Logan entraba casi y de golpe a su hotel, llegando rápido hasta donde estaba su maleta para así comenzar a guardar cualquier cosa que tuviera en frente, cuando  en eso captó un aroma. 

—¡No es buen momento para emboscarme! —exclamó dándose media vuelta para así amenazar con sus garras. 

—¿En serio? ¿Matarás a tu mejor amigo negro? 

—Tranquilícese, señor Logan —dijo una voz más al fondo—. No venimos para hacerle daño. 

—¿Quién mierdas eres tú? —cuestionó el mutante girando para la esquina del cuarto; donde hacía sombra. 

—¿Cree qué La Mano estaba con los Yashida por coincidencia? No, hay algo mucho más grande entre manos que el dinero, Wolverine. Y sin los X-Men y con los Cuatro Fantásticos desaparecidos; hay que prevenirnos —afirmó el mismo saliendo de las sombras. 

Entonces Blade sacó un pequeño artefacto; dejándolo encima de la mesita de noche del hotel, el cual emanó un holograma. 

—¿Qué sígnica esto? —preguntó Logan. 

—Significa que mientras cierto tipo en fuego montado en una motocicleta, busca a un grandulón verde. Usted irá a buscar al hijo de Richard y Mary Parker. 

—¿Por qué? —preguntó Wolverine. 

—Digamos que su hijo heredó la afición de su padre... por las arañas —aseguró el hombre—. Mi nombre es Nick Fury. Bienvenido a la iniciativa: Defensores.