The Nightwing

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Podía decir con total calma que, si era sincera y aunque amase este nuevo lugar, odiaba los entrenamientos matutinos.

Bueno, por supuesto, no era parte de estos, desde que Star pudo identificar la cosa, o el "chicle espacial con ojos" que tenía pegado al cuerpo, le había prohibido usarlo por lo menos por 2 años, al menos esa era el tiempo que ella calculó de su propio tiempo traducido para humanos.

- ¡Si no madura correctamente pueden pasar cosas terribles! -dijo todo eso, más unas palabras de las que no tuvo idea, levantando sus brazos como tratando de recrear una escena terrible o algún tipo de evento catastrófico- se llama el gran hambre en tu idioma, debes tener cuidado o ninguno podrá sobrevivir, siempre tendrás hambre y no podrás detenerte.

Si era sincera, apenas y podía con su propia hambre, menos podría con otra boca que alimentar, eso que ahora estaba en el límite, haciéndose la idea que lo que consumía era una malteada de fresas y leche en lugar del líquido rosa que en esencia era un cerebro licuado.

- Hum, ¿Mañana dura con Nightwing? -Conner venía flotando de manera cansada, con los hombros caídos y la cabeza prácticamente colgando del sueño- te daría de esto, pero podrías quedarte asqueado de por vida.

- En serio, paso -le vio acercarse, quizás demasiado, hasta que puso finalmente su cabeza sobre su hombro, estaba tan cansado que finalmente plantó pies en el suelo.

La escena era linda, quizás podría ser mucho más "adorable" si ella llevase una taza de café humeante y Conner tuviera, no sé, ¿Al menos unos 5 años más? Porque quizás ni llegaba al año de vida pero con cinco años más se vería como un adolescente de 17 años al menos.

A veces temía que, con los acercamientos de este imprudente chico, alguna entidad de protección al menor la culpe de algo y le caiga encima.

- Este no es tu descanso, Superboy, regresa al entrenamiento.

Ah, ahí estaba de nuevo.

Era ocurrencia de cada mañana que, al momento de que Conner viniera a su cuarto para poder descansar un rato, al otro se aparecería este tipo.

La verdad es que no tenía quejas, Nightwing era un hombre guapo, un encanto para los ojos hasta donde llegaba a ver, por supuesto, no era una mujer despreciable, sabía y entendía que el hombre estaba fuera de su alcance porque, primero, estaba comprometido con Kory o algo por el estilo pero en esencia estaban a un paso del altar, segundo, el tipo debía verla como una sombra o como una pintura de la pared, o al menos eso quería ella, tercero, le daba algo de rechazo el estar frente a hombre muy guapos, se sentía como un masa amorfa, cosa que pasaba seguido desde que se unió a este tema de los héroes.

- Ya que estoy aquí, buen día (...), ¿no quieres unirte al entrenamiento matutino? -le dio esa sonrisita, una de modelo aun cuando no le veía los ojos por esa máscara negra sobre estos.

- Paso totalmente -levantó la mano que tenía libre, levando la taza a sus labio para tomar un buen sorbo- ya sabes, Kori dijo que tengo que cuidarme y todo eso, no quiero terminar comiendo a alguien y mucho menos volar una parte del edificio por encontrarme con Jaime, otra vez.

- Oh, cierto, tienes razón, luego debemos seguir trabajando en eso -wow, hablaba como si estuviera tan acostumbrado a que las estructuras con superhéroes dentro estuvieran destinadas a explotar en algún punto, bueno, quizás tenía razón, pero eso tampoco significaba que fuera bueno sentarla junto a Jaime para tratar de poner la paz entre los individuos extraterrestres de cada uno- tienes algo de... -le señaló un lado de la boca con su dedo

- ¿Qué?

- No, no, el otro lado, tienes algo de materia gris en licuado -con esa palabras finalmente se retiró y ella tuvo la oportunidad de lamer directamente con u lengua alargada y llena de pequeño picos en su superficie, sintiendo su piel erizada.

Era por esto que prefería tener el mínimo de interacción con él, era tan guapo que la ponía incómoda.

Siendo sincera, sus nervios estaban en lo más alto de su escala, su estrés ya iba a romper sus propios parámetros igualmente, quizás era por el ambiente que aún no era del todo conocido, las personas a las que apenas si les hablaba; la verdad, esa vez que se paseaba por la calle, poco se esperaba que el cuerpo de un muchacho le cayera encima.

