Capítulo 45

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Cada roce de los labios de Jungkook contra su piel, los dedos de Taehyung hurgando a través de su cabello, sobre su pecho, se siente muy bien todo a la misma a la vez. No puede dejar de retorcerse entre ellos, no puede detener los pequeños ruidos que está haciendo. Aunque estuviera con alguno por separado, jamás podría compararse a tenerlos a los dos junto a él. Ya fuera interactuando todos, con alguno como espectador o siendo él el centro de atención, como fuera, los tres debían estar presentes en la cama y en su vida.

Hubieron algunos movimientos, los labios de Jungkook dejaron su piel, las manos de Taehyung abandonaron sus cabellos mientras era levantado de nuevo, cada movimiento de su cuerpo haceía que el tapón se moviera, podía sentir el semen en su interior, contra su entrada, el tapón presionando de maneras interesantes.

— Te cuidaremos muy bien, bebé. — Habló el castaño contra su oreja, sus labios deslizándose por su garganta logrando que Jimin se estirara para agarrar sus hombros mientras ocupaba el lugar que hasta hace unos minutos le perteneció al pelinegro, justo entre sus piernas.

—Dios, Tae... Kookie... Por favor, más, quiero- — Se detuvo en un gutural grito cuando unos intrépidos dedos sostuvieron la base del tapón y un pene se deslizó por su entrada, rozándolo sin entrar.

— Bebé, nos recibes siempre tan bien. — Lo elogiaba, sonriendo por el carmín que bañaba sus mejillas cada vez que lo hacía, disfrutando ver como ese labio carnoso inferior se perdía entre sus dientes. 

—Eres tan bueno, mi amor, solo déjanos cuidarte y hacerte sentir bien.  — Dijo Jungkook sobre ellos, acomodando bien a Jimin en su regazo.

Era como cuando se acostaban a ver películas o a conversar sobre su día, podía sentir nuevamente los muslos gruesos y firmes del menor debajo de sus hombros, su miembro aún húmedo y semiduro presionado contra la nuca de su cuello.

Taehyung sacó la silicona y empujó su pene dentro en un movimiento rápido y preciso. Adoraba ver cada vez que Jimin se arqueaba, con la voz atrapada en su garganta ante la brusquedad, mientras él gruñía por la estreches que lo recibía pese al tapón y Jungkook. Gruñía sintiendo la tibieza de la liberación del pelinegro bañarlo, recibirlo.

— Ufff... No puedo creerlo. Kookie él está- tan- mierda... Lo dejaste tan preparado para mí, puedo sentirlos a los dos. — Relamió sus labios cuando Jimin lo apretó. — Bebé, no me aprietes así.

A diferencia de Jungkook y muy lejos de lo que Jimin imaginó, Taehyung no le dio tiempo para adaptarse, simplemente agarró sus caderas y empujo sin contención, como Jungkook lo hubiera hecho. No puede respirar, no puede hacer que sus pulmones funcionen correctamente, el miembro de Tae dentro suyo se siente tan bien, lo llenaba tan bien, casi tanto como Jungkook y sus empujes son tan duros y profundos que ya no lograba pensar en nada, como deseaba.

Las manos del menor de todos se envolvieron alrededor de sus muñecas, juntándolas en una mano, sosteniéndolas para que no pudiera hacer nada. Y fuera tocarse a sí mismo o al castaño. Agarrar la manta, arañar al pelinegro, cualquier cosa. Forcejeando contra el agarre por un momento probó liberarse pero bien tenía que saber que con la fuerza de Jungkook no tenía chance, solo le quedaba retorcerse en su lugar con su respiración quebrándose mientras su otro novio golpeaba con fuerza, castigándolo con fuerza y rapidez.

Repentinamente Taehyung  tomó las piernas de Jimin, deslizando su fuerte agarre hacia arriba para posicionar su pierna izquierda en línea recta, regalándoles un nuevo ángulo en donde podía ir más profundo. Escuchaba al mayor gemir mientras los empujes se desaceleraban. La sensación de ser dominado por ambos para su placer se intensifica cuando Jimin se dio cuenta de que no podía moverse en absoluto ya que su pierna derecha fue inmovilizada entre las de Taehyung. Estaba completamente a su merced.

Cuando el castaño renueva su ritmo, caderas rompiéndose en fuertes golpes de piel contra piel, con su miembro moviéndose profundo, duro y resbaladizo dentro de él, mientras Jungkook seguía sosteniendo sus muñecas y pasando su mano libre sobre sus pezones con movimientos suaves, se siente poseído. Como siendo de ellos y solo de ellos. Se ahoga con un sollozo, que lo obligaba a retroceder y alejarse sin poderlo hacer.

Para Taehyung era embriagado estar perdiéndose en Jimin sin romper el contacto visual con el menor por largos segundos. Se decían en silencio lo bien que los tres se veían, lo mucho que querían hacer, lo que disfrutaban. A diferencia de otras veces el contacto entre ellos era casi nulo, estaban concentrados en el mayor y era como si fueran acumulándoos deseos mientras aguardaban para hacerlos luego estallar. Se provocaban, se retaban en silencio para ver quién enloquecería más a su bebé, concentrándose en el disfrute del mayor pero gozándolos ello también como pocos tenían idea. 

