23; VERDADES | PARTE 2

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VERDADES

Goeun había bajado nerviosa a comer porque de sólo pensar en que vería a Jungkook, provocaba que se estremeciera, pero al no verlo, suspiró aliviada, dándose cuenta que tampoco estaban allí Jung y Sohyun.
Al encontrarse con Hoseok sintió como la tensión iba aumentando, pues este dejó de hablar cuando se sentó en frente al lado de Jimin.

―Goeun, en verdad lo lamento...

―No tienes que disculparte conmigo ―lo interrumpe―. Lastimaste a Yeji, así que es con ella con quien debes disculparte.

―También con Sohyun ―murmura Yoongi.

―Bien, ¿podemos hablar de otra cosa? ―interviene incómodo, Jimin―. Creo que con todo lo que hemos hablado con él, entendió.

―Quiero creer que es así. Arruinaste sus vacaciones, Hoseok ―suspira el de cabello rizado―. ¿Acaso olvidas que se trataba de la mejor amiga de mi novia? ¿Cómo se te pudo ocurrir algo así?

―Tranquilo, Taehyung ―palmea su hombro el más bajo y este suspira.

―Ya, hoy déjalas en paz, mañana también porque es todo demasiado reciente, pero luego te disculparás y si te ignoran lo intentarás todos los días, ¿entiendes?

―Sí. Ya lo entendí, Namjoon.

Luego de eso intentaron conversar animadamente, olvidándose por momentos de lo sucedido, a excepción de Goeun, que no podía evitar pensar en cómo estaría su mejor amiga, aunque sabía que Jin estaba para ella. También por momentos en sus pensamientos se instalaba Jungkook, pues aquellos mensajes lograron hacerla sentir culpable, pero algo dentro de ella no le permitía hablarle, porque se repetía que se trataba de Yeji.

En algunas ocasiones sentía la mirada del rubio, pero no le prestaba atención para nada, hasta que terminaron de comer y decidió dirigirse al elevador. Escuchó sus pasos detrás de ella y como dijo su nombre, por lo que volteó a verlo.

―¿Qué sucede?

―¿Cómo estás?

―Preocupada por Yeji.

―¿Está todo bien con Jungkook?

―¿Por qué lo preguntas? ―frunce el ceño desconcertada.

―Porque según me dijo Taehyung, no está bien. Tampoco bajó a comer.

―Él lo sabía y no me dijo nada, Jimin.

―Lo entiendo. Hizo mal en ocultarlo, a mí también me molesta que lo haya hecho, pero se trata de Hoseok ―suspira―. Supongo si hubiera sido al revés, tú también te hubieras quedado callada al tratarse de Yeji, ¿cierto?

La fémina se encogió de hombros y suspiró frustrada, escuchando una risilla divertida por parte de Jimin, que decidió envolverla en sus brazos al notar que necesitaba aquel abrazo.

―A veces detesto cuando tienes razón ―murmura correspondiendo a su abrazo.

―Lo sé y lo disfruto ―se separa escuchándola reír, lo que provoca su sonrisa―. ¿Irás a hablar con él?

―Creo que sí. Me ha estado llamando y mandándome mensajes.

―Vaya, si que debe estar arrepentido. Bien, espero que lo arreglen ―desvía la mirada.

―¿Está todo bien, Jimin? ―pregunta preocupada al notar como se veía algo desanimado.

―Claro ―sonríe―. Hoseok no me rompió el corazón a mí...

―Todavía es demasiado pronto para esas bromas.

―Lo siento ―murmura rascando su nuca―. Ve a hablar con Jungkook.

―¿Tú qué harás?

Hm...creo que invitaré a Taehyung al bar. Sigue algo molesto con Hoseok.

―Está bien. Nos vemos mañana.

Goeun quiso voltear para subir al elevador, pero este dejó un beso en su frente sorprendiéndola, y que sintiera sus mejillas hervir, por lo que bajó la cabeza reprimiendo una sonrisa.

―Nos vemos mañana, Goeun.

No hacía falta que lo viera para saber que estaba sonriendo de manera arrogante. Al escucharlo caminar en la dirección contraria, levantó la mirada encontrándose con la suya, ya que volteó a verla por un momento, aún con una sonrisa, por lo que tomó una bocanada de aire, tratando así de eliminar todas las sensaciones que seguía provocándole por más que quisiera eliminarlas por completo.

