Capítulo 19

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Desde aquella noche en que los tres liberaron un poco las riendas y terminaron teniendo sexo en el apartamento de la pareja, ya había pasado un mes. Los primeros días fueron un poco incómodos para los todos, la pareja en ocasiones se miraban con complicidad recordando lo ocurrido pero poco hablaron de ello. Aunque Taehyung quiso que se sentaran primero ellos dos a conversar y luego hacerlo los tres, el resultado fue diferente.

La conversación que mantuvo con Jungkook no fue muy diferente a la mañana post sexo. Él no estuvo molesto o se quejó de lo sucedido pero simplemente no deseaba que los encuentros fueran regulares y se tornaran costumbre. Sin embargo, la cercanía de ambos por separado con Jimin fue ligeramente en aumento y de cierta forma el rubio se sentía bien con ello.

El temor de que se arrepintieran al día siguiente y se alejaran por completo fue algo que lo tuvo en vela por más de una noche. Con Taehyung todo fluía de maravillas, de hecho, habían comenzado asistir el mismo gimnasio y compartían casi todo su tiempo libre entre semanas cuando el pelinegro tenía algo más que hacer. Se reunían a comer o incluso se quedaban los tres viendo películas sin hacer mucho. Antes de darse cuenta, casi se les había vuelto rutina el pasar mínimo tres noche juntos entre semana como amigos comunes, claro estaba.

Delante de Jimin, la pareja disminuía el exceso de interacciones que podían subirse de tono. Inconscientemente buscaban que todos se sintieran cómodos y a su vez mantener un ambiente agradable.

Quizás lo sucedido llegó como un incentivo para la pareja pues, desde que todo ocurrió, la frescura de la relación quedó renovada. De cierta forma se sentían como al comienzo, cuando aún se conquistaban y desconocían prácticamente todo sobre la vida del otro.

La ex pareja también fue retomando la amistad que en algún momento tuvieron. No mencionaban o hacían alusión a aquella noche donde después de tantos años sus labios se encontraron y volvieron a verse y sentirse de formas casi olvidadas, simplemente se centraban en el trabajo o disfrutaban de la compañía del otro mientras almorzaban o hacían otra actividad.

— ¿Ya te vas? — Preguntó Jungkook mientras veía al rubio recoger sus pertenencias en la sala de juntas donde habían estado mirando algunos videos enviados por el equipo de marketing.

— Sí, tengo una reunión y después debo pasar por el aeropuerto a recoger a mi hermano que regresa a Seúl de visitas. Cuando lo deje instalado iré a tu casa, yo llevaré la bebida hoy. — Musitó risueño deseando acurrucarse en el sofá con ambos pero notando como Jungkook rascaba su nuca. — ¿Qué sucede? Conozco cuando haces esa mueca rascándote la nuca, ¿qué me quieres decir?

— Nada, creo que sería bueno si permaneces con tu hermano hoy. Es decir, no se ven desde hace un tiempo, nosotros podremos reunirnos en otro momento.

— Cuando viene a este país no suele pasar jamás su primera noche conmigo. Así que no te preocupes, podemos estar los tres y...

La forma en la que el pelinegro desvió su mirada como si estuviese avergonzado por algo lo hizo interrumpir sus palabras. Entrecerró sus ojos estudiándolo, sintiéndose un torpe por no haber notado antes que al parecer sobraba esa noche. Ellos querían estar a solas y en esa oración era él quien estaba de más.

— Oh, ya veo...

Intentó sonreír restándole importancia a su momentánea decepción y esa sensación de abandono que estaba sintiendo. Era normal que una pareja quisiera pasar tiempo a solas un viernes en la noche sin sentirse cohibidos por la presencia de alguien más.

— N-No lo tomes a mal, por favor. Es solo que tengo deseos de salir con Tae y ya sabes... — Sonrió sonrojándose. — Tener algo de intimidad o dejarnos llevar del todo no es algo que podamos hacer contigo presente.

— Comprendo.