La mano de Jungkook se detuvo en el pecho de Jimin, moviéndose hacia su cabello mientras Taehyung llevaba una mano sobre su cadera con caricias suaves pero posesivas, concentrándose en hacerlo jadear. Todavía lleva puesto el anillo, diseñado para liberar presión a intervalos predeterminados para evitar daños, pero que permite un uso prolongado, no obstante lo oyen gritar.

Un orgasmo se apoderaba del rubio haciéndolo vocalizar de esa manera, tan jodidamente intenso, que dejó su cuerpo tenso y quieto mientras gritaba desinhibido, apretando el pene de Taehyung tan fuerte que lo hizo quejarse, dolía. No supo si se desmayó o solo entró en un letargo mientras temblaba pero cerró sus ojos por lo que le pareció más de un minuto.

Cuando lo abrió de nuevo, todavía está duro y seco. Se había venido en seco, algo que solo le había ocurrido dos veces en su vida, una con Jungkook en el pasado y otro con Taehyung. Desde que estaban juntos, esta era la primera vez que le ocurría, la más intensa y sin ninguna eyaculación.  El castaño ya no se movía pero todavía estaba profundamente dentro de él, todavía jadeando, sudor goteando de su barbilla hacia el pecho que yacía bajo él mientras se inclinaba para besarlos.

— Joder, bebé, acabas de tener un orgasmo seco. Eso fue demasiado sexy. — Musitó besándolo. — Kookie, ayúdame aquí. — Jimin gime mientras lo vuelven a mover y empujan el tapón dentro de él cuando Taehyung se retira, un movimiento rápido y ahora su entrada quedaba bloqueada con la mezcla de sus semen presa en su interior.

Lo calman entre besos y palabras suaves, elogios, caricias por toda su piel y cuerpo hipersensible. El mayor quiere pero no puede moverse, apenas puede mantener los ojos abiertos. Hormigueaba por todos lados, cada músculo temblaba suavemente. Desea desesperadamente venirse, el orgasmo en seco no era suficiente, pero no podía pronunciar ninguna palabra, solo los gemidos incomprensibles. Cada uno se acomodó a un lado de su cuerpo, Jungkook detrás de él, Taehyung al frente.

— Kook, no es nuestro bebé hermoso...

— En teoría ustedes deberían ser mis bebés. — Dijo tan bajo y sin fuerza que les hizo reír.

— ¿Lo escuchaste? Todavía tiene fuerza para contestarnos. — Bromea el menor de los tres besando a Taehyung. Tirando de las tiras del arnés que casi no tocaban para que no le hiciera daño a su piel.— Jimin, bebé, eres tan condenadamente bueno, hermoso, perfecto. — Susurra en su cuello, besando la tira que simulaba un collar, el aliento cálido haciendo temblar a Jimin mientras Taehyung tomaba una ruta más física capturando sus labios en un beso profundo y perezoso, todo lengua y succión de labios.

El beso lo recibía aún temblando, todos sus músculos todavía temblaban suavemente, pero no le importaba, solo chupa obscenamente la lengua de Taehyung en su boca mientras Jungkook lame su cuello y ambos le pasan las manos por todo el cuerpo, apretándolo de vez en cuando con su arnés.

Estaba un poco a la deriva pero de forma lenta retomaba una conciencia más normal, aunque todavía nebulosa, irreflexiva y aturdida. Con los labios del castaño en los suyos, la lengua todavía en su boca mientras se besan y siente la presión del miembro erecto de Jungkook contra su trasero, deslizándose entre sus mejillas casi insistentemente, presionando sobre el tapón con cada deslizamiento. Cada roce lo empuja, cada empuje le quita el aliento.

Se mueve un poco, presiona hacia atrás contra el menor, luego hacia adelante contra Taehyung, frotando su pene intacto, aún goteando, todavía con el anillo, friccionando contra los abdominales del castaño. Jungkook agarra sus caderas por detrás mientras el otro llevaba sus manos al cabello rubio y lo escuchaban ahogarse con una maldición. Repetían esos sutiles movimientos hasta que el pelinegro finalmente sacó el tapón penetrándolo sin previo aviso en un empuje largo y suave.

— Dios, te amo, Kook. — Jadeó en la boca de Taehyung, sintiéndose temblar de nuevo.

Se aferró a los hombros del castaño desesperadamente con los brazos atrapados entre sus pechos. Una risa se dibujaba en el rostro de Taehyung al mirar a Jungkook, frotando su propio con vehemencia contra el de Jimin, haciéndolo jadear, empujándolo de nuevo hacia Jungkook incluso mientras este último embestía dentro de él.

— Kookie, él va a comenzar a pensar de nuevo. Vamos...

— P-Pero... — Jimin intentó refutar aunque bien quería que lo dejaran en el espacio del placer nuevamente.

— Solo le damos al bebé lo que pidió. — Dejó un suave beso que lo hizo apretarse alrededor del pelinegro que gruñó contra su cuello antes de retirarse hasta dejar solo la cabeza de su pene descansando dentro de él.

El mayor gemía, su entrada estaba tan jodidamente sensible, el semen mezclado deslizándose por él lo hacía preocupar irracionalmente, no quería quedarse vacío antes de ellos estén listo para reanudar la faena. Pero entonces Jungkook vuelve a entrar, tortuosamente lento, tirando de su arnés, haciéndolo suspirar. Esa combinación de uno besando y el otro penetrándolo mientras intercambiaban mirada era tan placentero.

