Capítulo 24

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— Ya estábamos al tanto sobre la inversión subsidiaria que el antiguo director Lee Donghae utilizaba para robar los fondos. Con la denuncia realizada y su detención, creo que eso es un tema que queda zanjado una vez que recibamos íntegramente los activos de su cuenta bancaria. — Hablaba Jimin en la junta de emergencia que se llevaba acabo.

A diferencia de como siempre lo veía, en la empresa lucía totalmente diferente, esa seriedad y elocuencia profesional que exudaba, de alguna forma siempre capturaba la atención del pelinegro que tenía su mirada fija en el CEO Park.

— Otro de los aquí presente también estaba al tanto de esta información y no lo comunicó. Ahora es su última oportunidad para hablar. — Jimin habló con firmeza pero todos los presentes permanecieron callados.

— No creo que ninguno de los presentes haya estado al tanto de los manejos de Lee, CEO Park. Nos ofende su desconfianza.

— No actúen como inocentes como si no supieran que en una empresa tienen a darse estas situaciones. Dejemos las sensibilidades para otra ocasión fuera de la empresa y preferiblemente, no conmigo, no les funciona. No estamos acusando a nadie, me referí a la persona que estaba al tanto de todo, si no tiene nada que ver con eso, señor Choir, entonces su susceptibilidad está demás.

De acuerdo, eso era un tanto... ¿Sexy? Jungkook sonrió orgulloso bajando su cabeza al notar que a diferencia de cuando tuvieron que lidiar con Lee Donghae, Jimin estaba mucho más firme y sereno, aunque esta vez no buscaba su mirada, no siquiera lo volteaba a ver.

Personalmente el rubio encendió las diapositivas y comenzó a mostrar uno de los contactos, señalando con el láser en su mano los puntos importantes del mismo.

— Como podrán ver, este es uno de los contratos de inversiones de la subsidiaria. Estoy seguro que usted, señor Hwang, mejor que nadie lo conoce porque fue el encargado de hacer las copias y revisarlos. ¿Cierto? — El mencionado sudaba frío, apretando con fuerza el borde de la mesa. — Todos tienen una copia en el sobre frente a ustedes. Esa es la copia que to tengo por ser una de las partes involucradas, la parte empleadora para ser preciso ya que yo, de forma independiente, soy el presidente de esa pequeña subsidiaria y de no haber sido por esto, no me hubiera enterado de todos los contratos que usted estaba ayudando a falsificar.

Jimin estaba haciendo limpieza de casa a fondo desde todo lo sucedido con el director Lee Donghae y ese era el último punto a cerrar pero, dado que se trataba de uno de los directivos y accionistas de su padre, debía irse con pie de plomo y demostrar todo frente al resto de la junta.

— Creo que podrán constatar en todos esos documentos un gran número de evidencias por el cual en estos momentos solicito el despido inmediato y la sucesión de las acciones como indemnización a la compañía. Puede ser mediante el consejo directivo o, podemos llevarlo a juicio empresarial, queda en manos de todos.

Los ojos del rubio se desviaron inconscientemente hacia Jungkook cuando le dio un barrido a la oficina, fue algo incómodo y tal vez podía ser imaginación suya pero extrañamente en los últimos días el pelinegro lo había estado observando más de lo usual. No sabía si se debía a que estaba molesto por haberlo visto almorzando con Taehyung o por alguna razón pero lo ponía inquieto. Desvió rápidamente la mirada y, una vez que la reunión finalizó, se dirigió rápidamente a su oficina.

Varios minutos más tarde unos golpes en su puerta lo hicieron sobresaltar, sintiendo su corazón latir con fuerza en antelación a quien sabía que irrumpiría en su oficina. El pelinegro entró con una gran carpeta que puso delante de la mesa.

— Lo traigo para una última revisión. — Avisó, viendo a Jimin tomarla en sus manos y comenzar a revisar los puntos importantes.

Seguía siendo alguien hermoso en el exterior, no culpaba a Taehyung por sentirse atraído físicamente aún atracción física y amor eran dos cosas muy diferentes. Ni siquiera entendía por qué continuaba mirándolo de esa forma, después de aquella conversación días atrás, no podía dejar de observar a Jimin aún más de lo que lo hacía desde que lo volvió a ver tantos meses atrás. Ahora lo observaba sin temores o culpas al encontrarse detallando cada facción suya, pues era válido que quisiera entender a su pareja.

— ¡Jeon! — Exclamó Jimin haciéndolo volver a la realidad.

— D-Dígame, señor Park.

