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Haruchiyo Akashi / Sanzu

Recuerda perfectamente lo dulce y buena que fue con él cuando era niño. No podía negar que en ese entonces siempre anhelaba su compañía, más que las de sus propios hermanos de sangre. ¿Pero quien le diría algo?, si en esos momentos su hermano mayor siempre le hechaba la culpa de los malos comportamientos de Senju cuando, irónicamente, fue él quien la llevó al camino del bajo mundo y ese es el por qué de que ella esté muerta en esos momentos.

Pero si, Anri Sonohara fue lo mejor que él pudo conocer de niño, y aunque ella era novia de Takeomi, nada le impedía estar con ella. Anri siempre lo defendía de los regaños sin fundamentos de Takeomi. Así que, fue una agradable noticia al enterarse de que se separaban, pero se había asustado pensando que perdería a la única persona que lo entendía.. Y así con sus 8 años, con toda la determinación inundando su pequeño cuerpo, se le declaró a la chica de cabellos naranja claro, un bonito color, quien ya era toda una adolescente.

Su corazón se rompió al escuchar tales palabras, pero que podía esperarse, él solo era un tonto niño. Pero lo último que escuchó de esa dulce voz le trajo esperanza.

—Lo siento Haru-kun, no puedo aceptarlo. Tu aún eres muy pequeño para esto y ahora yo no estoy para estas cosas, pero, en un futuro puede que cambie de opinión.

Y le sonrió.

Él aún recuerda ese momento, lo lleva grabado en su mente desde ese día y ahora a sus 21 años es que puede realizar lo que con tanto anheló desde niño.

Volver suya a la mujer que amaba, a la única que lo defendía y quería.

Pero primero debía deshacerse de una basura insignificante, el esposo de ella.

No es que le costara, más bien estaba muy animado ya queriendo enterrar su katana en él, ese hombre había sido un dolor en el culo para Bonten. Con gusto se desharía de él, contaba con la aprobación de su rey, así que no había nada de que preocuparse. Aunque no sería Sanzu si no se divertía con eso.

La emoción creció al recordar que además de esa basura, también su ángel estaba ahí.

Ya ansiaba llegar ahí.



En verdad estaba muy asustada. No sabía cómo llegó a ese lugar, ni siquiera sintió cuando se metieron a su hogar. Sabía que nada bueno venía de eso, el que esté amarrada se lo confirmaba.

Luchaba para aunque sea deshacer los nudos pero era en vano, además, el frío la estaba matando, solo tenía su pijama que casi no le cubría nada. Maldijo el haberse puesto solo ese pequeño vestido y no la otra pijama de dos piezas súper calientita.

Otra cosa que la preocupaba era que no había visto a su esposo por casi una semana, tenía miedo de que le haya pasado algo porque ni siquiera le respondía las llamadas.

Tampoco era tonta, sentía que su esposo estaba en cosas raras pero no tenía pruebas para confirmarlo, solo su actitud extraña hacía con ella. No sabe cuando dejó de ser ese esposo cariñoso a pasar a ser un hombre muy serio, pero ella lo amaba, no lo iba a dejar solo.

Y con todo esos pensamientos terminó durmiéndose en una posición muy incómoda.


Despertó al escuchar unos extraños ruidos que perturbó su sueño. Sintió confusión al sentir que estaba sobre una superficie blanda cuando ella recordaba haber quedado dormida recostada sobre la fría y dura pared.

—Me alegra que despertarás, Anri-san—

La mencionada se sobresaltó al escuchar esa voz y con dificultad se enderezó quedando sentada en la cama, porque aún seguía amarrada lo que hacía mucho más difícil moverse. Pero terminó abriendo con sorpresa sus ojos al notar a dos personas frente a ella, uno estaba parado dándole la espalda, debido a eso no pudo visualizar bien al otro pero supo que estaba  amarrado igualmente como ella y era de esa persona que provenía los extraños ruidos.

