Capítulo 30

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Camino al restaurante Jungkook decidió sentarse solo en el asiento trasero del vehículo pese ano poder lograrlo. Taehyung fue a su encuentro sin decir una sola palabra, sentándose a su lado mientras entrelazaba sus manos y escondía el rostro en su cuello. Jimin pudo escuchar los susurros de algunas disculpas así como las veces que el pelinegro pidió para hablar más tarde del asunto.

No iba a negarlo, odiaba verdaderamente verlos discutir o molestarse porque sin poder evitarlo, le afectaba, dolía e incluso, más de una vez se sentía culpable aunque supiera que la culpa no recaía en él. Todo problema de los tres se acoplaba en sus hombros porque tal vez, si él no hubiera aparecido en el mapa, nada de eso estuviera ocurriendo. Los quería a ambos, de diferente manera pero con la misma intensidad, los amaba a los dos y su único deseo es que todo funcionara.

Nada se daba de la noche a la mañana, necesitaban tiempo, necesitaban errar porque eran humano y esos errores les enseñarían y también prepararían para un futuro, forjando una relación más estable. Era imposible que no sufrieran desavenencias, lo único malo sería si se mantuvieran constantemente chocando contra las mismas piedras. Debía buscar la forma de atravesarla, bordearla, esquivarla o derrumbarla pero no podían chocar contra esa una y otra vez.

— N-No sé si deba preguntar esto ahora pero necesito saber. — Habló Jimin ganándose la completa atención de los otros dos. — No lo había pensado antes pero si... Si lo p-planes de esta noche se mantienen, no es muy buena idea que comamos mucho, al menos yo.

— Yo creo que no es tan pesado lo que pedimos, de aquí a que lleguemos a la casa, nos duchemos, hablemos, creo que estarán bien. — Limpió suavemente su boca y les sonrió. — Ya regreso, voy al baño.

— ¡Dios, solo se meter la pata! — Exclamó Taehyung apoyando la cabeza en la mesa cuando lo vio alejarse. — Yo solo creí que nos veríamos muy sexy usando arneses pero una vez más fui un fiasco manejando las cosas. Antes solíamos discutir casi siempre por la ausencia de Jungkook o porque rompía su palabra continuamente pero de un tiempo para acá estoy que no acierto una.

— Es que todo esto es nuevo para todos por eso debes poner de tu parte y tener cierto tacto a la hora de hablar. Hoy, si hubieras preguntado qué tal nos parecían los arneses como se preguntó con las demás cosas, Jungkook no hubiera reaccionado así. Se molestó porque por tu cuenta decidiste solo que compraríamos los arneses y eso le molestó. En otra ocasión, tal vez no hubiese reaccionado así pero todo es muy reciente y aunque pone de su parte. Es difícil para él, para los tres. Pongamos de nuestra parte y, antes de actuar, piensa en quienes estamos a tu lado, solo eso.

— De acuerdo... — Asintió acariciando su pierna por debajo de la circular mesa.

— ¿Jeon JungKook?

El aludido secaba sus manos en el baño cuando escuchó aquella voz llamarlo. No era del todo desconocida pero no la identificó hasta que elevó su vista y en el espejo se encontró con la cálida sonrisa de Eunwoon, misma que respondió volteándose para inclinar su cabeza y saludarlo.

— Sabía que eras tú, no te confundí hace un rato y ahora tampoco. Nunca esperé verte tantas veces en un mismo día. — Saludó con cordialidad. — Es bueno verte aunque casi no te reconocí sin tu traje.

— Bueno, supone que fuera del trabajo todos lucimos diferentes. — Concordó. — ¿Dices que me has visto hoy varias veces?

— Sí, como si nuestros caminos hoy se hubieran cruzado te vi en un centro comercial y cuando iba entrando al estacionamiento privado de los Kim también te vi. Sinceramente no me esperaba verte en ese lugar aunque creo que puedes pensar lo mismo de mí.

Sonrió estudiando la reacción de Jungkook pero pese que por un momento se sorprendió de saber que había sido visto allí, no tenía porqué sentirse mal. Si lo había visto es por también estuvo allí.

