EP 04

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Dos horas más tarde, el sol brilla intensamente en el cielo entre nubes esponjosas. Las canastas marrones están vacías, no quedan frascos de mermelada ni galletas, sus bolsillos están llenos de dinero y Taehyun podría decir que el puesto de fresas fue un éxito innegable. Todo gracias a Beomgyu, su encantadora sonrisa y sus habilidades de venta.

Es por eso que le dice a Beomgyu que descanse bajo la sombra de una carpa de la tienda de comestibles y le compra un refresco frío de la máquina expendedora, mientras Taehyun lleva todo a la parte trasera del camión. Beomgyu, trata de ayudar, diciendo que no está tan cansado pero Taehyun no lo deja levantarse, empujándolo hacia abajo con las manos apoyadas en sus hombros, y después de unos segundos de forcejeo, el castaño finalmente se da por vencido y se vuelve a sentar.  .

— ¡Bien! Haz lo que quieras —resopla enojado, colocando la bebida fría contra su frente y apartando la mirada de Taehyun.

Taehyun también está cansado, así que se apresura a guardar las canastas, el mantel y el resto de las cajas de madera vacías en la cajuela de la camioneta. Una vez hecho esto, camina de regreso a donde dejó a Beomgyu y lo encuentra todavía sentado allí, con los ojos fijos en la pantalla de su teléfono mientras en la otra mano sostiene su bebida. Está leyendo sus mensajes de texto con el ceño ligeramente fruncido.

— Vamos, volvamos ahora —dice Taehyun, haciendo que Beomgyu de un respingo después de tomarlo desprevenido.  Rápidamente bloquea su teléfono y lo vuelve a poner en su bolsillo, como si no quisiera que Taehyun leyera sus mensajes de texto. No estaba interesado de todos modos.

— ¿Puedo conducir? —Beomgyu pregunta con ojos soñadores.  Muy diferente de su habitual mirada molesta cada vez que habla con Taehyun.

— AeRi me dijo específicamente que no te dejara conducir la camioneta —admite el pelinegro sacudiendo la cabeza.

— Ella no tiene por qué saberlo —insiste. El lado izquierdo de sus labios rosados ​​se curvan en una sonrisa traviesa, la que aparece cada vez que piensa que tiene una gran idea o está a punto de hacer una broma— No se lo diremos.

— No sé si deberías...

— Trabajé muy duro hoy y nos hice ganar mucho dinero. ¿No crees que merezco conducir de vuelta a casa?  —y ahí va con esa voz quejumbrosa otra vez. Taehyun no es estúpido, sabe que Beomgyu lo está haciendo a propósito, usando sus ojos de cachorro y su voz de bebé con él para tratar de convencerlo, como si fuera a funcionar...— Por favor, ¿Taehyun-ssi?

Se aprieta el puente de la nariz y suspira pesadamente.

— Está bien —murmura finalmente Taehyun— Puedes conducir la camioneta.

Beomgyu se levanta rápidamente, derramando un poco de refresco en su mano, pero no parece darse cuenta ya que está demasiado ocupado tomando las llaves de la camioneta de la mano de Taehyun.

— ¡Vamos! —se anima mientras corre hacia el vehículo azul y oxidado— ¡Date prisa, perezoso! —llama a Taehyun mientras abre la puerta del lado del conductor y se sube.

El motor arranca con un sonido ahogado, su viejo y oxidado mecanismo volviendo a la vida. Taehyun se ríe por lo bajo y lo sigue.

Pronto se da cuenta de por qué AeRi le dijo que no dejara conducir a Beomgyu en primer lugar. Claramente fue una mala idea.

Taehyun debería haber dicho que no cuando Beomgyu insistió, pero no lo hizo y ahora está aquí, rebotando arriba y abajo en el camino lleno de baches, el aire caliente golpeando su rostro y obligándolo a cerrar los ojos para evitar que el polvo de la calle entre en sus ojos. Beomgyu no es un conductor tan terrible, pero definitivamente le gusta la velocidad.

— Deberías reducir un poco la velocidad —dice Taehyun después de un particular rebote brusco que hace que se golpee la nuca contra el asiento.

— Eres taaan... aburrido —Beomgyu se queja chasqueando la lengua con desaprobación.