— Te he dicho que ya lo he comprobado, puedes entregarle esto al director del comité de negocios en Seúl. Eres en mejor en esa área así que espero resultados positivos. ¿Es hoy la reunión, no? — Mencionó regresando las carpetas.

— Así es.

— Sé que harás un buen trabajo, puedes retirarte. — Jungkook se levantó de su asintió realizando una venia frente a él antes de salir por aquella puerta permitiéndole respirar nuevamente con naturalidad.

El rubio aflojó su corbata, abrió los dos primeros botones de su camisa y se sirvió un vaso de agua para calmar la aceleración de su corazón y los malditos nervios que siempre lo azotaban frente a Jungkook. Cuando Taemin entró a la oficina se quedó algo contrariado con la escena ya que el aspecto de Jimin siempre era impoluto pero en esos momentos, distaba un poco de la imagen que siempre daba.

Cuando Jungkook llegó al restaurante donde debía encontrarse con el director del comité de negocios en Seúl, fue cordialmente guiado por uno de los empleados al apartado en donde ya lo esperaban. Se quitó los zapatos dejándolos al lado de otros igual de elegantes y modernos, podía decir que incluso lucían juvenil para alguien como el director del comité, alguien que en su cabeza debería lucir ya casi de cincuenta y tantos años. Sin embargo, cuando corrió la puerta y entró, se encontró con alguien que como él, seguro apenas rozaba los treinta.

—  Usted debe ser el director general de SIA. Yo soy Cha Eunwoo, director del comité de negocios en Seúl. — Se presentó el joven de cabellos castaños, dueño de una cálida y bonita sonrisa.

Jungkook sinceramente no esperaba encontrarse con un joven atractivo y cordial sino con alguien mayor y con cara agria que se mantuviera todo el tiempo desapacible. Extendió su mano realizando una corta reverencia, devolviendo la sonrisa.

— Un placer conocerlo, señor Cha. Como ya debe saber, mi nombre es Jeon Jungkook.

— He oído hablar de usted, debo decir que es un placer finalmente conocerlo. Por favor, tome asiento. — Le indicó también tomando asiento.

— ¿Ha oído hablar de mí y deseaba conocerme?

— Sí, se han escuchado muchos de sus logros en el comité y yo he sido quien hasta ahora ha estado revisando mucho de sus acciones. He de decir que me resulta impresionante que alguien tan joven llegue tan alto por mérito propio manteniendo sus manos completamente limpias.

— Creo que me lo tomaré como un halago.

— Lo es. — Afirmó el castaño elevando sus comisuras.

— Su posición tampoco es baja para alguien de su edad, supongo que es también algo admirable.

— Podría decirse que sí. — Concordó pasando a servirle la bebida en la mesa.

— Bien sobre...

— Primero comamos, después podemos hablar sobre lo que nos ha traído aquí. ¿De acuerdo?

Jungkook estuvo de acuerdo, ambos comieron y al finalizar, discutieron aquello por lo que se habían reunido, llegando a un acuerdo satisfactorio para la empresa. No podía esperar para contarle a Jimin, este seguramente lo felicitaría por su trabajo e incluso sonreiría como acostumbraba hacer pero a su vez, moría también por llegar a casa y contarle a su pareja, quien siempre estaba ahí con él para celebrar lo bueno y abrazar lo malo.

Cuando se percató lo mucho que quería decirle y ver a esas dos personas se sintió incómodo, fue extraño darse cuenta de cosas que siempre pasó por alto pero que en ese momento se mostraban tan claras frente a él haciendo que casi entrara en pánico.

Algo intrigado por su estado, el director Cha lo invitó a ir por un café cosa que por educación siendo que estaban en una reunión de negocios, Jungkook no pudo rechazar. Entraron a una cafetería de mascotas, algo que no esperaba por la magnitud del encuentro pero agradeció poder relajar un poco sus hombros en un ambiente menos formal.

— ¿Le gustan los perros? — Preguntó Jungkook viéndolo jugar con tres tirado en el suelo.

— Me encantan, tengo dos labradores en casa, uno negro y otro blanco. — Comentó entusiasmado dejándose lamer los cachetes, riendo como un niño con sus mascotas, algo que hizo sonreír también al pelinegro que tomó asiento en el suelo, recibiendo uno de los cachorros que lo fue a saludar. — ¿Qué hay de ti?

— También me gustan, he pensado una vez que me mude adoptar uno. — Al menos esos fueron los planes que conversó tiempo atrás con Taehyung, no estaba del todo seguro si seguían en pie.