— Bueno, ahora te veo en este restaurante. ¿No me estarás siguiendo, verdad? — Jungkook rió negando, observando el tiempo en su reloj. — ¿Has venido solo?

— No, he venido con mi pareja. — Cha Eunwoo asintió.

Por lo visto Jungkook volvía a estar en buenos términos con su pareja porque, aunque no la conocía y tampoco le dijo directamente que estaban atravesando por dificultades, fue obvio a sus ojos.

— ¿Es el CEO de tu empresa, Park Jimin o el otro hombre? — El pelinegro ladeó su cabeza jugueteando con su lengua en el interior de la boca.

¿Ese hombre lo estaba probando, investigando o simplemente andaba de chismoso? Primero le mencionaba que lo había visto por casualidad tres veces, le preguntó si estaba solo pero ya había visto que andaba con Jimin y alguien más. ¿A qué estaba jugando? Además, ahora que lo recordaba, la vez que todos se encontraron en el cine en la salida de la universidad, Taehyung se presentó ante él. No sabía el motivo, pero simplemente no le agradaba que lo quisieran coger de atrás para adelante. Llevó sus manos a los bolsillos dejando escapar una risa irónica y cínica mientras buscaba sus ojos para hacer contacto visual.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué me miras así? — Preguntó el castaño elevando sus comisuras, dando un paso atrás.

— No sabías que eras tan curioso, no fue esa la imagen que guardé de ti pero, supongo que si deseas saber, yo puedo decirte para que no hayan más casualidades. Tanto el CEO de SIA, Park Jimin, como él otro hombre con quien me viste y ya te presenté una vez, Kim Taehyung son mis novios. Estamos saliendo los tres.

— Oh... — Musitó hasta casi quedarse sin aire, tratando de mantener firme la sonrisa que flaqueaba. — Ya veo.

— ¿Tienes algún inconveniente con eso o hay algo más que quieras preguntarme?

— N-No. ¿Por qué habría de tener algún inconveniente con eso? Es tu vida personal y nada tiene que ver conmigo. Si fueran negocios, el asunto sabes que es diferente pero no, no me incumbe tu vida privada. — Respondió el castaño notando que ya Jungkook estaba a la defensiva. — No quiero que te hagas falsas ideas.

— No me hago ideas, me apego a los hechos pero sinceramente me alegra mucho que sepas mantener tu lugar. — La puerta del baño se abrió, dejando ver a un Taehyung que observó de pies a cabezas al acompañante de su pareja.

— ¿Interrumpo?

— Para nada, mi amor. — Musitó Jungkook atrayendo a su pareja hacia él por la cintura, depositando un beso no muy discreto en su boca que hizo al otro presente desviar la mirada. — Estaba saludando a Cha Eunwoo, ya lo conoces. Por casualidad nos encontramos pero ya regresaba a la mesa.

— Ah, hola. Espero que esté bien y tenga una placentera noche. — El otro castaño asintió a modo en respuesta observando ese abrazo posesivo que Jungkook le daba a la cintura del último en unirse. — Jiminie y yo ya pagamos la cuenta, queríamos irnos.

— Nos vemos en otra ocasión. — Se despidió el pelinegro realizando una corta venia antes de marcharse, dejándolo solo en el baño acompañado de su reflejo.

En el camino a la casa estuvieron tranquilos, el ambiente era mucho más relajado pero Jimin podía sentir que algo aún molestaba a Taehyung. Este fue el primero en entrar a la ducha, dejándolos solos acomodando todo lo demás.

— ¿Sucedió algo en el baño? — Indagó Jimin notando como Jungkook jugaba continuamente con su cabello. — Creí que te habías relajado pero te vuelvo a ver tenso. ¿Puedo preguntar si está todo bien?

— Con nosotros creo que sí pero, cometí una indiscreción que nos podría afectar profesionalmente. — Jimin detuvo sus movimientos y el menor suspiró. — Es decir, podría literalmente, joder toda la empresa si mi indiscreción llegase a la prensa.

— Ok, ahora estoy asustado. ¿Qué indiscreción fue esa? Tú no eres del tipo que comete esos errores, ¿qué ocurrió?