El día que conoció a Conner marcó un antes y un después en su vida, aparte de aprender que no podía morir fácilmente o que podía arreglar huesos rotos, siendo usada luego para limpiar sus desastres en sus intentos de ser Superman 2.0, no llego a tenerle gran aversión al chico, aunque sus constantes acercamientos la seguían poniendo mal, aun le daba mal rollo saber que apenas y llegaba a los 2 años de vida, aún así, todo le indicaba de que trataba de coquetearle y era muy notorio al hacerlo.

Fue demasiado notorio para todos.

- Debes tenerlo difícil -una vez más, Nigthwing se apareció a un lado de ella- puedo llegar a entenderte.

- ¿Alguna vez una persona mucho más joven que tú te "tiró las tejas"? -hizo las ultimas palabras moviendo sus dedos en comillas.

- La verdad es que sí, muchas veces -oh vaya, ¿ahora estaba alardeando o qué?- pero también comprendo a Conner, teniendo en cuenta que también fui tras mujeres mayores que yo y- vamos no me mires con esa cara.

Oh, con que se le salió su cara de incredulidad y, quizás, algo de sorpresa con un poquito de incomodidad, vamos, que ellos no eran cercanos para empezar, puede que si nunca se hubiese cruzado a Conner, no, si nunca hubiera encontrado el capullo con ese alien, jamás se hubieran conocido.

No se sentía con la familiaridad para hablar con tanta soltura, ¿Cómo era que le hablaba de sus antiguas relaciones cuando ni siquiera sabía su nombre? cuando se lo dijo, porque en serio le parecía raro, este sólo respondió como si fuera lo más normal del mundo: Dick.

- No, ese es tu apodo, ¿cierto?

- Bueno, sí, pero, también es casi un nombre para mí.

- Eso se supone que ES un apodo.

Pero claro, se dio cuenta con el tiempo.

- ¿Eres o estás asociado a Bruce Wayne o a sus empresas? -le preguntó un día, de la nada, quizás se le había pegado esa costumbre de él, de sacar conversación de la nada- hueles como mi batidos a veces, y hueles parecido a Bruce Wayne, Kory también te dice Richard cuando la sacas de quicio.

¿Tú eres Richard Grayson no es así? No fue sutil, el resto del equipo quizás ya lo sabía, por supuesto que lo hacían, pero nunca le dijeron, por el simple hecho de que ella estaba ahí por el tema de parásito y que, en realidad, ella no era un titán en todo el sentido de la palabra.

Había algo de desconfianza y lo entendía, llegó a escuchar algo de una chica que ya los había traicionado antes y cosas así.

Sin embargo trataba de hacer lo mejor que podía, quizás no entraba en el equipo del todo, pero tratar de sociabilizar no era fácil como para siempre intentarlo, por eso, estaba hasta la cabeza con lo continuos acercamientos de Conner y las palabras de apoyo, que no pedía ni quería, de los demás, la preocupación de Kory, que parecía estar preparada todos los días con una arma rara de su planeta para cuando el parásito por fin se decidiera a matarlos a todos, los saludos y palabras incómodas que compartía con Garfield y Jaime, o Grayson con sus palabras de apoyo, al menos Kid Flash, Bumblebee y Raven no la presionaban tanto lo que hacía mucho más fácil hablarles, por otra parte Veloz y Chica maravilla parecían sólo darle los buenos días, nadie se acercaba demasiado, quizás porque ella no dejaba que ello se acercasen en primer lugar, excepto Conner.

- Algún día te acostumbrarás -todos se lo decían, ser capaz de arrancarse un brazo y volvérselo a pegar para muchos sería lo más genial, y sí, en realidad lo era, pero luego tenía tanta hambre que parecía que se iba a morir, no podía mentir, en más de una ocasión algo le había pasado, algún loco atacando la torre por ejemplo, ella terminó herida, pero ninguno se le quiso acercar demasiado, apenas si lo hicieron cuando Gar le lanzó un sándwich de pavo que había en la cocina, pero lo entendía, no te sientes bien o seguro de acercarte a alguien que podría arrancarte la cabeza para comérsela.

- Serás una gran heroína dentro de poco -otro le decían eso, incluso los héroes que llamaban de vez en cuando, poniendo expectativas que no deseaba y que tenían mayor peso porque, por favor, eran superhéroes.