Al comienzo el pelinegro se cuestionaba el motivo de ir a ese lugar pero sinceramente le vino de maravillas. No es que no pensara en nada pero fuera de la oficina donde tenía a Jimin cerca o su casa en donde estaba Taehyung, sentía que su mente fluía mejor y en paz por primera vez en meses. Desde que escuchó de los labios de su pareja que este amaba a alguien más hasta el momento, no había tenido un rato tan tranquilo.

Peinaba tranquilamente a un pequeño Poodle cuando una conversación que tenían tres personas a su espalda le llamó la atención.

— Yo dije que quería un Golden Retriever, ¿por qué los dos van en mi contra? — Mencionaba una chica mientras lo que parecía ser una pareja se reían abrazados.

— ¿Quizás porque el que al final va a cuidar al animal soy yo? Ustedes dos no le van a dar la atención que merece, las conozco. — Habló el hombre tratando de mantener su firme postura.

Jungkook notó como la pareja estaba tomada de manos acariciando a un pequeño chihuahua mientras que la chica que protestaba se acercaba para besar a la otra chica en sus labios. — Por favor, apóyame, si las dos nos unimos lo convenceremos. — Alegó la chica que quería el Golden Retriever haciendo que todos los movimientos de Jungkook se detuvieran.

Su acompañante lo observó, desviando la mirada también a aquella pareja de tres que ya él en otra ocasión había visto en el mismo sitio, sonriendo por la confusión que vio en su rostro. Eran muchas las cosas que pasaban por la mente del pelinegro porque por primera vez en su vida veía una relación de esa índole personalmente y no en pornografía, películas, esos libros que había comenzado a leerse que Taehyung guardaba o personas que hablaran sobre trío por diversión.

Para comenzar le sorprendía el hecho de que estos anduvieran expresándose tan abiertamente en un lugar público. Era absurdo pero también le sorprendía que fueran dos chicas con un hombre dado que si bien la mayoría de los hombres heterosexuales soñaban con algo así que a día de hoy todavía se mantenía vigente en muchísimas partes del mundo dependiendo la cultura y la religión, no era muy común en Corea del Sur de forma tan abierta.

— No entiendo... — Musitó para él aunque quien estaba a su lado lo escuchó.

— ¿Qué no entiende, esa relación? — Algo apenado por su indiscreción, Jungkook asintió desviando la mirada para no incomodar a las personas. — Bueno, sinceramente las relaciones no están hechas para que los espectadores entiendan, sino más bien para ser vividas por quienes la conforman.

— ¿Pero tres?

— ¿Por qué piensa en el número, señor Jeon? ¿Por qué se piensan en los aspectos, cantidades, géneros, estatus social o nacionalidades cuando lo único que verdaderamente debe importar es si se quieren a no?

Jungkook lo observó frunciendo el ceño pero se relajó en cuanto un canino lamió su cara y el castaño que lo acompañaba echó a reír provocando que terminara esbozando una sonrisa.

— Creo que eso depende de cada cual, quien lo vive y siente pero, si me preguntan a mí, nada es imposible. Las cosas no se deben muchas veces entender, sino sentir. No sé si sabes pero antes, se veía como algo inaudito y se trataban como crímenes relaciones que a día de hoy aún son mal vistas por muchos. Relaciones entre personas de diferente etnia, clase social, religión e incluso aquellas que eran entre individuos de un mismo sexo. No se comprendían... ¿Crees que se imposible o esté mal que dos mujeres u hombres se amen? ¿Crees que esté mal que un asiático esté con un europeo, latinoamericano o africano? ¿Crees imposible que un budista y un cristiano se enamoren?

En silencio, el pelinegro recapitulaba su conversación con Taehyung y Eunwoon lo estudiaba a él. Se preguntaba el motivo de su interés ya que parecía más que sola curiosidad pero realmente no era algo de su incumbencia por lo que no dijo nada, limitándose a beber su café helado y acariciar con la punta de los dedos la cabecita de un peludo.

— No podemos comparar como queríamos a un ex y al presente, como queremos a un hermano u otro, a un padre o a otro. Los seres humanos no somos vehículos, alimentos que podemos condicionar a un gusto en específico. No creo que ese tipo de relaciones sucedan siempre, somos muy posesivos y cerrados aún como para permitirnos ciertas cosas. A veces no amamos ni a una persona es muy difícil amar a dos pero si en realidad podemos enamorarnos de uno, podemos enamorarnos de dos o más, quién sabe.

— Suena bonito pero poco probable. — Rió Jungkook tratando de relajarse.