El mayor se sentó en el sofá de la sala y después de varias vueltas por la misma, Jungkook se sentó a su lado, contándole cada detalle de lo ocurrido en el baño. Cha Eunwoon no era cualquier persona, una sola palabra suya podría crear gran caos aún si llegaran a desmentir todo porque, una vez que la llama se prende, aunque se apague, quedan rastros de la misma. La semilla de la duda ya será sembrada y no podrán vivir tranquilo porque siempre habrá un lente queriendo capturar cada movimiento. Tarde o temprano cometería un error y eso bastaría para prácticamente sepultarlos.

— No te preocupes. Sí, fue quizás algo imprudente de tu parte, más aún cuando no hemos hablado de nuestra relación públicamente y recién comenzamos. No solamente somos homosexuales sino, homosexuales en una relación poliamorosa, demasiadas cosas para esta jodida sociedad de un solo golpe.

— Lo sé... — Suspiró abrumado. — No sé qué hacer.

— Vas a mantener la calma porque no ha pasado nada. Aún... Le vas a escribir mañana y le pedirás para esta semana un almuerzo, comida o lo que sea, el problema es verse en persona y tratar de llegar a un acuerdo. El primer paso sería por las buenas pedir discreción, en caso de que no proceda, tratar de llegar un acuerdo sutil que no involucre sobornos, chantajes o amenazas porque ahí si estaríamos fritos. Si eso tampoco funciona, entonces ya pensaremos en algo más, descuida, ¿si? No quiero que te preocupes por eso.

— ¿No estás molesto?

— ¿Crees que estaría molesto porque el hombre del que he estado enamorado desde mi niñez prácticamente haya dicho que soy su novio? Soy el hombre más feliz en estos momentos pero, lamentablemente también soy alguien de negocios, CEO de nuestra compañía e hijo de un hombre que no quiero ver presente pidiéndome cuentas. Es por eso que estoy preocupado pero nada más. Si en un futuro tengo que dejar de lado mi trabajo para poder estar con ustedes libremente y disfrutar nuestra relación, lo haría sin dudarlo. Claro, si realmente llegamos a establecernos como una relación de tres personas.

Jungkook se estaba regañando mentalmente porque no comprendía el motivo por el cuál perdió los estribos de esa forma. Pudo inteligentemente seguirle el juego o haberlo dejado con la duda pero, por alguna razón, quiso puntualizar que esos dos hombres eran suyo y que los tres, estaban en una relación. Actuó como un adolescente impulsivo sin medir los riesgos.

Con Taehyung en la tienda también sentía que quizás pudo haberle dicho las cosas de mejor forma pero estaba muy sensible, como un erizo que el mínimo movimiento lanzaba sus púas y así no era él. Al menos no el hombre adulto en el que se había convertido.

— Ya no pienses más en eso, ¿sí? Ahora detrás de Tae toma un baño para que te relajes un poco, han sido muchas cosas en muy pocos días. Date tiempo para acostumbrarte, no te eches la culpa de nada, es normal sentirse perdido y confundido, nervioso, ansioso. Eso nos hace humanos y no tienes por qué aferrarte a esa emoción de culpabilidad. Debemos tenernos paciencia los tres. ¿De acuerdo? — Preguntó regalándole una sonrisa, agitando su cabellera negra como solía hacerlo en el pasado, viendo como el menor sonreía y asentía. — Kook... ¿P-Puedo besarte?

Aún con la cabeza en el espaldar del sofá, perdió sus dedos en los cabellos del rubio para atraerlo hacia él. Sus labios se presionaron con suavidad sin hacer otro movimiento por varios segundos antes de que el menor, con suavidad, chupara su labio inferior, invitándolo a profundizar juntos el beso.

— Somos pareja ahora, ¿recuerdas? No tienes que pedirme un beso, puedes besarme siempre que quieras. — Comentó entre pequeños besos.

— Es todavía un poco difícil para mí por el gran muro que nos ha estado separando por años pero gracias, por este beso, por tus palabras, por intentar...

