Capítulo 42

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— Justamente porque sabíamos que beberíamos hasta tarde fue que preparamos habitaciones para que se quedaran a dormir. — Explicaba Jimin acurrucado contra su trireja en el sofá de la sala.

El ambiente desde que Hoseok partió se ensombreció un poco. Yoongi apenas hablaba y las miradas que en ocasiones le daba a Namjoon dejaban a los que se daban cuenta algo pensativos. Todos hacían alusión a la posibilidad de que este estuviera enterado de lo ocurrido entre el pelirrojo y Namjoon. Ninguno sabía que la única razón por la que Yoongi lo miraba era por cuestiones diferentes.

Se sentía por un lado masoquista al quedarse a presenciar la forma en la que Seokjin parecía desvivirse por el peligris. Estaba molesto, celoso y quería verlos solo para convencerse que eso estaba sucediendo en realidad. Por otro lado, no quiso ser muy evidente, irse de esa forma luego de que Hoseok entrara a la casa cuando escuchó todo podía evidenciarlos y sinceramente, no quería estar en malos términos con sus amistades por culpa de esos sentimientos sin sentido por Seokjin. Namjoon era su amigo, el trío también a pesar de todo.

Tal vez, si Hoseok no hubiese escuchado toda la plática, ahora estaría junto a él, tratando de enmendar sus errores e intentar convertir su relación en algo más serio aunque no fuese el hombre del que se enamoró. Podía cubrir bastante bien a su mayor, intentar quererlo pero ahora, eso también era imposible.

En una noche perdía a los únicos dos hombres que algo despertaban en él. Dos cosas muy diferentes porque el menor era un refugio carnal que siempre estaba a disposición y podía hacerlo sentir bien, en cambio Seokjin, ese era el que con una mirada podía enloquecerlo. Ese era el hombre cuya compañía le era grata antes, durante y después de tener sexo con él.

No se aburría, se divertían incluso riéndose de cualquier estupidez, era por quien estaba aprendiendo a cocinar para demostrarle que podía sorprenderlo aunque jamás fuera tan bueno en ello como lo era Jin. Pero le gustaba verlo comerse su comida, andar por su casa, le encantaba follárselo pero también ser follado por él, algo que no le permitía a nadie más.

Le gustaba como era tan poco fan del contacto físico constante como él pero a pesar de todo buscaba su brazo para dormir o descansaban sus manos sutilmente en la espalda del otro cuando salían juntos. Lo brusco y dócil que se volvía. Le enloquecía imaginarse cómo sería con Namjoon cuando a diferencia de los que ellos tenían basado en el sexo, a él lo amaba o lo amó. Era el hombre que el mayor creía amar y eso se tornaba suficiente para hacerlo esforzarse, relajarse y querer mostrarse en su totalidad.

Cerró sus ojos con fuerza, ladeó su cabeza y alejó la copa que aún bebía de sus labios para dejarla reposar. Ni siquiera el alcohol consumido evitaba que sus ojos se fueran a un Jin que lo ignoraba deliberadamente.

— Namjoon y Seokjin pueden tener una habitación, Yoongi otra. — El peligris abrió sus ojos tan grandes que las palabras de Jimin quedaron en el aire, descifrando con facilidad el motivo de aquello. — Cada uno también puede permanecer en una habitación diferente. Hay cuatro cuartos disponibles.

— Bueno, yo ya escogí el mío así que tendrían tres. — Habló Sungwoon mirando de reojo a Yoongi. Oh si ese hombre no estuviera vinculados con ese grupo de la forma en que lo notó, le hubiera encantado llevarlo consigo. Una lástima que él aborreciera los líos innecesarios y ensuciar donde comía. Dejó su copa de lado y se levantó para despedirse de todos, besando a su hermano en la frente. — Duerman bien y todos cierren sus puertas para que aprovechen la insonorización de las habitaciones y todos tengamos un plácido e inocente sueño.

— Esas palabras con doble sentido. — Sonrió Taehyung.

— Solo son de doble sentido si alguien realmente cree que hay un significado oculto. Yo solo digo... — Le dio un guiño encaminándose a la escalera. — ¡Buenas noches!