Enciende la radio y una canción alegre suena de fondo un poco demasiado alta, Taehyun no sabe la letra pero Beomgyu tampoco, simplemente está balbuceando palabras al azar al ritmo y la melodía de la canción, y parece estarse divirtiendo. El cantante tiene una voz clara, un tono más alto que el de Beomgyu, pero sus voces se mezclan bien en una agradable armonía. Taehyun disfruta el sonido de la voz de canto de Beomgyu en silencio, mirando los árboles quedarse atrás mientras avanzan.

— Dios, ¿por qué hace tanto calor hoy? —pronuncia Beomgyu, bajando el volumen de la radio. Conduce con una mano en el volante y la otra mano libre abanicándose la cara. Taehyun lo mira de reojo. Una gota de sudor cae desde su sien, por un lado de su cara y se desliza lentamente por su garganta. Taehyun sigue atentamente la pequeña gota con sus ojos, hasta que desaparece debajo del cuello de la camisa de Beomgyu— ¿Debería encender el aire acondicionado?

Taehyun niega con la cabeza.

— No funciona bien, sería mejor si no...

Mientras el pelinegro habla, Beomgyu estira su mano y gira la vieja perilla para activar el aire acondicionado, por un minuto sale una brisa fría y refrescante por las rejillas de ventilación. Y justo cuando Taehyun comienza a pensar que la camioneta de alguna manera se reparó por su cuenta, el ventilador hace un sonido extraño, el motor comienza a vacilar y, de repente, el vehículo deja de moverse. Sale humo de debajo del capó y Taehyun maldice por lo bajo.

— ¿Qué acaba de pasar? —Beomgyu parpadea sorprendido y un poco asustado. Mano aún apretando el volante.

Taehyun ni siquiera se molesta en responder, sabe que dirá algo que haga enojar al castaño y honestamente, justo ahora, no cree tener la paciencia suficiente para lidiar con una camioneta descompuesta y Beomgyu gritándole al mismo tiempo.

— Deberías quedarte aquí dentro —en cambio, simplemente suspira y se baja de la camioneta sin dar muchas explicaciones mas que:— No intentes encenderla de nuevo hasta que te diga.

Si Beomgyu dice algo más, Taehyun no lo escucha pues está demasiado ocupado levantando el capó y cubriendo su rostro con su antebrazo para que el vapor caliente que sale del motor no le queme el rostro. Nada parece haberse quemado o salido de su lugar, pero tampoco entiende mucho de motores ni la ingeniería de vehículos así que hace un chequeo rápido de todo.

— Beomgyu-ssi ¿puedes intentar arrancar la camioneta de nuevo? —vocifera lo suficientemente fuerte para que el castaño lo escuche.

No recibe una respuesta verbal, pero escucha el tintineo de las llaves y luego el motor frente a él se agita con un rugido ahogado y débil. Nada.

— Otra vez, por favor —Taehyun pide.

Otro sonido extraño y más vapor. Parece que podría encender si lo intentan una vez más por lo que repite.

— Otra vez, Beomgyu-ssi.

El motor ruge y se estremece e intenta lo mejor que puede cobrar vida, pero al final, después de otro sonido extraño y sordo, se rinde y deja de moverse, dejando escapar una última nube densa de vapor. El camión definitivamente no arrancará pronto.

Taehyun escucha que la puerta del conductor se abre y se vuelve a cerrar con fuerza y ​​Beomgyu sale de la camioneta, atravesando las nubes de vapor. Está frunciendo el ceño y mordiéndose el labio inferior, claramente preocupado.

— ¿Sigue sin funcionar? —pregunta y se puede escuchar un poco de esperanza en su voz, tal vez esperando que Taehyun le diga que todo está funcionando bien.

— Estamos varados —dice la verdad.

— Mierda —Beomgyu maldice por lo bajo— ¿Puedes repararlo?

— No lo creo. Tendré que llamar a alguien para que venga y nos ayude —Taehyun saca su celular del bolsillo trasero de sus vaqueros. Es un modelo antiguo en comparación con el más actualizado de Beomgyu, pero parece casi nuevo ya que Taehyun apenas lo usa. Recorre su lista de contactos hasta que encuentra el número del mecánico (un viejo amigo de sus abuelos) y llama.

Mientras le explica al hombre qué le sucedió exactamente a la camioneta, Taehyun observa a Beomgyu caminar en círculos mientras escribe furiosamente en su teléfono, murmura cosas para sí mismo que Taehyun no puede entender, pero se ve frustrado.

El mecánico le pregunta a Taehyun dónde están varados y él le da su ubicación exacta.