Jungkook relamió sus propios labios, volviendo a tomar los contrarios porque eran como un vicio del que podría volverse adicto como lo fue en su pasado sin importar todos los años que estuvo rehabilitado en donde creyó haberlo superado por completo sin volver a caer.

— Nos iremos acostumbrando. — Musitó Jungkook tirando de él hasta tenerlo sobre su regazo, apoyando sus manos sobre su cintura para evitar que se fuera a mover pero aún así incrementar la cercanía. — Sigues besando de una forma única, tus labios... Siempre fuiste un excelente besador.

— Lo sé... — Bromeó succionando sus labios, besando su mandíbula. — Fui un excelente maestro pero tú el alumno prodigio, creo que me has superado con creces. Tú y Tae saben besar muy bien.

— Con tus labios cualquiera se vuelve un buen besado pero sí, mi Tae y yo somos perfectos para ellos. — Mencionaba algo perdido en los besos cuando Jimin se detuvo lentamente.

— Ahora es nuestro Tae. Tú eres nuestro, yo soy de ambos y a su vez, no nos pertenecemos. Sin embargo, quiero que recuerdes que ahora somos tres. No eres tú y Tae, no somos Taehyung y yo o tú y yo. Kook, Tae y Jimin... — Los dos escucharon los pasos de Taehyung acercarse a ellos, se sentó donde había estado sentado el rubio pero no los interrumpió. — Si lo vamos a intentar realmente, — miró a la más reciente pareja. — Si somos un tríangulo, que sea equilátero. Cada uno de nosotros es un lado y todos debemos ser iguales, tener el mismo valor. Deseo que seamos iguales y que ninguno se sienta desplazado.

— Un triángulo... — Musitó Taehyung con una sonrisa.

— Equilátero. — Agregó Jungkook y los tres sonrieron. — Báñate tú primero, Jimin, yo iré de último así cuando yo salga, ustedes ya están más cómodos. ¿Les parece? — Los dos asintieron y con cuidado, el pelinegro le dio un beso a Taehyung, un último a Jimin antes de bajarlo de su regazo.

+++

Jungkook debía darles un crédito a sus hombres y es que ellos sabían cómo hacer las cosas y envolverlo. Aún durante su ducha, no pudo dejar de pensar en ellos, una parte de él anhelaba quedarse bajo el agua por horas pero otra, ansiaba salir y saber qué estaban haciendo.

Cuando finalmente salió del baño, hubieron varias sorpresas para él, cosas que no vio cuando entró y ahora armonizaban el lugar. Fueron rápido, en minutos todo el escenario cambió y en su corazón comenzó a temer. Siempre tenía la preocupación de que en algún momento sus celos volvieran a estallar pero cuando se encontraba con esos ojos que ahora no lo miraban, sentía que era imposible sentirse celoso cuando ambos lo miraban de esa forma haciéndolo partícipe.

Aún tenían que hablar muchas cosas pero todo no se podía hacer un día y esa noche, las palabras comenzaban a estar demás. Fue un gran impacto salir y verlos a ellos solos en la cama, besándose como si no existiera nadie más. A su vez, podía notar que su presencia era sentida y ellos, parecían haberse puesto de acuerdo para hacerlo gozar aunque no fuera a participar de forma activa.

Vio una butaca que esta minutos atrás estuvo en la sala ubicada justo frente a la cama, dándole una vista prodigiosa. Si por casualidad algo no se veía, Los espejos que no tenía idea de donde salieron, harían lo demás. El único que ya había visto era el del techo. De hecho, lo notó la mañana anterior cuando se despertó en ese apartamento.

Junto a esa poltrona había una mesilla de ruedas donde varias cosas que habían comprado esa día yacían a la espera. Estimulantes, lubricante, aquellos huevos que tanta curiosidad le causaron casi listo para usar y dos condones por si cambiaba de idea. Ya habían tomado la decisión de a primera hora del martes repetirían sus análisis pero hasta entonces, todo se haría con precaución para que los tres estuvieran más tranquilos.