— Podrías venir mañana en la tarde si quieres. — Se apresuró a decir Jungkook con una culpabilidad azotándolo mientras veía el rostro del rubio forzar su sonrisa. — Jimin...

— Ya tengo que irme, Kook, pero mañana te llamo y confirmo si puedo ir o no. La primera noche mi hermano siempre está ocupado pero procuramos pasar tiempo juntos después, a sí que no te puedo asegurar nada. Sería incluso mejor si lo dejamos para otra ocasión y disfrutan juntos de este fin de semana.

— Pero...

— Salúdame a Tae.

El rubio salió a gran velocidad de aquella sala hacia su oficina, recostándose a la puerta de la misma cuando estuvo respaldado por la seguridad y privacidad del lugar, negándose a que lo sucedido lo hiciera llorar. Era absurdo que se sintiera tan mal por sentirse excluido de un sitio en donde él jamás estuvo incluido verdaderamente.

— Señor Park, el equipo de...

— Ahora no, Taemin. De verdad ahora no, ya terminé todas las obligaciones que tenía para hoy, si no es urgente encárgate de informarle al director Jeon y si realmente necesita de mi atención entonces déjalo para mañana. — Comentó el CEO tratando de mantener la compostura frente a su asistente.

— Como usted diga. — Terminó de decir sin poder despedirlo, ya que el rubio pasó por delante de él abandonó su oficina sin mediar otra palabra. Suspiró algo preocupado por su jefe, encaminándose a buscar a Jungkook. — Director Jeon.

— ¿Qué sucede Taemin?

El asistente Lee lo puso al corriente con todo lo que el equipo de marketing estaba solicitando, dejando a Jungkook completamente frustrado porque si se quedaba para atender eso, por mucho que se apresurara le tomaría algunas horas y se vería obligado a llegar tarde a su casa. Quería salir a pasear con su pareja, luego ir a cenar y ya en la noche estar juntos pero con suerte lo máximo que lograría sería salir a cenar.

Tomó su teléfono para avisarle a su pareja lo sucedido y luego de hablar con él, se puso inmediatamente a trabajar. Habían pasado casi dos horas cuando su asistente entró por la puerta. — Señor Jeon, ¿necesita algo?

— Estoy bien, Seokjin. Posiblemente terminaré la revisión dentro de una hora y podrás irte a casa. Lamento mantenerte hasta tan tarde en la oficina. — El castaño se encogió de hombros restándole importancia, acercándose más a su jefe. — ¿Deseas algo más?

— De hecho, me gustaría hacerte una pregunta.

Por alguna razón, el pelinegro se presentía lo que su asistente quería preguntarle. A decir verdad, se tardó mucho más de lo esperado pero no estaba interesado en discutir sobre ese tema. Si bien no lo odiaba, guardaba cierto resentimiento hacia él por las cosas que hizo y cómo lo hizo, pues le tocó a él sufrirlo de primera mano junto a su mejor amigo.

— ¿Tiene que ver con el trabajo?

— La verdad, no pero...

— Si no es algo laboral preferiría que habláramos en otro momento, estoy ocupado. — Lo interrumpió volviendo a centrar su vista en los documentos que tenía delante.

— Será solo un momento. Solo quiero saber de Namjoon. ¿Está bien?

Jungkook detuvo sus movimientos, permaneciendo varios segundos mirando la hoja antes de cerrar sus ojos con fuerza y dejar de lado el bolígrafo que sostenía. Levantó su mirada para encontrarse con el contrario que frotaba algo nervioso sus manos sobre la tela de su pantalón.

— ¿No crees que eso es algo que deberías preguntarle a él y no a mí?

— No tengo forma de contactarlo, ha dejado de usar las redes sociales, no usa su mismo número y ni siquiera vive en el mismo lugar. La única vía que tengo para saber o llegar a él, es usted. — Contestó manteniendo el contacto visual aún sabiendo que no era del agrado de su jefe.

— Está bien.

— ¿Podría darme su número?

