◻️32

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng




Advertencia:
-Hay mención sobre abuso sexual, no es tan explicito pero aún así aviso. Estoy segura de que el Izana de este futuro era capaz de hacer esto. Si no les gusta, solo les pido que se retiren. De alguna manera es un poco serio este Os.

Izana Kurokawa

—En verdad es algo que no me lo creo, los viajes en el tiempo es algo de locos—

Naoto dió un brinco del susto, tanto así que terminó botando los papeles que investigaba acerca de Manjiro Sano y Kisaki Tetta. Estaba tan centrado en la investigación que no había notado la presencia de su ex superior, Nozomi Hanejima.

—Buenas tardes, detective Hanejima– saludó con respeto, aunque luego notó que no estaba en el trabajo sino en su misma casa e incluso se olvidó de algo...— si no es molestia...¿cómo ingresó a mi departamento?— preguntó.

—Con ayuda de este pequeñín— sonrió enormemente la pelimorada enseñando el click que había usado. Naoto solo la miró sabiendo ya sus trucos y no dijo nada al respeto.

Su superior siempre iba a un paso de él. Era impresionante.

Takemichi quien miraba todo con confusión no sabía quien era la misteriosa mujer que al parecer Naoto conocía y que también sabía de su secreto.

—¿C-cómo sabe eso?— preguntó el pelinegro escondiendo su miedo al sentir esos calculadores ojos verdes observarle detenidamente.

Porque si sabía su secreto ¿no creería que ellos estaban locos?

Para su sorpresa, la mujer suavizó su mirada.

—Bueno, no fueron nada disimulados en estos momentos, acabo de escucharlo todo—respondió con simpleza.

—¿Y de verdad nos cree?— preguntó Naoto.

—Claro, ¿por qué no confiaría en mi lindo ex aprendiz?— musitó con voz cariñosa logrando sonrojar al Tachibana— además me gustaría saber más, escuche que Takemichi-kun solo vino a confirmar algo y puede que yo les pueda ayudar— dijo mirando el tablero que tenía Naoto sobre como estaba constituido la Toman centrándose en cierto peliblanco que bien ella conocía...

—¿Me preguntó qué demonios busca Kisaki?— continuó el tema Naoto mirando de igual manera el tablero de los datos— hace 12 años, Kisaki usó a Tenjiku para tomar control de Toman, pero en esta línea temporal, el nombre Tenjiku ni siquiera es conocido por la policía, además, Kisaki ya está muerto— contó sobre su investigación a los dos.

—Entonces eso significa que Kisaki...¿falló?— Takemichi no se lo podía creer.

Nozomi soltó un suspiro llamando la atención de ambos hombres.

—Kisaki Tetta es una rata muy escurridiza, lo sé porque lo he visto muchas veces hacer sus estúpidas jugadas, además con lo último que pude descubrir...es que él está vivo— soltó con seriedad la única mujer del lugar— además...— caminó hasta llegar al tablero y señalar la foto donde salía el peliblanco— él tiene mucho que ver en esto, su nombre es Izana Kurokawa—

—¿¡Eh!?— gritó Takemichi— ¡yo lo conozco es el comandante de Tenjiku!—

—Hasta donde yo sé, él es el único ejecutivo Toman— murmuró Naoto pensativamente.

—No es así, el es comandante de Tenjiku— volvió a repetir Takemichi.

—Además, fue también el capitán de los Black Dragons—

—¿Qué? ¿De qué estas hablando?— el Hanagaki no entendía nada.

—Ambos están por ahí— interrumpió la de ojos verde llamando la atención de ellos— Izana fue el octavo capitán de los Black Dragons y tres años después, fue capitán de Tenjiku— se fijó en Naoto— Kurokawa es alguien muy peligroso, por ello aunque busques información de él en el sistema de la policía...no encontraras nada porque su influencia es sumamente fuerte. Eso es lo más ventajoso que tienen ellos, por eso sus crímenes no son pagados como merecen. Y también, esa es una de las razones por la que me echaron, a los de altos cargos no le gustó que indagara mucho en eso— contó ella.

—¿Echar? ¿Entonces no eres policía? ¿Por qué Naoto te dice así...?— preguntó Takemichi.

—Hanejima-san fue mi mentora cuando entre a la policía, ella me enseñó todo lo que sé ahora y por eso siempre le estaré agradecido, siempre será mi superior— declaró con orgullo Naoto, dejando boquiabiertos a Takemichi y a Nozomi, después de procesar lo que dijo el Tachibana menor se sonrojó.

—Eso fue demasiado, ¡casi haces explotar mi corazón! Hice un buen trabajo— dijo casi al borde de las lágrimas la pelimorada, recordando lo gruñón pero bien atento a su trabajo como lo fue y era Naoto.