— Alguien viene a ayudarnos —después de que cuelga, Taehyun dice lo suficientemente alto como para sacar a Beomgyu de su arrebato y hacer que se detenga, girándose hacia él—, pero tendremos que esperar alrededor de una hora y media ya que está trabajando fuera del pueblo y podría tomarle un tiempo llegar aquí.

Sorprendentemente, Beomgyu no se queja de eso, al menos no de inmediato. Pero sí se queja cuarenta minutos después, cuando se retuerce en el asiento del copiloto de la camioneta y el sol brilla en su punto más alto en el cielo despejado, filtrándose por las ventanillas abiertas, golpeando con intensidad sus rostros.

Taehyun, que tiene los ojos cerrados, escucha el gemido de Beomgyu y el susurro de su ropa contra la tela del asiento mientras se mueve una vez más, tratando de encontrar la mejor posición para descansar. Abre un ojo para mirarlo de reojo.

— ¡Ah mierda! —dice dando vueltas y de repente se sienta derecho, agarrando su cabello y tirando de él— ¿Es esto una maldita ola de calor? Creo que estoy insolado.

— No es tan malo —murmura el pelinegro, cerrando de nuevo los ojos y acomodándose en el asiento del conductor. Manos detrás de su nuca y piernas abiertas en una posición relajada— El verano apenas comienza, este ni siquiera es el día más caluroso del año.

— ¡Estoy empapado en sudor! ¡Mira! —Taehyun abre los ojos y mira obedientemente a Beomgyu, sus ojos recorren su cuerpo notando que la camisa delgada que lleva puesta está húmeda y la tela endeble se pega a su torso como una segunda piel. Mira hacia otro lado.

— Si dejas de moverte y te quedas en silencio, tu cuerpo se enfriará por sí solo —recomienda.

Diez minutos pasan terriblemente lentos entre el silencio dentro de la cabina del vehículo y la horrible sensación de la brisa caliente quemando sus cuerpos. Taehyun ya está acostumbrado al calor así que no le molesta tanto, ha tenido días peores, pero Beomgyu hace que todo sea... más presente. Como el suave murmullo de las hojas de los árboles rozándose entre sí cuando el aire balancea las ramas, o el susurro de las ardillas, los conejitos y otros animales que pasan entre los arbustos, incluso hace que el aliento de Taehyun se sienta denso y caliente, como el vapor del motor, haciendo que sus pulmones ardan y su cuerpo se sienta pesado.

— ¿Cuánto tiempo más tenemos que esperar a esta persona? ¡Hemos estado esperando horas! —Beomgyu se queja por milésima vez en el día.

— Sólo han pasado cincuenta minutos, apenas una hora —responde Taehyun, mirando en el bolsillo de su mezclilla mientras saca su teléfono lo suficiente para ver la parte superior de la pantalla donde está la marca de tiempo— No debería tardar mucho en llegar.

— ¡No lo soporto más! ¡Me muero aquí!

— ¿Sabes? Para ser un actor, realmente te gusta vivir la vida como un drama. Deberías relajarte un poco —dice Taehyun en voz baja. Se supone que es un comentario de bromista, pero probablemente no resulta tan divertido como cree porque escucha a Beomgyu resoplar y decir algo entre dientes— No te entendí ¿Qué has dicho?

— Vete. Al. Infierno —repite palabra por palabra.

— Ya estamos aquí —esta vez Taehyun quiere molestar un poco a Beomgyu, simplemente para verlo poner sus lindos ojos en blanco y hacer que él también responda para mantener la conversación— Mira, tienes opciones limitadas. Puedes esperar aquí, reparar el camión o caminar a casa. Si yo fuera tú, sería inteligente y elegiría la primera.

Beomgyu se ríe secamente y pone los ojos en blanco, pinchando la parte interna de su mejilla con la lengua.

— A la mierda con esto —murmura malhumorado, de la nada.

Taehyun se sienta derecho cuando ve a Beomgyu estirar la mano hacia la manija, abriendo la puerta. Salta fuera de la camioneta, cerrando la puerta de golpe, como si le hubiera hecho algún daño.

— ¿A dónde vas?

— ¡A casa! —Beomgyu vocifera y comienza a caminar (pisotear) alejándose. Taehyun se baja de la camioneta y lo persigue con largas zancadas, hasta que lo alcanza. Agarra el bíceps de Beomgyu y aprieta, haciendo que el castaño deje de caminar abruptamente y se gire hacia él— ¡¿Ahora qué?!

— ¿Por qué actúas como un niño? —Taehyun está cada vez más frustrado y el sol que lo calienta no lo ayuda a calmarse.

