Capítulo 46

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— Creo que tenemos un problema un poco serio. — Comentó Jungkook mirando al castaño a través del reflejo de su espejo mientras terminaba de acomodar su cabello. — ¿Qué hacemos con él? — Los dos se voltearon para mirar a un dormido Jimin. — En una hora deberían estar todos aquí pero él no da señales de querer levantarse. Ya casi son las seis de la tarde.

— Nos acostamos a la media noche, lleva casi dieciocho horas en los que solo se levantó una vez para ir al baño y comer algo obligado por nosotros. — Agregó Taehyung sonriendo, mirando al rubio perdido en sus sueños. — Contamos con que no tendremos que ir a buscar a ninguno de nuestros padres aunque todavía no sé por qué mi suegra quiso venir de Busan en tren y taxi.

— Según ella porque quiere recordar viejos tiempos. — Se terminó de voltear encogiendo sus hombros, dándole un beso a Taehyung. — Alguno de los dos tendrá que levantarlo, bañarlo y ayudar a prepararlo. No sé si logre estar sentado sin incomodidad porque yo te recibí solo a ti y no sabía cómo ponerme en la silla.

— Bueno le untamos analgésicos y antiinflamatorios en pomadas. Yo le puse incluso un supositorio cuando lo limpiamos al mediodía. En la sena podrá tomar alguna pastilla, no lo sé. Realmente nos olvidamos de las consecuencias o más bien, las ignoramos.

— Ya veremos cómo salir de esta. — Musitó mirando una vez más su reloj. — Ya debe estar al llegar el personal que mandamos a pedir para la cena. Yo me encargaré de todo así que por favor, ocúpate de Jimin. — A pasos apresurados el pelinegro se acercó a la cama para darle varios besos al mayor hasta que vio sus ojos abrirse. — Buenos días bello durmiente, es hora de despertar. Me voy, ustedes terminen aquí. Si necesitan algo avísenme.

Taehyung asintió viéndolo marchar, desviando luego la mirada para un Jimin que volvía a acomodarse volteándose para el otro lado. Negó sin poder ocultar su sonrisa. Destapar a Jimin siempre equivalía a guerra pero el rubio en ese momento ni siquiera se inmutó a pronunciar palabra. Cuidadosamente lo volteó dejando su trasero desnudo al aire y abrió sus cachetes para mirar. Sí, aún estaba enrojecido e hinchado aunque a diferencia de la mañana los pronósticos eran positivos.

— ¿Qué haces? — Cuestionó Jimin sin siquiera voltearse a mirarlo. — Está frío.

— Estoy untándote la pomada anestésica que compramos para estos casos de emergencia. Ya debemos prepararnos porque todos comenzarán a llegar en nada y sería incómodo responder ciertas preguntas.

— No me he bañado. ¿No sería mejor echarme eso después de bañarme? — El castaño se detuvo, el mayor tenía razón. Sin decir nada el rubio se dejó cargar hacia el baño.— Mi hermano vendrá en representación de mi familia para hablar con los padres de ustedes.

Estuvo preparado para cuando llegara ese momento, listo para enfrentarlo solo pero cuando el día anterior Sungwoon le pidió permiso para ir como su hermano mayor y padre, no pudo ocultar su alegría. Jungkook tenía a su madre, Taehyung a sus padres y él pues, creyó no tener a nadie. Fue grato recibir un abrazo y esas palabras de apoyo que no supo que necesitaba hasta ese momento. La trireja estaba siempre junta, para él más que suficiente pero verlos con sus familias, la sola idea de que el recién llegado a esa relación ya conocida ni siquiera tuviera una familia para presentar, le incomodaba un poquito.

— Eso será genial, bebé.

— ¿Crees que le agrade a sus padres? — Preguntó sin mirar al castaño jugando con el agua que iba llenando la tina.

— Bebé, mis padres ya te adoran, la madre de Kookie te ama desde que eras un niño, incluso fue la mejor amiga de tu madre. Te crió prácticamente junto a ella así que no deberías pensar mucho en eso. — Detenerse para observarlo y eliminar todo rastro de lagaña mientras dejaba caer el agua en su cabeza calentó el pecho del menor.