— Buenas noches... — Respondieron casi todos excepto Yoongi y Namjoon.

El primero solo le dio un asentimiento de cabeza mientras que el último ni siquiera estaba ahí mentalmente. Jungkook empujó sutilmente al rubio para que se levantara a acompañar al resto a sus habitaciones pero no sabían muy bien cómo hablar.

— Pueden escoger la habitación que deseen nosotros... — Seokjin volteaba el rostro de Namjoon para besarlo cuando Min se levantó de su asiento interrumpiendo a Jimin.

— ¿Puedo subir ya? Creo que estoy algo cansado y me gustaría dormirme ya. — El rubio sintió y Yoongi sonrió. — Entonces yo me retiro también, buenas noches.

— Creo que todos deberíamos hacerlo, Joonie, vamos a nuestra habitación. — Yoongi apretó sus puños al escucharlos ya subiendo las escaleras.

Jimin sabía que Namjoon no estaba muy deseoso de dormir esa noche junto a quien lo acompañaba pero en silencio lo vio aceptar su mano y ascender con él tras despedirse. La calma después de una tormenta, así se sintió el salón cuando los tres quedaron finalmente solos.

— De acuerdo, eso fue intenso. — Musitó Taehyung acostándose completamente en el regazo de Jungkook, recibiendo un beso en su cabeza. Por un lado salió mejor de lo que esperábamos, al menos en lo que a nosotros respecta pero las cosas entre Hoseok y Namjoon...

— No solo ellos dos. — Hablaba Jimin alentándolos a levantarse para ir a su habitación, sinceramente ya necesitaba poder estar solo con ellos. Desde que regresaron de Tailandia no habían podido tener una noche juntos correctamente. Entre el sueño y sus viajes, no pudo aprovechar las pocas horas que en la noche tenían.

— ¿No crees que había algo raro entre Seokjin y Yoongi. — Susurró Taehyung mientras se levantaba.

Ellos pensaban que la tensión era entre Hoseok, Yoongi y Namjoon pero la tensión en el rostro de Yoongi le parecía no ser por el pelirrojo, al menos no del todo. Sus miradas no solo iban dirigidas al peligris sino a Seokjin y la manera en que reaccionó al final lo dejaba con mayor dudas pues precisamente su curiosidad lo había llevado a observarlo detenidamente, viendo como el beso de la otra pareja le hizo temblar sus labios.

— Nada de eso nos incumbe, es la vida de ellos. No nos hubiera gustado que estuvieran opinando sobre nosotros meses atrás o incluso ahora. — Intercedió Jungkook zanjando el tema, empujándolos a su habitación. — Vamos a dormir.

— ¿A dormir? — La decepción en Jimin se hizo presente. — ¿De verdad?

— ¿Quieres hacer lago más? — Preguntó Taehyung estirando sus brazos una vez sentado en la cama para que fuera a él.

— Ustedes son menos románticos de lo que creía. — Protestó con un puchero. — Pensé que la primera vez de Jungkook abajo iba a ser, no sé, diferente. Un poco más romántico, especial. Me hubiera gustado ver todo el proceso con mis propios ojos pero nada de eso pasó. Luego me entregan un anillo de la nada y apenas tuvimos tiempo para disfrutar de ese momento tan único, entonces, subimos y lo primero que hacen es decir que vamos a dormir.

— Fue especial para mí.

— ¿Qué? — Miró Jimin sorprendido al tono serio que el pelinegro daba.

— Creímos que sería especial por el solo hecho de darse. Para mí, aunque me hubiese encantado que estuvieras presente, sentirte como fui capaz de sentir a Tae, fue especial sin necesidad de romanticismo excesivo. Me entregué a uno de los hombres que amo, hicimos el amor a nuestra manera. Moría por entregarte esa alianza para que los tres estuviésemos en igualdad de condiciones porque te amo, los amo y no quiero que nadie se sienta menos o desplazado. Te lo entregué porque quería bajar contigo de manos como lo hicimos y mostrar con una sonrisa orgulloso que éramos mucho más que amigos, exes o novios que comenzaban una relación. Eso marcaba un compromiso, afianzaba el amor que les profeso diariamente aunque creo que para ti, todo fue poca cosa.

