Louis miraba una y otra vez la hoja, todo lo escrito en ella, su supuesta firma estaba al final, aceptando todo lo plasmado ahí. Con sutileza, le retiró los expedientes al príncipe de las manos, comenzando a hojearlos y revisándolos bajo las tres miradas de los presentes. De cierta forma, tenía que aparentar que estaba al tanto de su contenido, así que intento mostrarse sereno.

Aunque por dentro tenía el estómago revuelto, porque solo recordaba las palabras de su jefe cuando discutieron aquella vez:

No te equivoques Louis, yo no les mentí. Ustedes solos se engañaron, y si se les ocurre decir algo con el rey, yo usaré todo en su contra para refundirlos en un calabozo el resto de sus vidas.

Y ahora entendía a que se refería, todo lo tenía perfectamente planeado, sus amigos y él, habían caído en la trampa de su superior. Esto era aún peor de lo que imaginó.

"Yo... no recuerdo, no recuerdo haber leído eso." Sentía la soga al cuello. "C-creo que no terminé de leer cuando firmé." Mintió.

"¡Nunca debes hacer eso, por dios!" El consejero se golpeó la frente. "¿Jamás te enseñaron a revisar todo lo que firmas?"

"¡Niall! No es momento de cátedras." Regañó el rizado.

"¡Es que Harry!"

Había comenzado una pequeña disputa entre ambos, a la cual, Louis hizo caso omiso sin despegar la vista de los documentos. Pronto, Zayn se posó a su lado, mirando con detenimiento el papel.

"Estamos en el hoyo." Susurró solo para el pelinegro, con el odio creciendo en su interior. "Mejor dicho, estoy en el hoyo. Kéven lo hizo todo a su conveniencia."

Zayn quería arrancarse los cabellos ante tal injusticia, no era posible.

"Lou, ¿qué vamos a hacer?" Musitó, aprovechando la distracción de Niall y Harry, ambos seguían hablando sobre conductas políticamente correctas.

"No sé. Este infeliz ni siquiera firmó." Le mostró al morocho la autorización. "No me sorprendería que Pierre tampoco tenga conocimiento de esto." Todo era un susurro que apenas podían percibir entre ellos.

"Esto se está complicando mucho, Louis."

"Ya lo sé, pero ahora menos que nunca podemos... desistir. No cuando ya comprobamos hasta donde puede llegar."

"¿Y ahora que sigue?" La pregunta la soltó al aire, asegurándose de que el príncipe y su consejero continuaran sin escucharles.

"Por lo pronto poner al tanto a Liam, tu firma y la de él también fueron falsificadas."

"¿Y luego?"

Louis no tenía una solución, así que no respondió. Solo sentía un coraje incontenible e inexplicable hacia Kéven, pero no le daría el gusto de enfrentarlo, todo sería por la guardia baja.

"Ya veremos."

Harry y Niall por fin habían terminado de hablar, porque según ellos, sólo había sido una charla amena sobre aprobar cosas sin tener al cien por ciento claro el contenido.

El príncipe regresó a la realidad, observando al castaño y a su amigo no despegar la vista de las fichas. Se acercó a él, y Louis levantó su rostro para toparse con el suyo.

"¿Todo bien?" El ojiverde colocó su mano en la espalda del mosquetero, frotándola con suavidad.

"Si... fue error mío." Tragó con dificultad, conteniendo las ganas de llorar de frustración.

"Nada malo va a ocurrir Lou..." Decretó el príncipe, mirando de reojo a Zayn y Niall, ambos tenían los brazos cruzados. El rubio les observaba con pesar.

"Si, espero que tengas razón."

A la hora de la práctica, Louis se encargó de informarle a Krov lo ocurrido y extenuó su inquietud ante tal injusticia. De verdad no podía concebir que una persona fuera tan ventajosa cuando se trataba de no salir perdiendo.

"Esto no es normal Lou." Krov reaccionó de la misma forma que él. "No lo es, Kéven en serio los odia, no entiendo el punto de hacerles esto."

