Capítulo 11

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Ya habían pasado cinco días desde el nombramiento de Jungkook, quedaban cuarenta y ocho horas antes de que este tuviera que irse al retiro organizado en su trabajo y por ello había decidido pasarse toda la tarde en su casa, junto a su pareja.

Fue agradable ser recibido por esos brazos y esa sonrisa que hacía sentir cualquier rincón del planeta como su hogar, sus besos y su comida fueron el mayor de los pluses. Se ducharon juntos, comieron y vieron una película hasta que lo llamaron y tuvo que sentarse frente a su ordenador, viendo como el castaño se sentaba junto a él para leer uno de sus libros en el tablet entrelazados sus piernas.

— Ya organicé para estar allí solamente un día, no me apetece pasar todo el fin de semana. — Comentó cerrando su ordenador. — ¿Qué te apetecería hacer cuando regrese? Seré todo tuyo. Tae...

El nombrado estaba tan ensimismado en la lectura que no lo escuchó. Era imposible no sonreír, era adorable ver a su novio cuando se concentraba en la lectura o la televisión al punto de olvidarse de todo lo que lo rodeaba, incluyéndolo. Para molestarlo un poco, se inclinó y retiró la tableta que el castaño intentó recuperar sin éxito. Sus mejillas se ruborizaron y su corazón comenzó a latir sin un ritmo marcado cuando lo vio leer lo que hasta hacía segundos él estaba leyendo.

— ¿Una historia de amor entre tres hombres? — Preguntó apartando la mirada por segundos de la pantalla para observarlo con una sonrisa. — Así que esto es lo que te ha tenido tan entretenido que ni siquiera pudiste escucharme. — Le devolvió el aparato riéndose ahora con mayor volumen luego de besar su frente y recibir un pequeño manotazo seguida de una patada. — ¿Desde cuando lees romance?

— Bueno a mi defensa puedo leer cualquier cosa siempre que la trama me enganche y con esta ocurrió. — Se encogió de hombros mordiendo su labio con cierto nerviosismo pues pensó que Jungkook reaccionaría un tanto diferente. — No se trata del género, sino de lo que ocurre creo que es muy interesante.

— Si tú lo dices. — Palmeó su muslo y se levantó a la cocina para hacer palomitas de maíz para ambos.

La sala permaneció en silencio mientras el castaño se perdió en los latidos de su corazón completamente lleno de dudas. Él siempre creyó que se podía amar a más de una persona a la vez aunque ya era lo suficientemente difícil encontrar a una como para tener la suerte de encontrar a dos.  Sin embargo, eso fue algo que por años no pensó hasta ese momento en el que su corazón comenzaba a latir no solamente por su pareja y quien él consideraba el amor de su vida, sino también por Jimin.

Mientras leía esa historia se preguntaba si realmente sería posible. Los celos, los miedos y el egoísmo impedían a la mayoría aceptar una situación así, eso era sin contar que muchos que sí lograban aceptarlo igual terminaban deteniéndose por temor al qué dirán y la sociedad.

— ¿Qué opinas tú de eso?

— ¿Qué opino yo de qué? — Jungkook regresaba a la sala sin entender muy bien de lo que hablaba su pareja.

— De una situación como la de esta historia en la que un hombre se enamore de dos a la vez. — Se atrevió a decir luego de algunos segundos sopesando la idea.

El pelinegro se encogió de hombros ante la pregunta, pues hacía unos días por su cabeza pasó fugazmente la misma interrogante. La imagen de Jimin se apareció en su mente mientras pasaba de película en película sin prestarle verdadera atención a la pantalla. El recuerdo de cuando lo vio en la universidad años atrás y se sintió un poco confundido, abrumado.

— No sabría decirte, amor. Cada persona es diferente y nadie podría entender su sentir mejor que él mismo, no me toca a mí juzgar eso. Si me preguntas a mí desde mi perspectiva personal, sería casi imposible. Para que una relación así funcione todas las puntas del triángulo en este caso deberían estar enteradas y de acuerdo. Yo soy un hombre posesivo con lo que amo por ese lado. El mundo tiene sus pensamientos, sus costumbres...

— Olvídate del mundo y sus estereotipos en este momento. — Se incorporó interesado por saber su opinión, apoyando su bíceps en el respaldo del sofá. — Si hablamos en detalle ni siquiera nuestra relación es bien vista por ser dos hombres y eso no significa que sea incorrecta. Dime qué piensas verdaderamente de eso.