Y era por eso que no podía pasar tanto tiempo ahí.

Terminó entregándole aquello por la cual visitó en primer lugar a su ex aprendiz.

—Takemichi— llamó con voz firme haciendo que el chico le prestara atención— cuando viajes al pasado, busca a mi yo del pasado y cuéntale sobre todo, ella se tomará su tiempo pero te creerá. Después de todo, está buscando que Izana vuelva a ser el amigo que era antes— contó tomando de sorpresa a los menores— espero verlos pronto— se despidió y salió sin escuchar el llamado de ambos.

Debía hacerlo antes de que también ellos sufrieran las consecuencias de sus acciones.

¿Acaso hacer pagar a personas malas por todos los crímenes que hacen contra personas inocentes era malo? ¿Acaso por querer atraparlos ella cada vez tenía que perder a alguien? No entendía ni una mierda.

Antes de que doblara en una esquina, tuvo que esquivar rápidamente una bala que iba dirigido a ella para lastimarla. Cualquiera iría por su cabeza y no solo herirle el hombro.

Así que solo significaba una cosa...Izana estaba detrás de eso.

Mierda.

Debía escapar si o sí.

Sino lo hacía sería una menos de los que querían acabar con la delincuencia y otros malos actos de la Toman. Ya que los que buscaban eso realmente eran pocos.

Nozomi siempre se caracterizó por su agilidad y reflejo a la hora de pelear, no tenia tanta fuerza pero usaba su cerebro para arreglárselo y salir ilesa en una lucha cuerpo a cuerpo.

Por eso prefería ir en incógnito y no meterse en problemas.

Pero esto ya era otra cosa.

Ni aunque usara todas sus tácticas se lograría enfrentar a muchos de la Toman, que más que nada poseían armas de todo tipo.

Y ahí en medio de todo el ajetreo, miró como cierto peliblanco de ojos morados se acercaba.

Con lo último que acababa pasar, entendía que este tuviera un aspecto demacrado y más que nada buscando venganza.

Lo sonrisa que este le dió solo pudo enviarle escalofríos.

Todo estaba en manos de Naoto y Takemichi, ellos lograrían cambiar este futuro.




—¿Por qué demonios tenemos que tenerla aquí? Lo mejor sería sacarle todo a base de tortura, esta perra fue escurridiza pero ahora la tenemos aquí—

Después de esas palabras perduró el silencio que fue cortaba por otra voz mucho más tranquila.

—No importa, puede que haya tenido toda nuestra información, pero sabes que esos no harán nada, los tenemos en la palma de nuestra mano...¿o acaso estás asustado, Kisaki?— rió burlonamente.

—Haz lo que quieras, Kurokawa— susurró con odio Kisaki y salió del lugar.

Nozomi sintió como era sujetada fuertemente del rostro pero no emitió ningún ruido.

—Vamos, ya se fue, no tienes que hacerte la dormida conmigo— le dijo Izana.

En contra de su voluntad abrió los ojos tomándose unos momentos acostumbrarse a la luz del lugar que era muy escaso dándole una ambientación tétrica.

Ojos morado y verde chocaron al instante.

E Izana notó la decepción que había en ellos. Pero no le importaba, no cuando acababa de perder a su última familia.

—Eras un dolor en el culo, pero solo era cuestión de tiempo para tenerte aquí conmigo— habló el de pendientes de hanafuda— así que dime...¿acaso le dijiste algo a Mikey y por eso el murió?— preguntó con voz profunda, expresando el desagrado de esos hechos.

—Sano Manjiro tomó esa decisión por si mismo, yo no tuve nada que ver— respondió con el ceño fruncido la mujer. Le traía mal que pensaran que podía hablar normalmente con un asesino así como lo fue el presidente de la Toman.

Además, el niño que conoció ya no era el mismo.

Fue una sorpresa al enterarse de su muerte, muerte que fueron participe Naoto y Takemichi.

Era cuestión de nada que Toman se enteraran y vayan tras ellos.

Por eso, le entrego todo esos documentos de su investigación a Naoto.

Regreso su atención a Izana cuando este comenzó a alterarse, no creyendo aún que su hermano se haya ido.

—Si tanto lo querías...no lo hubieras llevado a esto— musitó con enojo deteniendo el griterío del Kurokawa— ¡todo hubiera sido diferente si tus celos no te hubieran nublado la cabeza ni que te dejarás influir por Tetta Kisaki!— exclamó furiosa.

Izana ensombreció su mirada, no gustándole que Nozomi le hubiera gritado aquello. Así que no dudo en darle un golpe que hizo que el labio inferior de ella sangrara, pero aún así, ella no dejó de mirarlo, expresando todo su odio hacia él y en lo que se había convertido.

¿Acaso no podía entender todo el engaño que sufrió por Shinichiro y la preferencia de este solo porque Mikey si era su hermano de sangre? ¿Acaso no sufrió viendo que él era engañado por ese mentiroso? ¡Por eso convirtió a Manjiro en el hermano que él necesitaba, que él quería!

Pero al final no resultó en nada...Manjiro se dejó matar por otros.

Y los iba a encontrar sin importar nada, debían pagar por haberle arrebatado su familia.

Ahora debía enseñarle a Nozomi que ella ni nadie debía meterse con él, y lo iba a disfrutar mucho.

Aunque...

La Hanejima se removió incómoda, notando como la mirada del peliblanco se enfocaba en ella y se detenía mirando su vientre.

En esos momentos solo sentía muchas banderas rojas alertándola sobre que algo muy malo se acercaba.

Y no se equivocó.

—Que idiota fui— Izana rió como desquiciado— todo estaba ante mi, gracias Nozomi, gracias por estar aquí—

—¿Q-qué demonios tratas de hacer?— preguntó temblorosa la fémina, ver a Izana así le recordaba el pasado donde todo cambió pero ahora era mucho más peor. Él ahora podía lograr todo lo que quisiera, nada ni nadie le haría algo.

—¡Que puedo crear a mis hermanos deseados de la manera que yo necesitaba! Moldearé a Shinichiro y a Mikey a mi manera y tú estarás presente— la señaló.

Él no lo haría...¿verdad?

—Vamos, de algo debes servir además de causar problema, Nozomi. Y que mejor teniendo a los hijos que yo quiero— Izana sujetó su rostro maravillándose con el horror en el rostro de ella, que no podía hacerle nada debido a que sus brazos estaban encadenados— serás la mejor incubadora, linda. Y te va a gustar.

Y con eso dicho, Izana llamó a Kakucho quien no se inmutó de ver a la que había sido su amiga en la adolescencia, él solo cumplía lo que Izana quería porque era su Rey.

Ni los gritos de ella suplicando lo detuvo, la llevó a la habitación de su rey escuchando aún la risa de este en los pasillos.

Esperaba que eso mejorara el estado de Izana, lo de Manjiro fue un gran choque pero eso se arreglaría gracias a Nozomi.

Tomó una inyección que contenía una dosis que la haría poner más sumisa porque a pesar de estar pasando una situación así, ella no dejaba de luchar. Eso la lograría calmar, todo sea por su rey.




¿Qué había hecho mal? ¿Acaso estuvo mal su trabajo de perseguir a los malos? ¿De querer encerrar a toda Toman por sus actos que perjudicaban a personas inocentes?

¿Por qué?

¿Por qué está siendo tratada de esa manera? Prefería mil veces morir torturada a ser pisoteada de esa manera.

Ahora solo tenía su conciencia intacta pero su cuerpo no podía moverse.

Podía ver y sentir como Izana la usaba a su antojo y ella no podía hacer nada.

Era tan...frustrante y humillante.

Quiso gritar de dolor cuando él empujó con fuerza en su interior pero ni su voz logró salir, lo único que podía hacer era llorar, pero tal parece que eso solo lo incentiva a que se siguiera moviendo con fuerza.

—Me alegra que te hayas guardado para mi, cariño. Sé que te gusta así, me estás apretando muy fuerte— dijo el peliblanco entre gruñidos, sujetando con fuerza las anchas caderas intentando alcanzar su placer y lograr llenar ese útero con sus hijos.

Ya se imaginaba verlos siguiéndolo a todo lado y aprendiendo todo lo que hacía él.

Izana le enseñaría tanta cosas a ellos, ya que al final de cuentas tendría para sí mismo a Shinichiro y a Manjiro, tampoco se olvidaba de su pequeña Emma.

Toda su familia estaría de vuelta.

Con ese pensamiento, terminó eyaculando dentro de la pelimorado. Rió limpiando las lágrimas que su querida había dejado caer debido a la emoción y le dio un beso en la boca encantado con su participación.

Tocó con adoración el vientre de ella, sabiendo que ahí crecerían sus hijos.

No podía esperar más.

Harían el amor tantas veces que pudieran para que sus hijos logren formarse dentro de su futura mamá.




—¿No quieres ver tu sorpresa?— preguntó Izana, Nozomi solo esquivó su mirada.

No sabía porque había sido llevada a ese lugar que estaba detrás de grandes edificios. Ya que desde que la atraparon solo había estado en el cuarto de Izana.

Sintió como era sujetada de su cabello, a Izana no le gustaba cuando ella lo ignoraba.

Y él sabía que debía mejorar su trabajo, pero le gustaba que ella fuera así. Una rebelde que vivía esperanzada de escapar de sus garras.