— No es lo mismo como un conocido o amigo de ustedes a que ahora sea presentado como otro novio. Llevan diez años viéndolos como una pareja, llegar yo a estas alturas...

— Es algo con lo que tendrán que lidiar así no les guste. Ya tú estás en nuestras vidas y no hay marcha atrás. Los estamos haciendo partícipe por respeto, por amor y porque son nuestra familia pero dado el caso, ellos no tienen que aceptarte, quienes lo tenemos que hacer somos nosotros. — Besó suave sus labios. — No te preocupes por eso.

¿No preocuparse por eso? Era difícil mas, no dijo nada. Se entregó al agua caliente que escocía un poco su entrada pero también relajaba acompañada de los toque suaves de Taehyung por todo su cuerpo. Fue bañado, secado, cuidado con cariño y vestido después de que el castaño aplicara la pomada anestésica. Eso no ayudaba con las punzadas en su interior, solo con el dolor superficial pero definitivamente fue un gran alivio porque así, al menos pudo ponerse su ropa sin quejarse por el roce.

Los primeros en llegar fueron los padres de Taehyung, les dio un poco de risa que los mayores llegaran con algunos equipos electrodomésticos que ya tenían pues, su hijo, conociéndolos les había advertido que no necesitaban nada para su nuevo hogar. Lo tomaron como exceso de humildad pero desde que llegaron, su boca no se cerraba porque no creían que se hubieran mudado a un lugar como ese, una mansión.

Jimin estaba muy nervioso, con ellos eran con los que menos había interactuado en todos esos años, los vio una vez cuando estaba en la universidad y unas dos veces desde que los tres volvieron a verse. Fueron encuentros muy esporádicos excepto por el último que fue en el cumpleaños de la sobrina de Hoseok donde todos se reunieron para un grill como cada año. El castaño les mostró la casa para que él no tuviera que caminar tanto pero no pudo quedarse sin hacer nada. En vez de dejar que el personal contratado lo hiciera, se encargó él personalmente de sus bebidas.

Cuando la señora Jeon llegó, un gran peso fue liberado, ella lo conocía bien y lo trataba como un hijo más. Fue agradable y esto ayudó a que se disipara un poco tu miedo.

— Es una lástima que tu madre ya no esté contigo, hijo pero si eres amigo de nuestros hijos, podrás contar también con nosotros. — Algo incómodo se removió en su sitio cuando el tema de los padres salió a relucir y, después de ese comentario por parte de la madre de Taehyung, su incomodidad solo creció.

La trireja lo vio alejarse disimuladamente, Taehyung se quedó con todos mientras un escurridizo Jungkook fue a su encuentro, dando con el en la pequeña caseta junto a la piscina. No tenía que preguntar lo que ocurría, solo abrió sus brazos y aceptó que el mayor se aferrara a él con sus ojos cristalizados. Caricias suaves en su clara cabellera, pequeños besos en su frente y caricias a su espalda.

— Ellos aún no saben nada, por eso dijeron que eran un amigo. Es para esto que hemos organizado la fiesta, cuando comience la cena y tu hermano haya llegado, le daremos la noticia. No te aflijas, cielo.

— Lo sé. S-Solo que es un poco raro y difícil toda esta situación. Me aterra el rechazo por mucho que Tae diga que somos adultos y ellos no puedan interferir. Siguen siendo sus padres y no quiero que se cuartee la relación por mi causa. — Comentó escondiendo su rostro en la curvatura del cuello contrario. — He estado pensando.

— ¿En qué?

— En que tal vez sea mejor que no digamos nada. Que me dejen como un simple amigo a ojos de sus padres y la cena se quede como la presentación de su nueva casa.

— Nuestra nueva casa, el hogar de nosotros tres. — Corrigió tirando suavemente de su cabello para que lo mirara. — No es una opción ocultarte u omitirte. No queremos que te sientas incómodo o excluido porque incluso nosotros nos sentimos mal cuando somos invitado solo nosotros dos a los eventos familiares, cuando estás y te mantienes apartado. Quiero tomarte la mano como lo hago con Tae, abrazarte e incluso besarte si el deseo me gana. Quiero presentarte como mi novio y estoy orgulloso de que lo seas. Así que, seguir en el anonimato de nuestra relación está fuera de discusión.

— Yo...

— Tú vas a relajarte ahora entre mis brazos, me darás un beso y si deseas unos minutos también los podrás tomar. Después, regresarás a la casa como el dueño de esta que eres, como nuestra pareja. ¿De acuerdo? — Jimin no respondió solamente lo abrazó con mayor fuerza. — Hice una pregunta, Chim.

— De acuerdo. — Besó su cabeza suavemente antes de separarse. — Voy a regresar, puedes quedarte aquí un poco más si lo deseas.

— Iré contigo. — El pelinegro tomó su mano para caminar a través del jardín trasero poniéndolo tenso pero aunque trató de liberarse, no lo logró. — K-Kook.

— Vamos.

Casi eran las ocho, la hora de la cena acordada. El encuentro era a las siete pero como sabían que siempre alguien podría atrasarse, decidieron que comerían una hora más tarde, así tampoco iban directo a ello. Sin embargo, el hermano mayor de Jimin no había llegado. Le mandó un mensaje diciéndole que se complicó un poco con Taemin y pues perdió la noción del tiempo pero que ya estaba en camino. Cuando el timbre sonó, respiró hondo, agradecido por que llegara antes de que comenzaran a comer.

— Yo voy, quédate sentado. — Musitó Jungkook poniéndose de pie. Por debajo de la mesa, el castaño sostenía su mano para que se calmara pero eso de muy poco sirvió cuando en el salón quien apareció no fue Park Sungwoon sino Park Haneul, su padre.

Los ojos de la señora Jeon se ensancharon al verlo, de todos los presentes, ella quizás era la única que conocía a ese hombre. Lo vio algunas veces, ninguna fue grata. El sujeto le hizo mucho daño a su mejor amiga, la vio sufrir y morir a causa de él. El agua que el rubio tragaba se atascó en su garganta, sus ojos se aguaron por esto sin saber qué hacer, tragaba o la botaba. No pudo hacer ninguna de las dos por unos segundos.

Otros que no lo conocían personalmente pero sí por las noticias debido a que era un importante y muy reconocido empresario en Corea del Sur fueron los padres de Taehyung, quienes se quedaron sorprendidos al verlo allí como otro ciudadano común y corriente.

El timbre volvió a sonar y Jungkook volvió a alejarse para abrir, siendo esta vez Sungwoon, mismo que quedó petrificado al encontrarse con su padre ahí. Haneul se volteó para verlo con mirada inquisitiva, luego caminó varios pasos más hasta quedar a su lado.

— Papá... — El mayor asintió sin decirle nada, volteándose para presentarse ante los presentes.

— Perdonen mi interrupción y tardanza, soy el padre de Jimin, Park Haneul. Mucho gusto. — Saludó realizando una venia a la misma vez que agitaba el brazo del señor Kim. — Jeon Sunhee, un placer volver a verla.

— Un placer solo suyo, señor Park. — Espetó con incomodidad.

A Jimin le hubiera gustado preguntarle qué hacía ahí, cómo había llegado cuando él no solo no le habló de la reunión sino que no le dijo siquiera de su nueva casa. No era secreto que su padre tenía formas de conseguir la información que quería pero seguía siendo molesto. La única razón por la cual se quedó callado, fue el hecho de que los padre de sus novios estaban presentes. Hacer una escena frente a ellos definitivamente no estaba en sus planes pero de alguna forma, presentía que ese día no se acabaría si no ocurría una, solo esperaba estar equivocado.

El ambiente estaba un poco tenso, Taehyung procuraba siempre amenizar esa tensión en el aire pero la tarea fácil no era.

— La casa es muy bonita, hijo, pero creo que excedieron su presupuesto al comprar algo que cuesta más de cinco millones de dólares. Aún con sus buenos trabajos, tardarán muchos años en pagarlo. — Comentaba la señora Kim durante la comida.

— Oh, quizás no está enterada pero ya mi hijo pagó ese monto en su totalidad. No necesitaba un crédito para esto, tampoco que sus hijos invirtiera. — Comentó Haneul con cierto aire narcisista que hizo sentir a todos incómodos.

— La casa se pagó entre los tres. — Sentenció Jimin. — Es cierto que yo hice el pago inicial pero se pagó entre todos porque todos viviremos aquí.

— No necesitas vivir con alguien más. Tampoco necesitas que te paguen absolutamente nada. — Rebatió su padre sosteniendo en el aire los cubiertos. — Sigo sin entender por qué tres hombres adultos como ustedes por muy amigos que sean se unieron para vivir juntos. Esto podría incluso causarte conflictos en el ámbito profesional porque el CEO de la empresa, vive con sus empleados.

— Taehyung no trabaja para la empresa y Jungkook no es mi empleado, es empleado de SIA, hay una gran diferencia. Además, dudo que eso cree algún conflicto. Somos, como bien dijo, hombres adultos, profesionales que saben separar sus asuntos personales de lo laboral.

La mesa se quedó en silencio, el padre de Jimin frunciendo su ceño mientras de soslayo estudiaba a los hombres sentados al lado de su hijo. Conocía a Jungkook, estaba al tanto de todo lo positivo que hacía dentro de la empresa, una buena pieza debía admitir. Era como alguien poderosa que todo lo que tocaba lo convertía en oro y le gustaban las personas con ese poder. Sin embargo, era un empleado más aunque hubiese sido amigo de su hijo en la niñez. Barriendo la mesa se encontró con la vista fija de la progenitora de este, algo más que no le agrada del pelinegro, su madre. Esa señora tenía muchas ideas erróneas que junto a su difunta ex esposa le inculcaron a los niños.

— ¿Podemos saber por qué tomaron la decisión de vivir juntos? — Volvió a preguntar la madre de Taehyung cuando las aguas se calmaron. — La mudanza fue muy rápida, ni siquiera nos enteramos hasta que nos llamaron para decir que se habían mudado juntos. ¿No fue eso extraño, cariño? — Miró a su esposo asentir.

— Mamá, ya habíamos hablado con ustedes desde hace mucho tiempo que estábamos interesados en mudarnos a una casa después de que Kookie fuera ascendido. — Comentó con tranquilidad. — Somos jóvenes que planteamos la idea y dijimos, ¿por qué no?

— Yo entiendo que ustedes como pareja quisieran evolucionar, es entendible pero, se mudaron con alguien más. No es muy común que los amigos vivan juntos después que pasa la etapa universitaria que ustedes dejaron atrás hace casi diez años. Los tres pasan de los treinta, tienen carreras exitosas, tenían una independencia. Sigo sin entender, perdona hijo pero no lo entiendo y me gustaría entender.

— Creo que eso es algo que a todos nos gustaría comprender. — Afirmó Park Haneul.

La trireja compartió mirada, Taehyung acariciaba discretamente cerca de sus muslos el dorso de la mano de Jimin para que se tranquilizara ya que Jungkook estaba sentado junto a él, un poco lejos del rubio. Los tres asintieron, era la hora de decirles. No habían muchas formas de soltar esa noticia y ya estaban ahí, ahora solo quedaba afrontar las consecuencias con valentía. Sungwoon acarició también la espalda de su hermano, susurrándole en el oído que todo estaría bien.

— Quizás para ustedes resulte raro el hecho de que hayamos querido mudarnos juntos pero creo que fue lo más natural dado las circunstancias. Estando en una relación por tanto tiempo, quisimos dar el paso de vivir juntos. Por supuesto, en esta relación se incluye Jimin. — Sus palabras fueron un poco ambiguas, los mayores parecían no seguirle el hilo.

— Ya sabemos que si se mudaron juntos fue porque tenían mu buena relación, son amigos desde hace muchos años. — Habló el señor Kim.

— No me refiero a una relación amistosa, papá. Sí somos amigos pero nuestra relación va más allá de hecho. Somos pareja, tenemos una relación amorosa, los tres. Jungkook, Jimin y yo somos novios, por eso decidimos vivir juntos.

Todos dieron un brinco en su sitio pasado los tres minutos en los que nadie habló, dedicándose única y exclusivamente a mirarlos como si se hubieran quedado en pausa. Los miraban esperando que alguno dijera que era una broma o como si no hubiesen entendido correctamente el idioma, las palabras que salieron por la boca del castaño. Fue el señor Park quien bajó sus utensilios con un poco más de la fuerza requerida haciendo que todos se sobresaltasen.

Jimin sabía que la idea no le iba a gustar. Es decir, ¿cómo lo haría si para su padre la homosexualidad seguía siendo una enfermedad horrible que había que erradicar? Psicólogos e incluso psiquiatras estuvieron a su cargo por un buen tiempo intentando "curar" su mal. Su padre, quien ni siquiera era religioso, llevó una vez un sacerdote a su casa para que lo salvara. Él simplemente se volvió más astuto, dejó de imponérsele o hacer valer sus preferencias. No estuvo con mujeres pero tampoco con hombres abiertamente porque para comenzar, no le interesaba, en su corazón por aquel entonces le pertenecía solo a Jungkook.

Vivió años concentrado en apariencia solo en su trabajo, probándole a su padre su valía porque al comienzo, pensó que su aceptación significaría algo, lo haría darse cuenta lo mal que estuvo al abandonarlos a su madre y a él. Luego, pasó por un lapso mental en que todo lo que quería era venganza, subir solo para destruirlo pero después se dio cuenta que no valía la pena. No resumiría su vida a eso. Que su padre fuese el primero en demostrar su falta de apoyo, no fue sorpresa.

— ¿Q-Quién de los dos está con Jimin? ¿Cómo terminó su relación? Es decir... ¿Cuándo y cómo pasó? — Cuestionó la mamá de Taehyung tratando de mostrarse calmada.

— Taehyung y yo no nos hemos separado, simplemente podemos decir que nos unimos a Jimin. No solo lo agregamos a la relación que ya teníamos sino que creamos una nueva con él, prácticamente desde cero. — Intervino Jungkook con una sonrisa poniéndose de pie junto a sus novios. — Estamos enamorados, nos amamos y por eso decidimos vivir juntos. Es motivo de esta cena no fue solo mostrarle la casa sino darles a conocer que los tres estamos saliendo, juntos.

Taehyung miró a su madre, este solo tenía los codos sobre la mesa mientras frotaba su rostro sin mirarlos. Su madre estaba en trance y el papá de Jimin parecía a punto de explotar. La más relajada era la madre de Jungkook, casi podría jurar que tenía una sonrisa en su rostro.

— Y-Yo... — La madre de Taehyung intentaba hablar sin éxito, levantándose de la mesa como si eso la ayudara a no solo verlos mejor sino también entender la situación, como si le facilitara el habla. — No sé qué esperas con decirnos esto. Jimin es un buen hombre, lo entendemos, yo quizás no lo conozca bien pero empatizo con su persona. Si tú y Jungkook hubieran dejado su relación, si alguno de ustedes hubiera querido estar con él, también puedo entenderlo. Me costaría porque soy testigo de cuánto ustedes dos se aman pero lo aceptaría. Ahora, esto... Yo no acepto esto, no lo apoyo o respaldo.

Los orbes de Jimin que habían estado cristalizados y al borde de colapsar desde hacía mucho rato, finalmente derramaron las primeras lágrimas. No estaba solo, su hermano lo acompañaba y sabía que lo apoyaba, la trireja lo sostenían no solo literalmente, sino que ellos estaban ahí para él pero era duro. Ver esa mezcla de confusión, asco y desprecio que captaba en la mirada que los mayores le daban le dolía muchísimo. Se preparó, sabía que podía ser rechazado pero aún dolía muchísimo.

— Lo siento pero no estamos esperando su aceptación, mamá, papá, señora Jeon y señor Park. Solamente les estamos comunicando el nuevo rumbo que dio nuestras vidas y el motivo de nuestra decisión de mudanza. Es por esto que estamos viviendo juntos y somos felices así. No solicitamos su permiso. Que estés en desacuerdo no cambia absolutamente nada.

— ¡Esas no son formas de hablarle a tu madre! — Intervino el señor Kim levantándose de su asiento. — Esas no son formas de hablarles a unos padres que han sido más que permisivos con ustedes. Una cosa es que tengas gustos diferentes cosa qué, en un principio me costó aceptar un poco pero lo comprendí. Pero que ahora antes por la vida con ese libertinaje deshonrando a una pareja que ya escogiste e incluso a tus padres, tu familia, los principios que te hemos inculcado, es algo muy distinto.