Como si tuviera todo el tiempo del mundo el pelinegro se movía, el rubio se estremecía, jadeaba, recibiendo los envites lentos una y otra. vez. Gime en la boca de Taehyung cuando es empujado con fuerza presionándolo contra el castaño que lo abrazaba. Jungkook gemía tanto que por un momento, creyó que se vendría otra vez aunque no lo hizo.

—¿Puedo? — Taehyunh dejó de besarlo para preguntar, sonriendo cuando escuchó al rubio quejarse, queriendo que lo volviera a besar.

Una vez más Jungkook y él se comunicaban sin necesidad de palabras, antes de que iniciara un camino hacia abajo, presionando besos nuevamente en su garganta, pecho, su lengua moviéndose sobre sus pezones haciéndolo sobresaltar. Cuando el pelinegro cambia de ángulo en su interior, los empujes lentos y profundos se deslizan sobre su próstata con cada embestida, sus ojos se cierran, arquea la espalda, los pensamientos se van, su mente es un ruido completamente blanco. Las manos de Jungkook se aferraron a sus caderas y luego, la boca del castaño se lo tragó entero. y

— Oh.. Joder, mierda, ¡oh Dios mío, Tae! — Jimin se estremeció por completo, sacudiendo entre ellos, con el cuerpo tenso mientras Taehyung lo chupa, su lengua trabajando sobre cada centímetro de él, alrededor del anillo, mordisqueándolo ligeramente mientras pasa sus labios.

Jimin olvidó cómo detenerse, sus caderas se movían hacia atrás sobre Jungkook, hacia adelante dentro de Taehyung. Era como la vez que quedó entre ellos en Tailandia, la doble estimulación era enloquecedora. No puede pensar en absoluto, todos sus sentidos están centrados en el castaño trabajando en su erección goteante y tensa, Jungkook moviéndose muy lenta, profunda y expertamente dentro de él. Cuando el menor comienza a chuparle el cuello de nuevo solo empeora, mordisqueando al principio suavemente y luego con más fuerza, comenzando a morderlo de verdad, lamiendo las marcas de mordidas para calmarlas mientras jadea en la piel del rubio.

Va a estar tan magullado, dolorido, al día siguiente para la reunión de sus padres que debería estar frenándolo pero ni siquiera le importa. Unos dedos se deslizan detrás de sus testículos y él gime, jadea mientras se mueven, resbaladizos y húmedos contra su entrada. Jungkook sigue moviéndose, sigue empujando, a un ritmo profundo, tortuoso e implacable. Como si pudiera continuar durante horas, como si tuviera la intención de hacerlo tal cual lo pidió.

— Mierda, Tae. — Ver con sus labios trabajaban lo volvía codicioso. Gruñó contra el cuello del rubio y el aludido hizo un sonido alrededor de su pene que lo hicieron gritar de nuevo.

El cuerpo del rubio se volvía trémulo, las embestidas constantes e interminables de Jungkook contra su próstata, los dedos de Taehyung en el borde de su entrada, el deslizamiento húmedo y caliente de su boca mientras lo chupa, era demasiado. Su cuerpo tiembla y se estremece, se le corta la respiración. Su mente se dispersa y todo lo que atina a hacer es enterrar las manos en el cabello castaño y eso fue todo; su cuerpo se tensa de nuevo, sus músculos se tensan cuando su segundo orgasmo en seco lo recorre, igual de intenso, igual de asombroso.

No puede venirse, pero su pene palpita y gotea resbaladizo en la garganta de Taehyung. Él se queja mientras se calma pero ninguno de los dos se detiene, ya que ambos lo siguen follando y chupando, implacablemente en la búsqueda de su propio placer.

— Oh, Dios, oh, oh, por favor, no puedo... —  Jadeó mientras el castaño seguía moviéndose, presionando sus dedos contra su borde, mientras Jungkook lentamente empezaba a acelerar.

No puede soportar eso, está tan malditamente sensible ahora. Cada toque, cada brisa de aliento contra su piel era abrasador. Jungkook dentro de él se sentía demasiado grande, demasiado grueso sin darle descanso a ese punto suyo. Duro, profundo y rápido.

Dejó caer la cabeza en ella curvatura del cuello de Taehyung y jadeó, trató de ocultar las lágrimas, intentó recuperar el aliento cuando las manos del castaño se deslizaban sobre su piel nuevamente, calmando su cuerpo tembloroso mientras Jungkook tartamudea en sus empujes. Cuando las manos del menor se apretaron sobre sus caderas, empujando tan profundamente contra él supo que se iba a venir y nos equivocó. Se vino con un gemido largo, puede sentirlo, está tan sensible que puede sentirlo pulsando en su interior, sintiéndose mojado y lleno.

— Mi amor...— Jadeó con cada pulsación de su pene, mordiendo el hombro de Jimin. Su cuerpo se estremece, sus caderas aún se mueven muy ligeramente mientras termina de liberarse.

Ambos lo tranquilizan, deslizando las manos sobre las costillas del mayor, sus hombros, sus caderas. Jungkook se retira y empuja el tapón con firmeza. Busca los labios de Taehyung y por primera vez en la noche, se acercan al rubio para compartir un beso de tres que tanto necesitaban.

