Capítulo 10

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Si hubiera que ponerle una canción de fondo a esa escena en donde esos tres rostros se miraban, se podría usar "Entre la espada y la pared" de Pimpinela, solo que por partida triple. Aunque en ese momento Jungkook estaba feliz de presentar a Taehyung como su pareja, algo que ya había hecho años atrás, no dejaba de sentirse un poco incómodo estando Jimin presente.

El rubio por su parte, tenía en frente al hombre que amaba y al que le gustaba, ese con quien se había estado dando una oportunidad real. Sí, sabía que ellos dos fueron pareja pero al Taehyung decirle que estaba soltero, pensó que lo de ellos había quedado en una relación o amor universitario y nada más.

Ahora, el castaño, bueno... Él estaba casi en estado de shock al igual que Jimin, no pensó encontrárselo ahí, menos que este fuera el jefe de su pareja. Si bien le había puesto punto final a lo que sea que habían estado teniendo durante ese tiempo, los vívidos recuerdos de todo lo ocurrido entre ambos lo estaban golpeando sin misericordia. Sus manos sudaban, estaban trémulas y por mucho que intentara elevar sus comisuras para pretender sonreír lo cierto era que no estaba logrando su cometido.

Intentaba descifrar la mirada que el mayor le daba pero no lo lograba. No entendía pero le afectaba saber que podía estar pensando que lo había engañado o que había jugado con él cuando no era así. Le gustó estar con él, eso no había ni que pensarlo pero aunque sí disfrutó mucho y el sexo era algo que todos disfrutaban, no era en lo único que él pensaba.

Tampoco era como le dijo en aquel restaurante, el sexo no lo era todo en una relación para él, no necesitaba de besos y sexo para considerar una relación. Existían cosas de mayor peso e importancia como sus sentimientos, esos que se crearon y cultivaron por años Jungkook y él. Con todas las imperfecciones que su relación pudiese tener, amaba al pelinegro y era un hecho que no podía cambiar, ni siquiera por el lindo tiempo que pasaron juntos estando separado de su pareja.

Las palabras "realmente no nos hemos separado desde entonces" retumbaban en los oídos de Jimin mientras fingía prestarle atención a todos aquellos que pasaban a saludas o se les unían por algunos minutos, sin poder mirar a la cara a Taehyung y menos a Jungkook. Odiaba saber que lo realizado  podía afectarlo porque no se iba a mentir, ese hombre respiraba por Taehyung. Ahora que los veía juntos, que observaba la manera en que sutilmente lo abrazaba o susurraba cosas al oído sin ser maleducado, las miradas, la forma en que entrelazaba sus manos y desvivía por atenderlo era evidencia suficiente que delataba a un hombre enamorado.

En algún momento ellos fueron parecidos aunque claramente no podía comparar un amor de adolescentes con ese que tan consolidado se veía. Sus temores se hicieron realidad y ahora dolían doblemente. Existiendo tantos hombres vinieron a gustarle justamente esos dos. Cuando pensó darse una nueva oportunidad tuve que ser el el novio de su ex.

Quizás por temor a algo desconocido, Taehyung no se le separaba a su pareja, no quería quedarse a solas y que Jimin se le acercara o que el pelinegro estuviera a solas y Jimin se le acercara para decirle algún comentario malintencionado. Era infantil su comportamiento hasta cierto punto o al menos así lo veía él, pero sabía que en situaciones así el ser humano era impredecible y todo podía pasar. No quería perder a su compañero por lo que fuera que sucedió con Jimin.

— No tenía conocimiento de tus preferencias, Jeon. — Comentó Mingyu cuando estaban solamente ellos cuatro presente, los ya aludidos junto a Taehyung y Jimin. — Me alegra saber que tiene algo más que tu trabajo.

— No tenías que saber de mis preferencias ni nada relacionado conmigo que no sea relevante para mi trabajo y papel que desempeño dentro de la empresa. Creo que para eso existe la vida personal y la laborar, esas no se mezclan. Fingiré que creo que te alegras sinceramente por mí, gracias por los deseos no expresados ya sean positivos o negativos. — Inclinó su copa para un brindis, repitiendo este acto con las otras dos personas.