Sin embargo, era contradictorio porque al menos Taehyung y Jimin, quienes eran los que estaban supuestos a tener toda la acción, no querían realizar sexo oral con preservativo. No hacían ni dos meses cuando los dos hicieron todas las pruebas pertinentes saliendo completamente limpios. Lo que quedaba ahora era solo como una pequeña confirmación y algo que deseaban hacer los tres, juntos.

Cuando Jungkook tomó asiento en su nuevo pantalón gris deportivo sin con su torso descubierto por completo, se perdió en aquellos divinos cuerpos que frente a él se besaban y acariciaban. Podía notar el pequeño juego que se traían exhibiendo provocativamente piel para luego cubrirse, besar y palpar cada zona expuesta.

Era raro, no podía negarlo, en un comienzo, los primeros segundos fueron los más incómodos pero una vez más, la incomodidad fue desapareciendo, dejándolo únicamente con el disfrute visual del que solo él podía ser testigo.

Dulce, atrevido, lánguidos, a veces obscenos... Esos besos parecían ser su perdición aún cuando él no los estaba recibiendo, cuando no estaba participando. La forma en que el sonidos de sus labios encharcados en saliva hacían eco, las lenguas que esporádicamente se veían. La forma tan apetitosa en que Jimin succionaba la lengua contraria como si de una felación se tratara.

¡Jodidamente excitante!

¿Podría realmente permanecer a un lado?

Tenía que hacerlo, aún no habían hablado muchas cosas y temía cometer errores, aún no estaba listo y no sabía como manejar o desenvolverse en esa situación. De cierta forma, ellos dos estaban más familiarizados, hacían demasiados años que él había intimado con Jimin. No podía tratarlo del todo como si recién lo conociera porque no era así, su cuerpo aún recordaba muchas cosas pero a su vez, tampoco podía asegurar que lo conocía y entregarse, muchas cosas habían cambiado.

El rubio le gustaba, mucho pero, su cuerpo aún se rehusaba a permitirle ir más allá de sus besos. Taehyung estaba demasiado tatuado en él y hasta que no encontrara una forma pareja de estar con ambos, sin cometer locuras o dejarse llevar por los instintos y lujuria, no podía unirse sexualmente activo a ese triángulo.

El castaño tiró del cinturón que mantenía la bata blanca de Jimin en su lugar, mordiendo y besando con cierto frenesí y posesividad el cuerpo expuesto. Al rubio aquello le gustaba, los sonidos que llenaban el sitio era una prueba de ello.

Intentaban no olvidarse de Jungkook pero a su vez, concentrarse en ellos, en darse verdadero placer y no montar solo una actuación como cualquier porno realizado para el placer exterior sin emociones verdaderas.

Nuevas cosas se mostraban frente a Jungkook en ese momento que veía al castaño apresar la mandíbula de Jimin con la mano y demandarle un beso. Como lo volteó en la cama, como expuso su trasero para él, brindándole una vista encantadora de aquel rosáceo rincón. La forma en que hizo que el mayor rodeara du miembro con la boca, demandante y dulce a la vez, ese lado que Taehyung siempre quiso y necesitó sacar sin él permitírselo. Era otro lado de su pareja que hasta el momento, no había presenciado, diferente, intrigante...

Siempre supo que Taehyung era bastante dominante, fue evidente en su forma de besar, tocar y querer tomar las riendas. Recordaba los pequeños choques del principio y las veces que este le comentó que también tenía otras necesidades, unas que él jamás llenó del todo. Por momentos se fue completamente de ese lugar, recordando algo obvio, muchas personas se van de a donde no se sentían plenas. El castaño no se fue, pero encontró otro sitio que le brindó cosas que él no le pudo dar que iban más allá de la sexualidad.

Cerró sus ojos recordando todo lo que sufrió desde China cuando lo escuchó decir que terminaban, el dolor que sintió cuando supo que había estado con alguien más. Fue horrible, era horrible y no quería volver a sentir eso. Algo húmedo en su cuello le hizo elevar los párpados, encontrándose con la mirada del castaño que se separó de su cuello.