— ¿A ver, desde que nacemos qué vemos en televisión, libros e incluso en nuestras casa? Una relación de dos, el alma gemela única. Vemos al príncipe que se casa con la princesa, la defiende y viven felices para siempre porque el amor siempre triunfa pero, las cosas no son así como han sido esquematizadas. Ahora se va modificando incluso en las películas para niños, ya las princesas salvan a los príncipes, no se necesita boda para saber que viven felices para siempre como a su vez sabemos que el para siempre es algo relativo. No puedes saber muchas veces qué te gusta y qué no, qué es posible y qué no lo es hasta que lo pruebas, sientes o vives. Yo por ejemplo, deseaba casarme con una mujer hermosa y crear una linda familia. Ahora, quiero un hombre que me quiera de la misma forma que yo a él y solo nosotros dos me basta para ser una familia.

Jungkook ensanchó sus ojos viendo como ese desconocido le decía tan campante que incluso era gay o bueno, bisexual, delante de todas esas personas sin siquiera conocerlo. Se le veía muy despreocupado y tranquilo. No es que él escondiera el hecho de que era gay, todos sus conocidos y quienes preguntaran lo sabían pero tampoco iba pregonando su vida privada por ahí. Asintió llevando la bebida a su boca mientras simplemente se concentraba en los animalitos, ignorando la sonrisa ladeada de aquel chico.

Cuando regresó a su empresa para darle la noticia a Jimin, este prácticamente no le habló, solo le agradeció por informarle y le pidió que se retirara, frío y cortante. Si bien él mismo le dijo que no quería tener nada que ver con él al no ser cosas de trabajo, tampoco tenía que ser tan distante en la empresa, al menos podía mostrar una sonrisa no es que eso lo fuese a matar.

— Como yo sabía que hoy te iría bien, he preparado algo bien rico para celebrar. — Comentó Taehyung abrazándolo en la cocina cuando su pareja salió del baño. — ¡Felicitaciones, mi amor!

— ¡Gracias! — Sonrió levantándolo hasta sentarlo sobre el mesón de la cocina, siendo rodeado por sus piernas mientras lo besaba. — Gracias por estar presente y celebrar siempre mis logros como si fueran tuyos, Tae.

— Lo son, todos tus logros son míos, mi amor. — Le regaló un beso profundo antes de palmear su trasero como si de un tambor se tratase. — Ayúdame a servir.

Juntos pusieron la mesa y se sentaron a comer hablando como siempre de todo un poco, sus trabajos, sus amistades, películas, en fin, lo que primero viniese a sus cabezas.

— He hablado hoy con tu mamá, ya le dije que iríamos mañana para su cumpleaños pero que quizás no nos quedemos a dormir. No sabía qué querías hacer, además, pasado mañana es la reunión del departamento de negocios de nuestra facultad.

— Ya lo había olvidado.

— Lo supuse.

+++

Para poder pasar el día con la señora Jeon, los dos salieron al amanecer de Seúl para llegar temprano a Busan. Pasaron toda la mañana juntos paseando, comieron en un restaurante y pasado el mediodía regresaron a la casa. Como se habían levantado tan temprano, la pareja decidió tomar una siesta y para cuando se levantaron, ya comenzaba a caer el sol. Cada uno le entregó su regalos, recibiendo muchos besos y abrazos en agradecimientos por parte de la cumpleañera.

— ¡Vamos a soplar mi pastel! — Comentó la señora alegre buscándolo en la cocina junto a Taehyung. — ¿Está todo bien entre ustedes? — Preguntó una vez estuvieron a solas.

— Sí, madre. Estamos bien. — Sonrió sacando el pastel de la caja. — ¿Por qué la pregunta?

— No lo sé, es solo que hace un tiempo tuve el presentimiento de que algo no estaba bien pero si me he equivocado es un alivio, eso me hace muy feliz. Vamos, antes de que mi hijo venga a pendenciar aquí a la cocina. — Risueña con el mechero en mano, la mayor caminaba siendo seguida por su yerno.

Con precaución, el castaño colocó la tarta en la mesa bajo la atenta mirada de Jungkook que no podía apartar la mirada del dulce. Ya con las velas colocadas, los tres cantaron juntos "felicidades" aplaudiendo con fuerza mientras la celebrada apagaba las velas.

— ¿Ya pidió su deseo, suegra? — Preguntó Taehyung entregándole el cuchillo.

— Ya, ya lo pedí. — Reía empujando un poco a su hijo con sus caderas, disfrutando del aire alegre que los rodeaba. — ¿Viste que hermoso el pastel? — Jungkook asintió mirándolo una vez más, de hecho, lo había estado haciendo desde que lo vio traer. — Me lo ha regalado nuestro ChimChim, su difunta madre y amiga lo hacía para mí cada año y como ahora está de regreso en Corea, decidió hacerlo especialmente para mí. Me trajo este hermoso pastel junto a ese ramo de lirios que he colocado en la sala y esto... — Acarició sus orejas para mostrarles unos pequeños pendientes. — ¿No están hermosos?