Su mirada se cruzó con la del rubio y algo extraño lo hizo permanecer varios segundos más de los normales observándolo. Pensó que habían de cierta forma echado tierra sobre el pasado de ambos pero parecía no ser así porque de no ser esto, no entendía por qué volvía a rehuirle a su mirada. Quizás el tiempo los hizo madurar y efectivamente dejaban de ser las mismas personas pero existían rasgos en las personalidades que eran imposible de cambiar por mucho que uno lo intenten.

No creía recordar sus días con Jimin hasta que lo veía frente a él, justo como en ese momento que mordía continuamente su labio inferior disimuladamente, agitando su meñique contra la copa mientras fingía estar mirando en varias direcciones cuando simplemente no quería o podía mantenerle la mirada.

La incomodidad entre ellos se mantenía vigente y latente hasta cierto punto. Ya en la universidad estaba claro que lo de ellos había finalizado mucho tiempo atrás y que su vida estaba planificada para vivirla junto a Taehyung pero desde entonces, cada vez que se encontraban — casi siempre los tres juntos — la atmósfera se tensaba aunque muchas veces también terminaban relajándose.

— El retiro para los trabajadores de la empresa será dentro de dos semanas, quizás sea el último en el que participe con ustedes. — Habló Mingyu captando la atención del pelinegro, quien volvió a mirar a Jimin confundido.

— ¿Por qué yo no tenía conocimiento de eso? ¿Por qué a mí nadie me informó de un retiro colectivo? — Preguntó serio pero no estaba molesto, más bien confundido.

— Porque esa entra entre las actividades delegadas a Kim Mingyu, te iba informar esta semana. No es nada que requiera mucho tu atención.

— Yo debería estar enterado de todo antes que el resto de los empleados. Además, nunca organizamos un retiro con tan poco tiempo de antelación, se debe informar mínimo un mes antes para que el personal se prepare.

— Será en días laborales, así que no interfiere en sus tiempos libres. Además, ahora yo soy el nuevo presidente y claramente algunas cosas cambiarán, deberías ya saber eso, Jeon. — ¿Jeon? ¿Por qué lo sentía tan a la defensiva llamándolo nuevamente Jeon aún fuera de la empresa. — Estamos fuera de la empresa y aunque estamos los empleados y socios reunidos, no es el momento para tratar estos asuntos. Si tiene algo que decirme, ya hablaremos en mi oficina. Con su permiso.

Jimin miró a Taehyung de soslayo antes de echar a andar hacia el lugar donde debería dar su discurso, sin saber por qué todo le dolía el doble. No amaba al castaño, no lo hacía pero le gustaba. Quizás veía en él un fragmento de su ex porque tocar esa piel fue como tocarlo indirectamente aún cuando creyó que hacía años ellos no tenían nada que ver.

Tal vez era más que eso, en el tiempo que pasaron juntos, cortas semanas, sintió que eran muy compatibles y al menos oralmente, podían entenderse bien. Físicamente y en la cama el gusto no era menos, se sintió mejor de lo que pudo imaginar y aunque solamente fue una vez en la que fueron tan lejos, solamente una vez que superaron la fase de los besos.

En el momento que sus miradas se cruzaron en aquel restaurante el día de su cumpleaños todo se sintió diferente, cuando estuvieron bailando la última noche del año, amanecer junto a él e incluso todo lo que ocurrió después. Desde ese momento sintió una corriente transitando por su cuerpo que le hizo creer que podían llegar a algo más que una noche. Sin embargo, no pensó que sucedería, mucho menos que se repitiera o volvieran a encontrar pero sucedió y el sentimiento que despertó en él lo hizo fantasear con algo que ahora veía era imposible.

No pensó sentirse tan bien en su compañía, en sus brazos aunque por momentos divagara con el recuerdo de Jungkook. Seguía amando a ese hombre, su primer amor pero todo él reaccionaba a Taehyung.

— Estoy nervioso. — Murmuró Jungkook agitando sus manos sabiendo que pronto lo llamarían para dar ese maldito discurso. Sonriendo puerilmente a su pareja mientras que le devolvía una amplia sonrisa, cuidando queso traje estuviera en perfecto estado. — Dame un beso.

— Lo harás bien, no es nada del otro mundo. Ya has hecho algo parecido antes, solamente darás las gracias por tu nuevo puesto, junto a esas típicas promesas de que darás lo mejor de ti bla bla bla...— Los dos rieron y la seña de Mingyu les dejaba saber que se acercaba su momento.