— Está tan lleno, Tae... Escurriendo, tan mojado. Tan lleno de ambos que incluso me hace recordar esa loca historia que me hiciste leer. Nunca creí que fuera posible. — Apretó levemente el vientre de Jimin como recordó haber leído, sonriendo al comprobar que era cierto la forma en que eso lo hacía gemir y casi poner sus ojos en blanco.

— Todo es perfecto. Ahora me toca mi revancha, dos tú y dos yo. — Musitó sobre los labios del pelinegro, pasando luego a Jimin para ser él quien se perdiera en su interior esa vez.

Estaban en una amistosa guerra, Taehyung no se iba a quedar atrás, no iba a perder frente quien lo retaba con la mirada. Sus frentes se unieron en una risa, no comprendía cuándo o en qué momento se le pegó el carácter competitivo del pelinegro pero no importaba. Los dos eran muy obstinado y Jimin lo sabía, le encantaba y a decir verdad, en momentos como ese donde sus enfrentamientos desencadenaban su placer, lo amaba triplemente.

— Kookie, Tae, l-lo siento, no puedo... — El dolor atravesó el cuerpo tembloroso del mayor.

Taehyung no estaba siendo gentil, no era suave ni lento ni mucho menos cuidadoso como Jungkook fue, de hecho, desde su primer empujón para establecer el ritmo fue implacable. Jimin se apretó débil y dolorosamente mientras él iba duro y rápido, cada empuje lo golpea contra Jungkook. La fuerza era más que suficiente para doler, quitándole el aliento al rubio pero, a él le gustaba, lo ama. Quería que Taehyung lo hiciera para siempre que los dos lo hicieran perderse para siempre, juntos, los tres.

La frente del castaño presiona la piel entre los omóplatos de Jimin, el sudor gotea y se desliza por el surco de su columna vertebral, impulsándose más fuerte y rápido. El empuje y el tirón de su pene dentro del mayor siempre era exquisito pero era demasiado de nuevo la forma en que podía sentir la esencia suya y del pelinegro en su interior.

El estiramiento de su entrada, los golpes contra su próstata dejándolo sin aliento. Jimin ya no sabe cuánto tiempo llevaban haciendo eso, pero creía que podría morir pronto. Su cuerpo no dejaba de temblar y sus ojos, sus mejillas estaban húmedas. Por un momento los contrarios se detuvieron pero Jimin simplemente se los impidió.

El orgasmo de Taehyung los sorprendió a todos, a él mismo sobre todo. Él gritó, conmocionado y sin palabras, embistiendo todo el tiempo, presionando lo más fuerte que podía, jadeando y estremeciéndose contra la espalda de Jimin. Ni siquiera mientras se venía pudo detenerse, estaba frenético, mordiéndolo tanto como lo hizo el pelinegro.

Cuando dejó de moverse, aún dentro de Jimin, descansó sobre su espalda, los tres jadean juntos. Jungkook se mueve un poco y tira de Taehyung hacia abajo para otro beso bajo la perezosa mirada del rubio. Estaban probando el sabor de los tres, haciendo ruidos muy débiles mientras el castaño se mueve una última vez contra Jimin.

Después de un beso largo y exploratorio, con sus lenguas lamiendo la boca del otro obscenamente, volvieron a hacer el cambio de miembro por tapón.

— Solo, solo un poco más, bebé, ¿de acuerdo? —  Jimin apenas puede moverse, no puede evitar que sus extremidades tiemblen, pero se las arregló para hacer un pequeño asentimiento.

Jungkook presionó un beso en su sien, deslizando sus manos sobre sus hombros, su espalda. El castaño se deja caer al otro lado del menor para recuperar su aliento, luego se apoyó sobre los codos y atrapa la boca de Jimin en un beso lento, todo lenguas, labios y suspiros suaves. Los pensamientos de Jimin fueron correctos, sabía a los tres y le gustaba probablemente demasiado.

Se sentía tan lleno ahora, tan húmedo, estirado y reclamado con sus semen encerrado y mezclado dentro suyo, era un reclamo físico perfecto de sus dos hombres. Cuerpo, mente, corazón, a ellos les entregó libremente todo porque sabía que era ampliamente correspondido. Sonrió con sus ojos cerrados sintiendo a Kook limpiar sus mejillas, le era imposible pensar en nada más.

Cuando los abre de nuevo, ambos estaban compartiendo otra mirada y tan abrumado como se sentía,  sabía que había más por venir. Todavía no habían terminado con él y estaba perfectamente bien con eso.Oh, se daba cuenta que era un perverso insaciable cuando de esos dos se trataba. Apenas podía moverse, le duele literalmente el culo, tiene la cara mojada, pero, oh cielos, todavía quieren más y él estaba dispuesto a dárselo, quiere darles todo lo que pueda.

— Sí. Pueden seguir, aguanto aún. — Se las arregló para decir.

Ambos lo miran y sus ojos son aún más oscuros. Deslizan sus manos sobre su piel, acariciando y calmando mientras trabajan juntos para moverlo de nuevo. Gime cuando lo levantan y el tapón se mueve y puede sentir la mezcla dentro de él, deslizándose contra la intrusión.

Finalmente se acomodaron de nuevo y él está sentado en sus regazos, Taehyung a su espalda nuevamente, Jungkook al frente, sosteniéndolo con tanta fuerza entre sus pechos que se mantiene erguido sin necesidad de intentarlo. Jungkook deslizó sus manos por la parte inferior de los muslos temblorosos, pasando sus piernas alrededor de su cintura y Jimin comenzaba a tener una idea de lo que querían hacer.