Subió al elevador apretando el botón con el número cuatro, donde se encontraba la habitación de Jungkook, mientras releía sus mensajes sintiéndose cada segundo más culpable, aunque intentara de convencerse de que él fue quien hizo mal. Pero no quería que pensara que era una molestia para ella, lo menos que quería es que este se sintiera como en su última relación.
Deseaba todo lo contrario, quería hacerlo sentir seguro y bien en lo que tenían, que para ella era especial.

Al estar en frente de la puerta, suspiró tratando de deshacerse de sus nervios y dio unos toques, pero no abría.

―¿Puedes abrir? Soy Goeun ―vuelve a  tocar.

Como no recibió respuesta cerró los ojos por un momento para mantener la calma. Una vez decidida a irse volteó para comenzar a caminar, pero la puerta se abrió permitiendo ver a un pelinegro con la cabeza baja.

―¿P-Puedo pasar? ―al verlo asentir, entró jugando con sus manos debido a la tensión que está creándose que provoca más sus nervios. Cuando cerró la puerta se puso frente a ella, aún sin ser capaz de mirarla―. ¿Por qué no me dijiste nada, Jungkook?

―Lo supe anoche. No sabía cómo reaccionar...

―Jungkook, pero...

―No sabía qué hacer.

―¡Podrías haber intentado hablar conmigo, pero decidiste callar algo así y ahora no sólo Yeji está lastimada, también Sohyun! ¡Él jugó con ellas!

Jungkook suspiró volteando para dirigirse al sofá donde se sentó con piernas abiertas, inclinándose hacia adelante, mientras se cubría el rostro con las manos. Goeun al verlo de esa manera, sintió su corazón dar un vuelco, por lo que se puso en cuclillas frente a él.

―Por favor, no me grites ―pide con voz débil.

―Lo siento, ¿sí? ―quita las manos de su rostro que toma entre las suyas, notando lo angustiado que se encuentra.

―Hoseok me dijo que si hablaba, él le contaría sobre nuestro antiguo plan a Jimin. No quería volver a pelearme con él, pero tampoco quería ésto ―la mira desesperado―. En serio no quería ocultártelo...

La culpa en Goeun seguía aumentando con cada palabra salida de la boca del pelinegro. No podía verle de esa manera, por lo que hizo que la mirara, dejando notar que parecía que en cualquier momento iba a derrumbarse, y provocara que su corazón se encogiera.

―Lo siento. No debí actuar así. En serio lo siento ―lo abraza rápidamente, soltando un suspiro.

Al sentir como este se aferraba a ella con algo de fuerza apegando sus pechos, mientras escondía su rostro en su cuello, comenzó a acariciar su cabello tratando de olvidar aquella culpa, pero se le hacía imposible cuando este parecía perdido en sus recuerdos torturantes, y a punto de derrumbarse.
Por momentos no podía evitar querer saber más acerca de aquella relación tóxica, hasta que se daba cuenta que aún parecía seguir demasiado afectado, por lo que no se atrevía a preguntarle.
Prefería quedarse con la curiosidad a hacer que el pelinegro siguiera recordando más, además que tampoco estaba segura que en algún momento quisiera hablar de ella.

―¿Puedes perdonarme? ―se separa para ver su rostro.

―Claro que sí, sería un idiota si no lo hiciera.

Al ver como sus dientes delanteros comenzaban a asomarse por la pequeña sonrisa, no pudo evitar también sonreír por el alivio, sintiendo como su corazón brincaba de emoción al escucharlo.

―Perfecto.

―Sólo no vuelvas a ignorarme, por favor ―la mira rogante.

―No volveré a hacerlo.

Jungkook no podía evitar recordar cuando Heekyung lo ignoraba, a veces por horas, otras por días, donde él no dejaba de crearse escenarios imaginarios y se sentía enloquecer, por lo que la llamaba una y otra vez esperando que en algún momento dejara de hacerlo.
En las horas en la que Goeun lo ignoró, sentía que volvía a esos momentos y temía que la historia se repitiera, pero cuando la vio frente a él, quiso aferrarse a ella y rogarle que no le hiciera lo mismo, porque no sabía si podría soportarlo otra vez.

Tomó su rostro entre sus manos, observando sus ojos cafés que dejaban notar lo sinceras que eran sus palabras. Quería creerle más que nada aunque su inseguridad no se lo permitía, pero no era capaz de decirle eso, por lo que optó por acercarse lentamente hasta juntar sus labios.

Deseaba más que nada olvidar todo lo sucedido en las últimas horas, las miradas de decepción, como también de enojo, la forma en la que sintió enloquecer y lleno de miedo. Sabía que ella podía hacerlo olvidar, por lo que aquel beso se transformó en uno hambriento, mientras llevaba una de sus manos a la nuca de la castaña que no pudo evitar gemir.

Se levantó del sofá y comenzó a caminar hacia la cama, recostándola en ella, bajando los besos por su cuello.

―Déjame hacer algo ―murmura acariciando su mejilla y vuelve a juntar sus labios, pero en un pequeño beso.

―¿Qué cosa? ―pregunta confundida.

―Vas a disfrutarlo, ¿sí?

Jungkook volvió a bajar sus besos por su cuello lamiendo, succionando y mordiendo, hasta que quitó su camiseta tirándola a un lado en la habitación.
Quiso volver a besarla, pero al sentir como intentaba a quitar su camiseta con algo de torpeza soltó una risilla, quitándosela, notando como ella tenía sus mejillas sonrojadas por la timidez, lo cual se le hacía tierno.
Siguió dejando besos húmedos, bajando por sus pechos, hasta llegar a su vientre, mientras desabrochaba su short.

Una vez que lo tiró a alguna parte de la habitación, comenzó a subir sus besos por sus piernas hasta llegar a sus muslos, sintiendo su mirada que le hacía saber que estaba atenta a todo lo que hacía. Aún así siguió, llegando a sus bragas blancas, pasando su lengua, pero ella lo detuvo rápidamente sentándose.

―¿Qué sucede? ―pregunta desconcertado.

―¿Q-Qué haces?

―Dije que quiero hacerte disfrutar ―murmura llevando la mano a su mejilla―. ¿No te gusta?

―E-Es sólo que...no me esperaba ésto.

―Recuéstate. Si no te gusta tú sólo dímelo.

Ella asintió sintiendo su rostro hervir y este dejó un beso en sus labios, regalándole una sonrisa tranquilizadora. Una vez que volvió a su posición, quitó sus bragas y volvió a acercarse acariciando sus piernas, sintiendo como se tensaba.

Al verla desnuda de esa manera frente a él, sentía su boca aguarse y al separar sus pliegues, humedeció sus labios.
No pasó mucho cuando comenzó a recorrer con su lengua toda su intimidad, escuchando como un gemido escapaba de sus labios, aferrándose al acolchado teniendo el impulso de cerrar sus piernas, pero este no se lo permitió.

Trazaba círculos en su clítoris y lo succionaba al momento que introducía uno de sus dedos, provocando que chille. Al notar que no estaba lo suficiente húmeda, decidió sacarlo y follarla con su lengua con maestría al introducirla, y luego volverla a subir hasta su clítoris.
En esos momentos no podía evitar recordar a Heekyung, cuánto disfrutaba tenerla de esa manera y verla retorcerse de placer, como también gritar y gemir, por lo que quería provocar lo mismo en Goeun.

Seguía con sus movimientos hasta que empezó a sentir sus fluidos correr, lo que aumentaba sus ganas de seguir probándola y masturbándola.
La fémina había estado tratando de controlarse, pero Jungkook estaba haciendo un estupendo trabajo, tanto así que arqueaba su cadera, gimiendo por lo alto, mientras tiraba de la manta.

Los sonidos obscenos podían escucharse en todo la habitación, como el pelinegro succionaba no sólo su clítoris, también sus pliegues. Besaba toda su feminidad, hasta que introdujo uno de sus dedos con tanta facilidad que decidió también introducir un segundo.
Los sacaba y metía notando como el placer de ella iba aumentando, al punto que él sentía su erección realmente molesta y dura como una roca.

La escuchó decir su nombre por lo alto, por lo que aumentó sus movimientos, hasta que sintió como tiró de su cabello sin poder controlarlo más. Se corrió en su boca gritando su nombre, mientras este gruñía.

―Necesito sentirte ―murmura con voz profunda y se levanta para caminar hacia la mesa de noche.

Goeun estaba tratando de controlar su respiración y sentía sus sentidos dispersos, pero aún así quería complacerlo.

―Ven, quiero que me montes.

Al verlo con el preservativo puesto se levantó con algo de dificultad, sintiendo sus piernas temblorosas. Jungkook la tomó de la cintura acomodándola a horcajadas, restregando su miembro en su feminidad, para luego llenarla inesperadamente, sintiendo como sus uñas se clavaban en sus hombros, y un chillido salía de sus labios al no haber estado preparada para sentirlo tan pronto, mientras él soltaba un gruñido disfrutando de la sensación.

Ella se aferraba a sus anchos hombros, presionando los labios para así reprimir los gemidos que querían escapar, por la forma en la que este la embestía con rapidez y fuerza, por lo que trataba de seguirle el ritmo.

―Gime para mí, Goeun ―murmura con voz profunda en su oído―. No te resistas.

Al escucharlo de esa forma cerró los ojos con fuerza, mordiendo su labio inferior con fuerza, hasta que un gemido ahogado escapó de sus labios, pero eso no era suficiente para él porque sabía que estaba tratando de controlarse.
Sorpresivamente llevó la mano a su cabeza empuñando su cabello entre sus dedos, provocando que inclinara su cabeza hacia atrás, lo cual la hizo chillar.

―¿Acaso preferirías que fuese otra persona? Gime para mí, vamos.

Su interior se contrajo al escucharlo hablar de esa manera y una sonrisa ladina apareció en el rostro de él, aumentando sus estocadas. Estaba enfermo de lujuria al escuchar como también sus gemidos pasaban a ser más altos, y se trataba de sostener con más fuerza de su cuello.

Este la observaba con atención como sus ojos se cerraban, mientras inclinaba más su cabeza hacia atrás, gritando su nombre al haber llegado al orgasmo por segunda vez, provocando también su clímax en unas pocas estocadas al verla de esa manera.










(...)








La fémina sentía como los fuertes brazos de Jungkook la soltaban, provocando que se despertara y estuviera completamente confundida.
Pues, luego de haber tenido relaciones y estar tan exhausta, no recordaba haberse dormido, pero necesitaba que este volviera a abrazarla.

―¿J-Jungkook? ―su voz sale somnolienta, y con algo de dificultad voltea a ver como este estaba terminando de colocarse el bóxer.

―Sigue descansando.

―¿Qué haces? ―refriega sus ojos para tratar de ver con más claridad, ya que este había encendido el velador.

―Sólo iré al baño. Tranquila.

―Vuelve pronto, ¿sí?

―Sé que adoras que te abrace. No me tardaré ―deja un pequeño beso sobre sus labios.

Ella no pudo evitar sonreír y volver a acomodarse, escuchando como este se dirigía al baño. Al cerrar la puerta volvió a cerrar sus ojos, sabiendo que no iba a poder dormir hasta que sintiera nuevamente sus brazos rodearla, y los latidos tranquilos de su corazón.
No lograba comprender en qué momento había comenzado a tener la necesidad de sentirlo, pero pensar en que no faltaba nada para que aquellas vacaciones se acabaran, y que se distanciaran por sus trabajos, provocaba que quisiera llorar.

Al escuchar un celular vibrar indicando una llamada, gruñó volteando a ver que se trataba del celular de Jungkook, por lo que suspirando se acercó a tomarlo.
En cuanto vio que nuevamente se trataba de Heekyung, su corazón se encogió y volvía a temblar.

La inseguridad se había vuelto parte de ella desde que lo había llamado la primera vez, y decidió borrar aquella llamada. Tanto así que decidió stalkearla en Instagram, descubriendo que aquella pelinegra la seguía. Pero esa inseguridad aumentó en gran medida al ver sus fotos, ya que tenía el perfil en público lo cual no sabía si agradeció o no, pues al verlas se dio cuenta porque Jungkook, le decía fea.

Han Heekyung era realmente hermosa.

