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Abrió los ojos con pesadez. Ya comenzaba un nuevo día y ella debía levantarse para poder asearse, cambiarse para ir al trabajo y preparar el desayuno para ella y su sobrina para luego irse.

Solo quería descansar un poco más.

—¡Anri, ya me voy a la escuela!— avisó su sobrina para después salir del departamento.

Anri sonrió mirando desde la ventana como Saki se iba junto a Manjirō Sano. Le alegraba que tuviera amigos y pasara buenos momentos.

Ella recordaba lo problemática que había sido en el pasado, pintarse el cabello y pelearse siempre con su hermana mayor por cualquier mínima cosa. Era bueno que su sobrina no pasara por eso.

Tampoco era tonta, sabía que Saki estaba relacionándose con chiquillos que estaban metidos en pandillas, había visto el uniforme de la Toman guardado en su ropero con mucho cuidado.

Saki era en definitiva más o menos la copia de su imagen y personalidad. Eso lo atribuyó a que final de cuenta, ella terminó cuidándola.

Le tranquilizaba que estuviera con el hermano menor de Shinichiro. Sabía que podía confiar en él el cuidado de su sobrina. Tal y como el mismo Shinichiro confió en ella.

Estar en los Black Dragons había sido una buena época.

Escuchó un sonido provenir de su celular, al ver lo que le había llegado no dudó en sonreír y sentir su rostro calentarse.

Aunque salió rápido de su ensoñación al percatarse de algo importante.

—¿Uh?, ya se me hace tarde para el trabajo— terminó de peinarse y se dispuso a ponerse sus zapatos que se encontraban en la entrada del hogar para luego salir de esta.

Suspiró con toda la flojera recorriendo su cuerpo. Solo quería cenar y después de eso dormir sin interrupciones en su cómoda cama.

Se encontraba de camino a su casa, sabía que su sobrina le esperaba con la cena ya hecha. Ansiaba saber que había preparado.

—Anri—

Aquella voz la detuvo, siempre recordaría ese timbre y tono a donde sea que vaya.

Giró con sus orbes completamente abiertos.

—¿Akashi?...¡Akashi, volviste pronto!— saludó enérgica acercándose al mencionado, una gran sonrisa adornaba su rostro cautivando al hombre.

—Si, el trabajo terminó pronto y quería llegar a tiempo para celebrar tu cumpleaños juntos— dijo sinceramente el Akashi con su voz ronca que se notaba un poco avergonzado.

Había rezado tanto para que esa junta se terminara, y tuvo suerte de que sus plegarias hayan sido escuchadas. Había logrado el tener que pasar ese día junto a ella.

El Akashi miró como un tenue sonrojo cubría las mejillas de su, aún, amiga. Pero eso cambiaría, ya no sería tan cobarde.

Takeomi Akashi, miembro y segundo al mando de la primera generación de los Black Dragons, confesarías sus sentimientos, después de años, a la bella Anri Sonohara.

Y nadie se interpondría en su relación con la chica que le gustaba desde su adolescencia.

Anri había estado muy feliz, demasiado feliz. Y era algo que a Saki se le hacía sospechoso. Incluso observó como su tía se arreglaba y ponía ropa muy bonita.

¿Cuando había salido de compras? ¿y sin ella?

A la próxima se detendría de seguir a Mikey que solo la metía en problemas, ahora era su culpa por no saber que le pasaba a su tía.

Pero eso se arreglaría.

Así que después de que su tía saliera, se vistió con ropas oscuras y comenzó hacer raras poses frente a su espejo.

—Es hora de poner en práctica todo lo que he visto en Naruto— sonrió gatunamente, agarrando sus llaves y saliendo de su hogar.

Una pareja iba a ser perseguida por ella.

Senju entrecerró los ojos al divisar como su hermano mayor estaba cambiado y perfumado, no parecía él. Además que irradiaba mucho nerviosismo y felicidad, algo raro de ver en alguien como Takeomi.

—¿A dónde vas?— preguntó molesta poniendo en pausa el anime que estaba viendo.

—Voy a salir— contestó en automático el mayor, colocándose bien su corbata.

—¿A qué sitio?— volvió a preguntar la menor.

Takeomi solo la miró entrecerrando los ojos.

—No tengo que darte explicaciones. Volveré en la noche, espero encontrarlos aquí— dictó mientras salía de la casa.

Senju infló sus mejillas al escuchar la orden de su hermano, a su lado, Haruchiyo seguía centrado en los mensajes que se enviaba con Muto.

—¿Los puedes creer Haru? ¡Nuestro hermano saldrá con una gata rompe hogares que no conocemos!— exclamó con exageración, Sanzu solo la miró cansado, ya estaba acostumbrado a esas actitudes de su hermana.

—¿Y?—

—¿Como que "y"? ¡Sabes que nuestro hermano solo debe estar con Anri-san!— respondió con algo que dejó a Sanzu perplejo.

Era cierto. Porque a pesar de sentir molestia por su hermano mayor, la única que debía estar con él era ella, Anri Sonohara, la chica que los cuidaba cuando ellos eran unos niños.

Senju sonrió al haber captado la atención de Haruchiyo.

—Los seguiremos— habló decidida.

—...¿estás segura?— le dijo no muy convencido el de cabello largo.

—¿Acaso algún plan mío a fallado?— sonrió confiada— cállate— le dijo antes de que Sanzu le respondiera— ¡Los hermanos Akashi seguirán a Takeomi!— celebró.

Sanzu solo esperaba que nada sucediera en ese plan tonto de su hermana. Aunque conociéndola...nada salía bien.

Saki puso en silencio su celular al sentir como, por décima vez, Mikey le estaba llamando. Pero ese enano se debía esperar, ella estaba ocupada con algo más importante que uno de sus berrinches.

—¿Uh? Mierda, los perdí de vista— bufó molesta al ya no ver a su hermana con ese hombre a quien no le pudo ver el rostro.

Recuerda que casi gritaba cuando alguien pasó delante tapando el rostro de aquel sujeto que se había atrevido a besar la mejilla de su tía.

—Muévete, imbe-

Haruchiyo tapó la boca de su hermana antes de que gritara más fuerte. Aún no se creía que estuviera haciendo este acto tan vergonzoso. Pero ahí estaba, persiguiendo a su tonto hermano mayor.

—Debo decir que esa tipa tenía buen cuerpo, ¡pero aún así no le gana a Anri-san!— dijo con molestia la chica, aún enojada por no haber visto el rostro de 'esa' mujer.

—Si tan solo alguien estuviera en silencio créeme que la hubiéramos visto bien— regañó Sanzu.

Senju le dio la espalda muy molesta, corrió para estar más cerca espiando a su hermano mayor que no se dió cuenta de que había chocado con alguien.

Ese choque le hizo ver pasar toda vida.

Ya no podré ver el final de One Piece...

Mierda y más mierda.

Es que ese enano no podía estar sin ella...¿¡por un solo día!?

Sintió temblar sus cejas al verlos frente a ella, solo la pista obstaculizaba que ellos se acercaran a donde estaba.

—¡Sa-chin~!— escuchó el llamado de Mikey con su animada voz, mientras que Draken solo la miraba con extrañeza al verla vistiendo así— ¿qué haces? ¿Estás acosando al alguien? ¡Sabes que puedes hacerlo conmigo, no tengo ningún problema!—

—¡Calla enano, no te interesa!— le respondió elevando la voz debido a la lejanía.

—Eres rara, Saki— le dijo Draken— ¿es por eso que colgabas las llamadas de Mikey?—

—Calla, Ken-chin— contestó la pelinaranja, logrando que el de tatuaje de dragón frunciera el ceño. Él odiaba ese apodo.

Saki notó que el semáforo ya iba a cambiar a verde, lo que significaba que ellos podían cruzar y también significaba que su plan se iría al carajo, ellos no eran para nada disimulados a eso hay que sumarle que Mikey no se quedaba callado ni por un minuto.

Les hizo un ademán de despedida y comenzó una carrera para perderlos de vista.

De frente, dobla a la izquierda, a la derecha y ya los pierdo. Esto será pan comid-

Hasta que sus pensamientos fueron detenidos por un choque.

Una sumamente doloroso.

Para cuando el par de amigos y cierto hermano llegaron, se encontraron con una de las escenas más extrañas que vieron en su vida.

Ambas chicas se encontraban adoloridas por el golpe, pero no solo eso, sino que por la fuerza de este y por la velocidad en la que iba Saki, esta terminó encima de una Senju que sentía girar todo por el impacto.

Era una extraña pose para todo el mundo que las vió. Para otros...no tanto.

—¡Sa-chin me está siendo infiel, Ken-chin!— el grito del rubio de estatura baja sacó a las chicas de su dolor.

Ojos de color ámbar y verdes chocaron entre sí. Reconociéndose mutuamente.

—¿Senju?—

—¿Saki?—

Hablaron al unísono ambas chicas, enrojeciendo al darse cuenta de la vergonzosa posición. Más por parte de cierta albina que le había dado un gay panic al tener encima a su amiga.

Saki levantó la mirada encontrándose con cierto chico con mascarilla negra.

—¿Haruchiyo?—

—¿Mi reina?—

—¿Mikey?— dijo Senju al notar su presencia.

—¿Senju?—

—¿Mi rey?—

—¿Sanzu?

Draken bufó con molestia viendo que esos cuatro no pararían con eso.

—¿Que demonios pasa aquí y por qué andan vestidos así?— preguntó el segundo al mando de la Toman demandando una respuesta clara, haciendo que las chicas dijeran la verdad.

—Estaba siguiendo a Anri—

—Estábamos siguiendo a Takeomi—

Volvieron a contestar al unísono.

—Espera...¿a Anri-san?— preguntó Senju sin creérselo.

—¿a Akashi-san?— dijo esta vez Saki.

Eso solo significaba algo...

—¡Si, acepto!— escucharon una voz que ambas conocían bien.

Los cinco se acercaron a donde provenía la voz, viendo que quedaron cerca del restaurante en donde la parejita había entrado. Al asomarse por la ventana del lujoso lugar se encontraron con Takeomi y Anri besándose para luego separarse y sonreírse con cariño.

Ambos hermanos y la pelinaranja suspiraron de alivio.

—Tal parece que todo a terminado bien— exclamó Saki.

—Estoy de acuerdo— murmuró la Akashi.

Mikey frunció el ceño al notar la cercanía de ambas.

—Eres mala Sa-chin, me podrías haber pedido mi ayuda— se quejó el de coleta.

—Créeme que si hubiera pedido tu ayuda, mi tía y Akashi-san ya nos hubieran descubierto antes— contestó la pelinaranja sin delicadeza haciendo que Mikey inflara más sus mejillas en un puchero.

—No, Mikey— dijo Draken, antes de que su amigo se quejara mucho más.

—¿Niños?—

Los cinco jóvenes palidecieron al escuchar la suave voz. Había sido un error haberse quedado sentados en la vereda a plena noche.

—¿Que hacen acá?— preguntó Takeomi al divisar a sus hermanos.

—Solo salimos a jugar pero nos quedamos conversando, ¿c-cierto, chicos?— mintió rápidamente Saki, haciendo que los demás asintieran con miedo.

Para los mayores no pasó desapercibido la mentira pero no dijeron nada para darle la noticia, que deseaban que se lo tomaran bien.

—Takeomi y yo somos novios— comentó directamente la mayor sonriendo cálidamente, dejando sin habla al Akashi, aunque este ya estaba acostumbrado con lo directa que suele ser su, ahora, novia.

Ah, enserio amaba como se escuchaba eso. Anri como su novia, ya podía morir feliz. No, esperen, faltaba la boda.

Senju y Anri se tomaron de las manos felices.

Tal parece que espiar no fue tan malo.

—A todo esto...¿qué es eso de "mi reina", Haruchiyo?— pero cuando Saki se giró para enfrentarlo, solo se encontró con una cortina de humo. Sanzu había salido corriendo.

—¿Cómo? Nadie le dice así a Sa-chin ¡solo yo!, hablaré con él— dijo Mikey siguiendo el camino que había ido el albino.

—¡Espera enano!— gritó Saki para luego seguir a Mikey.

—¡Saki veamos One Piece juntas!— mencionó muy emocionada la Akashi corriendo a la par de la mencionada.

—¡Claro que sí!— le contestó devuelta la pelinaranja olvidándose, por el momento, de Mikey.

Draken solo se llevó la mano a su rostro, no entendía como tenía esos amigos. Pero no les quedó de otra que seguirlos.

—¡Idiotas, ya es tarde para que estén con sus tonterías!— con ese grito, el menor se alejó de allí.

—Esos niños...son raros— dijo Akashi con una gotita resbalando su frente.

—Tu eras peor con Shinichiro, Wakasa y Benkei— rió la pelinaranja de ojos miel.

Viendo que aún no era tan tarde, los dos se dirigieron a la casa del Akashi para esperar a sus hermanos.

De paso tenían su momento a solas como los novios que eran.

Espero que se hayan reído con este cap y si no es el caso, fallé con mi objetivo 😭.

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