— Yo...  —  Susurraba en el cuello del pelinegro. — Lo quería pero saben que yo nunca he-

Taehyung colocó sus manos sobre las caderas del mayor y ambos lo presionaron aún más fuerte entre ellos, besando simultáneamente su cuello.

— Puedes hacerlo, bebé. Lo has estad haciendo muy bien

Siempre quiso hacerlo, lo fantaseaba y le intrigaba pero Jimin nunca estuvo con alguien en quien confiara lo suficiente, ¿pero esos dos? Él confiaba en ellos, no lo lastimarían o lo utilizarían para después dejarlo. Por eso aún temblando, asiente dándose cuenta por primera vez de lo lindo que se veía Jungkook con ese pequeño moño desordenado.

— ¿Jimin? Mi amor, ¿puedes? Necesitamos que estés seguro. — Preguntó el pelinegro retirando el cabello rubio de su cara.

De alguna manera, encontrando un poco más de su fuego habitual, Jimin resopló de manera poco elegante haciéndolos sonreír. — Sí, sí, yo solo, nunca he hecho pero lo quiero. De no haberlo hecho, no se los hubiera propuesto en primer lugar.

— Está bien, está bien, nosotros lo haremos. — Habla Jungkook y mira al castaño por encima del hombro en el medio.

Jungkook todavía sostenía sus muslos y trasero, por lo que el mayor dedujo que debían ser los dedos de Taehyung los que se deslizan sobre la base del tapón, haciéndolo estremecer al tocarlo, un temblor extra fuerte a través del temblor constante de sus extremidades, de todo su cuerpo. Ya estaba abrumado, los sentidos en llamas, las terminaciones nerviosas chispeando, sobrecargado. Pero Taehyung no hace una pausa y el menor no lo deja ir.

— Tú primero, Kookie. — Espetó el castaño mientras sus dedos se deslizan sobre el tapón extendiendo la humedad.

— Mierda, Tae, a-alinéame. — Pidió casi en súplica cuando unas gotas cayeron sobre su miembro.

Jimin solo estaba medio consciente de lo que sucede debajo de él con exactitud  pero no podía confundir la sensación del pene de Jungkook presionado cerca del tapón, el deslizamiento resbaladizo de su glande contra su borde. Si eso no era prueba suficiente de que se trataba del pelinegro, el gruñido en su cabello se lo confirmó.

— Todo está bien, C-Chim, solo... — El nombrado se arqueó en un grito sin palabras cuando sacaron el tapón y el menor colisionó contra él,  se ahoga y jadea, con la cabeza colgando en el hombro de Taehyung detrás de él, mientras sus manos se deslizaban alrededor de su cintura, sobre su pecho, hasta su estómago bordeando el arnés.

No puede dejar de temblar, puede sentir que la mezcla se desliza en el pene de Jungkook dentro de él e incluso ahora, después de haberlo hecho tanto, el menor se sentía tan grande, estirándolo tan malditamente bien. Ya no era doloroso, pero oh Dios. Su pecho se agitaba cuando el menor se movía en envites largos y lentos que sabe que son solo para prepararlo.

— Muy bien, bebé, vamos a... — Jimin sabe lo que viene ahora.

Los dedos largos e inconfundibles del castaño trazaron el tramo de su entrada alrededor de Jungkook, extendiendo más de la mezcla y presionando suavemente. El pelinegro jadeó bajando su frente para encontrarse con la de Jimin mientras que el contrario expandía, frotaba y presionaba, con su propio aliento en la nuca del rubio.

— Bebé, bebé, voy a comenzar. —  Un dedo presionó junto al miembro de Jungkook.

Era extraño porque JImin gemía pensando que aquello era demasiado e insuficiente a la vez. Se retorcía entre ellos, dividido entre tratar de alejarse, acercarse o presionar más fuerte contra ese estiramiento adicional.

— Tae, Jimin, lo están haciendo muy bien, simplemente perfecto. — Los alentaba algo embriagado por el placer de sentir el dedo del castaño presionando junto a su erección en ese túnel tan estrecho. — Tae, mi amor, más, vamos.

Otro dedo se deslizó en Jimin cortando su respiración. Si eso era lo que se sentía con solo los dedos, cómo sería con...

Los dedos se torcieron y empezaron a estirarlo en su totalidad. Cada ápice de la atención puesta en Jimin recaía en su preparación, la dilatación de su entrada. Doloroso, pero es un dolor que ama, un dolor que sabe que va a anhelar de ahora en adelante, del que tendrá hambre y exigirá tan a menudo como pueda si ellos estaban dispuestos a entregárselo.

Habían ya tres dedos en él junto al miembro de Jungkook y podía sentir todo el semen que dejaron dentro escurriendo al alrededor de ellos. Goteando hacia abajo. Probablemente serían un desastre los tres y el sofá recién comprado pero a él no le importa. No cree que a sus novios les importe tampoco. Especialmente cuando un cuarto dedo empuja y él solloza agarrando los hombros de Jungkook débilmente. Su cuerpo tiembla, joder, se había pasado temblando todo el bendito día. Se estremecía por completo y Taehyung ni siquiera estaba en él todavía.

Entonces los dedos se van, lo abandonan y su sollozo se convierte en un gemido, seguido inmediatamente por las manos del castaño deslizándose sobre él, tranquilizándolo, las voces de ambos susurrando en sus oídos palabras que no podía entender del todo, pero los tonos eran tan relajantes como sus manos.

Jungkook lo levantó un poco, sacándolo casi por completo de su pene y luego el pene de Taehyung se presionó contra él, moviendo la punta resbaladiza junto a la del menor. Jimin cerró sus ojos ahogándose una vez más, tiene hipo, uno que comenzó en cuando empezaron a descenderlo.

¡Era demasiado! ¡Dios mío, era demasiado! Pero sus dos miembros se presionan contra él, inexorables, estirándolo muchísimo, lo suficientemente ancho como para romperlo. Continúan avanzando, salían un poco y luego empujaban más profundamente cada vez, abriéndose paso en él juntos, lentos, cuidadosos y el rubio sabe que ahora está llorando, con la cara húmeda y la garganta cerrada mientras tiembla y los toma hasta que tocan fondo.

Jimin sollozaba, lloraba, las lágrimas se deslizan por su rostro, el pecho le dolía con cada respiración. No comprendía cómo podía seguir tan estrecho con todo lo sucedido ese día. Estaba tan abrumado.

Sin embargo, él no era el único tiritando de dolor y placer. Los otros dos también lo hacía, la fricción de sus miembros mientras eran brutalmente apretados les estaba causando escalofríos a ambos. Los tres estaban tan unidos en ese momento, tan juntos que era tan mágico como avasallador.

—Jimin, oh dios. Oh joder mi amor, Chim.— Jungkook jadeaba en su cuello acompañando a las otras manos sobre la piel caliente y sensible. Los labios le presionaron el cuello, la sien, la garganta, los hombros, los labios en un beso que era más una maraña descoordinada de lenguas y aliento jadeante que un beso como tal.

— Kookie, mi amor, muévete. Tae...— Los llamó bajo.

Ellos lo hicieron. Iniciaron despacio, sin un ritmo seguro, descubriendo cómo moverse juntos dentro de él, pero no les tomó mucho tiempo antes de encontrarlo y adaptarse. Eran un equipo perfecto ellos tres, lo sabían y era tan sexy como gratificante ese hecho. Antes de que el empuje rítmico de sus gruesos miembros se coordinara por completo, los ojos de Jimin parecían empezar a divagar.

Taehyung jadeaba contra su espalda entrelazando sus dedos sobre la cintura del rubio con los de un Jungkook que jadeaba contra su garganta impidiéndole moverse, todo su cuerpo entregado a ellos y su placer. Su erección atrapada se frotaba descaradamente contra los abdominales del pelinegro, descuidada, aún dura y dolorida incluso después de todo eso. Sus dedos se aferraron débilmente a los hombros de quien tenía al frente

Se ondulaba contra él, el sudor facilitaba el camino. El duro estómago de Taehyung rodaba contra la parte baja de la espalda de Jimin, los pectorales contra sus omóplatos, los brazos apretados alrededor de su cuerpo tocando también al menor, los labios abiertos presionados contra su nuca, el cabello suelto balanceándose y haciéndole cosquillas sobre la piel.

Jungkook se alejó muy levemente, con los labios todavía en la garganta de Jimin, las caderas aun moviéndose al compás con las del castaño mientras golpean dentro feroz pero dulcemente. Una de las manos que sostenían sus muslos hacia arriba y alrededor de la cintura de Jungkook se deslizó sobre la piel húmeda de Jimin, sobre su cadera y arnés.

— ¡Mierda! — Exclamó el rubio, los dedos del menor trazaban el anillo en su pene. — ¡Ah! Oh Dios. — Su voz apenas está allí, sus palabras se arrastran juntas.

La mano grande de Jungkook lo rodeaba, tiraba de él al ritmo de sus empujes y Jimin no puede. Ya no podía. Era demasiado. Era asombroso. Estaban en él al mismo tiempo, los apretaba, sosteniéndolos para que no se le escaparan y llenaran una vez más. Lo ama y no quiere que termine y sabe que eso se contradice a veces con sus palabras y pensamientos porque quiere que continúen durante el mayor tiempo posible.

No le importa si no podrá moverse o si tendrá que rentar una silla de ruedas para recibir a los suegros que aún desconocen de su existencia, si no puede respirar. No le importa si termina durmiendo durante una semana. Él quiere que lo sujeten y lo follen hasta que no puedan más, que lo mantengan presionado hasta que estén listos para volver y seguir haciéndolo, durante, horas, días y semanas. Por siempre.

— No, no puedo, Kook, Tae, yo- — Tartamudea y maldice de nuevo, con la cara húmeda por las lágrimas de las que perdió el control hacía mucho tiempo, pero ellos lo calman de nuevo, voces murmurando palabras sin sentido contra su piel, en su cabello, las manos de Taehyung deslizándose sobre su pecho y la mano de Jungkook agarrando su pene.

Él se queja. Puede sentir cómo se acumula otro orgasmo, curvándole los dedos de los pies, pero no puede volver a venirse en seco. O bien, él puede, lo hará, si eso es lo que ellos quieren, pero él quiere venirse de verdad. Quiere derramarse caliente y húmedo sobre la mano de Jungkook. Quiere sentir su polla retorciéndose y relajándose en esa mano que tantas veces lo ha sostenido, quiere sentirse suave en ella, quiere sentir sus caricias sobre su suave pene después.