— No es algo que me corresponda, no sé si Namjoon quiera ser contactado por ti así que lo siento, no puedo darte su número. Ahora si me lo permites, necesito terminar esto. — Jin empuñó ligeramente sus manos y asintió, realizando una pequeña venia antes de salir de la oficina. Por su parte el pelinegro suspiró quedándose mirando a la nada, pensando en su amigo, en su pareja, en Jimin...

Tomando su teléfono se reclinó en la silla, marcando el número del rubio más de una vez sin obtener respuesta. Jimin no estaba ocupado, de hecho, estaba sentado en el sofá de su casa escuchando a su hermano quejarse de su padre mientras veía la llamada perderse.

— ¿No lo piensas coger? — Jimin levantó la mirada encontrándose con un Sungwoon sin camisa evidentemente preocupado. — ¿No piensas contestarle a Jungkook?

— No, no puedo hablar con él en estos momentos porque aunque no tenga derecho a estarlo, estoy molesto.

— Vaya novedad. — Ambos rodaron los ojos, el menor por fastidio y Sungwoon por cansancio. — Creí que las cosas entre ustedes habían mejorado. Cuando hablamos por teléfono se te oía muy entusiasmado.

— Sí, eso fue antes de que tácitamente me dijera que estorbaba y deseaba tener una noche romántica con su novio, prometido o lo que sea. ¡Joder! — Exclamó levantándose. — Es que lo sé, lo sabía desde un principio pero...

— Quieres más. Siempre es así, sucede entre amigos con beneficios, parejas, amantes, siempre hay uno que quiere más de lo que sea. El amigo con el que follas desea volverse tu novio, quien es novio desea ser esposo, el esposo necesita más atención que la que previamente obtenía o simplemente tiene otras necesidades, el amante también desea formalizarse o al menos espera una relación más seria. Te dije esto el día que me contaste lo que pasó entre los tres y tus deseos de tornar eso en una relación.

— No comencemos, Woon.

— Escúchame, sé que fastidia que le digan a uno lo que ya sabe pero no puedo evitarlo. Fuiste pareja de Jungkook, tuviste algo con Taehyung pero, ellos dos son pareja y eres tú quien llega a desestabilizar eso. Si quieres seguir adelante con esto tienes que tener claro que no será fácil, hay que saber ceder cuando la soga se tensa, saber cuándo es el momento de luchar y cuándo hay que tomarse un descanso.

— Yo qui- — El timbre de la casa interrumpió a Jimin, quien se acercó para ver por la cámara quién llamaba, sonriendo sin poder evitarlo. — Ya abrí... — Musitó a quien estaba del otro lado, volteándose para mirar a su hermano.

— ¿Jungkook o Taehyung? Esa sonrisa es sinónimo de esos nombres.

— Taehyung... — El mayor asintió señalando al pasillo mientras se levantaba del sofá.

— Iré a cubrirme un poco y darles privacidad. No fallen, puedo salir en cualquier momento. — Jimin levantó su dedo medio, sonriendo junto con su hermano porque increíblemente su humor había mejorado con solo saber que el castaño había ido a verlo .

Las puertas del ascensor que daban a su apartamento se abrieron y de estas salió Taehyung estirando sus manos para que el rubio se acercara y fundirse en un abrazo. Hundió la nariz en su cuello, inhalando profundamente, disfrutando de la cercanía y compañía. Llevaba casi tres días sin verlo y se le estaba haciendo una tortura. Deseaba llegar a su casa y verlo a él de la misma forma en que necesitada y deseaba ver a Jungkook.

— Te extrañé. — Murmuró depositando un beso en su mejilla.

— Yo también. — Contestó el rubio abrazando su cintura, sintiendo la calidez y suavidad de esos labios presionando los suyos. — Tae...

— Ya sé, sé que no deseas que te bese si Jungkook no está presente o de acuerdo pero, Dios, no te imaginas cuanto lo necesitaba o deseaba. ¿Estás solo? — Preguntó frunciendo el ceño por los zapatos que había en la entrada y recién veía, así como por el cinturón que yacía sobre el sofá.

— No, ¿no recuerdas que te dije que mi hermano llegaba hoy? Todavía está aquí en la casa.— Taehyung se regañó mentalmente por haberlo olvidado, abrazando un poco más al mayor. — ¿Qué haces aquí? Kookie me dijo que hoy irían a salir.

— Sí pero me mandó un mensaje diciendo que le surgió algo en el trabajo, que te habías ido y le tocó a él hacerse cargo. Quedamos para cenar dentro de una hora en un restaurante cerca de aquí.

— Ya veo...

Se separó del castaño para dirigirse a la cocina, riendo tontamente por todo lo que hacía Taehyung para molestarlo. A veces era tan serio y centrado mientras que otras se comportaba como un adolescente juguetón, no se quejaba, muy por el contrario. Mientras cocinaba, Taehyung hacía de Dj de vez en cuando pero a su vez lo ayudaba en todo.

Vivir esos momentos tan domésticos con alguien era algo que echaba mucho de menos pero desde que ellos tres volvieron a reencontrarse, sucedía con bastante frecuencia. Sungwoon salió de su habitación y sonrió al verlos abrazarse mientras cocinaba. No entendía muy bien la relación que ellos estaban llevando pero ver a Jimin tan risueño y no refugiado en una cama, en alcohol o en trabajo era algo que lo hacía feliz.

— Cuñado, ¿qué tiempo estarás por aquí esta vez? — Preguntó Taehyung ayudando al menor de los rubios a poner la mesa.

— ¿Cuñado? — Preguntaron los hermanos al unísono.

— Si tú y yo somos pareja eso hace que Sungwoon sea mi cuñado, ¿no es así? — El aludido miró a su hermano menor y este a su vez a Taehyung, dejando de acomodar los cubiertos que tenía en mano.

— Tae, tu pareja es Jungkook. No puedes ir diciendo eso cuando sabes que no es así. — El menor arrugó el entrecejo relamiendo sus labios, tratando de disimular sin éxito lo mucho que esas palabras le incomodaban. — Ey, me gusta que me sientas como tu pareja porque sabes perfectamente que yo los veo de esa forma a los dos pero debemos ser racionales. Nosotros tres no somos nada, tú y yo, no somos pareja aunque quisiera. Tú tienes tu relación y si Jungkook no está de acuerdo, entonces nosotros no podemos pasar por encima de eso. Siguen siendo novios y no está bien irse por arriba de lo que tienen.

— Estaré dos o tres meses, aún no lo sé. — Habló Sungwoon tratando de romper la tensión y batalla de miradas que se creó.

El castaño asintió dejando las servilletas de lado, mirándolo seriamente. Sabía que Jimin tenía razón pero a su vez le molestaba toda esa situación. Se sentía tan vivo, tan feliz, tan bien teniéndolos a ellos en su vida que lo frustraba sobremanera no poderlo vivir como deseaba. Lo que sentía por Jungkook y Jimin era como una droga, la más cotizada y peligrosa que para él podía existir porque era como un amor prohibido pero demasiado sano a su vez.

Eran todo lo que él en silencio y secreto toda la vida deseo, lo que esperó y seguía esperando. Porque quizás era cierto eso de que los amores prohibidos eran más intensos que los permitidos. Aunque bueno, no estaba muy seguro porque lo que siempre tuvo con Jungkook sobrepasaba los niveles, lo amo y amaba con locura pero también amaba al rubio delante de él y los quería a ambos en su vida aunque eso se escuchara egoísta o incorrecto.

Él no sabía amar a escondidas y no poder expresarse como quería lo estaba matando. Esas personas, sus sonrisas, sus personalidades, todo lo de ellos eran su debilidad y la aceptaba gustoso.

— Espero que tengan buen provecho, disfruten la comida. — Miró su reloj viendo que la hora acordada para cenar con Jungkook se acercaba y necesitaba algunos minutos a sola para calmarse. Eliminó la distancia entre él y Jimin para besar sus mejillas y alejarse.

— Taehyung, espérate, no te vayas así. — Llamó el rubio pero antes de que pudiera alcanzarlo las puertas del ascensor se cerraron. — ¡Taehyung! — Gritó frustrado peinándose su cabello con los dedos, alternando su mirar entre su hermano y las puertas por las que el castaño se perdió. — No quería que se fuera así.