Y aún si no se acostumbraba a esto, ¿Qué más le quedaba? no podría volver a la sociedad como si nada, era una caníbal en esencia, nadie querría una heroína así, puede que hasta pidan encerrarla sabiendo lo que era.

No los culparía realmente.

- Vuelves a pensar tonterías.

- Wow, venga quien me lo dice.

Debía decirlo, no quería escuchar ni un sólo consejo de Grayson ahora, de entre todos ahí, ¡el era el más normal! No estaba atado a un alíen territorial ni a un demonio, no debía ocultar facciones no humanas ni tenía que tener cuidado con irse de lanza con sus poderes para terminar causando un accidente.

- ¡Tu realmente no lo entiendes! -ese día por fin había explotado, le gritó sobre lo fácil que lo tenía, que él podía regresar a la sociedad sin importarle tantas cosas como al resto.

Pensó que se enojaría con ella, quizás por fin dejaría de hablarle, al menos dándole un momento para estar sola y poder reflexionar en lo que le pasaba.

- Primero, deja de enseñarme los colmillos -ah, no se dio cuenta que el alíen casi se le escapa, volviendo a su forma normal decidió sentarse, estaba harta, sólo quería volver a casa, aun i ni estaba segura de que siguiera existiendo una casa para ella- y bueno, no me pongas esa cara ahora.

- Es que... -increíble, por si no fuera poco, ahora tiene ganas de llorar mientras se muerde la lengua- yo no quería esto.

Yo quiero ser como tú.

Quiere decir eso, pero no era correcto, no era justo, ni con él, ni con los chicos.

Decirle a Grayson que era el más normal sería decirle raros a lo demás, además de poder dejarlo de menos cuando en realidad era el que más se encargaba de todos, quien era el líder; ya no quería hablar de eso, así que usó la vieja confiable, trepó al techo y se colgó e cabeza en un capullo para evitar verle la cara.

Lo peor de decir lo que sientes no es sentir alivio, es el hecho de que no sientes ese supuesto alivio y en su lugar sientes remordimiento y que sabes que metiste la pata, la lengua y en su caso cualquier extremidad posible.

Comprendo que no estés feliz con esto.

No supo qué decirle, simplemente quería llorar.

Quería ser normal, per no podía serlo; quería ser como ellos, futuros héroes, pero sabía que sólo era un sueño vano.

- Casi nadie está saltando en un pie al enterarse, ¿sabes? -no sabía bien qué estaba haciendo Grayson en ese momento, apenas veía un borrón a través de la membrana de su capullo, pero parecía que se había llevado una mano a la cara, no sabía si tratando de encontrar paciencia donde casi no había o buscando las palabras correctas- no es fácil, incluso si nacieron con ello, y comprendo que tener sobre ti el hecho de que te hambre pueda significar una carnicería -(...) gruñó ante su especial elección de palabras, retorciéndose- esta bien, no debía decirlo así, bueno, tienes problemas de apetito.

- Si lo dice así hasta suena como algo mínimo.

- No es algo mínimo, te preocupa, en realidad preocupa hasta a los Linternas, pero creo que podrás superarlo -con sus palabras el capullo bajó un poco, abriéndose lo mínimo para poder ver quien estaba dentro, debía verse terrible con la cara llena de lágrima, moco y otras sustancias no terrestres, pero él no dijo nada- aunque te recomiendo hacer caso a algunos de mis consejos.

- Aún no tengo la confianza para eso.

- Al menos unos, no soy tan malo al darlos.

¿Era por esto que Kory se había enamorado del tipo? si era así, llegaba a entenderlo, aunque seguía con la idea de que le incomodaba que fuera tan guapo.

Así, otra semana había pasado en el raro edificio con forma de T que ella aún no se explicaba en qué pensaba el arquitecto.

- Buenos días -sí, comprendía la cara de la mayoría, era raro verla despertada a esta hora y con el actual clima, pero el hambre manda, especialmente desde que finalmente estaba acercándose la etapa de "madurez" de la cosa que tenía pegada, al menos ahora recibía aludos de vuelta al unísono, alguno monótono, otros algo más entusiastas, y estaba bien, quizás ya era hora de que ella también tratase de hablarles para empezar.

Claro, iba a pasos de bebé, porque aún tenía cierto corte el que la vieran comer tal y como lo hacía, razón por la cual tomaba todo lo que comería, con la cara roja, y se encerraba en su cuarto.

Por supuesto, solo tuvo unos momentos de paz, ya que apenas entrar a su cuarto se encontró un conocido par de ojo azules mirándola.

- No te voy a dar nada, Kent.

- No te iba a pedir nada igualmente.

Quizás sí, le había hecho algo de caso a Dick y a sus consejos sobre romance, como el de permitir al muchacho maravilla acercarse un poco más.

- Estos días hace menos frío -no importaba lo que le dijera, sabía que el se mantendría debajo de sus sábanas, haciendo comentario de lo frío que estaba todo y que ella, que en su mente de adolescente se moría de frío con el más mínimo cambio de clima, no podría soportarlo in u ayuda.

- Yo ofrezco mi ayuda y simplemente la dejas de lado -se cruzó de brazos, levantando el rostro hacia el lado contrario a ella, en serio, se dirá que ya había crecido unos centímetros, como si eso indicase que maduraba psicológicamente, cuando en realidad seguía siendo un niño, seguía siendo raro en muchos aspectos, incluso en el simple hecho de verlo con una camiseta negra de lo más común y pantalones de ejercicio sueltos de color gris, muy diferentes de su usual traje de héroe ajustado.

De alguna forma, se veía mejor con esas ropas sueltas si es que era sincera, era eso o empezaba a tener un algo por la ropa oscura, porque le pasó lo mismo cuando vio a Superman con su atuendo monocromático.

Como fuera...

- No la dejo de lado, simplemente no la necesito.

Uhh, justo el día de ayer Dick le dijo que no debía hablarle tan directo a un chico al que ella parece gustarle y que además es u primer tipo de romance.

Se le escapó, lo jura.

Bueno, parecía que eso no importaba tanto, ya tendría momento de decirle a Dick o a Star su reverenda metida de pata tratando de entender a otras personas y fallando miserablemente, le daba algo de corte verlos a todos juntos en una sola habitación y con la Liga de la Justicia en el televisor hablando sobre una invasión, pero sabía que ellos iban a arreglarlo, como de costumbre, dejando a los Titanes a cargo del planeta.

Hum, tenían que hacer las compras de víveres pronto, de paso, pensaba cocinarle algo a Conner para disculparse de alguna forma, cielos, antes no era tan difícil.

Pero las cosas siempre, siempre, pueden ponerse mucho más difíciles.

En especial cuando monstruos enormes empezaron a bajar del cielo ahora rojo.

Ojalá hubiera tenido el tiempo de hablar más con todos ellos, de dar un paso al frente y aceptar el mando de videojuegos que Garfield le tendía mientras el resto de chicos le daban ánimos a salir de su cuarto, de hablar cuando sólo había silencio con la mayoría, de tratar de hacer algo antes para poder conocerlos a todos un poco más.

Ojalá hubiera podido hablar más con Star y Dick, pedirles más consejos y contarles de sus problemas, buscando respuesta en ellos que conocían más del mundo que ella.

Ojalá hubiera tenido el valor de dar el paso y arriesgarse a aceptar los acercamientos de Conner desde antes, haber pasado más tiempo juntos.

Ojala se hubiera dado cuenta que podía curar a los demás antes de que el primero cayese muerto ante sus propios ojos.

Habían muchas cosas que pudo hacer, al igual que muchas otras de las que se arrepiente no hacer en el momento indicado, pero ya nada de eso importa, es más, está olvidando quién es, quién era o qué cosa fue, sólo le llama la atención esa luz, tan cegadora, casi no puede parpadear, una luz ominosa, que se traga el horizonte, y luego a lo que fue, es y será.

Tiene un recuerdo lejano, uno que sabe que es suyo, o que lo fue, una mujer de cabello rojo y ojos verdes abre una puerta, el cuarto es oscuro, pero mucha luz viene de donde la mujer está parada, junto a ella viene un hombre de cabello negro, parece que la invitan a unirse a ellos y al bullicio que está a su detrás, puede ver gente ir y venir detrás de ellos, riendo, están animados, un chico de cabello negro también trata de llamar su atención, parece que está volando de alguna forma, es curioso, no recuerda sus palabras, ni las que escuchó ni las que dijo, pero ellos siguen ahí, invitándola a ir junto a ellos.

Sí, quizás esto era lo mejor.

Puede que así pueda encontrarlos a todos, una vez más, finalmente decidiendo ir hacia esa puerta, dejando que la misma se cierre detrás de ella, está ahí, donde todo es cálido a su propia manera.

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