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Aclaraciones:
-La apariencia de este Baji es de la línea 0 ya que tiene la mitad de su cabello de color claro (no se si era rubio o blanco).
-A pesar de que la mayoría es soft y trama al final habrá lemon que será sin protección (creampie), para los que no les guste ahí está aclarado.
-Y que todo esto es FICCIÓN.

Baji Keisuke

Baji se acercaba a aquel departamento soltando groserías, estaba enojado de que sea él el que se encargue de ese sujeto cuando otros de menor rango podían hacerlo, pero no, Kisaki quería que él lo hiciera ya que ese sujeto había visto la cara a toda esa peligrosa organización como si nada.

Tch, si pudiera mandaría a la mierda a Valhalla pero no podía, ya estaba bien metido en ese mundo y más bien, él sería enviado a la mierda. Así de simple.

Hizo a un lado un mechón bicolor que había caído en su rostro y tocó el timbre del departamento de ese sujeto miserable que se había atrevido a meterse con la mafia que controlaba todo el bajo mundo de Japón.

Ya tenía preparado su arma bajo el saco, pero no se había imaginado quien le abriría la puerta.

—Hola, ¿buscas a alguien?—

Quien le abrió la puerta no fue nadie más que una mujer que a Baji le pareció muy hermosa, diablos, hasta había sentido como se sonrojaba como si fuera un maldito adolescente.

Ella tenía su cabello azul, tal parece que pintado, en un gran moño, sus bellos ojos de un color purpura lo miraban con curiosidad y lo mejor, es que portaba un vestido con un mandil encima que no hacía nada más que resaltar su figura, aunque parecía que ella no se daba cuenta.

¿Desde cuando tiene ese gusto por los mandiles? La respuesta está clara, desde que esa preciosura le abrió la puerta.

Ya estaba, Baji Keisuke estaba enamorado.

—Emm...buscó a Suguru....soy un...— tartamudeó el pelinegro, escondiendo discretamente el arma— ¡un amigo de la secundaria! s-si eso— nunca en su vida se había sentido tan nervioso, ni cuando había matado por primera vez ni cuando él le había gritado a su madre sobre que la escuela era una mierda.

—¡Vaya! No sabía que Suguru-kun tuviera tan buenos amigos que incluso lo buscan— la mujer le sonrió tan dulcemente que Baji sintió su corazón derretirse— pero lo siento, Suguru-kun a salido en un viaje de trabajo, me avisó que regresaría en un mes— le dijo apenada.

—Ah...no se preocupe, ¿y usted quien es?— preguntó el pelinegro.

—Disculpa mis modales, soy Izuna Shio...¡digo! Furukawa, la esposa de Suguru-kun, mucho gusto— se presentó la peliazul.

¿Escucharon eso? Fue el corazón de Baji Keisuke, uno de los ejecutivos de Valhalla, romperse en muchos pedacitos.

—Mucho gusto, soy Baji Keisuke, encantado de conocerla— pero un corazón roto no podía impedir que no se presentara ante semejante diosa.

Luego de despedirse, Baji se dirigió a su auto con un caminar casi robótico.

Fue en medio del silencio que golpeó el volante con sus manos soltando un grito. Enojado consigo mismo por no haber revisado bien las conexiones que tenía ese sujeto.

Lo iba a matar y torturar, ¡lo juraba!

Y se quedaría con su esposa, lo haría.

Baji frunció el ceño viendo aquellos papeles que tenían información de Izuna, ella era una mujer increíble, había resaltado tanto en la primaria, secundaria y preparatoria, tenía muchos diplomas por los diversos concursos de matemática y otros cursos que había ganado a lo largo de su vida escolar y ahora...solo era una ama de casa que salía solo para comprar los víveres de su casa. Ver las fotos de cuando era joven y el de ahora le mostraban el gran cambio que tuvo, seguía igual de hermosa e incluso más, pero aquel brillo que mostraba en su adolescencia ya no estaba ahora en la adultez. Todo por culpa de ellos, todos eran unos hijos de puta. Dejó a un lado aquella información y se acercó a la persona amarrada.

Kazutora y Chifuyu solo miraban como Baji golpeaba al tipo que había osado en tratar de escapar de Valhalla sin conseguirlo. Claro, era normal ver al pelinegro golpear a los que hacían en frente a la organización, pero otro era verlo golpeando con una gran ira que hasta ellos no sabían de que se trataba.