— Deséame buena suerte.

— La suerte es para otros, tú naciste con ella, amor. Ve allá y haz lo que mejor sabes hacer. — Depositó un último beso en los labios de Jungkook, enviándole a la tarima de aquel salón donde todos ponían su vista en él.

Solamente miradas bastaron para que el pelinegro se mantuviera estable, caminando seguro hacia el micrófono que Jimin con una sonrisa y unas palabras susurradas a su oido le ofreció. Fugazmente los tres hicieron contacto visual pero el rubio descendió rápidamente y Taehyung centró toda su atención en su novio.

El anillo en la mano izquierda de su pareja brillaba ante sus ojos más que las luces, un bello recordatorio de que aunque no tenían fecha fija o estaban apurados en casarse, se amaban tanto que deseaban pasar toda su vida juntos.

En momentos así cuando podía verlo cumpliendo sus sueños se sentía afortunado de poder ser parte de su vida para celebrar juntos sus triunfos. El orgullo que bullía en su pecho lo hacía sonreír. Era claro que lo apoyaba incondicionalmente, lo único que lamentó fue el hecho de que su pareja olvidó todo lo demás para centrarse o dedicarse única y exclusivamente a su trabajo, olvidándolo a él.

Ahora quería confiar y creer que las cosas serían diferente, confiaría en sus palabras una vez más porque a pesar de todo no se imaginaba su vida sin Jungkook a su lado. Viviría, seguiría adelante y eventualmente se acostumbraría a la idea de que entre ellos todo se había acabado pero todo ese proceso sería desgarrador, al punto de no saber cuán ileso podría salir de ahí.

Su brazo fue tirado repentinamente, haciéndolo no solamente romper en contacto visual con la tarima en donde su novio hablaba, sino también su hilo de pensamientos. Al girar lentamente su cabeza pudo notar que quien tiraba de él era Park y en su pecho algo se activó haciéndolo temblar.

Si era miedo de ser visto por Jungkook, ansiedad, emoción y alegría por volverlo a ver, temor de sus palabras, no lo sabía. No tenía la más remota idea de qué era exactamente lo que estaba sintiendo en esos momentos en que tan desestabilizado estaba y eso le asustaba en demasía.

Las personas y el sonido de la voz del pelinegro que resonaba en el salir por los altavoces fueron quedando atrás a medida que el rubio lo apartaba de todas las personas. Se soltó en medio del pasillo pero esa mirada que lo retaba a hablar en ese lugar donde podían ser escuchados o vistos por cualquiera lo hicieron calmarse y seguirlo hasta un salón que simulaba un pequeño teatro. Entre los asientos rojos y el latido de su propio corazón que lo ensordecía, se detuvieron.

— ¿Puedes explicarme ahora de qué se trata todo esto? — Cuestionó Jimin con una última de esperanza en su interior que no quería dejar caer.

Absurdo, sabía que lo era pero quería agarrarse de cualquier cosa que le ayudara a mantener esa pizca esperanza que su compañía le trajo en las últimas semanas. Se odiaba por eso, por ese estúpido optimismo tan fuertemente arraigado a su corazón que lo hacía cometer siempre estupideces. Le daba tanta importancia a las tácitas órdenes dadas por ese órgano que latía en su interior que corría para hacer todo lo que le decía que hiciera.

No amaba al castaño, no creía posible amar a alguien en tan poco tiempo con cosas tan superfluas como las que vivieron pero tampoco podía negar que le gustó, le gustaba muchísimo. Nunca creyó posible sentirse atraído por él de esa forma. Si bien en la universidad llegaron a llevarse bien, siempre le guardó un estulto resentimiento por ser la pareja del hombre que él amó, que todavía amaba.

Cuando lo volvió a ver en lo primero que pensó fue en Jungkook, al verlo en ese restaurante muchas cosas vinieron a su mente pero se permitió dejarlas de lado y disfrutar de una agradable noche con un buen conocido, nada más. Al escuchar que estaba soltero casi no pudo ocultar la felicidad que sintió.