Jimin no supo qué decir cuando lo vio levantarse, Taehyung bajó su cabeza intentando detenerlo pero el pelinegro simplemente se zafó de su agarre. No lo quería admitir, quizás era una tontería pero se sentía dolido por varias razones. Porque creía que efectivamente Jimin debió estar esa tarde junto con ellos pese a que ninguno tiene problemas con tener sexo, aún cuando alguno faltase por equis motivo, porque saben que se aman los tres y que jamás será igual si no están todos. Increíblemente si ahora uno faltaba, no estaban completos e incluso en la cama se sentía su falta, mucho más fuera de esta.

Estaba dolido por no poder hacer las cosas bien, por no entregarle el anillo de una forma más romántica como Jimin hubiera soñado. Tal vez, entregárselo como le entregó el de Tae aunque las circunstancia en ese entonces fueron mucho peores, en las puertas de una ruptura. Porque intentaba dar todo parejo, porque él hubiese sido feliz aunque cualquiera de ellos le entregara un anillo hecho de hojas y se lo entregaran sin más, sin palabras hermosas y la búsqueda de un momento maravilloso. Para él, cada instante valía igual siempre que estuviesen juntos, era algo que compartía con el castaño.

Nunca le gustó las personas que basaban lo que supuestamente sería una proposición de amor en cosas superficiales y materiales como el costo de un anillo, la cantidad de flores o el lugar soñado. ¿De qué valía todo eso si no se estaba entregando amor verdadero y solo un sueño ideal? Por eso quizás muchos matrimonios empezaban con el pie izquierdo creyendo que eso era sinónimo de amor, estabilidad financiera y emocional cuando muy poco tenía que ver. Tener una boda solo de dos era tan importante como una de trescientos invitados con trajes costosos y lugares lujosos.

Claro, comprendía que uno siempre quería dar lo mejor para la persona amada, demostrarle que podía poner el mundo a sus pies, cumplirle sus sueños y fantasías, esas que desde niño muchos forman basados en un cuento de hadas que hablan del matrimonio o relaciones pero no lo que conlleva. Que muestra los besos con mariposas y fuegos especiales después de hazañas de valor pero no todo lo que eso significa, lo necesario para mantener eso constantemente aún en los peores días cuando se quiere mandar todo el mundo al demonio.

Las palabras de Jimin aunque no fueron con mala intención o duras, lo incomodaban por esa razón. Porque para él fue un cúmulo de todas esas cosas. Cuando sintió sus cálidos brazos rodearlo mientras él con sus ojos cerrados se apoyaba en el lavamanos, suspiró alejando sus pensamiento. Se volteó después de lo que creyó un minuto. No le gustó la preocupación que vio en los ojos del mayor y eso volvía a molestarlo.

— Perdona mis palabras, yo... — Jimin se estiró para besarlo castamente en los labios. — Sé que lo que dijiste quizás fue más broma que realidad o quizás no pero en cualquiera de los dos casos, no debí. Hablabas de querer estar más tiempo con nosotros y yo lo tomé no de la mejor manera, interpreté algo totalmente diferente. — Ahora que lo repetía en su cabeza viendo sus ojos y a Taehyung a escaso centímetros de ellos, se daba cuenta.

— No me importa el anillo, ni el lugar. Me importa poder compartir mi felicidad con ustedes hasta que la euforia merme. No me importa si hacen el amor mil veces en mi ausencia siempre que yo tenga un espacio junto a ustedes a mi regreso. Mucho menos me molesta la forma en que lo hagan, todos tenemos gustos diferentes. A ustedes a veces les gusta tratarme como una flor de la que no quieren que caiga ni un pétalo mientras yo quiero que me dejen sin aire, que me hagan perder la consciencia y me desmoronen. Pero al final, siempre encontramos un consenso donde todos tenemos lo que deseamos. No sé por qué canal te fuiste en tus pensamientos complicados pero solo quiero que tomes nuestras manos y regreses a nosotros, tu realidad.

Taehyung sonrió observándolos, acercándose cuando sus miradas lo buscaron. Él besó a Jungkook, después besó a Jimin hasta que la mano en su cabello fue reemplazada por la del pelinegro que se apropió de esos fibrosos labios.