La voz del padre de Tae resonaba en el comedor cuando una fuerte bofetada lo opacó. Todos buscaron porque fue muy rápido, Jimin había sido separado de la trireja por su padre y ahora miraba hacia algún punto del suelo empuñando sus manos. El color carmín de su rostro evidenció que él fue el recibidor no solo del golpe escuchado, sino uno nuevo que volteó su cara en la otra dirección. A diferencia del primero, no fue una bofetada, sino un puño directo a su boca.

— No puedo creer que nos hagas pasar esta vergüenza a la familia y a nuestro grupo. — Escupió con despotismo el señor Park levantando su rostro por varios segundos antes de que su mano fuera empujada con fuerza por un pelinegro que echó a Jimin hacia atrás, siendo abrazado automáticamente por el castaño. — ¿Quién te has creído para entrometerte entre padre e hijo? No te han enseñado a respetar a tus mayores por lo que veo. Tu moral y desvergüenza no tienen nombre.

La señora Jeon se levantó agitada pero Jungkook negó para que no interfiriera. Que los insultara a ellos, que le pegaran a él incluso podría aguantarlo pero jamás soportaría ver que alguien lastime a su madre ni siquiera con la mirada.

— Para comenzar, baje el tono de su voz y modere su comportamiento, no está en su casa sino en la de mis hombres y mía. — Espetó el pelinegro con seriedad haciéndole frente. — Segundo, que sea la última vez que usted le pone una mano encima a mi novio, su hijo. No quiero verme en la obligación de dejar helado el respeto que mi madre sí me inculcó. Aunque sea su hijo, no tiene derecho a tratarlo así. No está enfermo, no le está haciendo mal a nadie y no ha cambiado en lo más mínimo solo por haberse enamorado de dos hombres. Mismo si es su padre, no lo pienso permitir y mucho menos en mi presencia. Si quiere reclamarle algo, tiene mil formas de hacerlo en las que no tenga que abusarlo física o mentalmente, degradándolo incluso frente a otras personas.

— Mi amor, déjalo... — Musita Jimin tomando su brazo para alejarlo, mirando a su padre con frialdad. — Tal vez este sea el motivo perfecto para que se anime a terminar lo que comenzó años atrás. — Entre los argumentos del pelinegro y las palabras de su hijo, Haneul quedó confundido. — Quizás mi padre solamente quiere acabar conmigo como lo hizo con mi madre, soy lo único que resta de una familia que él destruyó. Puede ser que al señor Park finalmente se le haga terminar con su hijo.

— ¿Cómo voy a querer acabar contigo si eres mi hijo? — Gritó furioso su padre con una mano trémula elevada en el aire que no pudo terminar de bajar hacia el destino pensado.

— Me odias y tu homofobia no es más que una excusa para ello pero no me importa, nunca tuve un padre de todos modos. — El matrimonio Kim miraba confundido, les dolía ver esa situación aunque no estuvieran de acuerdo con las decisiones de su hijo.

— N-No te odio, no podría tú...— Suspiró Haneul pesado, dejando caer su mano vencido. — No tienes la culpa de nada. — Los ojos de Jimin y su mano se estrecharon frente al tono de su padre, fue nuevo, inesperado, chocante. — No lo entendí años atrás, cuando te tuve, no lo comprendía pero ahora sé que eras un inocente que no tenía la culpa de que sus abuelos me forzaran a dejar a la mujer que amaba y esperaba un hijo mío para casarme con tu madre solo por negocios. No tienes la culpa de que me haya visto obligado a dejar de lado mi amor por cumplir con las obligaciones y demandas de dos familias. T-Tu madre, tampoco tuvo la culpa de que nos hubieran juntado y de que yo no la amara. E-Ella no sabía nada, lo supe muy tarde, después de dejarlos a su suerte cuando logré la forma de zafarme de todo dejando a su familia en la ruina y desapareciendo. Ustedes, no tenían la culpa.

💜💜💜
¡Hola por aquí!
Espero que les haya gustado el capítulo...
LORED

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