— Bueno, ya te dije... — Rió. — No entiendo tu insistencia con ese tema, recuerda que lo que lees es ficción. — El castaño asintió quedándose cabizbajo y Jungkook se sintió mal al verlo así. — Lo veo posible para otras personas, no me parece una abominación pero yo jamás podría estar en una relación así. Que la persona que yo ame esté con otra mientras yo estoy a un lado no es algo que pueda soportar. Cuando todos se quieren hay problemas, imagínate cuando alguno no está del todo convencido o de acuerdo, sería muchísimo peor. A mí sinceramente no me gustaría compartirte con nadie más, jamás... Yo tampoco podría estar con nadie más estando contigo.

Tiró suavemente del castaño hasta dejarlo acomodado en su pecho, dejando de lado el control remoto para centrarse en él, pidiéndole que le hablara de esa historia que lo tenía pensando tanto y el castaño acepta, resumiéndole todo hasta el punto en donde se encontraba en esos momentos. Le agradó que su novio se uniera a su lectura, entre palomitas de maíz y arrullos castos.

— ¿Cómo es trabajar con Jimin como tu jefe y presidente? Me sorprendió que fuera el CEO de SIA, ni siquiera me habías hablado de él. Solíamos ser bastante unidos cuando estábamos en la universidad. — Rompió el silencio, desconcertando al pelinegro que también se había metido adentro de la historia. — No sabía que fuera hijo de alguien tan importante, de hecho, ni siquiera recuerdo si alguna vez me contaron cómo fue que ustedes se conocieron.

Intranquilo, Jungkook se removió en su asiento debido a que efectivamente jamás le contó de su pasado con Jimin. En aquel entonces porque no lo vio necesario, porque no surgió nunca la pregunta y luego simplemente se olvidó de ello. Que su pareja le hiciera justamente en ese instante aquella pregunta lo tomaba desprevenido.

— ¿Por qué preguntas ahora por eso?

— ¿Por qué no hacerlo? — Jungkook asintió entrelazando sus dedos, haciéndole dejar la tableta sobre su regazo. Besó su nuca y asintió. — Conozco a Jimin desde que tengo memoria, ambos solíamos vivir en el mismo vecindario en Busan y nuestras madres eran muy amigas. Pasamos toda la niñez y adolescencia juntos como mejores amigos hasta que en algún momento esa amistad le dio paso a algo más. Fue mi primer novio, mi primer hombre, fuimos la primera experiencia del otro.

Sin poder ocultar su molestia Taehyung se separó de él y se fue a la habitación dejándolo solo en el sofá. Jungkook resopló porque sabía que contarle aquello podría hacerlo molestar y así fue. Por mucho que sabía que no tenía derecho de molestarse por lo que ocurrió en la vida de su pareja antes de él aparecer, la sola idea de imaginarlos a ellos dos juntos de esa forma removió cosas infinitas en él. Ninguno le había dicho que fueron parejas y ahora, ni siquiera podía entender a Jimin, no entendía tampoco a Jungkook, no se entendía él.

Esa noche durmieron abrazados pero ninguno dijo nada, el pelinegro lo intentó pero cuando su pareja le dijo que lo mejor era hablarlo al día siguiente, decidió no insistir y darle tiempo para relajarse. Cuando la mañana llegó seque a trabajar dejando a Taehyung atrás y sinceramente, no pudo concentrarse el resto del día de solamente pensar que este estaba molesta con cierta razón.

Taehyung por su parte pasó todo el día pensando sobre aquello, con el deseo de llamar a Jimin para reclamarle, hacer lo mismo con Jungkook pero según fueron pasando las horas, su molestia también se fue disipando, convirtiéndose en algo más que no sabía qué era.

No tenía derecho a sentirse así, a reclamarle a su pareja por algo que estaba en el pasado cuando él también tenía uno.

Sin embargo, el miedo de pensar que ellos dos hubieran vuelto a estar, los celos desmedidos que se estaban despertando en su interior al imaginárselos lo estaban abrumando. Pero aún así, todo eso no era tan fuerte como el deseo de disculparse con Jimin que permanecía en su pecho desde aquella noche. Estaba enloqueciendo nada de lo que sentía tenía sentido. ¿Cómo podía tener tantas emociones a la vez?

Estaba inquieto por hablarle aunque no sabía bien para qué, qué le diría. ¿Se disculparía o le reclamaría? Estaba celoso pero a su vez por su mente pasó aquella historia que estaba leyendo, preguntándose si todo eso que estaba ocurriendo significaba algo, si ellos podrían tener algo. Él los quería a los dos aunque el sentimiento en esos momentos no fuera parejo, estaba seguro que Jungkook lo amaba y que el rubio gustaba de él.

