En mi cuaderno y anoto los datos que me acaban de comentar, me giro y me quedo congelada, están mi Jefe, Lucas y un hombre que nunca había visto, mi corazón da un pequeño salto que no sé como interpretar, él es alto con su cabello peinado pero a la vez desordenado le queda increíble, es de piel clara pero bronceada perfectamente, ojos profundos que no puedo dejar de ver, color marrón, miro sus brazos y noto de inmediato que hace ejercicio se le notan los músculos bajo su camisa de color blanco, sin corbata que lo hace ver mas jovial, ya que lleva 2 botones desabrochados y no tiene bello eso me gusta, odio el bello... 

Pero que estoy pensando que me importa a mi... a pesar de eso no puedo dejar de verlo, esta usando unos pantalones azul marino que van excelente con sus zapatos bien lustrados, me agrada o por lo menos me genera buena impresión, hasta ahora, me mira a los ojos y me hace sentir rara, pero aun así no quito la vista de él.

—Hola — digo fingiendo una sonrisa.

—Hola Emma ¿Cómo estás el día de hoy? – dice Andre que es mi jefe en esa área, para ser más exactos es el supervisor, pero nunca está — me gusta cuando hablas con el personal de la mina, que sepan que estamos haciendo nuestro trabajo — Sonrío.

—Bien gracias, será un largo día — un Laaaaargo día, ese largo necesita demasiadas "a".

—Lo sé Emma, pero te necesitamos y lo sabes — trato de dar la mejor sonrisa falsa que tengo — Mira quiero presentarte a alguien que espero aprenda mucho y te pueda ayudar, el es Max Ricci es nuestro nuevo Ingeniero geomecánico — él me mira directo a los ojos, sonríe con la que debe creer es su mejor sonrisa, se la devuelvo, le doy una real.

—Hola es un gusto conocerte... — se detiene.

No se porque me pongo nerviosa, okey... esto es nuevo, pero él es muy, pero muy atractivo, se acerca y me da un beso en la mejilla, tomándome por sorpresa, la verdad es que odio que invadan mi espacio personal, pero que lo hiciera me hizo poder sentir su perfume y huele muy bien no puedo evitar cerrar los ojos por un milisegundo.

—Emma, soy Emma Ezeiza — Sonrió y siento que me estoy sonrojando, siento el ardor de mis mejillas y cómo van recorriendo mi cara no le doy importancia — bienvenido.

—Muchas Gracias — Sonríe, sigue mirándome, no entiendo por qué no deja de hacerlo.

—Espero me tengas paciencia — se ríe y le vuelvo a sonreír.

—Tranquilo no es complicado — me giro.

Reviso cada radar, llevo varios minutos sin chequear los datos, una vez que termino vuelvo a la conversación.

—Esta todo bastante tranquilo — me sonríen.

—Emma entonces te dejo con Max, trátalo bien, no seas tan exigente, espero sean un gran equipo, permiso — se gira y sale de la oficina, lucas nos mira serio.

—Bueno yo también me voy, estoy agotado, nos vemos en la noche — le da la mano a Max y me da un beso en la mejilla.

—Adiós nos vemos, descansa — digo, esperamos a que salga de la oficina.

—Adiós, nos vemos — dice Max y sin más, lucas toma su bolso y se marcha.

Le sonrió a Max y me devuelve la sonrisa, me siento incómoda, no se bien como partir así que busco el libro de radares en donde sale toda su información y finjo leerlo mientras pienso que decir.

—Puedes sentarte, así estarás más cómodo — digo sin mirarlo — este libro te será muy útil, aquí esta toda la información de estos tipos de radares, aparte hay bastantes cortos, así les digo a las indicaciones para hacer informes en donde sale el paso a paso, sirven como guía cuando estás solo y olvidas un paso, o para cambios de hora, crear paredes o figuras, es nuestra biblia, puedes leerlo, sacar apuntes o lo que más te acomode, arriba hay una fotocopiadora por si quieres sacarle copia — digo seria, no es momento de risas, debe saber todo lo que conlleva este puesto y todo lo que puede estar en riesgo.

—Oh... eso seria genial, muchas gracias, ¿Cuánto tiempo llevas trabajando aquí? — pregunta.

—5 años, ¿alguna pregunta sobre el monitoreo?

—¿Tienes pareja? — inclino mi cabeza.

—Sí, en 3 días estamos de aniversario — se me aprieta el pecho, siento la boca un poco seca y me falta aire, me giro para fingir que estoy viendo los datos de cada computador mientras trato de tranquilizarme, aun duele cualquier tipo de recuerdo.

—Eso es mucho tiempo, ¿han pensado en casarse?

Al escuchar esa pregunta siento que mi corazón se está rompiendo, mis manos comienzan a temblar y mis ojos se llenan de lágrimas, respira Emma tranquila respira por favor, tu puedes... tu puedes, no paro de decirme tu puedes, si claro...

—Estamos en la oficina y es tu primer día, deberías estar más preocupado de tu trabajo ¿no crees? — digo secamente.

Escucho como se acomoda en su asiento, creo que notó mi molestia, respiro hondo, logre calmarme me giro y lo veo leyendo nuestra biblia lo analizo y estoy segura que sabe que lo estoy viendo y está incomodo, pero no lo demuestra, pasa las hojas muy rápido, no debe estar leyendo nada...

—Ven siéntate aquí, practicaras en este radar — Se levanta y toma su silla para acomodarla junto a mi, siento su perfume, me gusta.

—No quise incomodarte — se disculpa.

Me doy cuenta que yo era la que estaba en el error, no es su culpa, el no lo sabe, le sonrió y comienzo a dar una gran y larga explicación de cada pared el me mira concentrado y serio, anota cada frase a la que le doy más énfasis, eso me gusta, son cosas importantes, me pregunta cada duda, no sé guarda nada. Cada cierto tiempo le digo que revise los datos y determine si a ocurrido alguna deformación. Es buenísimos con la interpretación de datos, me alegra que este aquí, será un gran aporte.

Al fin es hora de colación, de verdad mi panza gritaba que necesita una hamburguesa con queso, tomate, lechuga y mostaza, lo pienso y me suenan las tripas como diría mi abuela.

—Ve a comer primero, yo me quedaré practicando — dice Max, agradecida asiento.

Tomo mi bolso y prácticamente corro hacia la puerta, pero me detengo justo antes de cerrarla.

—Comprare algo y vuelvo enseguida, así que tranquilo — nos reímos.

Es obvio que lo hizo por caballerosidad, pero debe estar aterrado ahí solo, me apresuró a comprar una hamburguesa y no puedo evitar pensar si comprarle algo a él... debe tener mucha hambre... ¿Le gustaran las hamburguesas o unas papitas?, lo llamaré... pero recuerdo que no le pedí el número, que tonta soy, le comprare igual.

Finalmente estoy en el ascensor con una bolsa grande de mis delicias favoritas para un primer día de turno, cuando entro a mi oficina veo a Max sentado de espaldas y no puedo evitar admirarlo, es muy fuerte, me abofeteo internamente, que te pasa Emma.

— Volví — digo, él se gira y me sonríe, le devuelvo la sonrisa — mira, te traje algo para comer, no sé si te gusta, pero odio comer sola así que provecho — le entrego su hamburguesa con papas y bebida y él se ríe, cruzamos miradas y sus ojos brillan, no puedo evitar sonreír, es una sonrisa genuina, no estoy fingiendo, se me escapo y no puedo quitarla.

—Gracias esto, es lo mejor para un primer día de turno, ¿no crees? — dice feliz.

—Eso es muy correcto — me rio.

comenzamos a comer, mientras me comenta que estuvo todo tranquilo, que se puso nervioso pero que no entró pánico, nos dio un ataque de risa, creo que si será un gran día, al menos hasta ahora.

—¿Te ayudo con la pared de este radar? — pregunta con la biblia en su mano, asiento, y me sonríe, confío en que lo hará bien.

—Si tienes cualquier duda me dices — asiente serio.

Mientras trabajo en mi pared lo observo de reojo y es muy rápido, creo que ya tiene experiencia, prácticamente no mira la biblia.

—¿Habías hecho esto antes? — pregunto porque enserió me sorprendió.

—SÍ, digamos que le dedico mi vida a esto — ahora me calza todo, por eso simplemente miro la biblia y sabía que preguntar en cada punto que le iba explicando.

—¿Por qué no me lo comentaste? Te di una larga y aburrida explicación de algo que ya sabías — digo sería, perdimos casi 2 horas "Practicando" algo que el maneja muy bien.

—Me gusto escucharte — dice mirándome a los ojos — te apasiona esto y estabas dándome lo mejor de ti, no todos hacen eso, la mayoría me hubiese pasado la biblia y no me habría enseñado nada más, pero tu te preocupaste de cada detalle, gracias — sonríe y le devuelvo la sonrisa. 

El turno pasa casi volando, entre informes, tronadura y paredes. Es genial tener un apoyo como Max, sabe demasiado, es un buen compañero, me siento contenta, me concentro en la ultima revisión de radares y tomo el cuaderno para anotar los puntos mas importantes del día, que no fueron casi nada, porque no ocurrió nada que generara una preocupación o seguimiento cuando veo que la puerta de la oficina se abre y entra lucas.

—Hola Emma, ¿Cómo estás? — Dice Lucas muy serio y mira a Max — Hola...— olvidó su nombre, no pude evitar reír.

—Hola lucas — dice Max a coro conmigo.

—Ya se acoplaron bien, ¿Qué tal todo durante el día, muy pesado?

—Estuvo muy tranquilo, no se generó deformación post tronadura, las paredes están creadas y no quedaron pendientes.

—¿Y tú, qué tal ? ¿Cómo se portó la profesora? — se dirige a Max casi sin mirarlo.

—Muy Bien, sabe demasiado, es admirable — de que habla si es un experto, sonrió.

—Es la mejor — dice Lucas, finjo una sonrisa de agradecimiento — me hare un Café — comenta y sale de la oficina, comienzo a guardar mis cosas, y escucho como Max hace lo mismo.

—¿Te viene a buscar tu novio? — pregunta Max mi corazón se aprieta y siento la necesidad de llorar.

—No — digo de forma seca.

—¿Están peleados? Es muy tarde, como deja que te vayas sola, Es peligroso — dice serio y preocupado.

Siento su preocupación pero me siento molesta, que le importa a él, por qué me pregunta cosas personales.

—Sale tarde del trabajo no alcanza a llegar — miento.

Daryl siempre venia por mi, a veces debía esperarlo un poco pero siempre llegaba, jamás dejaría que me fuera sola, siempre me puso antes que a él, ahora aunque no lo vea, sé que esta aquí y me acompañará a casa, no me da miedo, tomo mi bolso y me despido.

—Comprendo — dice.

—Adiós Max, nos vemos mañana — me despido con la mano.

Salgo por la puerta, mientras voy caminando, siento mis ojos inundarse y nublar mi mirada, necesito salir de aquí cuanto antes, necesito respirar aire fresco.