Café

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El viernes cuando sali de clases fui con un amigo a un café para charlar, como el año pasado eramos mejores amigos y ahora estamos en distintos salones casi no hablamos, estábamos del mejor humor, nos sentamos en una pequeña mesa algo distante de la barra, puse mi maletín en el asiento contiguo y mi amigo hizo lo mismo, en sí me encontraba nervioso, habíamos charlado por el camino riendonos pero igual tenía nervios de hablarle, como ya dije, no le hablaba hace mucho, apenas llegamos nos atendieron, la carta era bastante divertida para mi tipo de humor, había un café llamado, ''CafesitoPeroBonito'', eran nombres muy atractivos, yo iba a menudo a ese lugar y no había visto esas etiquetas, tal ves estaban innovando en algo, elegí ese por la risa, el mozo, muy amable por cierto, se retira y abro la boca para empezar la conversación con mi amigo. En ese momento veo como la entrada pequeña por la cual entraba la luz se nubla, entró una chica con un aspecto que supe reconocer a medias, pues tenia el cabello en la cara, de un momento a otro se ata el cabello con una cinta y la veo, mi ex novia, en el instante cerré la boca de la nada, mi amigo se quedó mirandome, no sé cómo demonios entra mi ex, no podía estar pasando, su escuela estaba muy lejos de ese lugar, era un lugar al que yo iba antes para descansar la mente y poco conocida pero ella estaba ahí, pero no habia entrado sola, no, entró con su nuevo novio, creo que sin verme en la misma entrada él la beso, algo que nunca me atreví a hacer porque no encontraba el momento, luego desvíe la mirada y seguí charlando, ella se dio cuenta de mi presencia pues el no tan extenso lugar era perfecto para conocer gente nueva, pero los dos nos conocíamos, sabíamos cada uno del otro, fuimos y prometimos ser uno solo, no era quizás la función adecuada para nosotros, la función adecuada del pequeño lugar sería recordarnos, ver que los dos seguimos existiendo y que olvidamos todo, yo lo había olvidado, lo había olvidado totalmente y creo que por el beso de su novio y suyo también lo habia hecho, un cruce de miradas era inevitable, sentía unas ganas de girar como un niño de 7 años gira para observar cada cosa llamativa en una jugueteria, yo estaba tranquilo, ella en cambio pedía a su novio irse del lugar, tal ves por la incomodidad o repugnancia, eso último me cuesta imaginarlo, terminamos felices, los dos sabíamos que volveríamos a hablar así que no era un adiós, sino un hasta pronto, pero no fue así, ninguno llamó al otro en una noche de pena o alcohol, los dos nos cansamos de todo y esperamos a que el otro actúe, en sí yo era el que lo hacía todo, pero ya me encontraba cansado de mi mismo, los minutos pasaban y el tiempo se detuvo totalmente para los dos, por fin cruzamos miradas, no por un minisegundo, por unos cuantos segundos enteros, solo los dos, el tiempo volvió en si y nuestros acompañantes nos miraban, el mio la miraba a ella esperando que se levante y venga hacia mi para que hablemos de nuevo, y su novio me miraba con cara de un postulante anciano mira a la persona joven que le ganó en una votación, esperando a que ella cese, lo notaba bastante impotente, pues no quería armar un problema ante ese cruce tan largo de miradas, me agradó por un instante, todas las miradas se apagaron, cada uno volvió a su lugar, mi café y el de mi amigo estaban por la mitad y el de la pareja posterior recién llegaba, me cuesta llamarlos pareja, demonios, nos alejamos hace 2 meses, no creo que sienta por él algo más que acompañamiento, ella no es así, pedí un momento para ir al baño y pensarlo, pero para mi suerte ellos se sentaron cerca a la pequeña pieza, yo conocía tanto el lugar espero no observe eso, siendo que me considero un grande observador, decidí seguir hablando con mi amigo, pero cada tanto suspiraba o tartamudeaba, muy raro en mi, mi amigo se dio cuenta de que yo estaba nervioso, voy por la cuenta - dijo en voz suave -, se levantó y me dejó solo en la mesa, mientras ella estaba conversando con él, la veía relajada y para mi mala suerte no tenía el teléfono, lo había dejado en casa, mis acciones se limitaban a observar el lugar como tantas veces, levantar la taza y tomar las pocas gotas semi-calientes que quedaban el la taza, a mi pesar ella acabó el café rápido, e insistía a que su pareja lo terminase, el puso un gesto de desagrado haciendo una sonrisa forzada, mi amigo había vuelto y nos preparábamos para ir, nos levantamos pero me desvanecí un segundo y me volví a sentar, mi amigo decidió que no me encontraba bien, así que me pidió un taxi, él es la clase de amigos que nunca desearías perder, ella me miro de reojo con un sentimiento de preocupación pero al saber que la miraba quitó su vista de mí y de mi ambiente en general, yo no sabía que esa mirada de sentimiento, que quería expresar preocupación sería la última que vería de ella, puesto que se levantó, su novio la tomó de la mano y salieron juntos, me dio un coraje enorme el haber sido un idiota ese momento y me levante, a lo que mi amigo me detuvo, él suspiro y dijo, 'han pasado 5 años juntos, dejala vivir, y tú también, verte a diario pensando en ella me duele a mi también', mi amigo había observado en mi la conducta que creí que nadie veía, demonios, a diario ponía la mejor sonrisa que podía, todos me admiraban por mi estabilidad emocional y me pedían consejos, pero él, al que nunca le parece que finja, yo no se lo he dicho, en sí lo niego, pero el insiste, éste era el momento final, le dije que sí, que en realidad extraño sentir su suave cabello y oírla hablar por horas, entenderla y por primera vez besarla, ella no volvió mas, el taxi había llegado y solo me quedó irme, mi amigo se despidió pues vivíamos en lugares opuestos, en mi camino le conté esta historia al conductor con un detalle extraordinario que haría que el mejor lingüista se fijará en esto, él no respondió, sabía que no podía contestar a eso, me alegró que no lo haga, pues luego puso en su radio antigua pero impecable su lista de canciones favoritas, eran todas con tonos bajos y tristes, él me dijo, 'En el mundo de la imaginación somos más de lo que somos ahora, puros y sin deseos malos, pues al tenerlo todo no necesitamos más, ni el mal podría completar lo completo' me quede anonadado de tan majestuosa frase, solo asentí al notar su mirada hacia mi por el retrovisor, seguimos hasta que el se detuvo en la plaza de la ciudad, ese lugar moderno que tiene todas las tiendas del mundo, me dijo que tuvo un día lleno de clientes y que el dinero no le hacía tanta falta pues vivía solo, y no tenía motivos para trabajar más, no tenía ambiciones, solo tener conversaciones con gente común, como yo, me ofreció comer un delicioso sushi, yo no sabía que contestar, mis padres se habían ido de viaje y estaba solo, lo pensé unos segundos y acepté, mi ánimo no podía ir peor y su frase me quitó de cierta manera todo lo que había sucedido hace decenas de minutos.

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