¿Qué demonios estaba pasando?

—Cállate de una vez— dijo aquel pelirosa para propinarle una dolorosa patada al amarrado.

Anri solo sintió temblar su cuerpo al presenciarlo, eso había sido doloroso de ver, pero aún con todo eso se armó de valor y habló.

—¿Q-quién eres? ¿Qué hago acá y cómo sabes mi nombre?— pronunció muy temblorosa, pero debía hacerlo para al menos saber a manos de quién iba a morir. Porque a este paso, sabía que de ese lugar no saldría viva.

Escuchó como el chico de traje rió para después voltear mostrando su rostro que a Anri se le hizo extrañamente familiar.

—No sabía que me olvidarías rápidamente, Anri-san, pero que podía esperar si estás con esta basura—

El pelirosa se hizo a un lado dejando ver a la persona amarrada, el cual, la pelinaranja reconoció rápidamente.

—¡Tojiro! ¿Qué le haz hecho, idiota?— gritó enojada al ver todo el rostro golpeado y sangrante de su esposo.

El pelirosa, que para Anri se le hacía conocido, solo chistó furioso por la preocupación que la mujer mostraba por ese hombre.

—¿Tan rápido te olvidaste de mi?— los ojos claros miraban fijamente y con seriedad a la mujer.

Esos ojos...

—¿Eres Haru...chiyo?— murmuró sin poder creérselo dejando de forcejear al tratar de liberarse de las ataduras.

¿En verdad era él? ¿El pequeño Haru-kun?

Sanzu ensanchó una sonrisa al escuchar aquello.

—Claro que soy yo, Anri-san— sintió emoción al ser reconocido.

Ya que si no sucedía eso, él iba a ser duro con ella.

—Y-yo...¿qué está pasando, Haru-kun? ¿Por qué Tojiro y yo estamos acá?— volvió a preguntar temerosa, algo le decía que ese Haru no era igual al niño que había conocido. Debía ser cuidadosa.

Sanzu volvió a su actitud seria, asustando a la mujer por el cambio tan repentino.

—Tu esposo se metió con Bonten y con algo que yo quiero— respondió con voz grave.

—¿Qué? S-seguro fue una equivocación, Tojiro no haría eso, él tiene su propio negocio y...—

—Y de igual manera se le ocurrió meterse contra Bonten, en este momento mi rey se encuentra muy enojado Anri-san, muchos de nuestros cargamentos fueron tomados por esta cucaracha— el segundo al mando de Bonten, no dudó en golpear nuevamente al herido hombre haciendo que este gritara por el dolor— pero él no está aquí para eso— Sanzu se enderezó dirigiéndose esta vez hacia la pelinaranja tomándola bruscamente del rostro— tu solo debiste ser mía, Anri. Pero no, decidiste casarte con ese. Ahora vengo a reclamar lo que es mío.

La pelinaranja tembló al escuchar las palabras de Sanzu. A su mente llegaron los momentos que pasaba con él en su adolescencia, ¿en dónde quedó ese tierno y dulce niño que siempre le pedía estar con ella?

Se repitió, que ese que sujetaba su rostro, ya no era ese Haruchiyo que conocía.

—Pero no te preocupes, Anri-san, te ayudaré a que sepas todo— dijo Sanzu, soltando su agarré.

—¿A qué te refieres?— preguntó Anri, al ver la actitud del pelirosa.

Cuanto se arrepintió de hace ver preguntado eso, y los ojos asustados de su esposo lo confirmaba.

—Que lo diga él— Sanzu golpeó el hombro del pelinegro atado haciendo que este emitiera solo sonidos, una risa escandalosa provino del pelirosa por aquello— es verdad, acabamos de cortarle la lengua— contó para luego seguir riendo.

Anri solo enfureció por eso, eso no tenía nada de gracioso, eso era algo sumamente tenebroso.