— Hoy no puedo pero otro día, dejaré que me hagas el amor como Tae lo hizo esta tarde. — Musitó en sus labios.

— No tienes que hacerlo si no quieres, estoy bien con eso. No quiero que hagamos cosas que no queramos.

— Yo quiero... — Admitió sonrojándose y Jimin quedó fascinado con eso, lo mismo sucedió con Taehyung. — Quiero sentirte, quiero estar con los dos.

Jimin solo asintió con una sonrisa, besándolo y entregándole a cada uno un cepillo de dientes para luego ir a la cama, dejando esta vez al pelinegro en medio.

— Quedamos en que lo intentaríamos, que nos íbamos a dar un tiempo para no tomar las cosas precipitadamente pero yo siento que no puedo más, Joonie. — Se expresaba en voz baja y sensual Seokjin mientras besaba a Namjoon, su boca, su cuello su mandíbula algo tensa. — ¿No te gusto? ¿No me deseas? — Preguntó tomando las manos del peligris para colocarlas en su trasero, restregándose contra su entrepierna.

— Si no me atrajeras no hubiera decidido darnos una oportunidad. Solo... — Suspiró tomando sus caderas para alejarlo. — No es el momento ni el lugar. Estamos en casa de otras personas y por respeto...

— Nos dieron una habitación juntos, insonorizada hay que agregar. Somos adultos y se sabe lo que hacemos. — Regresó a su cuerpo, llevándolo entre besos a la cama. — Necesito sentirte.

Lo empujó hacia la cama, acodillándose frente a esta para con una sonrisa coqueta y lasciva proceder a bajar sus pantalones. Namjoon lo miraba confundido, siempre enloquecía con el mayor, nunca pudo negársele porque sus manos y boca era como lava que lo consumían. Esa mirada tan dual como su personalidad, su belleza, su increíble figura siempre le gustaron, le gustaban. Solía amar la imagen que ahora tenía, su miembro perdido entre sus manos y boca.

Cerró sus ojos y echó la cabeza hacia atrás, no se sentía mal, era imposible cuando Seokjin era un experto en lo que hacía. La calidez de su boca, sus habilidades con la lengua y el hecho de que aún recordaba sus puntos débiles lo hacían un arma letal andante pero entonces... ¿Por qué en su cabeza solo podía ver la imagen de Hoseok partiendo? ¿Por qué la boca que sentía no era la que quería? Y... ¿Por qué, solamente quería imaginarse que era el pelirrojo quien lo tocaba cuando bien reconocía la diferencia de sus toques?

Llevó su mano a la mandíbula de Seokjin para alejarlo de su pene ensalivado y mirarlo directamente a los ojos mientras el mayor se relamía los labios e intentaba regresar a su faena. Lo retuvo en su sitio, no dejó que volviera a cercarse. Solo se levantó y guardó en sus bóxers su semi erección acariciando el rostro de Jin lleno de culpa. Sabía que fue él quien aceptó poner todo atrás e intentar algo. Fue él quien aceptó ir con él a la reunión cuando Jin dijo que fue invitado aún sabiendo que era 99% seguro que Hoseok estuviera.

Solo él tenía la culpa de intentar avanzar cuando no lograba cerrar por completo el camino transitado con Hoseok aún cuando conocía los sentimientos de este por otro. Era él el mal hombre en ese momento por estar deseando ir en busca de alguien más.

— L-Lo siento, Jin yo... —Peinó su cabello viéndolo finalmente levantarse del suelo. — No puedo.

— ¿Quieres o necesitas más tiempo? ¿Tienes algo que resolver primero? Contigo, quiero decir... Yo puedo esperar por ti mucho tiempo más, Joonie. — Se acercó con una sonrisa para besarlo, logrando unir sus labios muy brevemente con los contrarios. — Te amo, puedo esperarte.