En sus pensamientos le pareció lógico que lo de ellos hubiese terminado mucho tiempo atrás ya que eran raras las parejas formadas en los años de estudiantes que perduraban tantos años. Se preguntó entonces si el pelinegro estaba soltero o en una relación con alguien más, creyó que esa era la ventana que se le abría luego de tantas puertas cerradas pero solamente fue una idea que rápidamente se tronchó.

Esa última y primera noche del año que pasó con el castaño le hizo ver y sentir cosas diferente. En el instante que sus ojos se posaron en su evidente falsa sonrisa y ojos enrojecidos muchas cosas se revolvieron en su interior. No debió ser así, no debió mirarlo como hombre conociendo su pasado pero ya había pasado y no podía echar marcha atrás.

— ¿Por qué haces esto? — Preguntó Taehyung incómodo, sintiendo su corazón queriendo escapar por su garganta. Si alguien los veía o escuchaba de generarían un sinfín de comentarios y problemas que prefería evitar. Sus ojos viajaron a cada el rincón del lugar pero al parecer ellos eran los únicos en ese salón. — No sé qué quieras hablar conmigo que me has traído a este lugar pero no tengo tiempo, mi novio me debe estar buscando.

Mordiendo sus labios Jimin sonrió con cinismo y amargura, sintiendo como aquella relación era restregada en su rostro. Estaba molesto pero lo peor es que tenía varias razones pero no sabía cuál de todas era la más real o importante.

Por un lado estaba Taehyung, el hecho de que le gustaba, que pensó darse una oportunidad con él y su mentira. Por el otro, ahí estaba Jungkook, el hombre del que se enamoró desde que era casi un niño y que hasta la fecha no podía olvidar. Ese que pensó que fue un capricho, obsesión e infinidades de calificativos que describían lo que pensó era un simple comportamiento, sentimientos que debieron dejar de existir pero que seguían latentes en él.

Le molestaba que el castaño lo hubiera visto como uno más si importancia, no debía de sorprenderle, después de todo el mundo solía funcionar así pero sinceramente creyó que entre ellos había algo más porque solamente por él pudo sentir algo que en años no despertó nadie más que su ex novio. Le dolía ver el desinterés en él, tanto como la idea de saberlo junto a Kook, que ellos estuviera en una relación mataba en un solo intento todas sus expectativas, deseos y esperanzas.

Una ironía del destino que las dos personas que le gustaban se gustasen entre sí, haber estado con ambos pero no significar absolutamente nada para ellos. Rompió por segunda vez la promesa hecha en su corazón de no volverlos a ver, se acusaba de sentirse morir sin sus bocas, confesaba anhelarlos en silencio, de tenerlos a ambos en su mente y un poco más allá.

— ¿Por qué me mentiste? Me dijiste que estabas soltero y resulta ser que no te has separado de Jungkook desde que estaban en la universidad. ¿De qué se trató todo eso? ¿Era realmente necesario decir todas esas cosas, hacer todo lo que hiciste? — Peinó su cabello exhalando con frustración al ver aquel rostro sin inmutarse. — No fue una noche loca de copas y bocas, de sexo y nada más. Pasamos semanas saliendo, compartiendo, comentaste incluso que no estabas listo para una relación pero que de tenerla te gustaría tenerla conmigo.

— ¡No te mentí, sentí cada una de las cosas que dije! — Exclamó sintiéndose arrinconado y malentendido. — Tampoco te he dicho que lo que ocurrió entre nosotros fue puro sexo ocasional porque sé que no fue así. Sin embargo, si lo pongo en una balanza pesan más mis sentimientos por Jungkook, es el hombre que amo y con quien siempre deseé compartir mi vida.

Jimin se volteó enfurecido, apoyándose en uno de los espaldares rojo que le quedaban atrás mientras escuchaba las palabras de Taehyung. Prefería escuchar que todo era una desdichada mentira, sus palabras lo confundían más, le dolían mucho más porque era mucho peor pensar que podrían gustarse pero que no lo suficiente como para algo más. Se repetía el mismo patrón de Jungkook cuando se reencontraron en la universidad. Le gustaba pero amaba al castaño, lo que ellos sentían mutuamente dejaba fuera de la ecuación a todos los demás, a él.

— El día de mi cumpleaños cuando nos vimos ya estaba considerando romper con Jungkook y al día siguiente lo hice estando en ese club, luego llegaste tú y bueno, te dije que estaba soltero porque en ese momento así fue. Fue poco el tiempo que pasamos separados, aproximadamente un mes en el que admito que me refugié en ti, de cierta forma te usé y lo lamento. Es contradictorio pero a pesar de todo sí me gustaste.