—Deja de reírte— pronunció furiosa haciendo que el otro callara— ¿te gusta divertirte con el sufrimiento de los demás, Haruchiyo? Estoy decepcionada de eso.

Sanzu se contuvo para no golpearla, no toleraba que le hablaran así y no importaba que esa fuera Anri, así que no dudo lo que diría en ese momento.

—¿Qué sientes al enterarte que compartías a tu marido con todas las trabajadoras de su empresa e incluso con otras prostitutas?—

—¿Q-qué...?—

—Eso Anri-san, al parecer él te ocultaba cosas. Si no estoy mal llevan casados más de 5 años, años en la cual él no dejaba de visitar todo tipo de establecimiento en la que hubieran muchas putas para poder satisfacerse. Él es un hombre que para nada te respeta e incluso así lo defiendes. ¿Acaso estás ciega o...— su sonrisa se ensanchó—...tratas de evitar saber eso y seguir tu vida normal? ¡Después de todo, Anri-san, siempre quiso una vida así al lado de un esposo cariñoso y con niños! Dime, ¿que se siente saber que tu esposo no te quiere?

Con solo ver la culpa reflejada en los ojos de Tojiro, Anri rompió en llanto, ella sabía que algo estaba mal siempre pero no quería saberlo. No quería que eso arruinara su vida de casada junto a Tojiro, ahora sabía que era por eso que él no quería tener hijos con ella.

Era una tonta que nunca se dio cuenta, ahora sabía todo por un loco.

Solo quería gritar para liberar ese dolor.

Dios, ella había dado de todo en ese matrimonio mientras que su esposo se divertía con otras. Cuantas veces había sentido impotencia al ver como su matrimonio se deterioraba.

Ella daba todo y él nada.

Aquello le hacía recordar perfectamente su noviazgo con Takeomi, ya que él siempre estaba para su pandilla, pero para pasar un momento juntos, ya no estaba.

Parecía que su vida era una broma.

—Hey, Anri-san—

Levantó la cabeza al escuchar el llamado de Haruchiyo, observó como este apuntaba la cabeza de Tojiro con un revólver y sin dudar ni un poco, disparó.

Ella no sintió nada al ver la sangre derramada o el cuerpo sin vida de Tojiro, más bien sintió como perdía un peso sobre sus hombros haciéndola sorprender.

Sus orbes claros observaron los ojos de Haruchiyo, quien le sonrió tirando hacia otro lado el sucio revólver.

—Es hora de que cumplas lo que prometiste, Anri-san.


Anri sintió como su mente se nublaba, se ponía en blanco.

¿Cómo rayos...CÓMO RAYOS ESE NIÑO GOLPEABA EN ESA PARTE QUE LE HACÍA DELIRAR?

Ni Tojiro le había hecho sentir así las veces que tuvieron sexo.

—Aah~ Haru-kun, Haru-kun— gemía sin parar haciendo que el ego de Sanzu creciera.

—Mi bella Anri-san, siempre he esperado por esto— empujó más su cadera haciendo que su pene llegara aún más adentro de la pelinaranja— te vez tan hermosa gimiendo así por mi polla, eres una buena chica— elogiaba combinando la dulzura con algunas vulgaridades que solo hacía que Anri pidiera más.

Apretó sus pechos sintiendo los suaves que eran y sin esperarse llevó a su boca un rosado pezón comenzando a chupar haciéndola gritar más.

Anri enredó sus piernas fuertemente en las caderas del pelirosa, hablando entrecortadamente para que vaya más rápido.

Desde hace mucho que no se sentía así, estas emociones eran nuevas y Haruchiyo las estaba provocando.

A la mierda con sus pensamientos pesimistas. Un chico 10 años menor que ella le estaba haciendo sentir así, jodiéndola como ella siempre quiso.

Cada vez las estocadas de Sanzu eran más fuertes y ya casi se acercaba el orgasmo de ella. Solo un poco...