— No me esperes, no es justo para ti hacerlo y yo no quiero que lo hagas porque no creo poder regresar a ti. — Dejando una sutil caricia en su hombro dio un paso atrás. — Dejemos esto hasta aquí, de hecho, tuvimos que dejarlo hace muchos años. Justo aquel día en que nos pusiste fin. Realmente ya te perdoné por eso, te lo dije y sostengo pero para nosotros ya no hay chance aunque por un momento llegué a pensar que sí.

— ¿Es por Hoseok, cierto? — Namjoon estrechó sus ojos y Jin tragó seco. — ¿Te dijo algo cuando se fue? — Una vez más el menor lo miró extrañado. — Es decir, te vi hablando con él antes de que se fuera, lo abatido que quedaste una vez que lo hizo y las miradas que se dieron. Verás, todavía te conozco, Joonie y como te dije, eres bastante transparente. Pude ver tu cambio en cuanto lo viste entrar y supuse que quizás ese fue el motivo de tu nerviosismo todo el camino y no que volvías a presentarme a tus amigos. Es evidente que pasó algo entre ustedes. ¿Es por él que me estás dejando aún sin empezar?

— Te estoy dejando por mí, nada tiene que ver con él. Sí, me gusta pero no lo estoy terminando todo porque crea tener una oportunidad con él sino porque sé que no existe ninguna entre nosotros por la sencilla razón de que ya no siento absolutamente nada por ti. — Los ojos de Seokjin se ensancharon sin poder creer lo que acababa de escuchar, no era posible eso porque pudo ver desde que se reencontraron por primera vez lo mucho que se afectaban, que aún se atraían.

Esa noche en el bar del hotel, la forma en que correspondió sus besos, como lo acarició... Se parecía mucho a como era antes aunque por obvias razones no estuviera colmándolo de palabras dulces. Fue a su encuentro, notaba como reaccionaba a su cercanía, como se ponía nervioso. Cuando lo invitó a su casa y "sin querer" salió del baño desnudo a su habitación por haber olvidado la toalla notó como lo miró, el deseo llameante en sus pupilas. Era simplemente imposible que le dijera que ya no sentía absolutamente nada por él.

— Sé que me extrañabas, que me deseabas, que me deseas como yo a ti, vi en tus ojos que estabas enamorado, Joonie. Esto...

— Estaba enamorado de los buenos recuerdos compartidos que atesoré por año negándome a soltarlos. Hyung, eres hermoso y lo sabes, te lo he dicho yo y muchísimas personas a lo largo de los años. Eres atractivo y seductor, claramente me encandilé con tus veces y reaccioné a tu cuerpo, a la cercanía cegado por memorias que carecían de valor. Casi tuvimos sexo como pudimos tener con cualquier desconocido pero eso fue un deseo efímero que no trascendió.

— Te amo, Namjoon.

— No sé si realmente me ames o estés confundido como lo estuve yo por el pasado que vivimos juntos. Si no lo estás, confío en que te darás cuenta pronto y si de verdad me amas, lo superarás o al menos espero que así lo haga porque mereces encontrar quien te dé lo que yo no puedo darte.

— Te quiero a ti. — Sus lágrimas llegaron a su mejilla, aproximándose para abrazarlo. — No puedo renunciar a ti, te amo, Joonie. — Namjoon no lo alejó de inmediato pero tampoco lo abrazó de vuelta, solo fue hasta que el mayor besó una vez más su cuello que puso distancia. — ¿Yoongi lo sabe?

— ¿Qué tiene que ver él en todo esto?

— Ellos eran pareja, creo que aún tienen algo por la tensión entre ambos esta tarde. Ustedes son amigos, los tres. — Namjoon tragó saliva, recién recordando que a pesar de Yoongi nunca haber tratado a Hoseok como su pareja realmente, ellos tuvieron algo. — Tú y Hoseok...

— No hay un yo y Hoseok pero si llega a haberlo, yo me sentaré para hablar con Yoongi. No te preocupes por eso. — Seokjin mordió sus labios llenos de rabia, dolor, frustración ante la determinación que veía en los ojos de Namjoon. — Creo que será mejor que descanses yo, yo me iré.

— ¿A dónde irás a esta hora? Ni siquiera trajiste tu auto. — El mayor se limpió sus lágrimas para volver a vestirse correctamente. Se aseguraría de llevar a Namjoon a su casa y quizás al día siguiente, cuando todo lo sucedido esa noche se calmara un poco, ellos podrían volver a hablar. — Yo te llevo.