"Yo tampoco, nunca le hicimos nada, siempre cumplimos con nuestras obligaciones." Habló, en tanto Liam y Zayn realizaban los ejercicios indicados minutos antes. "Cavaron mi fosa."

"¡No!" El mosquetero gritó, haciendo que los tres chicos lo mirasen confundidos. "Quiero decir, no... no puedo creerlo, Kéven es una jodida porquería."

Zayn y Liam se acercaron a ambos luego de eso. El ojimiel ya tenía conocimiento de lo sucedido, y se mantenía lo suficientemente aterrado como para pensar claro, no quería que nada les pasara, pero peor aún, no quería que Louis pagara por cosas que no le correspondían.

"Es que de verdad no me lo explico. ¿Están seguros de que en ningún momento firmaron nada?" Continuó Krov, rascando su barbilla.

"Nunca, de hecho no teníamos ni la menor idea de que esas fichas falsas existían. En algún momento pensé en eso, Kéven si tenía que realizar algo así para justificar nuestro puesto..." La pierna de Louis se movía por si sola, debido a los nervios. "Pero nunca creí que sería capaz de exonerarse de todo."

"Ni siquiera eso, Boo." Liam enterraba sus dientes en su propio labio con angustia. "Si todo es como lo estamos pensando, Pierre tampoco tiene conocimiento de que lo colocaron como responsable."

"Y por obvias razones, también saldrá perjudicado en todo esto." Zayn añadió.

El ojiazul bufó, cubriendo su rostro con ambas manos. Siempre tenía que ocurrir algo, siempre algo tenía que arruinarle sus días y ya estaba cansado de sobrevivir, en serio estaba harto.

Estaba lamentando su existencia, cuando un ruido se escuchó en la parte de afuera de la bodega.

Los cuatro muchachos casi truenan sus cuellos al voltear hacia el acceso, la puerta estaba empezando a moverse en el marco, como si alguien estuviese intentando abrirla.

Louis y Krov reaccionaron al instante, y con premura, le indicaron a los más jóvenes que se escondieran detrás de las cajas que habían acomodado en la parte posterior de la bodega. Acto seguido, ellos se ocultaron tras unas torres que formaban otras cajas, hallándose en la parte lateral del lugar.

Se mantuvieron en silencio, logrando escuchar la puerta rechinar y el sonido de ésta abriéndose debido al peso de la misma. Louis tenía miedo de que sus latidos lo delataran, ya que su corazón estaba desbocado ante el miedo. No podía meterse en más problemas de los que ya tenía.

Percibieron los pasos de lo que parecían ser dos personas, acercándose a dónde ellos se ubicaban. Krov posó su mano en la rodilla de Louis, intentando transmitirle calma, aunque él estaba igual de ansioso.

"¿Dónde las dejaste?"

"No recuerdo, revisa esas y yo reviso las de acá."

No pudieron reconocer las voces ajenas, pero eran de hombres, el único dato que hasta ese instante tenían.

Se hicieron aún más pequeños cuando oyeron que una de las cajas de más enfrente, estaba siendo abierta y mantuvieron su respiración pausada. Si Louis estaba temblando, no quería imaginarse como estaba Liam. Anhelaba que no le ganara el terror y saliera corriendo de ahí, exhibiéndolos.

"Están aquí, mira."

Nuevamente pasos.

"Llévate esa, con una es suficiente por el momento."

El castaño cerró sus ojos con fuerza intentando desaparecer de la faz de la tierra, y Krov se acercaba más a él para hacer menos bulto. Se oía movimiento del otro lado de la barrera, pero no podían ver nada, además todo estaba comenzando a ponerse más oscuro de lo normal.

"¿Tú pusiste esas cortinas?"

"Yo no, ¿tú?"

"Tampoco, hay que preguntarle a los demás... no estaban aquí."

Los pasos se alejaron, arrastrándose por el piso, y el ojiazul pudo respirar tranquilamente de nuevo. Se mantuvieron en la misma posición hasta que escucharon la puerta cerrarse con fuerza, retumbando en las cuatro paredes. El entrenador fue el primero en levantarse, asomando su cabeza para asegurarse de que ya sólo estuvieran ellos.