— Sí lo están mamá, todo es hermoso. — Mencionó el pelinegro abrazándola mientras su mirada buscó la de Taehyung, quedándose pensativo.

Jungkook recordaba como desde pequeño siempre comían el mismo pastel en sus cumpleaños siempre hechos por la madre de Jimin, de hecho, los estuvieron comiendo hasta que la señora falleció. Desde entonces, Jungkook no había vuelto a ver un pastel igual hasta ese día en el que tantas cosas continuaron removiéndose en él. Incluso la cama en la que pasó la noche con Taehyung, seguía siendo la misma que tenía desde niño y donde tantas veces sucedieron tantas cosas con Jimin.

A la mañana siguiente, ambos regresaron a Seúl y en la tarde, fueron al encuentro con todos sus compañeros de la facultad de negocios. Por alguna razón, la pareja estuvo nerviosa durante todo el trayecto e incluso cuando llegaron ahí pero, tal y como se lo presintieron, el rubio no se portó por el cine.

— Pensé que vendrías con Yoongi. — Le habló Taehyung a Hoseok mientras caminaban hacia la sala en la que verían la película una vez que la hora de reproducción se acercó.

— Cuando le pregunté el día en que se organizó todo me dijo que sí pero hace una semana me dijo que no podía porque estaría ocupado. ¿Lo mismo de siempre, no? Ya estoy acostumbrado. — Su sonrisa era brillante pero su mejor amigo sabía que estaba apagada y no era sincera. El pelirrojo bajó su cabeza guardando una mano en el bolsillo de su pantalón mientras con la otra peinaba su cabello.

Jungkook, Taehyung, Hoseok y Namjoon iban caminando juntos cuando por un segundo el último se detuvo haciendo que los otros tres siguieran con su mirada hasta dar con un Seokjin recostado a una pared que observaba su teléfono. Antes de que mirara en su dirección Namjoon retomó el paso, pasando todos por delante de él sin decir nada a excepción de Jungkook ya que al ser su asistente, ese lo saludó cortésmente.

Lentamente todos se fueron acomodando en sus asientos y por casualidades de la vida, a Namjoon le tocó sentarse al lado de Jin. Deseaba cambiar con alguien más pero eso sería demasiado infantil de su parte por lo que simplemente se quedó en su sitio mirando su móvil y luego la pantalla fijamente.

— ¿Jeon Jungkook? — Se escuchó una voz que hizo mirar tanto al aludido como a su pareja, quien estudió al sujeto desconocido antes de volver a tomar la mano del decaído Hoseok.

— ¿Cha Eunwoon? ¿Usted también asistió a la facultad de negocios?

— ¿Podemos hablar de tú? Es muy incómodo que entre colegas y en un paseo de ex alumnos hablemos de usted. — Pidió el castaño con una radiante sonrisa a lo que Jungkook accedió.

— Claro. No me esperaba verte aquí, no recuerdo haberte visto nunca en la universidad, creo que me acuerdo de todos los aquí presente.

— Yo era un cachorro solitario y alguito diferente, más gordito, gafas, aparatos en mis dientes... Digamos que era el rarito cliché de la escuela. — Se burló de sí mismo acomodándose en el asiento, observando al pelinegro fijamente con sus comisuras elevadas. — En cambio yo si me acuerdo de ti. — Relamió sus labios y Taehyung ante esto sintió la necesidad de hacer notar su presencia, tomando la bebida de su novio para llevarla a su boca.

— Seguro también debes de acordarte de mi pareja, Kim Taehyung. — Mencionó Jungkook echándose hacia atrás para que pudieran verse y darse la mano.

— ¿Tu pareja? — El pelinegro asintió y Eunwoon lo imitó ensanchando su sonrisa. — Sí me recuerdo de él, si mal no recuerdo también eran pareja cuando asistíamos al campus.

— Así es, casi nueve años juntos. — Afirmó el otro castaño. — No te recuerdo tampoco, la universidad tiene demasiados alumnos cada año pero es un placer conocerte.

Hoseok también se presentó y después de esto todo quedó en silencio porque la película dio inicio. Fueron casi dos horas allí sentados pero parecía haber valido la pena.

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No se pueden quejar con todas las actualizaciones que les he dado entre ayer y hoy. Creo que valen por las semanas que pasé sin actualizar 🙈😂 Espero que les esté gustando, besitos...
LORED

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