TRES

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— los secretos del área —

El sol estaba cayendo, tiñendo el cielo de naranja. La bienvenida estaba por comenzar y los corredores acababan de llegar al Área.

Chloe tenía los ojos fijos en el piso rocoso y agrietado. Una hilera de hierbas de hojas pequeñas se extendía por el borde de uno de los bloques de piedra. Unas diminutas florecitas amarillas asomaban como buscando el sol, que estaba desapareciendo tras los enormes muros del Área.

—Está bien —Dijo Chloe volteándose hacia Minho, quien le acababa de contar que no habían encontrado nada nuevo en el laberinto—. Era de esperarse, ¿no?

—Mañana buscaré mejor —Le aseguró el asiático—, encontraremos la salida, pronto.

—Concentrémonos en el ahora —Chloe echó un vistazo al centro del Área, donde los habitantes encendían la gran fogata—. Hay una bienvenida que disfrutar.

Se acercaron a la fiesta: Baile, música, euforia. Los chicos se divertían, como nunca antes, gritaban y charlaban con alegría, algunos realizaban volteretas y bebían la receta especial que se preparaba para esas bienvenidas.

—Te he traído algo especial, Novato.

Chloe se había acercado a Thomas y Newt, que estaban algo apartados de la fiesta, charlando. La chica le entregó al pelinegro un frasco con una extraña bebida dentro.

—¿Qué es?

—Sólo bébelo, te advierto que es muy fuerte.

Los amigos compartieron una mirada de complicidad y observaron, expectantes, la reacción del Novato. No tardaron en reír y burlarse cuando se atragantó y apresuró en escupir el líquido.

—¡Que asco! ¿Qué era eso?

—No tenemos ni idea —Le dijo Newt—. La receta es de Gally, su fórmula secreta.

—Pues eso no le quita lo imbécil. —Espetó el nuevo, mirando a lo lejos, donde Gally luchaba con otro de los habitantes.

—¿Tan rápido hiciste enemigos, Nuevito? —Chloe negó con su cabeza—. No durarás mucho si sigues así.

Newt, que había tomado el frasco, le ofrecía a la chica, pero ella no lo aceptó.

—No beberé esta noche, tengo que estar alerta. —Y dio un rápido vistazo al edificio principal.

Los tres se quedaron en silencio, observando lo que ocurría a su alrededor, escuchando el rumor de las charlas.

—Estamos encerrados aquí, ¿cierto?

Chloe sintió un sabor amargo subirle por la garganta.

—Por el momento —Afirmó el rubio—. Pero... ¿ves a esos tipos? ¿Allá, junto a la fogata?

Chloe giró junto al Novato, Newt estaba apuntando a los corredores.

—Son los corredores. El tipo de en medio es Minho, es el encargado de los corredores. Todas las mañanas, al abrir esas puertas... Ellos recorren el laberinto, trazan mapas, lo memorizan, buscan una salida.

Chloe se quedó mirando. Odiaba admitirlo, pero le gustaba observar a Minho. Desde que llegó supo que era diferente a los demás, más maduro. Eso le gustaba creer, creía que era una buena excusa para engañarse a si misma.

Porque Chloe no iba a admitir, en voz alta o en su cabeza, que le gustaba observar al encargado de los corredores sólo porque sí. Porque cada movimiento o expresión que hacía, le fascinaban. Había algo en él que tenía a Chloe flechada desde que lo vio en la Caja. Aunque claro, Chloe nunca iba a admitirlo.

El amor la hacía débil, y no quería que los Habitantes tuvieran otra razón para dudar de su capacidad de liderazgo.

—¿Cuánto tiempo llevan buscándola? ¿La salida?

—Desde el día que llegue aquí —Respondió con amargura—. Hace dos años atrás.

—¿Y no han encontrado nada?

—Es más fácil decirlo que hacerlo —Newt le palmeó un hombro—. Y ten cuidado con lo que dices acerca de la salida, es un tema delicado para Chloe. Insinúa que no hemos hecho avances y te cortará la lengua.

—No le hagas caso —Le pidió Chloe—, nunca te cortaría la lengua. No sin antes saber tu nombre al menos. —Bromeó.

—Espero nunca recordarlo, entonces.