"Creo que ya, ven." Susurró, extendiendo su mano a Louis, él cual la recibió para ponerse de pie. El estómago de Krov se removió con una sensación malditamente nueva ante el contacto.

"¿Quienes eran?" Louis cuestionó, al tiempo en el que sacudía sus pantalones.

"No logré verles, tampoco reconocí las voces."

"Yo tampoco. ¿Dónde están Zayn y Liam?" Buscó con la mirada a sus amigos, y caminó hacía donde les habían indicado meterse. Se coló por los espacios vacíos entre las piezas de cartón selladas, hasta que los encontró.

Zayn tenía entre sus piernas a Liam, mantenía la boca cubierta del ojimiel con su mano y ambos tenían sus ojos cerrados esperando la perdición.

"Chicos." Louis trató de no reírse a carcajadas.

"Ya, nos jodimos." Musitó Zayn, abriendo un solo ojo para ver quién le llamaba. "Ah, eres tú."

Liam abrió sus ojos cuando escuchó que se trataba de Louis, y se relajó en los brazos del pelinegro. Acto seguido, el morocho retiró su mano de la boca de su amigo, y los dos se levantaron del suelo, retirando el polvo de sus ropas.

"¿Qué ha sido eso?"

"Liam estuvo a punto de gritar y no podía arriesgarme." Zayn talló su mano en su pantalón, fingiendo limpiarla. "Me babeó."

"¡Eso es mentira!" El ojimiel reclamó.

Los tres muchachos rompieron en una risa casi sincronizada, y después empezaron a caminar a la parte central de la bodega.
Cuando llegaron a un lado de Krov, pudieron notar que el mosquetero veía las cajas con una mueca fisgona.

"¿Revisaron lo que había dentro de estas cuando limpiaron?" Consultó, posando ambas manos en la tapa.

"Creo que no."

"¡No las abras! Que tal y hay algo muy feo allá adentro." Liam se tomó del brazo derecho de Zayn, aferrándose a él.

El mosquetero claramente no hizo caso a la petición de Liam, y se dispuso a abrirla. Con ayuda de Louis, ambos chicos empezaron a destaparla, tosiendo ligeramente ante el polvo que se había levantado.

Observaron el interior, y la mano del mayor se introdujo en ella, agarrando el contenido de ésta. La sorpresa que se llevaron al ver una pequeña escopeta, fue genuina.

"¿Armas?" Zayn se acercó a ellos, dejando a un Liam estremecido atrás de él.

"No solo son armas Zayn." Contestó Krov, visualizando de todos los ángulos el arma de fuego. "Es una de las mejores... no sabía que tenían de estas en el castillo, hasta dónde sé... aún no llegan al país."

Louis torció la boca, asomándose a la caja que parecía estar llena de muchas réplicas del artefacto.

"¿Quizá esta sea la bodega dónde guardan este tipo de cosas?" A pasos dudosos, el ojimiel se incorporó con ellos.

"No estoy seguro, los mosqueteros tenemos las nuestras en las alcobas... a menos que nos vayan a dar de estas nuevas. O tal vez a los guardias."

"Ellos no usan arma de fuego, ¿o sí?"

"Deberían, honestamente no sé, Zayn." Krov devolvió la escopeta a su lugar, colocando la tapa de cartón en su lugar, tal y como la habían hallado. "Por lo pronto hay que buscar la manera de atorar la puerta por dentro, o venir un poco más temprano para evitar esto."

"¿Y si mejor buscamos otro lugar?" Los nervios de Liam estaban traicionándolo.

"Ya revisamos todo el palacio y este es el más apto Li, además ya limpiamos." Explicó el castaño, situando su mano en el hombro de su amigo.

Ahora todo estaba en silencio, y aunque cada uno pensaba en cosas diferentes, los cuatro coincidían en un mal presentimiento.

Como si todo fuera un aviso, de una tempestad a punto de desatarse.


Holaaa♡.

Aquí les dejo el capítulo de hoy, espero lo disfruten mucho. Besitos, les amo mucho.♡

-María Tommo.

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