— Vamos a comer, deja que se calme y ya después hablas con él. — Comentó el mayor yendo a buscarlo, tomándolo de los hombros para empujarlo sutilmente hacia la mesa. — Vamos a ver qué tan bueno está lo que cocinaste junto a mi cuñado número uno. — Jimin le lanzó una servilleta y rió. — ¿Ah él es el dos entonces? Lo siento, me confundí.

— No son tus cuñados pero si lo fuesen, amos serían el uno. — Agarró los cubiertos pensando en Taehyung, en Jungkook.

Qué más quisiera él que aceptar sus besos o volver hacer el amor con él. Dormir junto a ambos, despertar con ellos, compartir su vida con los dos por igual pero aquello no dependía solo de él, tampoco del castaño. Si algo debía pasar, tendría que ser estando de acuerdo los tres porque algo que se empieza sobre una base poco sólida, con mentiras o dañando a otros, nunca terminaba bien.

Fue una grata sorpresa para Jungkook llegar al restaurante un poco antes de lo acordado y ver a su prometido sentado en una de las mesas esperando por él. Era hermoso, cada vez que lo veía, cada vez que amanecía a su lado agradecía por tenerlo en su vida. Sonrió contemplándolo a la distancia, resaltaba sobre todos e increíblemente, todavía lograba que su corazón se acelerara y pusiera nervioso como cuando comenzaron a salir.

A pesar de haber pasado por tantas cosas juntos, seguía amándolo igual y más que antes porque su amor había madurado como ellos dos. La presencia de un camarero lo hizo apartar la mirada, le comentó que tenía una reservación y que ya lo esperaban, acercándose a paso firme. Taehyung estaba tan ido en sus pensamientos que no notó su presencia hasta que colocó el ramo de flores que había llevado para él sobre la mesa.

La sonrisa del castaño se amplió, mostrando una perfecta dentadura cuadrada antes de levantarse para abrazarlo y darle un casto beso ya que estaban en un lugar público que exigía cierto comportamiento. El pelinegro tomó asiento frente a él, comentándole cómo le había ido en el trabajo y a su vez preguntándole por su día.

Los temas de conversación eran bastante triviales pero se sentían bien disfrutando de su compañía, haciendo algo común y a la vez diferente de su día a día, solo los dos. Jungkook se llevaba un trozo de carne a la boca cuando su novio entrelazó los dedos de su mano libre, jugando con ellos y su comida a la vez.

— Mi amor, ¿qué sucede? ¿No te gustó la comida o hay algo que te está molestando y no sabes cómo decirme? — Preguntó Jungkook algo preocupado porque sin necesidad de respuesta sabía muy bien que era lo segundo.

— Hay algo que quiero decirte. — Afirmó con seriedad, logrando que el pelinegro colocara su tenedor en el plato y le brindara toda su atención.

— Dime, sabes que puedes decirme lo que sea.

— Me gusta Jimin. — Soltó sin darle muchas vueltas porque quizás si lo pensaba mucho no se atrevería a tocar ese tema.

— Bueno, creo que eso es algo que ya sabíamos, algo debió gustarte para querer hacer un trío con él. — Musitó algo incómodo intentando sonreír frente a esto.

— Ya pero no hablo de ese tipo de gusto, no me refiero a que me guste solo para tener sexo. Me gusta de verdad Park Jimin. — Apretó fuertemente su mano como si temiera que el contrario se escapase inhalando profundamente para tranquilizar su cuerpo tembloroso. — Kook, estoy enamorado de Jimin.

💜💜💜
¿Cómo están por aquí? Hace unos días publiqué este capítulo pero Wattpad me dio error varias veces. Al final decidí volverlo a escribir y bueno, finalmente lo vuelvo a publicar, espero que esta vez si lo puedan leer.

Pd: me dicen que no se puede comentar así que lo mandé a borradores para publicarlo otra vez a ver qué tal.
Lored

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