— No vas a estar en la cama pero, estás aquí con nosotros. Estamos los tres en esto así que quiero tus ojos concentrados en Jimin y en mí. Quiero esto...— Apretó fuertemente su entrepierna por encima de la tela gris. — Pleiteando por liberarse, quiero ver a esa bestia soltarse así que concéntrate.

Jungkook asintió con prontitud, centrando una vez su mirada en la cama, sin saber en el momento en el que Taehyung había estado amasando esa zona ensalivada y brillante. El castaño volvió a arrodillarse en el suelo, abrazando el trasero de Park para atraerlo una vez más a su boca para saborearlo sin recato.

La bata del castaño ya no cubría su piel, sus curvas no se escondían y quedaban a merced de quien mirara. La vista de Jungkook se debió al espejo y sus labios se relamieron. ¿Cuál era el sabor de Jimin? Ya no lo recordaba.

— Súbete a la cama, Taehyung y gíralo para pode ver el rostro de ambos. — Los dos acataron la sencilla orden sintiendo sus miembros palpitar.

De soslayo, como si se hubieran puesto de acuerdo, ambos buscaron a Jungkook quien se veía ahora completamente metido en su papel de espectador con mirada filosa. Su mano inquieta se movía casi a escondidas sobre su pantalón y su bulto fue tan notable que los dos, lo desearon aún sabiendo que al menos en ese encuentro, no les tocaba.

Un gemido se escapó de Jimin cuando la lengua atrevida que vagaba por él una vez más se perdió en su interior, orillándolo absurdamente a un orgasmo que él mismo no se iba a permitir. Era demasiado pronto, casi nada había ocurrido pero, algo en esa situación hacía que todos sus sentidos se dispararan, volviéndolo más receptivo de lo normal.

— Mira bebé... — Demandó Taehyung escalando por su espalda, dejando besos en cada rincón antes de voltear la cabeza de Jimin hacia Jungkook. — Mira el deseo como mientras nos observa, se vuelve loco por querer romper sus propias barreras, porque quiere perderse donde solamente yo entraré hoy.

— Tae, tú eres... — El pelinegro intentó hablar pero el aludido lo ignoró centrándose una vez más en Jimin, palmando su trasero para atraerlo hacia él y besarlo.

Cada vez que estaba con Taehyung, recordaba esos libros y películas de vampiros y hombres lobos donde las personas ofrecían su cuello. Se volvía una de esas tontas víctima que criticaba, estirando y exponiendo su cuello para sentir como era recorrido por su lengua, siendo succionado antes de temblar cuando sutilmente sus dientes buscaban perderse en su piel. Su miembro esta más que erecto, segregaba excitación y buscaba calmarla con una mano que lo ignoraba, martirizándolo.

Le gustaba cuando como en ese momento, las manos se hacían camino entre sus cuerpos, apretando, acariciando, nalgueando... Ahí, mientras los dos estaban arrodillados frente a frente, dándole una vista lateral a Jungkook, seguían cayendo por el precipicio del placer.

— T-Tócame, Tae, hazlo o déjame hacerlo. — Pidió sopesando la idea de alejar su mano de la pelvis del menor para brincar a la suya, pero una mordida en su hombro seguida de una negativa le dejó claro que no sería así.

Jimin continuó descendiendo hasta tomar su miembro, maniobrando con total lentitud, presionando y torciendo para aumentar el estímulo del castaño que estaba tan húmedo como él. Mierda... ¿Era normal sentirse tan ansioso por ser tocado por Taehyung bajo la atenta mirada de Jungkook? De solo pensar en ello su abdomen se tensaba, golpeándolo con una adrenalina que parecía llegar solo a él.

Era una equivocación, quien solo admiraba la escena había entrado en un conteo infinito para no lanzarse hacia ellos aún cuando descendía su pantalón. Taehyung buscaba contención para hacer a Jimin delirar antes de perderse en él, todos estaban igual de ansiosos y excitados aunque fuesen de formas diferentes.

La forma en la que el castaño ahora comenzaba a bajar por su cuerpo e iba inconscientemente marcándolo con fervor, le producía a Jimin una ascendente sensación de necesidad. Musitó algo que ninguno alcanzó a escuchar cuando sintió el mentolado lubricante posarse su entrada e incluso ir más allá con un dedo intruso. Su cabeza buscó apoyo en uno de los hombros del contrario, masturbándolo torpemente mientras ese indagaba en su interior con una meta fija.