Taehyung le pellizca los pezones de repente y se sobresalta, el gemido se convierte en un fuerte grito de placer que rompe sus sollozos. Ambos gemían sobre él mientras eran apretados dolorosamente. No había pensado que todavía tenía la capacidad de hacerlo, pero ahí está, se apretándose alrededor de ambos penes y siente el placer cegador mezclado con dolor que lo atraviesa.

— Ahora. — Taehyung gruñó, con los labios presionando el costado del cuello de Jimin. — Kook, joder, ahora, ¡ahora!

De un solo tirón Jungkook le quitó el anillo del pene que había estado conteniendo a Jimin por tantas horas haciéndolo gritar hasta que su voz se rompió, quedándose en silencio mientras el orgasmo lo desgarraba exquisitamente. Su cuerpo se tensaba de nuevo, cada músculo se bloquea, obligándolo a arqueándose hacia Taehyung, el borde apretado con fuerza. Se corrió sobre la mano del pelinegro, tan fuerte que algunos chorros cayeron sobre el sujetado cabello, pecho y barbilla de Jungkook sin darse cuenta, perdido en el placer.

Jungkook seguía masturbándolo mientras se venía, sacando cada gota acumulada, deleitándose ambos por la manera en que Jimin se retorcía entre, gritos que se convertían en gemidos por la sobre estimulación que simplemente se acumula a medida que lo siguen follando, duro, profundo y juntos. Siguen empujando incluso cuando él se viene, incluso cuando se derrama y su cuerpo no puede soportarlo; su visión se nubla, se desmaya.

Suaves dedos agitaban su cabello, sus párpados lentamente se abrían.

— Jimin, bebé... ¿Estás de vuelta con nosotros? — La voz deTaehyung en su oído.

La mano de Jungkook lenta y suavemente acariciando su miembro ahora suave con un agarre flojo. Ambos estaban jadeando, con los pechos agitados apretados contra él. No pudo haber estado fuera mucho tiempo, aunque su cerebro está nublado, aturdido y lleno de estática. Jimin suspira, se mueve y se estremece. Todavía estaban en él. Oh Dios. Todavía estaban en él, tan apretados, duros y llenos. No se habían venido. No se mueven, dejaron de hacerlo en el instante que lo vieron por segundos perder la consciencia puesto que solo hacían algo si Jimin estaba completamente consciente de lo que estaba pasando.

Solo pudo murmurar un poco de manera casi inaudible, su ritmo cardíaco volvía a subir con anticipación mientras Jungkook besaba su sien.

— Ok. Mi amor, agárrate fuerte de mí mientras salimos de ti.

— ¡No! — Se apresuró a responder. — No han terminado todavía.

— Estamos bien así, bebé.

— No... Q-Quiero que terminen dentro de mí, juntos. — Él era un desastre absoluto, estaba ido por el placer pero consciente, solo que ni siquiera podía retorcerse o alejarse completamente. Solo deja caer la cabeza sobre el hombro de Jungkook, sus brazos completamente flácidos sobre sus hombros, y solo se deja sentir mientras se mueven.

Se toman su tiempo para volver a su ritmo castigador y Jimin se deleita con ello, con el ritmo y la profundidad cada vez mayores. Su aliento se engancha con cada empuje en su cuerpo, cada deslizamiento de sus sus miembros sobre su próstata. Jadeaban en su piel, las caderas se movían al unísono pero sus manos sostenían a Jimin con fuerza, sus brazos lo encerraban.

Los únicos sonidos en la habitación ahora el chapoteo de sus partes íntimas y esos sonidos húmedos de ellos moviéndose en él, de todos sus cuerpos deslizándose juntos. Los jadeos de Jimin, los gruñidos guturales de Jungkook y los gruñidos más suaves de Taehyung.

Es que los menores se estaban sintiendo mutuamente, muchas veces friccionaron sus erecciones entre la mano de alguno pero esta sensación completamente nueva y diferente los catapultaba continuamente.

— ¡Oh, oh! — El ritmo se tambalea y a causa de Jungkook, este no puede mantenerse en marcha y Jimin gime, se arquea y lloriquea con él, pero está demasiado ido, simplemente se deja y toma el repentino movimiento desigual, el repentino pulso de uno de los gruesos miembros dentro de él. Las caderas de Jungkook erraban, no se sincronizaban con Taehyung y solo bastaron segundos para que se liberara por completo, agotado.

— ¡Mierda, Kookie! — Gimió Taehyung sintiendo como lo bañaban.

El menor gemía largo, duro y profundo contra la garganta de Jimin, las caderas aún se movía, todavía empujando contra él. El rubio podía sentir la nueva ola que brotaba de su interior con cada embestida.

— ¡Ah, mierda, los amo! — Tahyung llega de repentina y escandalosamente como si el orgasmo de Jungkook desencadenara el suyo.

Embistió hacia Jimin con fuerza y se quedó allí, sus caderas presionadas tan fuertemente contra ese trasero que lo acobijaba. El latido de sus penes y empuje continuo de Jungkook trabajaban juntos contra la entrada de Jimin aún, una dulce tortura que lo tenía moviendo débilmente la cabeza. Eventualmente, ambos dejaron de moverse y Jimin suspiró cuando sus manos se deslizaron sobre él nuevamente, acariciándolo y tocándolo.