Aquel tipo solo dejaba escapar balbuceos y muchas lágrimas, sabía que debió escapar antes, se arrepentía mucho. Ahora el tipo que lo estaba golpeando le estaba preguntando cosas que no entendía.

Si tan solo no se hubiera entretenido golpeando a esa perra que era su esposa, esto no hubiera estado pasando.

—¡Hola, Baji-kun!— saludó efusivamente la mujer al ver nuevamente al amigo de su esposo.

—Hola, Furukawa-san— respondió Keisuke de igual manera, sintiendo ya el conocido calor en sus mejillas.

Mientras pasaba el tiempo con la dulce Izuna, el pelinegro se daba cuenta que la mujer si amaba su compañía ya que cuando hacía un ademán de que se iría, ella rápidamente sacaba un nuevo tema de conversación.

Y Baji no era quien para impedirle que ella no sea feliz.

—¿C-cómo?— murmuró sorprendida la de ojos púrpura.

Baji pensaba que la había cagado.

—Ehh...nosotros ya somos amigos, ¿no? Puedes llamarme cuando quieras— ¿se estaba apresurando?

—¿Amigos? ¿Enserio somos amigos?— ella no podía creérselo.

Tanto de estar sola y ahora...¡tenía un amigo!

—Claro que si, eres increíble— sonrió el pelinegro de puntas claras mostrando aquellos colmillos que no hacían más que resaltar su apariencia.

Izuna suspiró cuando nuevamente su esposo no respondía a sus llamadas, no entendía que pasaba, ¿acaso había perdido su celular en medio del trabajo? Era raro, él siempre la llamaba para saber que estaba haciendo, para saber si siempre estaba en casa.

Y ahora, estaba completamente sola. Escondió su rostro entre sus rodillas que abrazaba sentada en el sillón de su sala. Había realizado todos los quehaceres, asi que no habia nada que hacer, eso solo la asustaba más, ¿acaso había hecho algo malo y por eso no contestaba sus llamadas? Seguro era por eso, aún seguía enojado. Por eso antes de irse le había golpeado...

Tomó, nuevamente, su celular que había dejado a un lado, viendo que no tenía nada, ya que a su esposo no le gustaba que tuviera redes sociales o se distrayera con juegos, eso lo aprendió a las malas.

Pero hubo algo que hizo a escondidas, tenia en sus contactos a Baji-san, el amigo de Suguru y ahora, amigo de ella. No va a mentir, le hacía feliz ver otro contacto ademas del de su esposo, desde hace mucho que no tenía amigos.

Además, tambien agradecía que su esposo estuviera de viaje, asi aunque sea podría disfrutar de conversar más con Baji, hasta que su esposo se entere y haga que corte sus lazos con el pelinegro.

Deseaba que ese viaje durara para siempre.

Pasaron los días, ya casi para que se cumpla un mes y así el viaje de trabajo de su esposo termine, así que eso la tenía ansiosa.

Y Baji lo había notado.

No podía creer que en tan pocos días, hubiera hecho grandes avances con ella pero aún así el miedo hacia su esposo persistía.

—Estoy preocupada, no ha respondido a mis llamadas desde que fue a ese viaje— susurró con una falsa preocupación la azulina, en vez de preocupación se podía notar el miedo en sus ojos púrpuras, Keisuke le había hecho olvidar eso los primeros días pero ahora que el mes se acabaría aquello había regresado. El enojo de su esposo siempre duraba poco, pero ahora, Izuna no estaba tan segura de eso.

Mientras ella se encontraba nerviosa, Baji sentía que iba a explotar, lo haría.

Y sí, lo hizo.

—No vendrá— murmuró llamando la atención de la mujer— no lo hará porque está muerto.

Frío, así lo dijo.

Sus ojos marrones la miraron con seriedad, haciéndole ver a Izuna que no mentía.

—¿C-cómo sabes? ¿E-Era por eso que no contestaba mis llamadas?— tartamudeó apretando su ropa con sus manos, clara muestra de que aquello no lo veía venir.

Tenía miedo, no se sentía triste con lo que le había pasado a Suguru, su esposo.

Tenía miedo del qué iba a ser de ella, siempre encerrada en casa y sin tener un trabajo propio, solo porque él se lo impidió tenerlo y ella se lo permitió solo porque fue influenciada por su familia.

Ser soltera era mal visto por sus padres. Y ella no quería eso.

Se sentía tan mal y vulnerable.