Taehyung aceleró el movimiento de sus dedos, intercalándolos, alejándose porque le encantaba contemplar lo que iba provocando en esos dos hombres. Entonces, sonrió ladino cuando rozó aquel punto que causó un respingo en el mayor. Lo había encontrado aún desde esa incómoda posición.

— M-Maldición... — Dejó escapar Jimin, todos los presentes podían escucharlo respirando con dificultad. Procuraba callar los gemidos que comenzaban a salir con aquellos labios que tanto le gustaban pero estos, andaban haciendo camino hacia sus pezones, succionándolos, mordisqueándolos, lamiéndolos.

Jungkook gruñó y sus ojos se desviaron hacía él de manera inevitable, viendo como este apretaba con fuerza la base de su miembro. Estaba luchando para no venirse pero ver los sonrojados e hinchados labios del rubio, comenzaron a dificultarle la tarea.

El rostro de Jimin fue volteado con fuerza por los firmes y largos dedos de Taehyung que se ceñían a su mandíbula. Su lengua recorrió desde su cuello hasta sus mejillas pasando por sus carnosos labios, regresando a estos para morderlos y besarlo con fiereza.

— Ojos en mí, bebé. Te veo mirar para Jungkook otra vez y esto se tornará muy pero que muy salvaje. — Besó con fuerza nuevamente y sonrió. — Estás avisado.

Dicho esto, lo inclinó con avidez buscando comodidad para aumentar la velocidad de su mano, masajeando su próstata con mayor ahínco. Los gemidos se hicieron más agudos, Jungkook podía ver aquella boca abrirse y lo único que quería era perder su pene en esa cavidad. Penetrarlo sin cansancio hasta venirse en el fondo de su garganta, sentirlo apretándolo por la dificultad mientras que sus gemidos le causarían la vibración más placentera. Eso o... Dios, le apetecía mucho perderse también en Taehyung.

— Tae... — Intentó llamarlo, su mano buscando aquel brazo que parecía embrujado para detenerlo. — No puedo... — Rogó pero antes de volver a decir nada, sus palabras desaparecieron dándole paso a un grito que comenzaba a mezclarse con los gemidos de Jungkook quien ahora presionaba con fuerza la cabeza de su miembro para no correrse. Sin embargo, Jimin no tuvo tanta suerte, se vino entregándose a unos espasmos placenteros. — ¿Qué haces? — Preguntó viendo a Taehyung volver a tomar el frasco de lubricante. — A-Acabo de terminar, no pensarás que...

— Te dije, que no miraras a Jungkook... ¿Qué hiciste? — No hubo respuesta, solo el resonar de una nalgada en el ya sensible trasero de JImin.

Podría haber parecido demasiado pero no lo fue, cuando Taehyung embistió a Jimin de una sola estocada, hubieron tres gemidos casi simultáneos. Primero llegó el del pelinegro que había terminado de desenrollas el caliente y húmedo huevo del placer sobre su miembro. El segundo fue el de Taehyung que casi arremete sin control sin dejarlo acostumbrarse y por último, el de Jimin.

Él aún estaba sensible, se había acabado de correr pero mentiría si dijera que no quería ser follado con fuerza por Taehyung. En verdad, deseaba ser literalmente cogido por los dos pero por muchos motivos, eso no era posible en ese instante, en esa noche.

Tal cual pronosticó, Taehyung no fue condescendiente y extrañamente, Jungkook se encontró disfrutando demasiado verlo en esa faceta tan nueva para él. Admiraba esos celestiales cuerpos colisionando, la forma en la que ambos gemían y sus ceños se fruncían, los obscenos chasquidos que el mismo lubricante potenciaba. Estaban embriagados de ellos mismos y, aunque sabían que estaban envueltos en un frenesí pasional, que recién estaban dando sus primeros paso, podían afirmar que ahí, entre ellos tres, había algo más que pasión, deseo, gusto y cariño

Había amor, un sentimiento al que juntos se volverían adictos sin siquiera notarlo.