Su cabello era oscuro y ondulado, sus ojos mieles, que a veces solía usar lentes de contacto de color celeste que le quedaban realmente bien. Su piel era pálida como la porcelana, su nariz pequeña y respingada, sus labios pomposos y rosados.
Tenía una sonrisa deslumbrante y encantadora, que provocaba que diera ternura porque sus ojos se volvían pequeños al punto de desaparecer.
Tenía fotos en bikini lo que le permitió notar lo delgada que era, pero que de todas maneras poseía unas curvas que provocaba que sintiera envidia.

Era realmente hermosa y no podía odiar a Jungkook por aún sentir algo por ella, porque se sentía tan poca cosa a su lado.
Se sentía tan fea que se detestaba.

Al volver a ver su nombre en la pantalla, sintió un nudo formarse en su garganta y con su mano temblorosa decidió atender, para quizás así también saber si ellos seguían hablándose, aunque lo dudaba porque quizás él sabría que ella había borrado una llamada.

¿J-Jungkook? ―su voz suena extraña, por lo que frunce el ceño pensando si había estado bebiendo―. Oh, Dios. Creí que n-nuevamente no...no me contestarías ―sin más logra confirmar que se encuentra ebria y no sólo eso, pues un sollozo escapa de sus labios―. Te extraño, cariño. Te...t-te extraño demasiado. Perdóname por...por haberte hecho creer que dejé de amarte, por ignorarte, pero...

Goeun sentía un nudo en su garganta, pero tragó saliva para deshacerse de este y hablar.

―Deja a Jungkook en paz.

¿Quién habla? E-Eres Choi Goeun, ¿no es así? ¿Él te pidió que dijeras eso?

Ahora está conmigo. No lo molestes más.

―¿Qué estás haciendo?

Aquella voz masculina la hizo sobresaltar y colgar rápidamente la llamada. Este se acercó rápidamente arrebatándole el celular de las manos. Al notar como se sorprendió al ver que se trataba de Heekyung, sentía como el miedo se instalaba en su pecho y el nudo a su garganta volvía con más fuerza.

―¡¿Qué carajos hacías hablando con Heekyung?!

Aquel grito le hizo sobresaltarse y sentir más miedo, pero aún así quiso contestar.

―Ella...

―¡¿Qué has hecho?! ―la toma de los brazos con fuerza.

―Ella llamó y sólo...sólo quería que dejara de molestarte.

―¡¿Qué mierda pasa contigo?! ¡¿Cómo te atreves a hacer algo así?!

El verlo tan enfurecido provocó que las lágrimas comenzaran a bajar por sus mejillas y la culpa volviera a ella, pero el miedo y los celos la habían cegado.
Era demasiado tarde para arrepentimientos o intentar hablar con tranquilidad con él, porque la había descubierto de la peor manera y no sabía cómo defenderse.

―¡Quiero que te largues de aquí! ―grita furioso, juntando la ropa del luego, para luego arrojarla a donde se encontraba ella―. ¡Deja de llorar y lárgate! ¡Hazlo de una vez!

―Jungkook, escúchame...―dice entre sollozos.

―¡Lárgate de una vez!

Quería seguirle pidiendo que la escuchara, pero lo veía tan enfurecido que decidió comenzar a colocarse su ropa, mientras las lágrimas seguían brotando y sollozos escapaban de sus labios.

―Por favor...

―¡Cállate! ¡No quiero escucharte! ―la tomó del brazo dirigiéndose hacia la puerta, donde sin dudar una vez que la abrió, la empujó fuera, a pesar que no haya terminado de colocarse la camiseta―. No quiero volver a verte.

Sin más dio un portazo que logró sobresaltarla y rompió en llanto, sintiendo como aquellas palabras habían sido un puñal para su corazón.
Lo había arruinado de gran manera, sin siquiera pensarlo con claridad, y ahora no sabía si algún día podría enmendar aquel error. Anhelaba hacerlo, porque se había instalado en su corazón de una manera rápida, y sin que pudiera notarlo.

Jamás hubiera imaginado que un día se encontraría llorando desconsoladamente, sintiendo como se ahogaba, y su corazón dolería por Jungkook.

Sin dudas aquel día habían salido las peores verdades a la luz.

¡Hola!

¿Qué creen que pase ahora? ¿Qué les pareció el capítulo?

Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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