Algo que él no le dejaría poder cumplir.

A pesar de que no quería, terminó siguiendo a Izana.

Sus ojos verdes que expresaban más que nada vacío, miraron el suelo a medida que caminaban pero entonces se topó con unos cuerpos tirados.

¿Acaso se cansó de ella y decidió matarla ahora? Esperaba que si.

—Oye, no me digas que no los reconoces— musitó con una ceja alzada a la fémina. Si era así, entonces las dudas de Kisaki sobre ella estaban mal, no creía que Nozomi le ocultara cosas, porque si era así...él mismo no se reconocería.

Kurokawa observó con seriedad como la expresión estoica de ella pasaba a pánico, reconociendo a quienes estaban en el suelo.

Siempre...ella siempre supo quienes le había quitado su Mikey, a su hermano.

—Hanejima-san...— llamó en un susurro Naoto viendo a su superior, notando lo demacrada que estaba junto con algunas manchas moradas que decoraba su rostro y parte del cuello, solo en esos lugares era visible verlos, pero el pelinegro supuso que había más.

Takemichi estaba asustado no sabían cómo Toman los había rodeado, habían seguido todo como la misma Hanejima les había puesto pero tal parece que ellos estaban a un paso de ellos...siempre sucedía lo mismo.

Pero ahora...

La pelimorada notó que ambos menores solo se encontraban golpeados pero no tan gravemente, pero sabía que no había esperanza, ahí se encontraban ambos enemigos perteneciente a la Toman.

Tetta Kisaki que se encontraba divertido con lo que miraba e Izana Kurokawa que tenía una mirada oscura sobre ella.

Eso solo confirmaba que él ya lo sabía.

Palideció cuando dispararon a Naoto y a Takemichi.

Y cuando era el turno de Izana, ella se interpuso ganándose el ceño fruncido de Kisaki.

—N-No te voy a dejar que jales el gatillo— musitó con seriedad mirando con odio a los dos.

—Te dije que no trajeras a tu perra, Izana, y no me hiciste caso— habló aburrido el de anteojos.

—¿Lo sabias no? ¡Sabias que ellos mataron a Mikey!— reclamó Izana.

—Manjiro Sano murió porque así lo quería, ¡no soportaba estar a tu lado!—

A pesar de que lo dijo para que Naoto y Takemichi tuvieran tiempo de tomarse la mano y activar el viaje al pasado, Nozomi se arrepintió de sus palabras cuando la mirada del peliblanco pasó a ser desquiciada.

Lo último que vio Takemichi antes de regresar al pasado fue la sonrisa de Naoto antes de morir y la mirada esperanzada que le dio Hanejima-san.

"Por favor, cambia todo el futuro, Takemichi"

Y el viaje se activó, regresó al pasado.

Nozomi fue apartada bruscamente y vio como el cuerpo de ellos era llenado de agujeros, su sangre bañaba todo el pavimento del lugar.

Pero todo se arreglaría, estaba segura, Takemichi era un chico que cumplía todo lo que prometía. Pudo saberlo ese día que lo conoció. Él lo lograría.

Soltó una risa que llamó la atención de esos dos.

—Van a caer, malditos. Solo espérenlo—

Solo un poco, debía aguantar un poco todo lo que Izana le haría. Ella lo lograría, Takemichi hacia su parte, solo debía confiar en él.

Miró a Izana notando lo enojado que estaba.

Era un hecho, volvería nuevamente al infierno.




Takemichi lloraba mientras corría, buscando volverse más fuerte.

Fue entonces que chocó con alguien.

—Ow~, ¿qué pasa niño? ¿Por qué lloras?—

Al alzar la mirada se encontró con una chica pelimorada, que le brindaba una suave sonrisa pero en su mirada pudo captar un rastro de tristeza.

El chico quedó impactado, ella era...ella era...

—¿Hanejima-san?— gritó exaltado.

Ella solo lo miró con una ceja alzada, llevando un mechón de su corta cabellera detrás de la oreja.

—¿Cómo me conoces? Y otra cosa, ¿haz visto a un peliblanco de piel morena?— preguntó sin preocuparse tanto de que otra persona la conociera.

Pronto comenzaría una batalla que sabía que terminaría mal.

Era cansado tener que perseguir a alguien emocionalmente inestable pero era su amigo, aunque sea a golpes lo iba a hacer reaccionar.


Imagínense lo que Nozomi del futuro paso en ese tiempo que existió junto a un Izana que cree que fue "traicionado"...

Este fic lo tenía pensado para el cumple de Izana pero ya ven lo que me tardé xD. Es algo poco usual de lo que he escrito hasta ahora, espero que les guste este cambio, no todo es felicidad, chicos y chicas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro