Varios helicópteros de rescate aterrizaban al frente de la base secreta en Canadá. 

—Con esto, creo que será mejor el desierto —aseguró David Banner al lado de Richard Parker; el cual sentía la mano de Mary, rozar la suya para sujetarla con fuerza. 

Al mismo tiempo, en otra base secreta, saliente de una barra de controles, salían las grabaciones de lo ocurrido.

Por favor, no soy un comunista... ¡No me dejes morir aquí!

—Caballeros, Arma X fue un éxito...