—Siempre estaré contigo— volvió a hablar el pelinegro e Izuna lo escuchó— tú me gustas, Izuna, nunca más estarás sola— sonrió.

Ella apretó los labios, mirando Baji sin encontrar ninguna mentira en sus palabras.

Si corazón sintió aquella calidez que solo sentía cuando hablaba con Baji, cuando reía con él hablando de diversos temas.

Pero quería saber algo...

—¿T-tu lo hiciste? ¿Tu lo...mataste?— preguntó bajando la mirada en una clara muestra de miedo, temía que esa pregunta lo enojara.

Pero Baji no la golpeó.

—Si, lo hice. Él no le pagó a Valhalla y quiso huir del país, mi misión era matarlo a él y a todas sus conexiones— detuvo su explicación, dudando si decir lo siguiente pero prosiguió— pero cuando la que abrió la puerta fuiste tú, no pude hacerlo. Me enamoré de ti a primera vista, así que mentí diciendo que era su amigo. Pero yo nunca sería amigo de ese cobarde. Así que por eso te investigué— eso llamó la atención de la fémina— fue con eso que me di cuenta de todo lo que pasaba, de lo que tú sufrías. Tengo que decirlo, tu familia es una basura— habló con enojo— el resto tú ya lo conoces— se ruborizó, recordando toda las visitas, conversaciones y las cenas que ella le invitaba.

Si esto se acababa por decisión de ella. Realmente iba a atesorar esos buenos recuerdos.

Ahg, su rutina iba a ser la misma nuevamente ya lo veía venir, sí que sería abu-

Baji quedó estático al sentir esos brazos rodearle.

Ella lo abrazó fuertemente escondiendo su rostro en su pecho.

Sentía que él lo necesitaba y tampoco quería mentirse, también estaba en las mismas condiciones.

Aún no podía creer que Baji sea un mafioso y que haya matado a su esposo...ex esposo. No cuando ha visto siempre lo bueno de él, como cuando la ayudaba con las compras o alimentaba a los gatitos callejeros.

Seguro él también había pasado por mucho.

—Me pone triste— comenzó a decir sintiendo como el contrario se tensaba—...que hayas buscado sobre mí en vez de preguntarme, aunque lo entiendo, yo no te lo habría dicho más que nada por vergüenza ya que yo misma dejé que esto sucediera, que mi familia decidiera por mi y que él me golpeara.

—¡No es tu culpa!— exclamó Baji tomándola suavemente de los hombros— nada de lo que pasaste es tu culpa, es culpa de ellos, solo de ellos. Así que nunca digas eso.

Debía hacer que eso saliera de su cabeza.

Izuna quedó sorprendida, recordó las veces en donde fue buscando a sus padres pidiéndole ayuda y estos se lo negaban, o cuando había ido a una estación de la policía por el maltrato que Suguru le había hecho, y las autoridades no habían hecho nada. Solo son problemas de esposos, habían dicho.

—¿De verdad te gusto? ¿Yo? ¿Alguien que no se sabe ni defender?— lloró aún sin poder creerle.

—Lo hago, me gustas mucho, cariño— él limpio con suavidad las lágrimas derramadas de la mujer— ¿ya no te lo he dicho? Si me lo permites, quiero estar a tu lado por siempre, pero si no quieres, solo déjame hacerlo hasta que tú puedas estar bien y avanzar como lo fuerte que eres. Sé que lo lograrás, solo ten confianza en ti como yo lo hago.

Baji trató de no trabarse al hablar cada vez dificultándoselo, le era difícil mientras lloraba porque creía que ella no lo escogería, que le tendría miedo por ser un mafioso, un asesino...

Y no iba a engañarse, ella se merecía algo mejor que estar con alguien del bajo mundo.

Así que iba a despedirse bien de su primer gran amor.

—Te amo, y siempre lo haré. Nunca perdonaré a los que dañaron a un ángel como tú que merece siempre lo mejor. Así que recuerda, Baji Keisuke siempre cuidará de Izuna, sin importar nada, y tú nunca estarás sola porque siempre me tendrás a mi, cuando lo requieras te brindaré siempre mi ayuda.

Sonrió e Izuna no pudo evitar recordar todos los momentos qué pasó con él, todas las risas, los momentos tristes al ver una película de drama, cuando la acompañaba a cenar.

Todos esos momentos quedaron grabados en su mente.

Estaba muy segura, Baji nunca le haría daño, nunca le privaría de nada y que apoyaría las desiciones que ella tuviera.