— Tú también bebiste además, no es necesario. Yo pediré un taxi y marcharé, no te preocupes.

Antes de que Seokjin pudiera terminar de vestirse, el menor abandonó la habitación solicitando un taxi a esa dirección. Para su sorpresa, se encontró con Jungkook sentado en la sala aún cuando los creía durmiendo. Jungkook simplemente no pudo dormirse pero al verlo, le sonrió porque el simple hecho de no estar en esos momentos con Seokjin, le hacía pensar que podría ser que su mejor amigo ya se hubiera dado cuenta de sus verdaderos sentimientos. Se despidieron sin muchas palabras y, tras pocos minutos de espera en el exterior, Namjoon tomó el taxi que llegó por él.

Treinta minutos después, llegaba a su destino. No sabía qué estaba haciendo ahí a esa hora, lo que diría o esperaba escuchar pero eso no le impidió que avanzara hacia el interior de aquel edificio en el que veces anteriores había estado. Se detuvo ante la tercera puerta de aquel pasillo en la tercera planta y tocó. Todo estaba oscuro, claro que lo estaría ya era de madrugada y lo más probable es que estuviera durmiendo pero, cuando la puerta se abre, se encuentra a un Hoseok de ojos hinchados que le salta arriba, enrollándose en su cuerpo como si lo hubiese estado esperando anhelante.

Con algo de dificultad entró cerrando la puerta detrás de él, viendo que pese a la oscuridad, el móvil del pelirrojo estaba en el suelo prendido junto con una botella de cerveza por la mitad y una caja de pañuelos desechables. Lo abrazó con fuerza, ninguno dijo nada. Hoseok no le dijo que había estado debatiéndose entre si contarle todo o no, entre si intervenir en su relación o no porque lo único que lo mantenía alejado era el hecho de que él fue el idiota que no aceptó lo que Namjoon le ofrecía. Además, si el peligris estaba finalmente con la persona que por años extrañó y era feliz, él no tenía palabra.

Sin embargo, después de escuchar todo tenía una abeja egoísta zumbando en su cabeza. Lloraba por sentirse tan idiota todos esos años con Yoongi, por la rabia de saber que aún luego de conversar para darse una oportunidad con Namjoon, Seokjin hubiese ido al encuentro de Yoongi. Molestia por esos nuevos sentimientos que meses atrás comenzaron a emerger sin detenerse.

Nunca se esperó que justo el hombre que más necesitaba ver, con quien más precisaba conversar y abrazar, fuese a tocar su timbre a esa hora en el que estaba sumido en su llanto y desesperación.

Namjoon se sentó con cuidado de no romper nada en el sofá y dejó al pelirrojo en su regazo hasta que este solo se separó una vez que dejó de llorar. Secó sus mejillas con una sonrisa, entregándole los pañuelos a sus pies para que soplara su mucosidad mientras acariciaba suavemente su espalda.

Una vez calmado en su totalidad, Hoseok se perdió en su mirada, los dos se miraban casi sin parpadear, sabiendo en silencio que si estaban ahí justo en ese instante, era porque ambos albergaban sentimientos. Lo podían ver en sus ojos, esos realmente eran la ventana del alma y no mentían. Con cuidado, el dueño del lugar se inclinó para besarlo pero el peligris lo detuvo, confundiéndolo.

— ¿Q-Qué estás haciendo aquí?

— Te extrañaba, estaba preocupado por ti, necesitaba verte, hablar contigo y no podía esperarme a mañana porque me hubiera vuelto loco. Mi paciencia parece haberse ido de paseo. Quería decirte que me gustas, mucho, que estoy sintiendo muchas cosas por ti y que le puse punto final a lo que había entre Seokjin y tú aún cuando no estaba seguro de que te sintieras de la misma manera. Vine por ti, Hobi.

¿Fue por él? ¿Terminó todo sin él tener que decirle lo que estaba ocurriendo? ¿Lo descubrió y buscaba consuelo o verdaderamente fue por él?

— ¿Qué sucedió con Seokjin?