— Al parecer no lo suficiente. — Musitó observándolo ahora con una amplia sonrisa que no llegaba a sus ojos. — Yo no tengo derecho a reclamarte, no estábamos oficialmente en una relación, como bien me dijiste tú cuando terminaste lo que sea que tuviéramos en ese restaurante.

Todo estaba más claro en su mente, por un momento pensó que Taehyung había dicho aquello en el restaurante sin estar del todo seguro. Un mecanismo de defensa que creó su mente para luchar contra lo más lógico que él se negaba a aceptar. Pero no habían errores, no podían haberlos cuando su corazón le pertenecía a alguien por años, al mismo hombre al que él también amó y aún amaba.

— Jimin, no puedes comparar el gusto o la atracción que siento por ti con el amor que por años le he tenido a Jungkook. No quiero dañar a nadie, tampoco los he engañado. No me arrepiento de lo que pasó entre nosotros y quizás si no existiera mi novio, si no lo amara como lo amo me hubiese enamorado de ti con los ojos cerrados. — Extendió su mano para tomar la contraria pero el rubio se alejó molesto, intentando salir de allí. — Detente, Jimin... — Le pidió cuando logró alcanzarlo en el pasillo. Por favor, no me hagas esto, no me hagas sentir un malnacido por hacerte daño porque realmente no planeé nada de esto, yo... — Estiró su mano para acariciarle las mejillas buscando sus ojos. — Me gustaste, me gustas pero...

— ¡Taehyung! ¡Jimin! — La voz de Jungkook los hizo tensarse por igual, dando cada uno un paso atrás. — ¿Qué hacen aquí? Los estaba buscando.

— Nos pusimos hablar de la universidades de su partida y sin querer nos entretuvimos.

Se mordió su labio inferior sintiéndose horrible por mentirle a su pareja por primera vez, así como por Jimin. Pudo notar en sus ojos que verdaderamente sentía algo por él pero no sabía qué hacer con eso. No planeó que lo de ellos escalara hasta ese punto en el que se crearían sentimientos cuando estuvieron juntos por tan corto tiempo.

El pelinegro asintió entrelazando sus manos, besándolo apasionadamente mientras le preguntaba por el discurso que dio y le contaba lo nervioso que había estado. Le agradeció a Jimin una vez más por la oportunidad pero la sonrisa de este era tan falsa que si la quitaba, derrumbaba todo lo demás, obligándose a mantenerla. Regresaron juntos al salón pero verlos juntos era algo que simplemente lo estaba sobrepasando.

En una historia de amor ya sea fatídica o no, hace falta saber irse antes de que sea demasiado tarde, ese es el motivo por el cual al verlos a los dos juntos no pudo hacer otra cosa más que empuñar sus manos y sonreírles tímidamente, dándose la vuelta para salir de ahí. A la distancia vio a Sungwoon ir caminando en su dirección, dedicándole una mirada de auxilio mientras negaba con la cabeza para que nos e acercara.

Ver a su hermano en aquel sitio, justo en ese momento era como ver a un salvavidas cuando estaba a punto de ahogarse, apresurándose a tomar sus manos antes de desplomarse. Sus piernas casi no le respondían, le costaba respirar correctamente y lo único que le quedaba para quebrarse delante de todos eran segundos.

—  Sácame de aquí ahora mismo.

El mayor no hizo preguntas, lo rodeó por su hombro para acompañarlo a la salida sin que muchas personas lo vieran, encargándose él de las despedidas y disculpas. Se sentó en la parte trasera del automóvil de su hermano y estalló en el llanto contenido. No podía estar de otra forma, no después de ver a quien amaba y a la persona que en tan poco tiempo llegó a querer tanto que se confundía con lo que sentía por Jungkook, juntos, abrazándose, besándose. Ser testigo del amor que se profesaban, las muestras de cariño y una relación tan bonita como la que siempre quiso lo desgarró de forma inimaginable.

¿Cuánto tiempo debía continuar vagando por la periferia del dolor para borrar todos los recuerdos, para darse cuenta de que era suficiente?

💜🔺💜
¿Cómo han estado?
LORED

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