Aún creía que no se merecía tal trato pero le gustaba. Quería sentirlo por siempre.

Se paró de puntas y lo besó.

A pesar de ser un beso que sabía a salado debido a sus lágrimas, fue el mejor que ambos tuvieron.

Baji salió de su estupor y abrazó fuertemente el cuerpo de la peliazul.

Ambos no quería separarse pero el aire se les acababa, así que lo hicieron.

Por un breve momento nadie pronunció nada, solo se miraban fijamente, comunicándose entre ellos.

Y la verdad que se entendían muy bien.

—Me gustaría conocerte también, Baji-san— Izuna sonrió demostrando su calidez aunque luego se dio cuenta de lo que dijo— s-solo si tu quieres— murmuró avergonzada.

Keisuke rió levemente, limpiando el rastro de lágrimas que habían quedado en su amada.

—Me puedes decir Keisuke y no hay ningún problema con contarte sobre mi, más bien, estaríamos a mano— sonrió.

Ambos se sentaron en el sillón de aquel departamento que pronto sería desalojado, Izuna no quería tener nada que le perteneciera a ese tipo. Quería comenzar de nuevo, y esta vez junto a Baji.

La fémina apretó la mano del pelinegro al verlo sentir culpa e impotencia. La muerte de su amigo de la infancia lo había marcado mucho, eso hizo que sus relaciones con su mamá y amigos se rompieran, era tanto su dolor que terminó en el bajo mundo, siendo unos de los subordinados que tenía Valhalla.

Pero ella quería cambiar eso, sabía que estar en esas cosas era difícil pero estaría al lado de Baji. Ella lo prometía.

Baji salió de su auto mostrando signos de cansancio ya que hace poco tuvo otro trabajo. El atrapar a esa rata sí que había sido difícil pero con la ayuda de sus subordinados, Chifuyu y Kazutora había logrado dar con su localización y acabar con eso. Si saben a lo que se refiere.

Pero aún con todo eso estaba feliz ya que volvería a dormir con su bella esposa luego de casi una semana de no poder verla. Porque sí, cumplió con su objetivo. Fueron mucho tiempo que pasaron como novios, conociéndose mutuamente y pasándolo bien en citas hasta que su amada aceptó casarse con él. La verdad es que el pelinegro no imaginaba que volvería a tener una familia pero véanlo aquí, ya llevaba más de tres años casado con su linda esposa quien siempre lo recibía con un gran beso y rica comida casera.

Y hoy iba a ser lo mismo...o eso pensaba.

Keisuke sintió que con solo verla ya se le formaba un bulto en sus pantalones. No se esperaba eso, para nada.

Sintió como su respiración se entrecortaba cada vez que esas cálidas manos se paseaban por su cuerpo, llegando casi a su entrepierna.

Sujetó con fuerza las caderas de su amada sintiendo como ella succionaba la piel de su cuello. Se quedó sin aliento al ver esos ojos púrpuras que expresaban amor y lujuria.

—¿Estas listo para tu premio, cariño?— preguntó Izu, el apodo que él mismo le puso, con voz cariñosa.

El solo asintió como tonto causando pequeñas risas en la fémina, quien se arrodilló desabrochando sus pantalones y dejando salir su erecto miembro que golpeó levemente la mejilla de ella haciendo que la vista lo calentara más.

Izuna con su miembro en su boca, portando un mandil que no le tapaba absolutamente nada y con unas orejas de gatos sujetadas en su cabeza.

Solo con eso Baji ya se iba a venir.

Reprimió un jadeo cuando sintió como ella succionaba en la punta y comenzaba un movimiento que hacía que su polla chocara con su garganta. Izu, pasaba su lengua por todo el grosor de la polla, saboreando su sabor salado pero que a ella le gustaba mucho. Con sus manos acariciaba lo que su boca no podía cubrir como los testículos de Baji y la base de su pene.

Sintió mojarse mucho más cuando veía el rostro totalmente complacido de su esposo, eso hacía que su pequeña vergüenza desapareciera y tomara más confianza con su chupada.

Keisuke sentía que ya pronto se vendría, solo le faltaba poco pero sintió como su polla ya no era cubierto con la calidez de la boca de su amada, así que se quejó.

—Aunque también quisiera probarte, lo mejor es que lo hagas dentro de mi— ella se giró dejando su trasero al aire, ahí Keisuke también se dio cuenta de que portaba una cola de gato, pero no uno cualquiera, sino de aquella que venía con un dildo.

Izuna sentía que su cara se calentaba al ver como Baji solo miraba su trasero, ya sabía que ella había llevado todo eso muy lejos. Seguro se había asustado viendo lo sin vergüenza que era.

Y cuando quiso hablar sintió como Baji sacaba el dildo que estaba en su trasero. Gimió por aquel acto.

—¿Tanto así necesitabas mi polla, no? Teniendo que usar esos juguetes, me saliste una gatita traviesa, ¿eh?— Baji golpeó su trasero haciendo que ella emitiera un gritito demostrando como esa acción le había gustado— mírate te mojaste aún más porque te golpeé, si que eres una gatita caliente— comenzó a frotar su polla contra su entrada resbaladiza— sé que lo quieres, ruega por ello— dijo mostrando una sonrisa de lado.

Izuna movió sus caderas intentando ella misma poder meter su pene adentro suyo, le avergonzaba tener que gritarlo. Pero su esposo sabiendo eso, cada vez se alejaba de ella, divirtiéndose con su sufrimiento. No iba a aguantar más.

—¡Fóllame Kei! ¡Quiero sentir tu polla dentro mío! Por favor, amor— suplicó pudiendo más su calentura que su vergüenza. Después de que terminara todo, se escondería bajo de sus mantas para siempre y no saldría de la cama.

Baji entró de una estocada en su interior sintiendo como aquellas paredes lo abrazan con fuerza, como cada vez que ellos hacían el amor, soltó un suspiro debido a eso. Ya lo había extrañado. Al sentir como Izu movía sus caderas supo que debía moverse. Comenzó con un vaivén lento intentando acostumbrarla, luego de un rato comenzó a moverse mucho más fuerte, aunque ella no lo dijera le gustaba cuando él se lo hacía duro. Cada empujón hacía que la chica soltara fuertes jadeos y sintiera como su mente se abrumaba solo con el placer que sentía.

Salió de su ensoñación cuando sintió algo grueso, que recordaba perfectamente, metiéndose en su parte trasera.

—¿E-eh? ¿Q-qué? Keisuke— pronunció como pudo, ya que su esposo no dejaba de penetrarla usando también el dildo para hacerlo en su trasero.

—Ese lugar también estaba deseoso y aunque tenga celos de ese juguete, no voy a negar que esta vista es muy caliente— murmuró Baji en su oído.

Izu sabía que no iba a durar mucho, no así, siendo follada con mucha fuerza, como pudo le avisó a Kei diciéndole que no duraría mucho, a lo que este arremetió con mas fuerza dentro de ella, haciendo que soltara muchos gemidos y en una de esas llego al tan anhelado orgasmo, el que tenía después de mucho de no a ver visto a su adorado esposo.

Keisuke no se quedó atrás y después de unos segundo se vino dentro de su esposa llenándola completamente. Cuando se salió de ella pudo observar como su semilla se desbordaba cayendo entre sus muslos.

Mierda, si seguía así se le pararía de nuevo.

Se asustó cuando sintió que era puesto rudamente en la cama, para después ver con miedo como su querida esposa se ponía encima de él.

—Esto aún no ha terminado, Kei— dijo la de ojos púrpuras mientras se deshacía del mandil a dejando toda su parte delantera al aire— aún sigue siendo tu cumpleaños y tu querida esposa te premiará de muchas maneras— se acercó a él mientras masturbaba su, nuevamente, duro miembro— te amo mucho cariño— y aunque sintió un calorcito en su pecho por aquellas palabras lo que más albergaba en los ojos de ella era la lujuria, también amor, pero era más del primero.

Baji no iba a poder dormir esa noche y madrugada también.

Lo siento, lo siento esto debía ser subido para el mismo día del cumple de Bajo ósea el 03 de Nov y aquí yo recién subiéndolo pq recién lo terminé de escribir. Ya casi tres semanas con este oneshot ...🤡

Para serle sincera esto lo había pensado que terminara con infidelidad por parte de la oc que aceptaba todo porque le gustó Baji, pero conociendo la personalidad que le dí haría que ella se sintiera mal y no quería eso. Por parte de Baji, él sí lo hacía ya que no le importaba nada xD.

Aún estoy triste porque haya terminado el manga y que todo se haya resuelto en un solo cap 😢 no niego de que me gusto mucho el final, reniego porque este último arco fue pura mrd y solo nos presentaron personajes así nomas que no sirvieron de mucho.

En fin, espero que les guste el os.

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