— ¡No es así! ¡No estoy haciendo una rabieta! —Beomgyu miente, sacudiendo la cabeza.

— ¿De verdad? —Taehyung se burla con ironía, apretando el músculo más fuerte de lo que intenta— Porque a mí parece que estás siendo infantil y necio.

— ¡Por el amor de Dios! Estoy cansado de esperar, así que iré caminando a casa como sugeriste —se miran a los ojos, frunciendo el ceño y respirando con dificultad, sus cuerpos ardiendo de enojo.

La piel de Taehyun está ardiendo por todas partes, su sangre hirviendo en sus venas y su respiración quemando en sus pulmones. Después de unos lentos segundos, suspira y finalmente suelta a Beomgyu, dando un paso atrás mientras dice.

— Está bien, haz lo que quieras.

Gira sobre sus talones y comienza a caminar de regreso al camión, escuchando a Beomgyu retomar su caminata, alejándose por el camino opuesto. Taehyun se sube al vehículo y observa, a través del espejo retrovisor, a Beomgyu desaparecer pasando la colina.

— Se está haciendo tarde... —comenta AeRi mientras vierte limonada en el vaso que Taehyun sostiene para ella— ¿Crees que se perdió?

— La última vez que llegó aquí solo, creo que conoce el camino a casa —dice el azabache sonriendo con cierta culpabilidad, tratando de que la anciana se preocupara menos por su nieto— Debí haberlo detenido. Lo siento.

— ¡Oh, no! Está bien, Taehyun —AeRi repone rápidamente— Apuesto a que estaba siendo terco y dramático, como siempre lo es —Taehyun asiente, su sonrisa se vuelve tímida ya que no puede negar que Beomgyu le estaba dando un gran dolor de cabeza. Eso hace reír a la mujer, entendiendo perfectamente la reacción de Taehyun— Beomgyu es un buen chico, tal vez puede ser un poco terco y testarudo la mayoría de las veces, pero en el fondo sigue siendo el mismo niño con el que jugaste —AeRi le sonríe cálidamente, y Taehyun puede ver de quién Beomgyu obtuvo esa sonrisa linda y contagiosa.

El sol se está poniendo y Taehyun está tomando un largo sorbo de su limonada fría cuando la puerta principal se abre abruptamente con un fuerte sonido que hace que AeRi de un respingo, sorprendida por el ruido.

Beomgyu aparece en la entrada, sosteniendo el marco de la puerta mientras patea sus zapatos violentamente, las sandalias polvorientas y embarradas salen volando de diferentes direcciones y aterrizan en algún lugar de la sala de estar, pero al castaño no podría importarle menos. Mientras entra, Taehyung observa a Beomgyu atentamente, tal vez esperando un saludo o un insulto dirigido a él, pero Beomgyu pasa junto a él en silencio y saluda a su abuela primero, con un sonoro beso en la mejilla que la hace reír.

— Apestas, Beomi —se burla de él, arrugando la nariz de forma tierna y Beomgyu le sonríe, imitando su reacción.

— Lo sé, fue una caminata larga y hacía mucho calor afuera —explica con calma. Sin dedicarle ni una sola mirada a Taehyun.

De cerca, Taehyun puede ver que Beomgyu está aún más empapado en sudor que antes; su ropa está sucia, decorada con manchas de humedad y algunas gotas de barro, y como la tela está húmeda, se le pega al cuerpo y debe ser una sensación demasiado incómoda. Unos mechones color caramelo se le pegan a la frente humedecida por una fina película de sudor, sus labios se ven rosados ​​pero no tanto como sus mejillas que son casi tan rojas como las fresas del huerto. Respira con dificultad y Taehyun sabe que no debería mirarlo con tanta intensidad.

— Ve a darte una ducha y baja a cenar con nosotros —dice AeRi apartando suavemente el cabello de la cara de Beomgyu dejando al descubierto su frente y Taehyun se toma todo su vaso de limonada de un trago, desviando la mirada.

Taehyun no se atreve a decir ni mirar a Beomgyu de nuevo, hasta que está seguro de que escucha la puerta del baño cerrarse arriba. Él echa un vistazo por encima del hombro, hacia el camino en que se fue Beomgyu, y cuando vuelve su atención a AeRi, ella ya lo está mirando con una sonrisa de complicidad curvándose en sus labios y cejas levantadas.

— La próxima vez, tráelo a casa.

Taehyun se sonroja terriblemente pero asiente obediente.

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