Lo que no tenía claro era lo que ellos dos sentían por el otro, fueron novios por varios años, se conocían de toda una vida y ahora incluso pasaban más tiempo junto del que él podía pasar con ambos. Lanzó el teléfono que había estado sosteniendo por horas hacia la cama y maldijo furioso.

Fue por una ducha que ayudara a calmarlo pero cuando salió, la persistente idea de llamar a Park Jimin para aclararle las cosas seguía ahí. Tenía un fuerte impulso porque no quería que pensara que todo lo de ellos fue un juego, que lo engañó y no le importaba en lo más mínimo. Se trataba de su amor por Kook que era más grande y fuerte que cualquier otra cosa, aunque no se lo hubiera podido sacar del todo de su cabeza.

En su pijama subió a la cama y tras pensarlo varios minutos más finalmente marcó el número del rubio, colgando acto y seguido nervioso para segundos más tarde volverlo a llamar.

— ¿Qué deseas? — Preguntó la voz al otro lado de la línea, una voz que estaba tan distorsionada como la suya. Se sentó en la cama mirando por la ventana y suspiró escuchando la respiración contraria. — Si no vas a hablar mejor cuelgo.

— ¡No! Espera, no lo hagas... — Pidió apretujando sus sábanas para llenarse de valor. — ¿Cómo estás?

— Bien.

— ¿Cómo te ha ido esta semana, como fue tu día? — Volvió a preguntar encarcelando sus labios entre sus dientes.

— Bien.— repitió la escueta respuesta. — ¿Qué quieres?

— Quería disculparme por la otra noche, por la forma en que terminé las cosas. Quizás fui un poco severo pero no pretendía lastimarte. Si lo hice...

— No lo hiciste así que no te preocupes. Ya te disculpaste también así que no tienes que seguir haciendo esto. Tienes a tu pareja y de todo corazón espero que sean feliz, solamente te pido que no me llames más porque cada vez que lo haces me ilusionas, me confundes, Taehyung. — Estaba exaltado acostado en su cama, conteniendo las ganas de quebrarse que tenía. Esa tarde terminó yéndose un poco más temprano porque verdaderamente su ánimo lo estaba matando. — Por favor.

— ¡Dios, no sabía que yo podía ser tan egoísta! — Exclamó cerrando sus ojos, esa llamada le recordaba tanto al tiempo en que estaban juntos, cuando esperaba diariamente que su teléfono sonara y en su pantalla apareciera su nombre. No se había dado cuenta cuánto extrañaba eso hasta ese momento.

Jungkook desde que regresaron realmente había cambiado, le dedicaba mucho más tiempo pero él nunca fue del tipo que llenaba de mensajes o llamadas como Jimin. Tenían caracteres diferente pero a su vez algunos parecidos.

— ¿De qué hablas, por qué eres egoísta?

— Porque una parte d eme se niega a dejarte marchar a pesar de saber que no tengo mucho para ofrecerte. Te extraño y me gustas pero no podría ofrecerte el tipo de relación que mereces. — Las lágrimas de Jimin comenzaron a caer maldiciendo al castaño internamente por esa llamada, iba a colgar pero simplemente no pudo cuando escuchó la última oración. — Ya sé que Jungkook y tú fueron novios, que fueron su primera experiencia.

— Pensé que lo sabías desde la universidad. Sin embargo, desde que rompimos de adolescentes nosotros jamás volvimos a interactuar de esa forma, él te ama.

— Lo sé, no te estoy recriminando aunque no podía negar que sentí celos, muchos. No sé si fueron celos por ti o celos por él pero sentí muchos celos. — ¿Qué era eso que estaba sintiendo? Estaba mal sentirse bien por esas palabras que acababa de escuchar, no significaban nada pero aún así, había hecho que se sonrojara, podía sentir sus mejillas ardiendo. — Me los imagino y me hierve la sangre de que mi pareja y tú hayan sido cercanos hasta ese punto.

— No tienes que sentir celos, ya te dije que eso es pasado.

— Ya sé...

Ambos se quedaron en silencio controlando sus respiraciones, escuchándose, sintiéndose. Eso estaba tan mal, ambos sabían que no debían estar hablando más de lo debido. Debían sepultar todo lo ocurrido porque si bien Taehyung en ese momento estaba soltero, ahora no era así, los tres se conocían y darle pie a lo que estaban sintiendo era un error garrafal.

Taehyung abrió su boca para hablar pero los brazos de su pareja lo sobresaltaron haciendo caer el teléfono por el susto. Jungkook comenzó a reírse viendo su reacción mientras continuaba quitándose la camisa.