—Lo harás, eventualmente —Le aseguró la chica—. Escucha, puedes creer que encontrar el camino correcto en el Laberinto es fácil, pero este cambia todas las noches.

—¿Cómo es eso posible?

—Pregúntaselo a quienes nos pusieron aquí, si llegas a conocerlos. —Comentó Chloe con gracia.

—Mira, la verdad es que solo los corredores saben que hay realmente allá afuera. Son los más rápidos y fuertes. Y deben serlo. Si no llegan antes del cierre se quedan afuera toda la noche, y nadie sobrevive a una noche en el Laberinto.

—No es cierto. —Intervino Chloe.

Esa era la historia que le contaban a todos los Novatos, de esa forma no tendrían el deseo de demostrar que eran más fuertes que ella, una chica. Pero creía que aquel Novato era diferente, podía sentirlo.

—Mi primera noche en este lugar viví los horrores que el Laberinto esconde en sus profundidades. Los llamamos Penitentes, criaturas horribles, que sólo buscan asesinarte.

—¿Y cómo sobreviviste?

—Suerte. Fue pura suerte —Dijo ella de forma honesta—. Los demás que han querido demostrar que son capaces de sobrevivir nunca vuelven, así que espero que no seas lo suficientemente estúpido como para intentarlo.

—No lo seré.

—Bien.

—Ya fueran suficientes preguntas por una noche, vamos —Newt hizo que sus acompañantes se levantaran—. Tú eres el invitado de honor, Novato.

—¡No! No, no. —Intentó negarse.

—Anda —Lo animó el rubio—, te mostraré el lugar. Vamos.

—Espera, espera —Le pidió el castaño, observando a los Habitantes que se encontraban agrupados cerca de ellos—. Chloe, tú... ¿eres la única chica aquí?

Ambos amigos rompieron en carcajadas.

—¿Y recién caes en cuenta? —Chloe le palmeó la espalda—. Eres algo distraído, ¿no crees Novato?

—Thomas, mi nombre es Thomas.

Chloe sonrió—. De acuerdo, Thomas, nos vemos mañana.

Newt se alejó junto al nuevo, enseñándole el lugar y explicándole quien era cada persona allí. Chloe creyó que era mejor, así tendría menos trabajo para mañana.

—¡Shuck! —Exclamó Chloe cuando uno de los Habitantes que estaba realizando acrobacias había chocado contra ella, al no ver por donde andaba—. Tengan cuidado Shanks, no quiero a nadie lastimado para mañana.

Chloe se recompuso y siguió su camino. En realidad, no tenía rumbo fijo, sólo quería caminar. Pronto Minho llegó a su lado.

—¿Te encuentras bien?

—Sólo fue un empujón larcho, no es para tanto.

—Lo sé, me refiero... en general ¿te encuentras bien?

Chloe se cruzó de brazos, mirando hacia en frente—. ¿Y por qué no lo estaría?

—Han sido días difíciles, para todos. Con la muerte de Nick, sé que tienes más trabajo ahora. Eres la líder del Área, pero no significa que tienes que reprimir tus emociones.

—Creo que pasar tanto tiempo con Newt te está afectando —Dijo con un arisco tono de voz—, ¿desde cuándo te preocupes por las emociones de otros?

—Siempre me he preocupado por los tuyos —Sus expresiones eran serenas, no parecía sentirse vulnerable ante aquella confesión. Levantó uno de sus brazos, impidiendo que Chloe siguiera caminando—. Quiero que estés bien, Chloe.

—Estaré bien cuando salgamos de este infierno —La voz de la chica se agudizo, por lo que se aclaró la garganta en el instante—. Necesito salir de aquí, pronto. No sé cuanto tiempo más pueda aguantar.

—Lo haremos, te lo prometo...

—¡No quiero que me sigas prometiendo más cosas! —Le espetó con suplica, aunque se arrepintió de subir la voz—. Sabes bien que hemos hecho todo lo posible para salir de aquí, no hay pista que hayamos pasado de alto.

—¿Qué quieres decir?

—No lo sé, Minho —Chloe se pasó las manos por su rostro y cuello, con manía—. Tal vez... Tal vez los Creadores no quieren que salgamos de aquí hasta que ellos estén listos. O tal vez no exista ninguna salida, y sólo son psicópatas que quieren vernos sufrir.

No bien hubo terminado la frase, un aullido inhumano atravesó el aire. Agudo y penetrante, el grito resonó por el patio de piedra y todos los chicos que estaban a la vista giraron la cabeza hacia el lugar donde se había originado. El sonido provenía del edificio de madera.

Hasta Chloe había saltado del susto, con una expresión de gran agotamiento en su rostro cuando se dio cuenta de que se trataba. Todos los habitantes se quedaron en silencio.

—La Bienvenida acabo —Anunció Chloe con voz gutural—. Vayan a descansar y prepárense para un nuevo día de trabajo.

La chica no esperó ni un solo segundo para dirigirse hacia el edificio, desde donde otro alarido, esta vez más largo y escalofriante, rasgó el aire. El corazón de Chloe se estremeció.

Odiaba cuando alguno de los Habitantes era pinchado por los Penitentes. Tal vez tenían el suero para curarlos, pero era claro que pasaban por mucho dolor mientras sanaban.

El edificio tenía cuatro pisos de altura y el olor a leña llegó a sus fosas nasales. No perdió tiempo, dobló a la izquierda y se encontró con un pasillo con barandal que conducía a varias habitaciones y entro a la única de ellas dejaba pasar luz por debajo de la puerta.

Newt y Alby ya se encontraban dentro, inclinados sobre Ben que estaba tendido en una de las camas. No era necesario acercarse mucho para observar el cuerpo totalmente pálido y agonizante del chico, con el pecho descubierto y enfermo; se retorcía de dolor. Las venas verdosas tejían una red a través de su cuerpo, como cuerdas debajo de la piel. Estaba lleno de moretones color púrpura y de arañazos. Los ojos inyectados en sangre se movían con desesperación de un lado a otro.

—¿Cómo está todo?

—Tan bien como podría en esta situación —Le dijo Newt—. Benny va a sobrevivir, pero primero va a sufrir un buen.

—¿Y no hay nada que puedo ayudarlo con el dolor? La Caja llegó hoy, algo debería servir.

—Los Docs dijeron que no enviaron nada bueno, no podemos hacer nada más para ayudarlo.

—Perfecto. —Espetó Chloe con frustración.

No le gustaba sentirse de esa forma, inútil.

Los pensamientos de la chica se vieron interrumpidos en el momento en que la puerta se abrió, los tres presentes se voltearon, solo para ver que el Novato, Thomas, había entrado, y vio a Ben horrorizado. Alby se acercó furioso hacia él, y lo sacó de la habitación cerrando la puerta tras él

—¡¿Qué estás haciendo aquí arriba, Nuevito?! —Le gritó, hecho una furia.

—Alby va a matarlo de un susto. —Se quejó la chica.

—No debió subir.

—Llegó hoy, aún no tiene idea de nada. —Lo defendió, para luego salir en ayuda del Novato.

—¡Saca tus sucios pies de aquí, ahora mismo! —Gritaba Alby cuando salió al pasillo.

—Alby, por favor —Interrumpió Chloe antes de que el moreno pudiera seguir gritándole—. No hagas un escandalo por un pequeño error.

—Él no tiene permitido subir, lo sabes. —Le recordó Alby, como si no recordara las reglas que ella misma había aprobado.

—Thomas aún no conoce las reglas del lugar, no ha tenido su Visita Guiada aún ¿recuerdas? —Chloe chasqueó la lengua—. ¿Por qué no entras? Yo me encargaré de Thomas.

—No lo creo —Dijo, aún mirando a Thomas—, estoy bien aquí.

Chloe se mordió la lengua, Alby volvía a ignorar sus órdenes. Así era desde que Nick murió.

—Thomas, ¿por qué no cas a descansar? Sé que Chuck estará dispuesto a ayudarte, pero si necesitas algo, búscame.

El Novato parecía humillado y asustado, sin decir una palabra, pasó por delante y bajo las escaleras tan rápido como pudo. Evitando miradas.

Arriba, mientras tanto, Chloe le dirigió una mirada de molestia a Alby.

—Contrólate —Le espetó al chico—. O tendré que aplicar medidas que no te gustarán.

Y sin más la chica volvió a la habitación con Newt. No iba a permitir que Alby volviera a faltarle el respeto frente a otros Habitantes, no siempre le gustaba, pero tenía que hacerse respetar.

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