Los dedos largos de Taehyung se deslizaban por su trasero, tocando cuidadosamente su entrada, rozando alrededor de su borde estirado alrededor del agarre de sus miembros, exhalando bruscamente sobre el cabello rubio.

— Dios, Kookie, solo... Aquí, toca aquí. — Otro juego de dedos se unieron haciendo a Jimin jadear, era mucha sensación en su sistema ya sobrecargado.

— Perfecto. — Ambos susurran en su piel a la misma vez.

Con cuidado, salieron de él. Podían sentirse ellos y todas sus liberaciones aunque no por mucho tiempo. solo hasta que, lentamente y con cuidado, el tapón volvió a introducirse en un Jimin que se quejaba con lágrimas frescas en las mejillas.

Taehyung desplazó su mano sobre el abdomen de Jimin, un gesto posesivo que este apenas registró, pero que recordaría con orgullo más tarde, mientras que los dos lo acuestan lenta y cuidadosamente sobre el sofá.

— Eres tan bueno, mi amor. Estuviste verdaderamente genial pero ahora te tenemos, cariño, déjanos cuidar de ti. — Ambos besaron los párpados que volvían a cerrarse. — Tú también estuviste increíble,  peleando a mi altura.

— Si fuéramos lobos, los dos seríamos grandes alfas, nunca me retes. — Gruñó Taehyung siendo cargado por Jungkook, sintiendo una gran nalgada en su trasero. Apretando fuertemente su mandíbula lo besó con fiereza, luego con suavidad y dulzura. — Creo que en cualquier universo tú y yo nos someteríamos siempre mutuamente, incluso en otro planeta. — Los dos se rieron mientras Jungkook asentía dándole la razón, besando su piel aún húmeda por el sudor.

— A ver, iré por algunas cosas para limpiarnos.

Cuando Jimin abre los ojos lo que cree que es solo un momento después, pero supone que debe haber sido más tiempo. Jungkook estaba de rodillas a su lado comenzando a limpiarlo con un paño húmedo y cálido sobre sus muslos, su estómago. Ya no llevaba el arnés, no sabía dónde estaba y tampoco le importaba mucho.

Taehyung resultó ya estar limpio acostado a su lado acariciando su nariz, sonriendo al verlo de vuelta. Es jalado un poco hacia el pecho del castaño, exponiendo su parte trasera y las toallitas de tela estaban allí, alrededor de sus cachetes, sobre la parte superior de sus muslos, a través de sus glúteos. Gimió mientras Jungkook pasaba sobre la base del tapón sin quitarlo, solo lo acomoda un poco.

Con cuidado, el castaño lo ayudó a incorporarse suavemente, colocándole pone una pajita en los labios. Jimin sorbe el agua, de repente consciente de lo sediento que estaba, era el agua más que ha probado en su vida. La bebe casi con avidez, pero Taehyung no lo dejó beber demasiado de una vez, en lugar de eso, sacaba la pajita cada pocos sorbos calmándolo tranquilamente.

— ¿Ya bebió todo? — Indagó Jungkook, recibiendo un asentimiento por parte del castaño. — Entonces lo llevaré ya a la habitación.

— E-El tapón. No lo han quitado. — Musitó Jimin aún sintiendo su garganta reseca, viendo a los otros dos reír. — ¿Qué planean? Ay, Dios mío. — Se ríe suavemente cuando se le prende sus neuronas aún en su nebulosa.

— Solamente cumplimos tus pedidos, bebé. Kook, ten cuidado con la escalera y cuando lo acomodes, ven por mí.

— Vamos, eres un alfa como yo, apresúrate.

— Pero soy un alfa al que le gusta que lo consientan cuando está cansado.— Protesta mirando como se aleja.

— Yo también soy un alfa que quiere ser consentido.

— ¿De qué hablan? — Preguntó Jimin cuando ya estaban en el otro piso. — ¿Qué es eso de alfas ahora?

— Cosas locas de tus novios. — Respondió entrando a la habitación para acomodarlo. — Vengo ahora, voy a subir a Tae.

— ¿No le dijiste que subiera solo? — El menor se encogió de hombros depositando un beso en su frente, viéndolo dormirse casi instantáneamente. — Buenas noche, cielo. — Musitó antes de salir. — ¿Tú no querías que te fuera a buscar? — Se sorprendió al ver a Taehyung ya subiendo la escalera.

— Pensé que no vendrías pero aún puedes cargarme medio camino. — Sonrió ampliamente de forma traviesa mientras el pelinegro negaba frotando su tabique. — ¿Un cargaito?

— ¿Eres un bebé ahora?

— Shi, aunque no me hayan dado mi flechita en biberón hoy, lo soy. — Ambos se carcajearon cuando Jungkook se acercó para cargarlo, siendo el castaño quien finalmente cargó al menor para llevarlo al cuarto.

💜💜💜
2/2
Gente, sé que esto fue extremadamente exagerado, realmente me excedí escribiendo este smut que tomó dos capítulos de 6k cada uno. No sé qué fue lo que me sucedió. Lo siento.
No obstante los exhorto a que lo tomen como lo que es, el penúltimo lemon de esta historia si no me equivoco.
Espero que pese a todo, si lo leyeron, les haya gustado. Trataré de no excederme de esta manera la próxima vez🙈🙊 LORED

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