— Por Dios, no te sentí. Se vale hacer ruido para avisarme, ni siquiera sentí la puerta. — Se reacomodó para inclinarse a buscar su teléfono pero su pareja lo inmovilizó en la cama. — ¿No piensas ducharte?

— Ahora mismo tengo mejores planes que me volverán a ensuciar en segundos así que no creo que eso sea necesario. — Buscó su boca con cierto desespero puesto que pasó todo el bendito día pensándolo, deseándolo como si sus hormonas se hubieran alterado.  — Te extrañé tanto hoy.

Era lógico que Jimin hubiese escuchado la llegada de Jungkook, sabía que había terminado la llamada pero volvía a sentirse fatal por dejarlo de lado frente a la llegada de su pareja como sucedió en aquel evento. Lo debía estar odiando y con toda la razón porque todos esos pensamientos comenzaron a carecer de importancia cuando la boca del pelinegro se apropió de su entrepierna.

— Hace mucho no te veía llegar tan desesperado. — Comentó risueño con su voz entrecortada, acariciando sus cabellos. — No me canso de decírtelo, tu boca es exquisita.

— No tanto, todavía no te escucho gemir por ella. — Succionó con fuerza estirando su mano hacia la mesita de noche en busca de lubricante mientras Taehyung se deshacía en gemidos.

Se tomó su tiempo para prepararlo alternando entre su lengua y dedos con ayuda del lubricante artificial y su propia saliva, degustando lujurioso esa entrada que aclamaba su visita. Se decían cosas vulgares, obscenas, gimieron en conjunto cuando finalmente se perdió en su interior y de ahí con cada envite tocaron juntos la gloria.

Al otro lado del teléfono que seguía marcando los minutos, Jimin estaba envuelto en los gemidos que escuchaba y los suyos propios. No había terminado la llamada, lo iba hacer pero era tan masoquista que quiso oír la conversación de ambos y antes de darse cuenta, se encontró escuchando los gemidos del castaño. Iba a terminar la llamada, de verdad iba a hacerlo pero la punzada de dolor que recorrió su excitada erección lo hizo acudir para ayudarlo y una vez que su mano entró en contacto con ella, ya no pudo separarla más.

Era una locura pero todo se escuchaba tan claro que era como estar encerrado en una sala de realidad virtual o en aquel cuarto junto a ellos. Esos dedos que se perdían en su interior fueron acompasado al ruido de sus pieles cada vez que Jungkook penetraba al castaño. Cada vez que su muñeca se movía, que apretaba su glande se sentía perdido entre ellos. Fantaseó a tal punto su mente que pudo sentirlos en su piel, orillándolo a un arrollador orgasmo que lo dejó jadeando en su cama.

Se apresuró a terminar la llamada una vez que culminó sin escuchar más de lo que hacían, sintiéndose sucio, enfermo. No creía lo que acababa de pasar, era un ser verdaderamente despreciable. Se levantó con sus labios enrojecidos por la fuerza que sus dientes ejercieron en ellos y con su ya flácida masculinidad aún envuelta en su mano para no ensuciar nada a su paso.

Tomó una ducha, se sirvió un trago y regresó a su habitación junto con su portátil para centrar su mente en el trabajo a pesar de que sabía que esa sería una misión casi imposible porque tenía aquellos gemidos haciendo eco en sus oídos aún.

Una hora después la pantalla de su móvil se alumbró y por mucho que la quiso ignorar terminó observándola.

"¿Te quedaste escuchando lo que pasó? Lo siento mucho, por favor, hablemos. Sé que mañana irás al retiro laboral pero también sé que regresarás antes del resto. Encontrémonos. Que duermas bien, Chim..."  Tae.

¿Le estaba tomando el pelo? Lo menos que quería ser era volver a verlo, ni siquiera sabía con qué cara iba a mirar a su director el día siguiente. No solamente había estado con quien él creyó era su es pareja sino que después de saberlo aún continuaba pensando en él e incluso se había masturbado mientras los escuchaba. ¿Con qué morar podría sostenerle la mirada? Solamente quería que la tierra se abriese y se lo tragara.

— ¿Qué haces? — Preguntó Jungkook viendo a su pareja mirando el teléfono. — Vamos a dormir.

— Buenas noches, mi amor. — Lo besó y se dejó abrazar sintiéndose confundido, horrible de mil maneras diferente. Le estaba haciendo daño a dos buenas personas y lo peor era que no sabía cómo detenerse, ni siquiera si lo quería.

¿Realmente estaba tan mal querer a dos personas a la vez? ¿Por qué?

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Doble actualización después de un tiempo sin leernos.
🙈🙈🙈 Por aquí estaré leyendo y respondiendo sus comentarios como siempre.
LORED
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