— Dale más fuerte, Tae... Mierda, más... — Exigía agitando su mano, disfrutándolo pero sintiéndolo insuficiente.

— ¿Quieres venir aquí y ocupar mi lugar? ¿Quieres sentirlo Jimin? — Les preguntó a ambos con lascivia. — Quieres sentir que te llene ese pene que por años no has sentido... Tú quieres sentir lo tibio y apretado que está, como te succionan, como sus paredes internas se adaptarían a ti.

— ¡Cállate! — Exigió Jungkook frunciendo desdibujando su rostro mientras milagrosamente se las arregló para caminar hacia él sin detener su mano, tirando con rudeza de las hebras castañas. — No me provoques.

— ¿Te provoco yo o has estado muriéndote de la desesperación desde hace rato? ¿No nos deseas a ambos? ¿No nos quieres bajo tus manos gimiendo tu nombre? Yo sé que sí.

— Taehyung... — Advirtió pero el castaño solo sonrió burlesco, aferrándose a las caderas de Jimin para presionar contra el botón que ya había encontrado, embistiéndolo bruscamente bajo la mirada de Jungkook que iba desde su rostro hacia el de Jimin y de ahí a donde estaba el meollo del asunto. — Mierda.

— ¡Quiero venirme! No me importa quién lo haga solo déjenme venirme. — Intervino Jimin jadeante al notar como el pelinegro seguía batallando con sus pensamientos. — Jungkook, ven aquí. — El menor acató el pedido, acercándose hacia un Jimin que le quitó la envoltura de su miembro, abriendo su boca con lascivia. — Ven.

— N-No... — Negó dando un paso atrás pero como pudo, Jimin tiró de él.

— ¿Estás seguro que no quieres? — Preguntó con seriedad, o al menos la que pudo reunir debido a todas las estimulaciones a las que estaba siendo sometido. — Puedes sentarte, quedamos en que harías las cosas a tu...

Sus palabras se cortaron en el instante que el miembro de Jungkook invadió su boca dejando salir un gruñido demasiado fuerte, casi con rabia y placer mezcladas. Taehyung embistió con fuerza y el quejido fue directamente como vibraciones a la erección de Jungkook. El pelinegro se aferró en las hebras rubias mientras que Jimin y su cuerpo se entregaban victoriosos, felices de sentirlos a los dos de esa manera, agitando su propio pene mientras los movimientos del castaño se volvían erráticos.

El mayor de los tres fue el primero en llegar, Taehyung lo siguió poco tiempo después y por último, Jungkook se perdió como se imaginó en aquella garganta profunda que lo asimilaba mejor de lo que recordaba, tragándose todo sin dejar escapar la mínima gota. Iba a retirarse pero, el rubio no se lo permitió, lo sobre estimuló con su boca hasta ver como sus rodillas fallaron sobre la cama y gritó apoyándose en su cuerpo, pegando su pecho al colchón.

Todo quedó en un pulcro silencio que cambió cuando Jimin comenzó a reírse solo contagiando a los contrarios mientras los tres caían en la cama.

— Espero que ninguno de los lados de este triángulo se arrepienta porque esta ha sido una de las mejores experiencias de mi vida y sé que vendrán mejores a su lado. — Musitó Jimin mirando a Jungkook y luego al castaño.

— Yo no estoy arrepentido, bebé. — Habló Taehyung depositando un casto beso en sus labios, otro en los de Kook.

— Quizás vaya lento por todas las batallas que estoy librando conmigo mismo pero tampoco estoy arrepentido. Aunque no lo parezca, sopesé mucho todo esto y si decidí avanzar, fue porque estaba seguro que los quiero a los dos. De diferentes formas, todos compartimos diferentes memoria sy momentos pero, un único sentimiento.

💜💜💜
Doble actualización para recompensar mi ausencia 🥺🙈
Ya el sueño me venció y no actualizaré más por hoy, ni sé cómo terminé el capítulo 😂 Solo espero no perderme mucho. Ya quiero terminarles esta historia. Nos vemos pronto 👋🏾
LORED

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