Soltó una queja de disgusto al sentir como Sanzu se salió de ella, este se recostó y le mostró una sonrisa socarrona a la mujer mientras masturbaba su duro miembro.

—Vamos, ven por el Anri-san, ya sabes cómo hacerlo— insitó observando como la despeinada mujer se avergonzaba.

Pero ni aún así la pelinaranja se negó.

Alineó la dura polla en su mojada entrada, entrando lentamente para luego dejarse caer, sacándole un gruñido al pelirosa. Sin esperar, comenzó a dar saltos sintiendo como aquella monstruosa extensión llegaba más adentro de ella.

—Mierda, si que eres buena para esto y pensaba que eras una santa, Anri-san— Sanzu se encorvó jalando hacia él a la mujer y comenzando un beso demandante en donde ambas lenguas se entrelazaban con deseo— te mueves como una experta, espero que ese tipo no te haya visto de esta manera— murmuró ronco sonando amenazante.

—N-no...Tojiro...él no me tocaba así— se negó sin dejar de moverse— solo Haru-kun ha visto esto en mi, aahh~— apretó los labios al sentir como el pelirosa guiaba ahora las embestidas—...más...más—



—¿Uh? No te entiendo, sé más específica— dijo Sanzu con diversión mientras apretaba el cuello de la mujer, de su mujer. Sabía que eso le gustaba, se lo confirmaba los gemidos que ella soltaba.

—¡MÁS FUERTE, HARU-KUN! ¡DESEO QUE TU POLLA LLEGUE MÁS EN MÍ!— suplicó apretando fuertemente las sábanas de la cama.

Sanzu dejó a la pelinaranja debajo suyo comenzando a golpear con más fuerza haciendo que esta emitiera grandes gemidos.

—Di que eres mía, dilo— demandó, dejando marcas en su cuello sin dejar de embestirla salvajemente.

—Soy tuya...soy tuya, Haru-kun. Todo de mí le pertenece a Haru-kun— gimoteó apretando con más fuerza los dientes.

No faltó ni un minuto más para que ella terminara corriéndose. Era el mejor orgasmo que había tenido en su vida.

Sanzu no dejó de moverse, poniendo más sensible a la pelinaranja. Pero estaba feliz, al fin podía ser suya. Solo de él. Nadie más podría estar con ella, y cualquiera que intentará acercarse sería asesinado por su katana. Él no dudaría en hacerlo.

Sacó de su ensoñación a Anri y la besó nuevamente. Bastaron con dos embestidas más para que terminara vaciándose dentro de ella. La mujer al sentir el semen caliente en su útero terminó llegando a otro orgasmo, del cual ya había perdido la cuenta.

Sanzu sonrió al ver el desastre que había causado en la mujer, miraba como su pecho buscaba el aire perdido, y aún con todo el sudor encima, no dejaba de verse hermosa.

Ver como su semilla salía de la entrada de ella por la abundancia no hizo más que sentirse satisfecho con todo lo que hizo para estar con ella.

—Eres solo mía, ¿entendiste?—

—...Si...— respondió como pudo la pelinaranja, sintiendo los espasmos en su cuerpo debido al mejor sexo que ha tenido.

Desde ahora dejaba atrás todo convirtiéndose en la mujer de Sanzu. De su Haru-kun.

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85% trama, 15% lemon xd
Discúlpenme por demorar en publicar un os, me dió un bloqueo bien feo, hasta ahora llevo no sé cuantos borradores que aún no puedo terminarlos pero si quiero publicarlos. Además este es mi regalo por lo que sucede en el manga, las teorías que dicen que Ran morirá me ponen mal 😭.

Y ya que este os es de Sanzu, les comparto lo que hice en mi spread sobre él, que publique la semana pasada en mi insta.

Es un papucho 🥵🥵.

También disculpen por publicar a estas horas y que seguro haya unas cuantas faltas ortográficas que se me hayan pasado al momento de corregir. Espero que les haya gustado este Os.

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