— No mucho, simplemente acepté que hace mucho nuestro amor y todo lo que vivimos murió. Mi vida y la suya van por caminos separados. No estoy interesado en unirlos de nuevo. Estoy aquí porque tú no fuiste el motivo de esa ruptura, mis sentimientos por ti ya estaban y quizás si meses atrás hubiésemos llegado a ir a esa cita en el cine, ni siquiera hubiera pensado en tener algo con él nuevamente. No obstante, siento que era necesario porque quedaron cosas abiertas a las que por mi cuenta y por voluntad propia finalmente pude ponerle punto final, dejándome libre y sin ataduras para poder acercarme a ti sin arrastrar nada.

No hubo respuesta durante varios minutos, ambos pechos eran tambores resonando pero ninguno dijo nada hasta que el pelirrojo intentó besarlo de nuevo y Namjoon se alejó.

— ¿Por qué no me dejas besarte?

— Porque terminé todo con Seokjin poco antes de venir aquí. Hace un rato nos estábamos besando, tuve incluso su cabeza en mi entrepiernas y por eso no creo prudente que en estos momentos nos besemos o hagamos nada más. — Pudo sentir el cuerpo sobre él tensarse y relajarse. — Solo necesitaba hablar contigo, verte, dejarte saber que estoy libre para nosotros si así lo deseas.

— Somos adultos y a esta edad no necesitamos andar de manitas sudadas, ya sabemos lo que queremos pero... Gracias, por respetarme porque esto que estás haciendo es muy importante para mí. — Namjoon asintió acariciando su espalda y rostro simultáneamente. — ¿Q-Quieres quedarte a pasar la noche?

— Hobi...

— Solo a dormir, me refiero a dormir nada más. — Se apresuró a aclarar.

— ¿Quieres que me quede?

— Quiero.

— ¿Tienes agua caliente y un pijama que me puedas facilitar?

— Tengo.

El peligris sonrió conteniendo todos los deseos que tenía de besarlo. Moría por besarlo pero al menos esa noche, no era el momento, ya tendrían tiempo para ello.

— Entonces me gustaría limpiarme correctamente antes de acompañarte a tu cama.

Mientras el visitante se bañaba, Hoseok recogió rápidamente todo su desastre. Se miró varias veces en el espejo odiando su imagen, despeinado, ojos hinchados, un pijama que nada tenía que ver la pieza superior con la inferior, nariz y mejillas enrojecidas con sus labios cuarteados. Era un asco. En cuanto Namjoon salió, él entró por una ducha que no había tomado, cambió su pijama y algo nerviosos fueron a la cama.

Fue tranquilo, cómodo y reconfortante dormir en compañía del otro. En brazos de alguien más sabiendo que habían sentimientos de por medio y que no se debía solamente a que estaban recargando las pilas después de un sexo sin afecto, donde el visitante se marcharía en cuanto despertara sin dejar una nota. Tampoco serían echados afuera con excusas idiotas.

Irse a dormir juntos fue maravilloso pero mucho más bello se sintió el despertar. Namjoon fue el primero en hacerlo, se quedó en silencio hasta que el pelirrojo abrió sus ojos y se encontró con los del contrario fijos en él, perdiéndose en esa sonrisa que a ambos les hizo sonrojar.

— B-Buenos días. — Murmuró el pelirrojo sin querer hablar mucho por su posible aliento mañanero luego de todo lo bebido el día anterior.

— Buenos días. — Namjoon lo atrajo nuevamente hacia él para abrazarlo y perder la nariz en su cuello. — Es la segunda vez que amanezco a tu lado, me gusta mucho esto.

— A mí también. — Admitió perdiendo los dedos en su cabellera gris para acariciarlo.

— ¿Tienes planes para hoy?

— Solo pensaba dormir hasta medio día y luego ver qué hacer.

— Entonces nos quedan tres horas más hasta que sea mediodía, podemos dormir un poco más y después, si deseas, podemos tener esa cita que por tantos meses hemos pospuesto. ¿Qué te parece la idea?

— Me encanta la idea.

💜💜💜
¡Hola! 🥰
¿Qué les ha parecido el capítulo?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro