Al enterarme de mi embarazo solo pude pensar en tres cosas:
¿Norman estará de acuerdo?
Soy feliz
Tengo miedo
Pero mentiría si dijera que no creo que esto vaya a reparar nuestra relación.
Sea como sea, amo a mi bebé.

Decidió que no esperaría para contarle a Norman de su embarazo. Era poco decir que era malo con los secretos, así que no esperaría a arruinarlo todo con sus balbuceos e iría al punto directamente.
De nuevo, tal y como lo había hecho en su aniversario, preparó una cena y limpió y decoró el comedor meticulosamente.
Norman llegó mucho más tarde de su trabajo, como ya era habitual , aún lo engañaba, él lo sabía y le ardía en el alma, a pesar de que sea un poco más bueno con él y un tanto más atento seguía haciéndolo sin descaro alguno, pero tenía la esperanza de que lo comprendería esta vez e intentara cambiar por su bebé.
Saludó a Harry con un pequeño beso en la mejilla y se sentó en la mesa.

Una ola de nervios recorrió el cuerpo de Harry e instantáneamente se mareó, resistió y respiró.
1,2,3...
Contó en su cabeza y resopló una pequeña maldición nerviosa antes de agarrar una jarra con agua de la nevera y colocarla en la mesa.
-Cariño, ¿te importa servirte tu mismo un momento? Tengo que traer algo de la habitación.-
-Está bien- dijo Norman un tanto disgustado, pero controlándose.

Fue hasta su habitación y del cajón de su ropa interior sacó una pequeña caja de cartón color blanco con un listón del mismo color. La miró con cariño y cerró sus ojos soñando en el increíble momento de contarle a Norman, imaginando que diría. Tenía esperanzas y tenía sueños, estar embarazado siempre fue uno de ellos, así que realmente deseaba que su novio lo acepte.

Apretó con cuidado la caja contra su pecho y camino hacia el comedor de nuevo con pasos suaves.
-Norman, yo tengo algo que decirte- hablo torpe apenas llegó en frente de la mesa.
Norman alzó una ceja y lo miró firme, comunicándole con la mirada que le diga lo que le tenía que decir.
-Bueno, yo me enteré ayer... Y me pareció adecuado decírtelo cuanto antes, sabes que no soy bueno guardando secretos.-
-Harry dímelo ya, me estás poniendo nervioso.- dijo un tanto tenso
Harry no dijo nada, solo se acercó a él y le entregó la pequeña caja de cartón.
Norman la agarró con manos temblorosas y desarmó el listón y abrió la caja.
Sus ojos se abrieron en grande observando su contenido.
Una prueba de embarazo positivo posado delicadamente arriba de papelitos blancos.
Procesó un poco la información, congelado en su lugar.
Harry ya temia lo peor, pero luego vio como Norman al fin alzó su mirada hacia él.
Se levantó de su silla y Harry ya estaba preparado para cubrirse pero sintió como fue alzado del piso.
Norman lo estaba abranzando.
Lo abrazó tan pero tan fuerte que lo levantó del piso y dio unas cuantas vueltas, podía oír su respiración acelerada y cuando se separaron observó la sonrisa de Norman tan tirante y feliz que hizo que su corazón estalle de la alegría.
Todo el peso y preocupación con la que cargaba se fue de inmediato de sus hombros y soltó un suspiro tranquilo, sintiendo que al fin podía respirar.
-¿Voy a ser papá?- preguntó incrédulo
-Si Nor, tendremos un bebé- con los ojos aguados se volvieron a abrazar con cariño.
Esa noche fue una de las pocas veces en las que simplemente se quedaron abrazados hasta dormir, cosas que solo hacían cuando se empezaron a conocer.
Al parecer, Harry tenía razón.